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El martes 10 de octubre la mesa de diálogos entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) realizó por primera vez una sesión plenaria en Colombia. La reunión se dio en el octavo piso de la sede de la Misión de Verificación de la ONU en el norte de Bogotá, a donde llegaron los 19 delegados.
Previo a esa reunión, se dio una corta rueda de prensa en la que participaron Pablo Beltrán, jefe de la delegación del ELN, y Otty Patiño, jefe de la del Gobierno.
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“El proceso de paz ya está suficientemente maduro para que se haga en Colombia y eso lo ha demostrado la estadía de Pablo y de los demás delegados al país y también los viajes a los territorios (...) Tenemos nada menos que el traslado de personas muy importantes, comandantes del ELN, que confiaron en la fuerza pública para hacer esos traslados. Eso de alguna manera, más allá del cese al fuego, está construyendo una confianza grande”, afirmó Patiño.
Beltrán se mostró un poco contrario a esa afirmación y dijo que, aunque la delegación del ELN está de acuerdo con el eventual traslado de la mesa a Colombia, considera que aún “hay riesgos de seguridad y riesgos políticos.”
“Nosotros consideramos que aun el proceso no tiene una madurez para que sesione de manera permanente aquí en Bogotá. ¿Qué significa eso? Esto implica riesgos de seguridad, riesgos políticos, esto hay que cuadrarle infraestructura y logística. El modelo de funcionamiento de esta mesa ha sido hacer ciclos en los países que son garantes” afirmó.
Al menos desde septiembre la mayor parte de la mesa se encuentra en Bogotá por las labores que se adelantan del cese al fuego —a través del Mecanismo de Monitoreo y Verificación — y de la Comité Nacional de Participación, cuya primera reunión de sectores se dio la semana pasada.
En la rueda de prensa también se explicó que cambiará el funcionamiento de la mesa de diálogos, que ahora será de carácter permanente. “Hasta ahora la mesa solo se encontraba en los ciclos, ahora cambia de funcionamiento. Entre ciclo y ciclo la mesa tiene que funcionar de manera permanente”, señaló Patiño.
Justamente esta reunión en Bogotá sirve para ambientar la posibilidad de que todos los trabajos de la mesa se hagan en Colombia, pero también como preparación para el quinto ciclo de negociación que se realizará a mediados de noviembre en México, y que podría ser el último en hacerse en los países garantes.
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¿En qué van los alivios humanitarios?
El 12 de diciembre del año pasado, al finalizar el primer ciclo de diálogos en Venezuela, se anunció un acuerdo sobre acciones y dinámicas Humanitarias. En ese momento, las delegaciones afirmaron que reconocían la “grave situación de violencia en los territorios” y que por ello “decidieron poner en ejecución un acuerdo parcial de atención de emergencias, que iniciará a partir de enero de 2023, sobre el Bajo Calima (Valle del Cauca) y el Medio San Juan (Chocó)”.
En contraprestación a ello, el Gobierno se comprometía a la “atención de emergencia humanitaria a un grupo de presos políticos del ELN.
Esto llevó a que el 22 de enero pasado se realizará una primera caravana humanitaria por esas zonas para recoger las necesidades de las poblaciones. Luego de ello, se entregó un informe a la vicepresidenta Francia Márquez, de lo que debería desplegarse un plan de acciones que aún no se ha hecho. Sobre los prisioneros, el único avance se conoció hace unos días. Este diario conoció que sería inminente la salida de 10 prisioneros en grave estado de salud, entre quienes están los de la lista inicial pactada con el Gobierno.
El tema de los alivios volvió a tocarse en la rueda de prensa. Tanto Patiño como Beltrán explicaron que se está trabajando en las “zonas críticas” a donde quieren llevar alivios humanitarios.
De acuerdo con el jefe de la delegación del ELN, se está avanzando en este punto en las zonas de Bajo Calima y Medio San Juan —las zonas priorizadas— y también en Bajo Cauca, Nordeste de Antioquia y Sur de Bolívar.
La delegación de Gobierno, se apartó un poco de este punto porque considera que los esfuerzos deberían concentrarse por ahora solo en las zonas de Bajo Calima y Medio San Juan. “Hasta el momento, la única zona crítica que se ha consagrado en la mesa es la de Bajo Calima y Medio San Juan. Hay otras zonas que están siendo propuestas por el ELN e incluso algunas comunidades de otras regiones están planteando esa posibilidad, pero la elección depende de esos factores: que se tenga esa potencialidad para no plantear demasiados zonas donde realmente la acción del Estado no produzca los efectos que nosotros deseamos”, dijo Patiño.
Beltrán también reveló que en días pasados estuvo de viaje en el Chocó y que hubo varias preguntas de las comunidades sobre cómo participar en el proceso.
En una publicación desde la cuenta de X (antes Twitter) de la delegación del ELN con una entrevista de Beltrán con el medio RT se explicó más a fondo esa visita. “Tuvimos tres equipos desplegados. ¿Qué estuvimos haciendo? Explicando el cese, los acuerdos de participación y los compromisos humanitarios y constatamos que hay unanimidad en el sentido en que va avanzando los acuerdos”, dijo.
Así va el cese al fuego
Durante la rueda de prensa, Patiño también se refirió al cese al fuego que empezó el pasado 3 de agosto y que se extenderá por seis meses con ese grupo armado. De acuerdo con el jefe de la delegación de Gobierno, el Mecanismo de Monitoreo y Verificación ha trabajado bien, aunque aún faltar afinar detalles.
Además, indicó que el próximo 3 de noviembre, cuando se cumplen los tres meses del alto fuego, se entregará un boletín que contendrá no solo los hechos que se hayan presentado, sino también recomendaciones para evitar los incidentes y que se puedan analizar. “El mecanismo no es para solucionar cosas que ya no tengan remedio, sino para evitar que hechos vuelvan a ocurrir. De hecho, el mecanismo ya lo ha hecho. Ha evitado choques entre las Fuerzas Militares y el ELN, ha logrado que cuando ha habido retención, haya liberaciones -contando desde luego con la buena voluntad de los frentes-”, dijo.
Y agrego:
“Este informe de estos tres meses va a significar que los siguientes tres meses haya una elevación de las tareas y de la manera como va a actuar el mecanismo de ahora en adelante. Esperamos que este informe que se cumple ahora tenga, demás del inventario de los hechos y de los casos resueltos, también los casos difíciles”, indicó.
Patiño también reconoció que uno de los obstáculos es que este es un cese bilateral y que, por tanto, no incluye a otros actores armados. “Ojalá podemos establecer un cese al fuego donde haya compromiso de las otras fuerzas que están tratando de entrar a los territorios, porque aquí en Colombia pasa que con el solo anuncio que ELN está entrando en un proceso de paz, inmediatamente otras fuerzas ilegales se avientan acopar esos territorios y desde luego eso es un eso es un proceso sin fin que no debe ocurrir”, indicó.