Seis momentos clave del diálogo con ELN, que cumple un año entre avances y crisis

El actual proceso de paz con esa guerrilla ha sido el que más ha avanzado en 30 años de negociaciones, pero ahora está en vilo tras la discusión que pidió el Gobierno sobre el secuestro. ¿Qué viene en la mesa de diálogos?

Redacción Colombia +20
21 de noviembre de 2023 - 11:45 a. m.
Una de las escenas más destacadas de este proceso fue esta, del encuentro del presidente Gustavo Petro y el líder guerrillero Antonio García en Cuba, donde encabezaron la clausura del tercer ciclo de negociaciones.
Una de las escenas más destacadas de este proceso fue esta, del encuentro del presidente Gustavo Petro y el líder guerrillero Antonio García en Cuba, donde encabezaron la clausura del tercer ciclo de negociaciones.
Foto: AFP - YAMIL LAGE
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Hace un año, el 21 de noviembre de 2022, en Caracas (Venezuela), el Gobierno Nacional y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) instalaron su mesa de diálogos de paz.

En las últimas semanas esta negociación entró en crisis, luego de que el grupo ilegal secuestró a Luis Manuel Díaz -padre del futbolista Lucho Díaz-. Aunque no es el primer tropiezo y hay una serie de críticas hondas a la mesa de diálogos y la estrategia de Paz Total del Gobierno Petro, los avances con el ELN en los últimos 12 meses convierten a estas conversaciones en las más fructíferas que se han adelantado en las últimas tres décadas, y que han involucrado a distintos gobiernos.

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“El balance es positivo al menos por tres razones: se recuperó el proceso de negociación con respeto por los protocolos que se habían acordado; se logró una agenda explicita, mucho más acotada y concreta, dirigida a la terminación del conflicto y con un tema de participación que ha avanzado; y el tercer elemento es que se acordó un cese al fuego que ha reducido significativamente la violencia”, asegura Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac).

Hasta ahora han transcurrido cuatro ciclos de diálogos (unos en México y otros en Venezuela), que han abordado temas claves como los alivios humanitarios, la participación social y las definiciones, protocolos y mecanismos del cese al fuego.

Sin embargo, el quinto ciclo, que debería estar en marcha, parece estar en el limbo ante la ausencia de respuesta del ELN a la propuesta del Gobierno de una reunión extraordinaria para abordar el tema de los secuestros, que minó la legitimidad del proceso tras el caso de Mane Díaz.

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“Todavía estamos esperando la respuestas. Es una propuesta porque la crisis se desarrolló por los hechos, pero también por las declaraciones que ha hecho el ELN sobre el secuestro, en el sentido de que lo legitima, dice que no es una violación al DIH y lo plantea como un elemento valido para la financiación. Las condiciones físicas están dadas, falta que el ELN tome alguna decisión frente a estas propuestas”, dijo en entrevista con Colombia+20 Otty Patiño, jefe de la delegación del Gobierno en estos diálogos.

Tras un año de diálogos y una crisis por superar, la pregunta clave es qué se puede esperar a futuro. Tanto el Gobierno como la sociedad colombiana y la comunidad internacional han sido explícitos en la exigencia de que el grupo ilegal respete el Derecho Internacional Humanitario y se comprometa a dejar de secuestrar. Pero hay otros temas de fondo que deben definirse, como el compromiso del grupo con el desarme y el fin del conflicto, la reparación de las víctimas y una propuesta de justicia transicional acorde con las realidades del país.

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Para Angélika Rettberg, profesora de la Universidad de los Andes y exnegociadora con el ELN, la apuesta clave en adelante debe ser “profesionalizar las conversaciones, organizar unas metas, asignar y preparar tareas, parar de saltar de crisis en crisis y definir unos protocolos de comunicaciones”.

Rettberg agrega que se necesita diseñar un proceso de participación “generoso y versátil”, que incluya el máximo posible de actores sociales (especialmente del sector minero-energético) en algunas regiones estratégicas. “Hay que definir un mecanismo para convertir las propuestas de la sociedad en una agenda realista en torno a la cual se puedan lograr acuerdos verificables que vayan acompañados del paulatino desarme del ELN. Sólo si el proceso de participación persuade al ELN de dejar las armas será eficaz”, asegura la profesora.

El representante para las relaciones Iglesia-Estado, monseñor Héctor Fabio Henao, quien acompaña la mesa de diálogos con esta guerrilla, asegura que se ha conseguido un enfoque estructural y de largo plazo en el proceso.

“La agenda ha avanzado y hay una decisión clara de implementar las transformaciones para la paz. Ya se han logrado definiciones en temas muy difíciles como la participación y el cese al fuego, que se espera que cada vez sea cualitativamente superior y más robusto. Hay un clamor del pueblo colombiano para que se avance en una solución a este conflicto”, asegura Henao.

Los siguientes seis momentos resumen parte de lo que se ha vivido en este primer año de diálogos, que entre avances y retrocesos ha mostrado la complejidad de acabar el conflicto con la guerrilla más antigua del continente.

1. Acuerdo de México: la hoja de ruta en una agenda

El segundo ciclo de la negociación de paz con la guerrilla resultó ser uno de los más provechosos hasta ese punto de la negociación. Esa fase se celebró en marzo en México, un punto lleno de simbolismo porque en 1992, en Tlaxcala, se había intentado un proceso de paz con el ELN.

El fin de ese ciclo dejó la presentación formal al país y a la comunidad internacional de la agenda definitiva que guiaría el diálogo entre las partes. El documento de seis puntos recogió en esencia la agenda que ya habían pactado el Gobierno de Juan Manuel Santos y esa guerrilla, aunque la amplió con temas más concretos a desarrollar.

El punto que resultó más novedoso, pero también más polémico, fue el que propuso “examinar, desde una perspectiva democrática, el modelo económico, el régimen político y las doctrinas que impiden la unidad y la reconciliación nacional.”. Eso representó un cambio radical frente a lo que fueron las negociaciones con las antiguas FARC en La Habana, en las que para el Estado colombiano esa fue una línea roja: no negociar el modelo económico. Ese punto aún no se discute dentro de la mesa de diálogos, aunque con las propuestas de la sociedad civil se pretende lograr ese cambio.

En el acuerdo de México también se dieron las primeras pinceladas para el cese al fuego y hostilidades, que finalmente empezó el pasado 3 de agosto.

2. El ataque a militares en Catatumbo y las tensiones entre el presidente Petro y la mesa de diálogos

Las actuaciones erráticas de la guerrilla, especialmente los hechos violentos que han perpetrado, han despertado llamados de atención del presidente Gustavo Petro sobre los diálogos.

El inicio de la tensión en realidad fue el cese al fuego que Petro decretó el 31 de diciembre de 2022 con cinco grupos armados, entre ellos el ELN, y que esa guerrilla rechazó porque no se había pactado en la mesa.

Luego, en marzo, apenas unos días después del Acuerdo de México, nueve soldados fueron asesinados en el municipio El Carmen (Norte de Santander), región del Catatumbo, tras ser atacados con explosivos por el ELN.

Ante el atentado, el mandatario convocó a consultas a la delegación del Gobierno en la mesa y a los representantes de los países garantes y acompañantes. “Un proceso de paz debe ser serio y responsable con la sociedad colombiana”, dijo entonces Petro.

Unos días después, ese llamado terminó en tres exigencias del presidente al ELN: que hablara de si tenía o no voluntad de paz, que dijera si estaba usando el proceso para fortalecerse militarmente, y que en el tercer ciclo debía pactarse el cese al fuego.

Un mes después, el 12 de mayo, y ya con la mesa negociando en La Habana, el presidente lanzó otra bomba. En medio de un encuentro con generales y almirantes de las Fuerzas Militares para aclarar los puntos clave de su política de seguridad y de su interdicción al narcotráfico, habló sobre esa guerrilla y dijo: “Los jefes del ELN se sientan en la mesa, ¿pero realmente mandan?”

Eso llevó al jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán a afirmar que la mesa “estaba en pausa”. La discusión se tranzó cuando el Gobierno reconoció el carácter político de esa guerrilla, así como la aplicación del DIH en la confrontación que el Estado sostiene con esa organización.

3. Los desencuentros con Antonio García, comandante del ELN

La relación entre el presidente Petro y el comandante del ELN empezó bien, pero se ha ido diluyendo. El 2 de junio, el fiscal general, Francisco Barbosa, dio a conocer que la Presidencia le había enviado una solicitud para que suspendiera las órdenes de captura en contra de Eliécer Erlington Chamorro, alias Antonio García, a razón de las negociaciones de paz.

Una semana después, al cierre del tercer ciclo, la mesa anunció la firma del acuerdo del cese al fuego por 180 días, un documento que firmaron Petro y García, y que se dio en el Salón de Protocolo de Cubanacán en La Habana (Cuba). “Nunca se había llegado tan lejos con el ELN”, dijo el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda.

Pero la luna de miel apenas duró hasta el 25 de julio, cuando García, a través de una columna de opinión, criticó al Gobierno y aseguró que había supuestos incumplimientos a los acuerdos pactados.

Además, el guerrillero hizo referencia a uno de los temas que sigue siendo espinoso en la negociación: el fin del secuestro y la financiación mientras dura el cese al fuego, ya que el acuerdo y los protocolos prohíben acciones como los secuestros extorsivos. “Si ahora no es posible cubrir los gastos de alimentación, vestido, salud y condiciones básicas para unas tropas en cese el fuego, menos habrá voluntad para acuerdos mayores, dijo el comandante de la guerrilla.

4. El inicio del cese al fuego y el Comité Nacional de Participación

El pasado 3 de agosto empezó a regir uno de acuerdos más importantes en 30 años de negociación con el ELN: un cese al fuego bilateral por seis meses, uno de los más largos que se ha pactado con esa guerrilla.

Ese mismo día también empezó a trabajar el Comité Nacional de Participación, la instancia con la que la sociedad civil se vincula al proceso de diálogo.

Aunque se esperaba que cada mes el Mecanismo de Verificación y Monitoreo (MMV) entregaría un informe oficial del sobre posibles incumplimientos de las partes en el cese al fuego, hasta ahora ese documento solo se ha compartido con la mesa de diálogos. El incumplimiento más grave hasta ahora es el secuestro del padre del futbolista Luis Díaz, que estuvo en poder de esa guerrilla por 13 días.

5. La primera reunión en Bogotá

Otro hecho inédito en este proceso de paz fue la primera sesión que tuvo la mesa de diálogo en Colombia. Ocurrió el pasado martes 10 de octubre en el octavo piso de la sede de la Misión de Verificación de la ONU en el norte de Bogotá, a donde llegaron los 19 delegados.

Allí se hizo seguimiento a algunos temas de la mesa, los avances del Comité Nacional de Participación, el Mecanismo de Monitoreo y Verificación del cese al fuego, entre otros temas.

Este hecho marca la posibilidad de que la mesa se traslade del todo a Colombia, un pedido que ha hecho especialmente la delegación de Gobierno.

6. El secuestro que puso en jaque la negociación

En este primer año la mayor crisis que ha enfrentado la mesa se desencadenó por el secuestro de Luis Manuel Díaz. Este tema, que históricamente ha sido complejo con el grupo guerrillero, puso en el ojo del huracán el proceso de diálogo y llevó al Gobierno a exigirle públicamente que elimine esta práctica y libere a todos los secuestrados que tiene en su poder.

La respuesta del máximo comandante del ELN, Antonio García, quien afirmó que “no se aceptarían imposiciones ni chantajes”, fortaleció las críticas contra esa guerrilla y llevó al Gobierno a pedir una reunión urgente para tratar este tema, que dejó en pausa el inicio del quinto ciclo de conversaciones.

Desde la óptica de Jorge Restrepo, director del Cerac, la crisis que atraviesa el proceso tendrá que redundar en acciones claras de las partes, de cara a la continuación de la negociación.

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Para el experto, “esta nueva ronda, si se concreta luego de la reunión solicitada, tiene que tener como resultado una decisión por parte del ELN sobre el secuestro. Un problema muy serio es cómo el Gobierno va a establecer esa condicionalidad de que no se puede seguir la negociación sin que se abandone el secuestro. Es una oportunidad única porque nunca antes un proceso de paz había avanzado tanto en favor del ELN y eso significa que para el grupo sería muy costoso abandonar el ejercicio de participación que se ha venido adelantando. El ELN, por primera vez en la historia, tiene mucho que perder si abandona esta negociación”.

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