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El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas entregó un balance sobre su visita a Colombia en el que incluyó su percepción sobre la implementación del Acuerdo de Paz y las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con la disidencia de las antiguas FARC, conocida como Estado Mayor Central.
Los representantes de los 15 Estados miembros que componer a esa instancia internacional estuvieron en Colombia entre el 7 y el 11 de febrero pasado. Su visita, que pasó por Bogotá, Caquetá, Valle del Cauca y Cartagena, respondía al seguimiento que ese organismo le hace desde hace ocho años al Acuerdo de Paz que firmó el Gobierno con la antigua guerrilla de las FARC.
Durante su estancia en el país tuvieron reuniones con altos funcionarios del Gobierno como Otty Patiño, comisionado para la Paz; así como con cabezas de las entidades que ejecutan el Acuerdo de Paz como Gloria Cuartas, directora de la Unidad de Implementación del Acuerdo de Paz. Además, estuvieron en Aguabonita, el antiguo ETCR ubicado en La Montañita, Caquetá, donde viven más de 500 excombatientes; y en Buenaventura, en el corazón del pacífico colombiano y uno de los lugares más afectados por el conflicto armado.
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La primera declaración ante el Consejo de Seguridad la hizo el jueves Carolyn Rodrigues Birkett, embajadora de Guyana ante ese organismo, y quien es la presidenta temporal del Consejo de Seguridad. “Los miembros del Consejo tuvieron la oportunidad de reunirse con interlocutores nacionales y otros parte habientes, entre ellos, el presidente Gustavo Petro, la vicepresidenta Francia Márquez y otros representantes de instituciones fundamentales para la aplicación de la paz, sociedad civil, organizaciones de mujeres, jóvenes y el equipo de país.
Sobre la implementación del Acuerdo de Paz de 2016, el Consejo dijo que las autoridades colombianas le había dado una panorámica sobre los esfuerzos que están llevando a cabo y que el presidente Gustavo Petro sabe que hay varios retos en esa ejecución. “Los miembros del Consejo fueron informados de los retos con los que se toparon en la aplicación del Acuerdo de Paz a pesar de la profunda voluntad política y compromiso en este sentido. El presidente manifestó su preocupación por los muchísimos excombatientes que han sido asesinados, los que están todavía en la cárcel y las solicitudes pendientes de amnistía”, explicó Rodrigues Birkett.
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Además, también se refirió a las peticiones de las comunidades sobre el capítulo étnico del Acuerdo de Paz. ”En presencia del vicepresidente nos reunimos con líderes colombianos y afrocolombianos que pidieron mayor coordinación entre las entidades locales y nacionales hablaron de la limitada aplicación del capítulo étnico y pidieron al Consejo de Seguridad que supervisar a la situación para garantizar que se aplica totalmente hablaron del racismo histórico el desplazamiento la destrucción de recursos naturales en sus territorios pidieron que se les escuchara más sobre todas las mujeres en los procesos de toma de decisiones”, afirmó.
Ante el Consejo también habló Pascale Baeriswyl, representante de Suiza, y quien también estuvo en Colombia. La delegada se pronunció sobre la posibilidad de que ese organismo amplié el mandato de la Misión de Verificación de la ONU para hacer verificación al cese al fuego entre el Gobierno y el EMC y dijo que alentaba a esa instancia a que la respuesta sea positiva.
Aunque hay una petición formal de Colombia para que esa entidad haga ese trabajo de verificación con ese grupo armado, como ya lo hace con ELN, el Consejo de Seguridad aún no ha aprobado esa tarea.
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