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“Con (Álvaro) Uribe yo he tenido algunas diferencias y había una diferencia de fondo en la forma de conducir la guerra. Esto lo voy a decir mañana ante la Comisión de la Verdad, a donde voy a asistir porque creo que para honrar a las víctimas debo ir y contar mi verdad sobre los falsos positivos. Allá voy a decir que había dos concepciones diferentes entre el presidente y su ministro de Defensa. Uribe lo que quería era una derrota total de la guerrilla; lo mío era una derrota estratégica, debilitarnos para llevarlos a la mesa de negociación. Uribe siempre se opuso a reconocer el conflicto armado. Pensaba que la guerrilla era narcoterrorista y que no merecían esa interlocución como actores políticos”.
Con estas palabras, el expresidente Juan Manuel Santos dio detalles de lo que será su intervención este 11 de junio ante la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, en donde hablará por primera vez de los asesinatos de civiles presentados ilegítimamente como bajas en combate, mal llamados “falsos positivos”, que ocurrieron cuando era ministro de Defensa, en la presidencia de Álvaro Uribe Vélez.
Santos, en medio de un evento sobre los diez años de la Ley de Víctimas en la Universidad Externado, agregó que si bien ambos coincidían en la necesidad de mantener la presión militar, Uribe “nunca quiso reconocer el conflicto armado”. Para el expresidente, sin el reconocimiento del conflicto armado no puede haber justicia transicional. Y sin ella tampoco habría proceso de paz. Por eso resaltó la importancia de la creación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras que, por primera vez, le dio un reconocimiento a las víctimas de la guerra en Colombia y labró el camino hacia el Acuerdo de Paz.
“La importancia de esta ley la demuestra la presencia ni más ni menos del entonces secretario general las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, que vino cuando se promulgó la ley. Él lo ha dicho mil veces y lo sigue repitiendo: eso fue un ejemplo de Colombia para el mundo entero, pero también una ley que permitió que el proceso de paz en Colombia prosperara. El reconocimiento de las víctimas y convertirlas después en le centro de la negociación fue lo que le dio un respaldo internacional al proceso, pero, segundo, nos dio un norte, unos pilares alrededor de los cuales deberíamos negociar. Este es el primer proceso en el mundo que se hace bajo el paraguas del Estatuto de Roma”, explicó Santos.
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La columnista Laura Gil, quien moderó el evento, también le mencionó un encuentro que tuvo Santos con un reclutador que seducía a los jóvenes para luego ser llevados a otras ciudades, asesinados y posteriormente vestidos con prendas militares. “En ese momento, cuando le tocó aquel caso tan triste de Soacha, lo ayudó a establecer lo que estaba pasando... hablar con criminales de esa naturaleza podría traerle problemas jurídicos a usted”. Santos respondió: “Y así lo contar en la Comisión.... me fui con el general Padilla en una oficina de Naciones Unidas y ahí nos contaron todo”.
Santos insistió que nunca creyó en una guerra eterna: “Apenas gané la presidencia, ustedes recordarán que la frase de la llave de “la paz no está en el fondo del mar sino en mi bolsillo”, ya tenía bastante claro para dónde iba... Yo, antes de ser ministro, concebía la posibilidad de tener una negociación. Inclusive, el doctor Cristo una vez me acusó de conspirar de tumbar a a Samper por tratar de buscar la paz. Entonces yo tenía la idea de la derrota estratégica y lo hablé con el expresidente López Michelsen”.
Juan Fernando Cristo, exministro del Interior, congresista y creador de la Ley de Víctimas, recordó que una de las principales causas para tardar en ese reconocimiento del conflicto fue el rechazo del Ministerio de Defensa de aceptar que existían las víctimas de agentes del Estado. “Al Gobierno no le gustaba porque no querían reconocer a las victimas de agentes del Estado. Solo reconocían a las víctimas de los grupos ilegales, que era inaceptable en términos internacionales. Y lo otro que no les gustaba era el capítulo de restitución de tierras que nunca les ha gustado a ciertos sectores políticos”, añadió Cristo.
Cristo explicó que para el expresidente Uribe reconocer a las víctimas de los agentes del Estado era igualar a los soldados de Colombia con los guerrilleros de las Farc y del Eln. A este punto Santos agregó que por eso también está en contra de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP): “Es la misma posición, que mantiene hasta el día de hoy y en eso ha sido consistente hasta hoy”.
Santos complementó que cuando la ley ya estaba aprobada no tenía buena relación con el expresidente Uribe: “Ya no nos hablábamos. Todo comenzó cuando yo me copié de una política de Abraham Lincoln de llevar a los antiguos rivales al gobierno. Me traje al partido Liberal, a Germán Vargas, al partido Conservador con Juan Camilo Restrepo y Rafael Pardo entró al gabinete. Esa fue la primera ruptura, entonces, no tuve buena comunicación con Uribe. No hablábamos de ningún tema. Pero creo que la ruptura fundamental fue el reconocimiento del conflicto armado, porque no podía creer que por nombrar a unas personas que a él no le gustaban, porque yo iba a nombrar las que a mí me gustaban porque era el presidente, él tenga esa actitud tan hostil”.
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También descartó que el motivo de la ruptura fuera su reconciliación con el entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez: “Él también quiso eso. Inclusive él me llevó de una oreja a Hatogrande a una reunión con Chávez cuando reconocieron a Piedad Córdoba como intermediaria para la liberación de los secuestrados. Por eso pienso que la ley fue la ruptura”.
Para Pastora Mira, víctima de la guerra de San Carlos (Antioquia), el no reconocimiento de ese conflicto era justamente lo que reclamaban las víctimas. “Nos habían quitado los zapatos. Y la Ley 1448 lo que hizo fue unificar a las víctimas con sus derechos y con rutas iguales para todas. Nos dieron nombre y nos quitaron los apellidos. Tenemos familias que fueron afectadas por todos los actores, y no duele menos el asesinato de un hijo a partir de quién lo haya hecho”, señaló la lideresa.
Esa división de las víctimas, según Juan Manuel Santos, partió de la manipulación política y dio un ejemplo posterior sobre lo que sucedió en la renegociación del Acuerdo de Paz, cuando ganó el “no” en el plebiscito de 2016. “Recuerdo, por ejemplo, al expresidente Andrés Pastrana que llegó a mi oficina con cinco reclamos. Esos cinco se aceptaron. Mandé a Frank Pearl a su finca en Nilo (Cundinamarca) y dijo que listo. Luego resultó en contra, ¿por qué? Por razones políticas”, reveló el exmandatario.
Según Santos, la Ley de Víctimas y el proceso de paz buscaban que no hubiesen más víctimas y así reconciliar al país: “Esa reconciliación pasa por la verdad, la justicia, la reparación... cuántas víctimas no me decían a mí: ‘No quiero plata ni becas, quiero que me digan la verdad’”. Y con la restitución de tierras esperaba subsanar la desigualdad estructural: “Era de lo que más admiraba la comunidad internacional... El punto uno del Acuerdo de Paz es un programa de gobierno que resuelve gran parte del problemas por los que hoy sale la gente a protestar”.
Ante la pregunta de Laura Gil sobre por qué no intentó con mayor esfuerzo una salida negociada con la guerrilla del Eln, Santos reconoció que quizá sí faltó, pero era complicado llevar las dos negociaciones al tiempo y más cuando tardaron tanto con las Farc. Cuando intentaron con el Eln, ya su gobierno iba de salida. Sin embargo, dejó claro que es una deuda del Estado colombiano.