Colombia y la Unión Europea: socios para el futuro
La alta representante de la política exterior y seguridad común de la Unión Europea, Federica Mogherini, está en el país y en este texto reafirma su compromiso con el Acuerdo de Paz de La Habana y con una salida pacífica a la crisis de Venezuela.
FEDERICA MOGHERINI*
Colombia es un país que llevo en mi corazón. Hace tres años, los colombianos dieron esperanza a todo el mundo, demostrando que incluso la guerra más larga y violenta puede tener un final. Nadie imaginaba que construir la paz sería simple. Recuerdo los discursos pronunciados entonces, en los que dijimos que “ganar la paz” sería el desafío más difícil. Pero después de tres años, la gran mayoría de los colombianos no quiere volver a ese pasado de violencia. La Colombia de hoy es un país que quiere mirar hacia el futuro. Quiere demostrar que puede ganar la paz, todos los días y de una vez por todas.
Por eso hoy inicio mi tercera visita oficial en Colombia. Durante cada una de estas visitas he visto a Colombia cambiar y crecer al mismo tiempo que se afianzaron nuestras relaciones bilaterales. Hoy somos socios más cercanos, nuestras empresas invierten más y nuestros ciudadanos viajan libremente sin necesidad de visados. Tuve la oportunidad de conocer a representantes de la sociedad civil, líderes locales, académicos, hombres y mujeres de todos los orígenes sociales. Pude también conocer de primera mano testimonios de niñas y niños reincorporados: habían crecido con una pistola en sus manos y ahora, gracias a la paz, finalmente pueden ir a la escuela y perseguir sus aspiraciones. Es para ellos, y para todos los colombianos cuyas vidas han cambiado para mejor, que debemos continuar trabajando juntos hacia la reconciliación, la seguridad y el desarrollo de todos los componentes de la sociedad colombiana.
Construir la paz requiere de un trabajo continuo de todas las partes y actores involucrados. La forma de superar las dificultades en la implementación del Acuerdo es a través del diálogo y la participación política. La violencia siempre es inaceptable. Por todo ello, hemos condenado fuertemente el anuncio de un pequeño grupo de disidentes de las Farc de tomar las armas, mientras la gran mayoría está en proceso de reincorporación y comprometida con la legalidad. Seamos realistas: se necesita más coraje para desarmarse que para seguir luchando. El verdadero acto de heroísmo es cambiar de vida, ir a trabajar todos los días y estar allí todos los días para su familia.
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No debemos cerrar los ojos a las dificultades. Los ataques de los cuales son víctimas los líderes campesinos, los defensores de los derechos humanos y los excombatientes que dejaron las armas son un motivo de profunda preocupación. Sabemos que el Gobierno está haciendo muchos esfuerzos para detener los asesinatos y llevar a los responsables ante la justicia. Coincidimos en que es importante seguir avanzando con la protección de líderes locales y defensores, y al mismo tiempo para el desmantelamiento de las organizaciones criminales y sus redes de apoyo. La Unión Europea está preparada para continuar trabajando con el Gobierno y la sociedad civil, por ejemplo a través de un apoyo a la Unidad Especial de Investigación de la Fiscalía.
Nosotros, como Unión Europea, aquí estamos y estaremos. Seguiremos acompañando al Gobierno y a todos los que están comprometidos con la paz en el país, porque Europa cree en Colombia. Somos socios históricos, tenemos valores comunes y compartimos los mismos ideales en foros multilaterales.
Y apoyamos el proceso de paz desde el primer día, políticamente, pero también con un billón y medio de euros en inversiones para la reconciliación y el renacimiento económico del país. La Unión Europea promueve el crecimiento sostenible y la lucha contra la pobreza en las zonas más afectadas por el conflicto: apoyamos los esfuerzos gubernamentales desde el Chocó hasta el Putumayo, desde La Guajira, pasando por el Catatumbo, hasta Caquetá, con los más de 25 proyectos del Fondo Europeo para la Paz que trabajan en 11 departamentos.
La Unión Europea es el mayor inversor extranjero en Colombia. Nuestro acuerdo comercial ha tenido un impacto importante en la creación de nuevos empleos y en la diversificación de las exportaciones agroindustriales del país. Los avances nos invitan a superarnos, y también a enfrentar retos como la mejora de la infraestructura para favorecer la salida de los productos colombianos.
Los europeos queremos ayudar a los colombianos a “ganar la paz”, en su interés y en el interés del mundo entero. En todos los rincones del planeta, estos son tiempos difíciles para los constructores de paz. Pero el pueblo colombiano está mostrando una perseverancia extraordinaria y el coraje de continuar buscando las mediaciones necesarias para construir una democracia verdaderamente inclusiva.
También lea: "No se construye la paz convocando a un nuevo ciclo de guerra": Comisión de la Verdad
El éxito de Colombia puede enviar una señal de importancia mundial. Puede, en primer lugar, enviar una señal a Venezuela, una señal de esperanza frente a una crisis que tiene repercusiones en toda la región, con Colombia a cargo de un impresionante número de refugiados. Reiteramos que la solución para esta crisis multidimensional tiene que ser pacífica y democrática, a través de elecciones libres y justas que devuelvan la voz a los venezolanos. Y puede enviar una señal a los constructores de paz de todo el mundo.
Los colombianos han puesto fin al conflicto más largo y sangriento del hemisferio occidental. La paz siempre es posible, pero requiere coraje y perseverancia. Nosotros, los europeos, seguiremos apoyando el trabajo de todos aquellos que podrán demostrar el coraje de la paz, tanto en Colombia como en el resto del mundo.
* Alta representante de la política exterior y seguridad común de la Unión Europea.
Manténgase informado sobre las últimas noticias que suceden en Colombia y el Mundo, el más completo cubrimiento noticioso todos los días con el periódico El Espectador.
Colombia es un país que llevo en mi corazón. Hace tres años, los colombianos dieron esperanza a todo el mundo, demostrando que incluso la guerra más larga y violenta puede tener un final. Nadie imaginaba que construir la paz sería simple. Recuerdo los discursos pronunciados entonces, en los que dijimos que “ganar la paz” sería el desafío más difícil. Pero después de tres años, la gran mayoría de los colombianos no quiere volver a ese pasado de violencia. La Colombia de hoy es un país que quiere mirar hacia el futuro. Quiere demostrar que puede ganar la paz, todos los días y de una vez por todas.
Por eso hoy inicio mi tercera visita oficial en Colombia. Durante cada una de estas visitas he visto a Colombia cambiar y crecer al mismo tiempo que se afianzaron nuestras relaciones bilaterales. Hoy somos socios más cercanos, nuestras empresas invierten más y nuestros ciudadanos viajan libremente sin necesidad de visados. Tuve la oportunidad de conocer a representantes de la sociedad civil, líderes locales, académicos, hombres y mujeres de todos los orígenes sociales. Pude también conocer de primera mano testimonios de niñas y niños reincorporados: habían crecido con una pistola en sus manos y ahora, gracias a la paz, finalmente pueden ir a la escuela y perseguir sus aspiraciones. Es para ellos, y para todos los colombianos cuyas vidas han cambiado para mejor, que debemos continuar trabajando juntos hacia la reconciliación, la seguridad y el desarrollo de todos los componentes de la sociedad colombiana.
Construir la paz requiere de un trabajo continuo de todas las partes y actores involucrados. La forma de superar las dificultades en la implementación del Acuerdo es a través del diálogo y la participación política. La violencia siempre es inaceptable. Por todo ello, hemos condenado fuertemente el anuncio de un pequeño grupo de disidentes de las Farc de tomar las armas, mientras la gran mayoría está en proceso de reincorporación y comprometida con la legalidad. Seamos realistas: se necesita más coraje para desarmarse que para seguir luchando. El verdadero acto de heroísmo es cambiar de vida, ir a trabajar todos los días y estar allí todos los días para su familia.
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No debemos cerrar los ojos a las dificultades. Los ataques de los cuales son víctimas los líderes campesinos, los defensores de los derechos humanos y los excombatientes que dejaron las armas son un motivo de profunda preocupación. Sabemos que el Gobierno está haciendo muchos esfuerzos para detener los asesinatos y llevar a los responsables ante la justicia. Coincidimos en que es importante seguir avanzando con la protección de líderes locales y defensores, y al mismo tiempo para el desmantelamiento de las organizaciones criminales y sus redes de apoyo. La Unión Europea está preparada para continuar trabajando con el Gobierno y la sociedad civil, por ejemplo a través de un apoyo a la Unidad Especial de Investigación de la Fiscalía.
Nosotros, como Unión Europea, aquí estamos y estaremos. Seguiremos acompañando al Gobierno y a todos los que están comprometidos con la paz en el país, porque Europa cree en Colombia. Somos socios históricos, tenemos valores comunes y compartimos los mismos ideales en foros multilaterales.
Y apoyamos el proceso de paz desde el primer día, políticamente, pero también con un billón y medio de euros en inversiones para la reconciliación y el renacimiento económico del país. La Unión Europea promueve el crecimiento sostenible y la lucha contra la pobreza en las zonas más afectadas por el conflicto: apoyamos los esfuerzos gubernamentales desde el Chocó hasta el Putumayo, desde La Guajira, pasando por el Catatumbo, hasta Caquetá, con los más de 25 proyectos del Fondo Europeo para la Paz que trabajan en 11 departamentos.
La Unión Europea es el mayor inversor extranjero en Colombia. Nuestro acuerdo comercial ha tenido un impacto importante en la creación de nuevos empleos y en la diversificación de las exportaciones agroindustriales del país. Los avances nos invitan a superarnos, y también a enfrentar retos como la mejora de la infraestructura para favorecer la salida de los productos colombianos.
Los europeos queremos ayudar a los colombianos a “ganar la paz”, en su interés y en el interés del mundo entero. En todos los rincones del planeta, estos son tiempos difíciles para los constructores de paz. Pero el pueblo colombiano está mostrando una perseverancia extraordinaria y el coraje de continuar buscando las mediaciones necesarias para construir una democracia verdaderamente inclusiva.
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El éxito de Colombia puede enviar una señal de importancia mundial. Puede, en primer lugar, enviar una señal a Venezuela, una señal de esperanza frente a una crisis que tiene repercusiones en toda la región, con Colombia a cargo de un impresionante número de refugiados. Reiteramos que la solución para esta crisis multidimensional tiene que ser pacífica y democrática, a través de elecciones libres y justas que devuelvan la voz a los venezolanos. Y puede enviar una señal a los constructores de paz de todo el mundo.
Los colombianos han puesto fin al conflicto más largo y sangriento del hemisferio occidental. La paz siempre es posible, pero requiere coraje y perseverancia. Nosotros, los europeos, seguiremos apoyando el trabajo de todos aquellos que podrán demostrar el coraje de la paz, tanto en Colombia como en el resto del mundo.
* Alta representante de la política exterior y seguridad común de la Unión Europea.
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