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A través de la resolución 546 de 2024, el Gobierno Nacional anunció cambios en la mesa de negociación con el Clan del Golfo que incluyen la salida de tres principales cabecillas de esa estructura armada. Se trata de Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, más conocido en la guerra como Chiquito Malo. Junto a él también fueron excluidos José González Sánchez (Gonzalito) y José Miguel Demoya Hernández, (Chirimoya).
La decisión se dio a conocer cuatro meses después de que el presidente Gustavo Petro hiciera pública por primera vez una resolución para darle paso a un diálogo sociojurídico con seis cabecillas, entre ellos, Chiquito Malo, Gonzalito, Chirimoya, Rodrigo Flechas, Bruno y El Cura o Joaquín.
Para este año entonces la mesa continuará sin tres cabecillas del Clan del Golfo debido a la orden de extradición por parte de Estados Unidos que pesa en su contra y que les impide que se levanten las órdenes de captura y de paso su participación en el espacio.
“Ni Chiquito Malo ni los otros dos con petición de extradición pueden participar. Puede que ellos, los del Clan del Golfo, los autoricen, pero al Gobierno le queda muy complicado realizar conversaciones clandestinas. Puede haber conversaciones discretas, pero no a escondidas de la justicia”, dijo el comisionado Otty Patiño en diálogo con Blu Radio.
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Así las cosas, los otros tres cabecillas continuarán en la mesa de diálogo. Sus ordenes de captura fueron levantadas en agosto por la Fiscalía para darle luz verde a su participación en el espacio.
El Clan del Golfo es la organización ilegal más poderosa del país. Surgido de las desmovilizaciones paramilitares en los años 2000, el Clan ha consolidado un control territorial significativo en varias regiones, especialmente en el Urabá antioqueño y chocoano, el Caribe y zonas del Pacífico. El grupo, hoy comandado por Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, tiene actividades delictivas diversas, y que abarcan desde el narcotráfico hasta la minería ilegal, pasando por la extorsión y el sicariato.
En el último año, el Clan reiteró en más de cinco comunicaciones oficiales su intención de dialogar con el Gobierno, pero durante varios meses el Ejecutivo no respondió a sus solicitudes. El giro de abrirle la puerta a la paz total puede responder a que el grupo se ha convertido en la principal amenaza para las otras negociaciones y para la paz en el país debido a su expansión territorial, control social y compleja organización interna.
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