La bancada por la paz que están cocinando los elegidos en las curules de víctimas
Los 16 representantes tienen la idea de actuar en bloque en el Congreso para impulsar una agenda nacional y ponerle acelerador a la implementación del Acuerdo de Paz.
Cindy A. Morales Castillo
El próximo 20 de julio Colombia posesionará al nuevo Congreso con una particularidad especial: el ingreso de 16 nuevos representantes a la Cámara que el pasado 13 de marzo fueron elegidos y obtuvieron una de las curules de paz dirigidas como medida de reparación para las víctimas.
Le puede interesar: Los desafíos de las víctimas que obtuvieron una curul de paz en el Congreso
Pero al reto de convertirse en la voz de poco más de nueve millones de personas afectadas por la guerra, que han estado históricamente marginadas, se suma el de hacer política en Colombia y empezar a entender todo lo que implica el complejo mundo del Congreso.
Por ello, los nuevos representantes han estado en una carrera contrarreloj para empaparse de las minucias legislativas y han tenido arduas y largas sesiones para aprender sobre la Ley 5 de 1992 —el reglamento del Congreso— y sus modificaciones en la Ley 2003 de 2019. También han realizado encuentros con la Unidad de Víctimas para conocer más sobre la ley de política pública.
En contexto: Curules de paz, las víctimas llegan al Congreso
Pero los 16 elegidos también han tenido reuniones privadas en las que, según conoció Colombia+20, se está cocinando la idea de actuar como una bancada por la paz en el Congreso de la República para impulsar una agenda nacional en ese tema; pero sobre todo para exigirle al nuevo gobierno que se posesionará apenas unos días después de ellos —el próximo 7 de agosto— que acelere la implementación del Acuerdo de Paz. Justamente estas circunscripciones nacieron de ese pacto y tendrán dos períodos legislativos: 2022-2026 y 2026-2030.
La idea de esta unión ha sido acogida de manera unánime entre los nuevos congresistas, pese a las reticencias que hay hacia algunos elegidos que fueron cuestionados por sus mismos compañeros por recibir apoyos de clanes políticos tradicionales o por su relación con parapolíticos, entre otras denuncias. Colombia+20 le hizo seguimiento a algunas de ellas, que pueden ver aquí.
Además: El hijo de ‘Jorge 40′ y otros cuestionados elegidos a curules de víctimas
Personas cercanas a ese proceso le dijeron a este diario que la bancada es solo un paso de lo que se está estudiando para lograr una incidencia real de esos 16 congresistas en el poder Legislativo. Los otros dos escenarios son: conformar una comisión accidental de curules de paz o una comisión legal de paz y posconflicto. La diferencia es que la primera se designa solo para resolver asuntos específicos, mientras que la segunda debe ser creada a través de un proyecto de ley, recibe recursos y tiene una duración indefinida una vez es aprobada.
¿Qué significa una bancada de paz?
“En términos de incidencia, lo que pueden hacer 16 congresistas en bloque es diferente a lo que podría hacer solo uno de ellos como lobo solitario. Por eso es estratégica esa decisión. La conformación de esa comisión, más allá del esquema jurídico que usen, es perfectamente acorde al panorama que tienen en adelante quienes fueron elegidos en esos escaños”, explica Diego Rubiano, subcoordinador del Observatorio Político de la Misión de Observación Electoral (MOE).
Sin embargo, Rubiano agrega que, aun con la decisión de actuar en bloque, necesariamente tendrán que hacer coaliciones con otros partidos para no quedar aislados.
También: Siete cosas que debe saber sobre las 16 curules de paz
En ello coincide Juanita Goebertus, representante por el Partido Verde, quien afirma que la posibilidad de cooptación por parte de partidos políticos es un riesgo latente. “Si estos 16 representantes quieren pasar a la historia deben recordar todos los días que se deben a las víctimas, los campesinos, los indígenas y las comunidades afros de esos territorios que representan. Es por ellos por quienes deben trabajar cada día de los próximos cuatro años”, afirma.
Para Rubiano, entre los puntos prioritarios que deben empezar a gestionar esos nuevos congresistas está el tema de seguridad y seguimiento el Acuerdo de Paz. “Lo fundamental es el control político y presupuestal que se le haga a la implementación del Acuerdo, especialmente del punto uno [reforma rural] y el punto cuatro [sustitución de cultivos de uso ilícito]”, detalla.
Goebertus hace parte de la actual Comisión de Paz —que se debe renovar cada cuatro años mediante una proposición—, que ha impulsado el trabajo de implementación del Acuerdo de La Habana.
Para la representante, el trabajo legislativo de los nuevos congresistas debería concentrarse en acelerar dicha labor en los territorios, dado que aún está pendiente el 33,6 % de las normas necesarias para el desarrollo del Acuerdo de Paz. “Es muy importante que los 16 representantes de las curules de paz no pierdan de vista que su tarea es representar a los 170 municipios PDET [Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial]: los que más han sufrido la violencia, la pobreza, la incapacidad institucional y las economías ilegales”, explica.
Le puede interesar: Elecciones 2022: ¿Cómo será la agenda de paz en el nuevo Congreso?
Goebertus enfatiza en que el Congreso actual fue efectivo para evitar los ataques al Acuerdo, pero muy poco activo en el avance de las normas. “Sería clave que esta nueva bancada impulse normas como la ley de tierras, la especialidad agraria, la reforma política, el sometimiento de bandas criminales, el tratamiento penal especial de cultivadores y la reforma a la ley de víctimas, entre otras. Seguir adelante con el control político”.
El otro reto para estos congresistas será la configuración del nuevo gobierno y las directrices que se den desde el poder Ejecutivo en temas de paz. Esto sobre todo por la crisis humanitaria que atraviesan las zonas que ellos representan, todas asediadas por grupos armados como las disidencias de las Farc, las Agc (Clan del Golfo) y el Eln, entre otras.
¿Qué dicen los elegidos en las curules de las víctimas?
Este diario dialogó con tres de esos nuevos representantes sobre llegada del nuevo gobierno, los puntos de su agenda legislativa para impulsar las necesidades de las víctimas y algunos señalamientos que les hicieron a sus campañas, entre otras. Aquí cada una de sus respuestas.
Karen Manrique, representante de la circunscripción de Arauca.
Luis Ramiro Ricardo, representante de la circunscripción de Montes de María.
Diógenes Quintero, representante de la circunscripción de Catatumbo.
El próximo 20 de julio Colombia posesionará al nuevo Congreso con una particularidad especial: el ingreso de 16 nuevos representantes a la Cámara que el pasado 13 de marzo fueron elegidos y obtuvieron una de las curules de paz dirigidas como medida de reparación para las víctimas.
Le puede interesar: Los desafíos de las víctimas que obtuvieron una curul de paz en el Congreso
Pero al reto de convertirse en la voz de poco más de nueve millones de personas afectadas por la guerra, que han estado históricamente marginadas, se suma el de hacer política en Colombia y empezar a entender todo lo que implica el complejo mundo del Congreso.
Por ello, los nuevos representantes han estado en una carrera contrarreloj para empaparse de las minucias legislativas y han tenido arduas y largas sesiones para aprender sobre la Ley 5 de 1992 —el reglamento del Congreso— y sus modificaciones en la Ley 2003 de 2019. También han realizado encuentros con la Unidad de Víctimas para conocer más sobre la ley de política pública.
En contexto: Curules de paz, las víctimas llegan al Congreso
Pero los 16 elegidos también han tenido reuniones privadas en las que, según conoció Colombia+20, se está cocinando la idea de actuar como una bancada por la paz en el Congreso de la República para impulsar una agenda nacional en ese tema; pero sobre todo para exigirle al nuevo gobierno que se posesionará apenas unos días después de ellos —el próximo 7 de agosto— que acelere la implementación del Acuerdo de Paz. Justamente estas circunscripciones nacieron de ese pacto y tendrán dos períodos legislativos: 2022-2026 y 2026-2030.
La idea de esta unión ha sido acogida de manera unánime entre los nuevos congresistas, pese a las reticencias que hay hacia algunos elegidos que fueron cuestionados por sus mismos compañeros por recibir apoyos de clanes políticos tradicionales o por su relación con parapolíticos, entre otras denuncias. Colombia+20 le hizo seguimiento a algunas de ellas, que pueden ver aquí.
Además: El hijo de ‘Jorge 40′ y otros cuestionados elegidos a curules de víctimas
Personas cercanas a ese proceso le dijeron a este diario que la bancada es solo un paso de lo que se está estudiando para lograr una incidencia real de esos 16 congresistas en el poder Legislativo. Los otros dos escenarios son: conformar una comisión accidental de curules de paz o una comisión legal de paz y posconflicto. La diferencia es que la primera se designa solo para resolver asuntos específicos, mientras que la segunda debe ser creada a través de un proyecto de ley, recibe recursos y tiene una duración indefinida una vez es aprobada.
¿Qué significa una bancada de paz?
“En términos de incidencia, lo que pueden hacer 16 congresistas en bloque es diferente a lo que podría hacer solo uno de ellos como lobo solitario. Por eso es estratégica esa decisión. La conformación de esa comisión, más allá del esquema jurídico que usen, es perfectamente acorde al panorama que tienen en adelante quienes fueron elegidos en esos escaños”, explica Diego Rubiano, subcoordinador del Observatorio Político de la Misión de Observación Electoral (MOE).
Sin embargo, Rubiano agrega que, aun con la decisión de actuar en bloque, necesariamente tendrán que hacer coaliciones con otros partidos para no quedar aislados.
También: Siete cosas que debe saber sobre las 16 curules de paz
En ello coincide Juanita Goebertus, representante por el Partido Verde, quien afirma que la posibilidad de cooptación por parte de partidos políticos es un riesgo latente. “Si estos 16 representantes quieren pasar a la historia deben recordar todos los días que se deben a las víctimas, los campesinos, los indígenas y las comunidades afros de esos territorios que representan. Es por ellos por quienes deben trabajar cada día de los próximos cuatro años”, afirma.
Para Rubiano, entre los puntos prioritarios que deben empezar a gestionar esos nuevos congresistas está el tema de seguridad y seguimiento el Acuerdo de Paz. “Lo fundamental es el control político y presupuestal que se le haga a la implementación del Acuerdo, especialmente del punto uno [reforma rural] y el punto cuatro [sustitución de cultivos de uso ilícito]”, detalla.
Goebertus hace parte de la actual Comisión de Paz —que se debe renovar cada cuatro años mediante una proposición—, que ha impulsado el trabajo de implementación del Acuerdo de La Habana.
Para la representante, el trabajo legislativo de los nuevos congresistas debería concentrarse en acelerar dicha labor en los territorios, dado que aún está pendiente el 33,6 % de las normas necesarias para el desarrollo del Acuerdo de Paz. “Es muy importante que los 16 representantes de las curules de paz no pierdan de vista que su tarea es representar a los 170 municipios PDET [Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial]: los que más han sufrido la violencia, la pobreza, la incapacidad institucional y las economías ilegales”, explica.
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Goebertus enfatiza en que el Congreso actual fue efectivo para evitar los ataques al Acuerdo, pero muy poco activo en el avance de las normas. “Sería clave que esta nueva bancada impulse normas como la ley de tierras, la especialidad agraria, la reforma política, el sometimiento de bandas criminales, el tratamiento penal especial de cultivadores y la reforma a la ley de víctimas, entre otras. Seguir adelante con el control político”.
El otro reto para estos congresistas será la configuración del nuevo gobierno y las directrices que se den desde el poder Ejecutivo en temas de paz. Esto sobre todo por la crisis humanitaria que atraviesan las zonas que ellos representan, todas asediadas por grupos armados como las disidencias de las Farc, las Agc (Clan del Golfo) y el Eln, entre otras.
¿Qué dicen los elegidos en las curules de las víctimas?
Este diario dialogó con tres de esos nuevos representantes sobre llegada del nuevo gobierno, los puntos de su agenda legislativa para impulsar las necesidades de las víctimas y algunos señalamientos que les hicieron a sus campañas, entre otras. Aquí cada una de sus respuestas.