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Darío Acevedo Carmona ha sido un nombre muy sonado en la prensa en los últimos días. Lo han entrevistado para esclarecer una postura que reafirmó en una extensa conversación que tuvo con este diario: no cree que Colombia haya tenido conflicto armado, porque según él los postulados de las guerrillas se desdibujaron con el narcotráfico.
La cuestión cobra importancia porque es el tercer candidato del gobierno de Iván Duque para dirigir el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Los anteriores dos nombres tuvieron reparos públicos. El primero, Mario Javier Pacheco, había denigrado de esta institución y el segundo, Vicente Torrijos, salió de la Universidad del Rosario tras acreditar un título de doctorado que no tenía.
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Han pasado seis meses desde entonces y todavía no se conoce a quien encabezará la entidad que ha liderado la construcción de memoria del conflicto armado en Colombia. Sin embargo, Acevedo Carmona, doctor en historia de la Universidad de Huelva (España) desde 2004, parece ser el elegido. Aunque su nombre no deja de ser polémico por cuenta de que cree que, aunque la Ley de Víctimas dice que Colombia padeció un conflicto armado, “eso no puede convertirse en una verdad oficial”.
Para él, “la verdad no es única y no debe haber verdades oficiales”, porque “si se va a estigmatizar a un sector de la población por cualquier circunstancia, pues a su vez esos que estigmatizan podrán ser estigmatizados”. Esto, curiosamente, a pesar de que en los años 70 militó en movimientos insurgentes.
Su pasado en el Epl
Sus estudios universitarios de historia los inició y los terminó en la Universidad Nacional de Medellín, entre 1970 y 1980. Allí también desarrolló gran parte de su vida laboral como docente. En esos años fue que hizo parte del Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) en Medellín, una estructura política que desde la clandestinidad promovió la guerrilla del Ejército Popular de Liberación (Epl).Lea también: Proponen conformar un “bloque social y político” para defender el Centro de Memoria
Así lo ratificó José Vélez, un exmilitante del Epl, quien asegura conocer a Acevedo de esos tiempos. “Fui un simple simpatizante”, dice Acevedo. Vélez, en cambio, agregó que la militancia de Acevedo se dio durante sus labores en la fábrica Polímeros, ubicada en Itagüí (Antioquia), en donde fue directivo del sindicato, que era cercano al PCML. “Llevaba la vocería en los eventos sindicales de la época y hacía propaganda revolucionaria en favor de esta guerrilla”, dijo Vélez, el exmilitante del Epl.
En contraste, Acevedo resume todo en una anécdota: “Finalizando el año 73, cuando trabajaba en la fábrica Polímeros de Medellín, me notificaron que el PCML me concedía la militancia. Pero justo en esa semana se produjo la división dentro de ese partido y yo quedé con los divisionistas, que eran de la corriente marxista leninista maoísta (MLM), como el informante le dijo. Después esa tendencia se subdividió, porque criticamos la lucha armada”.
A raíz de esas divisiones, comenta, “quienes se quedaron defendiendo al Epl nos condenaron y nos amenazaron de muerte”. De ahí en adelante, Acevedo participaría en una serie de movimientos de izquierda, entre los que está el llamado Firmes, en donde participaron Enrique Santos Calderón, Gabriel García Márquez y hasta José Obdulio Gaviria. Este último, uno de los más importantes ideólogos de derecha de la Seguridad Democrática del expresidente Álvaro Uribe.
Su aterrizaje en la Seguridad Democrática
Finalizando el siglo XX, el profesor Acevedo, quien fue socio fundador de la Escuela Nacional Sindical, abandonó lo que él llama “el sindicalismo clasista y reclamista” y desde entonces se acercó al sector empresarial. De ahí en adelante siguió de cerca el proceso de paz del Caguán, entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Farc, y abogó “por la salida negociada del conflicto”, cuenta. “Luego me di cuenta de que lo que quería las Farc era tomarse el poder y que dicha negociación era una estrategia para acumular fuerzas”.Le puede interesar: Mario Pacheco ya no será el director del Centro de Memoria, pero el Gobierno sí lo nominó
Tras el rompimiento de esa negociación, Acevedo se unió a la política de mano dura que llevó a la Presidencia a Álvaro Uribe Vélez y se denominó la Seguridad Democrática. Sus escritos empezaron a cambiar y su posición frente al conflicto interno también. Por eso hoy afirma: “La lucha guerrillera se degradó a raíz de su cercanía con el narcotráfico so pretexto de financiarse. Eso es lo que hace que ese accionar perjudique la pretensión de hablar de un conflicto armado”.
En 2008 se encontraría nuevamente con José Obdulio Gaviria, en ese momento exfuncionario del segundo gobierno de Uribe, para escribir un capítulo en el libro Parapolítica. Verdades y mentiras, en donde sostiene: “Sobre el temor a que los paramilitares ahora se dediquen a la política, hay que anotar que hace tiempo lo están haciendo, que lo importante es que lo hagan sin la presión de las armas tal como se les permitió a los grupos guerrilleros luego de la firma de acuerdos de paz. No sería admisible que los miembros insurgentes perdonados se consideren con mayores calidades morales o mejor hoja de vida que la de los integrantes de otros grupos. Con ellos hubo generosidad, garantías, respeto, acogida y hasta amnistías para estimular su desmovilización”.
Hoy, tras su probable nombramiento en la dirección del Centro de Memoria, ratifica que no se aleja de lo que piensa, pero que como funcionario público no intentará imponer su ideología. No obstante, sí señaló que cambiará ciertos énfasis y tendrá políticas de coordinación y alianzas estratégicas con otras instituciones del Estado, como Colciencias y el Archivo General de la Nación, “lo que haga del CNMH un proyecto grande”. Al preguntarle si eso significaba una reestructuración de la entidad, Acevedo dijo que era probable, pero aseguró que no lo hará antes de revisar el estado del arte del Centro Nacional de Memoria.