La tensión que dejó en vilo la mesa de diálogos con disidencia de Iván Mordisco
Las partes tuvieron desacuerdos durante la semana previa a la instalación de la mesa, que estaba programada para el 8 de octubre. ¿Por qué el modelo del cese al fuego ha sido el punto crítico? Colombia+20 estuvo en Tibú, Norte de Santander, donde se adelantan las negociaciones.
Gloria Castrillón Pulido
Cindy A. Morales Castillo
*Enviadas especiales a Tibú, Norte de Santander
Las últimas horas han sido las más tensas para los delegados del Gobierno en el proceso de diálogo con las disidencias de las FARC, conocidas como Estado Mayor Central (EMC).
Luego de varias reuniones de última hora, en la mañana de este domingo ambas delegaciones confirmaron que sí se instalaría la mesa de diálogos de paz, como estaba previsto. Sin embargo, después de horas de reuniones de última hora, decidieron posponer el acto, así como el inicio del cese al fuego bilateral, que iban a arrancar este 8 de octubre.
En contexto: Gobierno y disidencia de Mordisco aplazan cese al fuego, pero iniciarán cese de operaciones ofensivas
El principal motivo de discusión entre el Gobierno y la disidencia, comandada por Iván Mordisco, fue la puesta en marcha del cese al fuego bilateral de carácter nacional, que se había acordado el pasado 19 de septiembre, en Suárez, Cauca. Luego de una serie de acciones de parte y parte, el acuerdo de cese despertó un rifirrafe que llevó a consultas de último momento y una seguidilla de pronunciamientos de ese grupo armado ilegal en sus redes sociales, algunos firmados directamente por Mordisco.
En contexto: En vilo mesa con disidencia: Mordisco reclama a Petro por cambios en acuerdo sobre cese
El punto de debate se centró en el decreto del cese al fuego que debe emitir el Ejecutivo. Distanciándose del acuerdo firmado en la vereda Playa Rica, en Suárez, el Gobierno propuso en la última semana un cese al fuego regional y escalonado, comenzando por la zona de Catatumbo, donde está prevista la instalación formal de la mesa.
El EMC, por su parte, ha insistido en que para instalar la mesa es necesario cumplir con lo acordado: un cese al fuego bilateral, pero de carácter nacional con vigencia de 10 meses.
En este momento,las partes están discutiendo otras opciones para implementar el cese al fuego bilateral de carácter nacional.
El pasado viernes en la noche, en un hotel de Cúcuta, donde se reunía la delegación del Gobierno, el coordinador Camilo González Posso explicó a Colombia+20: “Nos hemos comprometido a tener un decreto para ser promulgado al momento de la instalación. Hemos compartido los elementos claves de ese decreto con la delegación del EMC y ellos tienen reservas sobre varios puntos. Estamos a la espera del pronunciamiento que nos han dicho harán hoy o mañana temprano. Nos reuniremos en sesión conjunta y definiremos los pasos por seguir”.
¿Por qué el cambio en lo acordado para el cese al fuego?
El cambio en los términos del cese al fuego por parte del Gobierno obedeció a la decisión del presidente Gustavo Petro, respaldada por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y los altos mandos militares, de continuar con la ofensiva militar que le permita al Estado “recuperar” el control del cañón del Micay, zona estratégica del departamento de Cauca, en donde se ha ubicado el principal foco de enfrentamientos entre las partes.
En contexto: Así es la guerra en Cauca, entre ataques de disidencia de FARC y diálogos de paz
Tal como lo registró Indepaz en su más reciente informe, entre enero y septiembre de este año, en ese departamento se han presentado 105 acciones de confrontación armada y de hostilidades, siendo Argelia el municipio más afectado.
En febrero de este año el Gobierno lanzó su más ambiciosa ofensiva, la Operación Trueno, en la que ha desplegado alrededor de 1.000 uniformados del Ejército para disputar el control del territorio al frente Carlos Patiño, adscrito a esa disidencia. La población civil ha sufrido las consecuencias por cuenta de confinamientos, desplazamientos, amenazas y la acción de minas antipersonal, sin contar la suspensión del servicio de energía que sufrieron durante varios días por ataques a una subestación eléctrica en Argelia.
La guerra, que ha cercado especialmente al corregimiento de El Plateado, es por el control de uno de los mayores enclaves cocaleros del país. El precio para la población es vivir en medio de una crisis humanitaria que ha impuesto restricciones a su cotidianidad y les han vulnerado hasta el derecho de los niños y las niñas de acceder a la educación. Este diario denunció que hay una especie de “pico y placa” para que los menores vayan a estudiar.
“El presidente considera que el cese al fuego no puede condicionar la persecución del Estado a las rentas ilegales del narcotráfico, de las cuales se lucran no solo las cuatro estructuras del EMC que están en esa región, sino también las del ELN y las de Segunda Marquetalia (la otra disidencia de las FARC comandada por Iván Márquez)”, dijo una fuente cercana a la mesa de diálogos.
Lea también: La guerra en el Micay, la zona que abrió tensión entre Petro y disidencia de FARC
Petro fue directo con ese mensaje a los jefes guerrilleros en El Tambo, también en Cauca, el pasado martes durante la presentación de la política antidrogas: “Yo he dado la orden a todos los miembros del Ejército de tomar El Plateado. Yo la di después de que habían matado a policías por allá en otros pueblos. La di porque esta economía no puede seguir financiando la muerte de la sociedad colombiana, no nos podemos vestir de revolucionarios y ser traquetos en el alma”, dijo.
Por eso, desde el pasado lunes, los delegados del Gobierno en la mesa le propusieron a su contraparte que el cese al fuego fuera escalonado, que comenzara por Catatumbo, siguiera en Putumayo y Caquetá -en una segunda fase-, que la tercera fase pasara al Magdalena Medio y Guaviare, y dejara al final a Cauca en marzo de 2024.
La propuesta no fue bien recibida por los jefes del EMC, que empezaron a enviar mensajes por Whatsapp y trinos por X (antes Twitter). “Cada día nos levantamos con noticias repletas de intervenciones del presidente Gustavo Petro, la vicepresidenta Francia Márquez y el ministro de Defensa, Iván Velásquez, azuzando la guerra llamando a avanzar los operativos”, señaló Mordisco en un comunicado fechado el 4 de octubre, pero dado a conocer el pasado viernes.
En otro comunicado la disidencia reclama por cambios en lo que se acordó el 19 de septiembre: “El documento del Gobierno llega luego de la firma de Playa Rica, contiene resaltados en amarillo que tardarían varios días, probablemente hasta semanas, para concretarlo, lo que deja en duda la realización de la instalación de la mesa el 8 de octubre, porque en lo acordado en Playa Rica es que para el día de la instalación de la mesa debe estar el decreto de cese al fuego”, se afirma.
En la cuenta de esa disidencia en X, Mordisco también se pronunció sobre ese tema. “Sin decreto de cese al fuego no hay instalación de mesa, Gobierno debe cumplir lo acordado”, afirmó en respuesta a un trino del expresidente Ernesto Samper, en el que pedía al presidente Gustavo Petro que “debería decretar ya el cese al fuego (…). Dilatar el cese es mantener abiertas las puertas para que el conflicto siga cobrando víctimas inocentes de acciones inhumanitarias en las zonas de guerra”.
Ataque a Timba, el comienzo de la crisis
El anuncio de las disidencias de hacer una suspensión temporal de las acciones ofensivas en Cauca, para ambientar las reuniones con el Gobierno, envió un mensaje positivo para esta nueva fase de la negociación que se había reanudado en julio. Sin embargo, entre el 15 y 17 de septiembre perpetraron al menos dos ataques en Nariño. El primero fue en una confrontación con el ELN -con quienes se disputan el control del territorio-, que provocó el desplazamiento de 1.400 indígenas del resguardo awá El Sande, en los municipios de Samaniego y Santacruz. El segundo ocurrió en Santa Rosa de Cumbitara. En esa emboscada cuatro militares murieron.
Otra acción sucedió ese 17 de septiembre, pero en Mesetas, Meta. El grupo atacó con un artefacto explosivo a una patrulla de la Policía.
A pesar de ello, las delegaciones se sentaron en la mesa y anunciaron el pasado 19 de septiembre la fecha de instalación de la mesa y de inicio del cese al fuego. Pero unas horas después ocurrió el atentado con explosivos en Timba, Cauca, que dejó dos personas muertas y que abrió una profunda herida en el proceso.
Por ese lugar pasaron varias veces los delegados del Gobierno y de la población que participaron en el evento de Suárez, lo que dejó intranquilos a los negociadores, que se sintieron vulnerables aun en plena negociación.
La disputa por controlar Cauca se ha convertido en un punto de honor para las partes y ha puesto en vilo la continuidad de la negociación. El Gobierno se debate entre decretar un cese al fuego nacional o ganarse unos meses más para lograr el dominio de la zona.
Según investigadores de Indepaz, “la tensión se ha incrementado en el corredor entre Santander de Quilichao, Caloto y Corinto”. Justamente por ese lugar está Timba.
A pesar de los múltiples ataques que se han conocido, el conteo de Indepaz afirma que las acciones han empezado a disminuir desde julio. Ese mes las partes anunciaron la reanudación de los diálogos, que se habían suspendido en mayo tras el asesinato de cuatro niños indígenas que habían sido reclutados por el frente Carolina Ramírez, adscrito a esa disidencia. Mientras ese mes fueron cometidas 51 acciones, en agosto se perpetraron 43 y en septiembre 27.
Entre los tipos de afectaciones, las agresiones a la población civil son las acciones más perpetradas por el Estado Mayor Central entre enero y agosto. En ese período hubo 117 ataques, mientras que solo se presentaron 54 enfrentamientos con la Fuerza Pública. Solo el mes pasado esa relación cambió y los enfrentamientos (12) estuvieron por encima de las agresiones a la población (9).
Horas intensas de la delegación del Gobierno en los diálogos
Durante toda la semana los delegados del Gobierno se dedicaron a afinar los detalles para la instalación de la mesa de diálogos con el Estado Mayor Central, pero sobre todo con el cese al fuego.
El jueves la delegación terminó casi a la medianoche una larga reunión con el presidente Gustavo Petro, el ministro de Defensa, Iván Velásquez y la cúpula militar, en la que discutieron el borrador del decreto de un cese regional y escalonado.
El viernes los representantes del Gobierno tomaron el primer vuelo de Bogotá hacia Cúcuta y, aunque se esperaba que fueran a Tibú de inmediato, permanecieron en un hotel de la capital de Norte de Santander, donde adelantaron varias reuniones con representantes de las iglesias y la comunidad internacional.
Hacia las 10 de la mañana del viernes enviaron el borrador de decreto a los delegados de la guerrilla y esperaron todo el día la respuesta. Solo hasta las 9 de la mañana de este domingo 8 de octubre se confirmó que el evento de instalación de la mesa sí se llevaría a cabo, aunque finalmente no se consumó el objetivo de empezar formalmente la mesa.
El evento de instalación de la mesa de diálogos con el EMC
El evento se planeó para el polideportivo del municipio de Tibú, a donde han llegado delegaciones de campesinos y organizaciones sociales de diferentes lugares del país. Además, se presentarán nueve bandas musicales de niños y niñas y la noche del sábado habrá un evento con artistas en la calle principal de Tibú.
El acto de instalación empezó en la mañana de este domingo y se espera la participación de al menos 6.000 personas que vendrán no solo de los otros municipios del Catatumbo, sino de otras regiones del país.
La logística y organización está coordinada por la Mesa de Interlocución y Desarrollo al Acuerdo de Paz que es una plataforma de cerca de 20 organizaciones sociales campesinas e indígenas de esta zona del departamento
Lorena Sánchez, de Fensuagro y presidenta de la Asociación de Campesinos del Huila, dijo que durante las últimas horas han estado esperando que las delegaciones de Gobierno y EMC comuniquen su intención de instalar la mesa y decretar el cese al fuego bilateral. “Esperamos que el gobierno no nos falle y no deje la silla vacía, necesitamos que el diálogo se instale, nosotros seguimos dispuestos a construir la paz”, señaló en una rueda de prensa que las organizaciones dieron en el coliseo donde se desarrollará el evento.
Olger Pérez, directivo de la Asociación por la Unidad Campesina del Catatumbo, Asuncat explicó que las personas vendrán del Cauca, Guaviare, Guainía, Huila, Tolima, Cundinamarca, Santander, Vichada y Putumayo que se alojarán en sitios públicos como colegios, el coliseo y el seminario.
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Cerca de 150 personas que integran la guardia campesina de Asuncat (Asociación por la Unidad Campesina del Catatumbo), junto a la guardia indígena de la comunidad motilón barí y la guardia campesina del Guaviare, prestarán la seguridad al evento, en coordinación con la fuerza pública que ya hace presencia en el municipio.
Durante gran parte del día, un carro con un enorme parlante en su techo ha recorrido las calles del municipio con un mensaje que invita a los habitantes y visitantes a participar del evento del domingo.
Desde temprano, las delegaciones se reunieron en el club Barquito de Tibú, pero no llegaron al término necesario para instalar la mesa.
Las últimas horas han sido las más tensas para los delegados del Gobierno en el proceso de diálogo con las disidencias de las FARC, conocidas como Estado Mayor Central (EMC).
Luego de varias reuniones de última hora, en la mañana de este domingo ambas delegaciones confirmaron que sí se instalaría la mesa de diálogos de paz, como estaba previsto. Sin embargo, después de horas de reuniones de última hora, decidieron posponer el acto, así como el inicio del cese al fuego bilateral, que iban a arrancar este 8 de octubre.
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El principal motivo de discusión entre el Gobierno y la disidencia, comandada por Iván Mordisco, fue la puesta en marcha del cese al fuego bilateral de carácter nacional, que se había acordado el pasado 19 de septiembre, en Suárez, Cauca. Luego de una serie de acciones de parte y parte, el acuerdo de cese despertó un rifirrafe que llevó a consultas de último momento y una seguidilla de pronunciamientos de ese grupo armado ilegal en sus redes sociales, algunos firmados directamente por Mordisco.
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El punto de debate se centró en el decreto del cese al fuego que debe emitir el Ejecutivo. Distanciándose del acuerdo firmado en la vereda Playa Rica, en Suárez, el Gobierno propuso en la última semana un cese al fuego regional y escalonado, comenzando por la zona de Catatumbo, donde está prevista la instalación formal de la mesa.
El EMC, por su parte, ha insistido en que para instalar la mesa es necesario cumplir con lo acordado: un cese al fuego bilateral, pero de carácter nacional con vigencia de 10 meses.
En este momento,las partes están discutiendo otras opciones para implementar el cese al fuego bilateral de carácter nacional.
El pasado viernes en la noche, en un hotel de Cúcuta, donde se reunía la delegación del Gobierno, el coordinador Camilo González Posso explicó a Colombia+20: “Nos hemos comprometido a tener un decreto para ser promulgado al momento de la instalación. Hemos compartido los elementos claves de ese decreto con la delegación del EMC y ellos tienen reservas sobre varios puntos. Estamos a la espera del pronunciamiento que nos han dicho harán hoy o mañana temprano. Nos reuniremos en sesión conjunta y definiremos los pasos por seguir”.
¿Por qué el cambio en lo acordado para el cese al fuego?
El cambio en los términos del cese al fuego por parte del Gobierno obedeció a la decisión del presidente Gustavo Petro, respaldada por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y los altos mandos militares, de continuar con la ofensiva militar que le permita al Estado “recuperar” el control del cañón del Micay, zona estratégica del departamento de Cauca, en donde se ha ubicado el principal foco de enfrentamientos entre las partes.
En contexto: Así es la guerra en Cauca, entre ataques de disidencia de FARC y diálogos de paz
Tal como lo registró Indepaz en su más reciente informe, entre enero y septiembre de este año, en ese departamento se han presentado 105 acciones de confrontación armada y de hostilidades, siendo Argelia el municipio más afectado.
En febrero de este año el Gobierno lanzó su más ambiciosa ofensiva, la Operación Trueno, en la que ha desplegado alrededor de 1.000 uniformados del Ejército para disputar el control del territorio al frente Carlos Patiño, adscrito a esa disidencia. La población civil ha sufrido las consecuencias por cuenta de confinamientos, desplazamientos, amenazas y la acción de minas antipersonal, sin contar la suspensión del servicio de energía que sufrieron durante varios días por ataques a una subestación eléctrica en Argelia.
La guerra, que ha cercado especialmente al corregimiento de El Plateado, es por el control de uno de los mayores enclaves cocaleros del país. El precio para la población es vivir en medio de una crisis humanitaria que ha impuesto restricciones a su cotidianidad y les han vulnerado hasta el derecho de los niños y las niñas de acceder a la educación. Este diario denunció que hay una especie de “pico y placa” para que los menores vayan a estudiar.
“El presidente considera que el cese al fuego no puede condicionar la persecución del Estado a las rentas ilegales del narcotráfico, de las cuales se lucran no solo las cuatro estructuras del EMC que están en esa región, sino también las del ELN y las de Segunda Marquetalia (la otra disidencia de las FARC comandada por Iván Márquez)”, dijo una fuente cercana a la mesa de diálogos.
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Petro fue directo con ese mensaje a los jefes guerrilleros en El Tambo, también en Cauca, el pasado martes durante la presentación de la política antidrogas: “Yo he dado la orden a todos los miembros del Ejército de tomar El Plateado. Yo la di después de que habían matado a policías por allá en otros pueblos. La di porque esta economía no puede seguir financiando la muerte de la sociedad colombiana, no nos podemos vestir de revolucionarios y ser traquetos en el alma”, dijo.
Por eso, desde el pasado lunes, los delegados del Gobierno en la mesa le propusieron a su contraparte que el cese al fuego fuera escalonado, que comenzara por Catatumbo, siguiera en Putumayo y Caquetá -en una segunda fase-, que la tercera fase pasara al Magdalena Medio y Guaviare, y dejara al final a Cauca en marzo de 2024.
La propuesta no fue bien recibida por los jefes del EMC, que empezaron a enviar mensajes por Whatsapp y trinos por X (antes Twitter). “Cada día nos levantamos con noticias repletas de intervenciones del presidente Gustavo Petro, la vicepresidenta Francia Márquez y el ministro de Defensa, Iván Velásquez, azuzando la guerra llamando a avanzar los operativos”, señaló Mordisco en un comunicado fechado el 4 de octubre, pero dado a conocer el pasado viernes.
En otro comunicado la disidencia reclama por cambios en lo que se acordó el 19 de septiembre: “El documento del Gobierno llega luego de la firma de Playa Rica, contiene resaltados en amarillo que tardarían varios días, probablemente hasta semanas, para concretarlo, lo que deja en duda la realización de la instalación de la mesa el 8 de octubre, porque en lo acordado en Playa Rica es que para el día de la instalación de la mesa debe estar el decreto de cese al fuego”, se afirma.
En la cuenta de esa disidencia en X, Mordisco también se pronunció sobre ese tema. “Sin decreto de cese al fuego no hay instalación de mesa, Gobierno debe cumplir lo acordado”, afirmó en respuesta a un trino del expresidente Ernesto Samper, en el que pedía al presidente Gustavo Petro que “debería decretar ya el cese al fuego (…). Dilatar el cese es mantener abiertas las puertas para que el conflicto siga cobrando víctimas inocentes de acciones inhumanitarias en las zonas de guerra”.
Ataque a Timba, el comienzo de la crisis
El anuncio de las disidencias de hacer una suspensión temporal de las acciones ofensivas en Cauca, para ambientar las reuniones con el Gobierno, envió un mensaje positivo para esta nueva fase de la negociación que se había reanudado en julio. Sin embargo, entre el 15 y 17 de septiembre perpetraron al menos dos ataques en Nariño. El primero fue en una confrontación con el ELN -con quienes se disputan el control del territorio-, que provocó el desplazamiento de 1.400 indígenas del resguardo awá El Sande, en los municipios de Samaniego y Santacruz. El segundo ocurrió en Santa Rosa de Cumbitara. En esa emboscada cuatro militares murieron.
Otra acción sucedió ese 17 de septiembre, pero en Mesetas, Meta. El grupo atacó con un artefacto explosivo a una patrulla de la Policía.
A pesar de ello, las delegaciones se sentaron en la mesa y anunciaron el pasado 19 de septiembre la fecha de instalación de la mesa y de inicio del cese al fuego. Pero unas horas después ocurrió el atentado con explosivos en Timba, Cauca, que dejó dos personas muertas y que abrió una profunda herida en el proceso.
Por ese lugar pasaron varias veces los delegados del Gobierno y de la población que participaron en el evento de Suárez, lo que dejó intranquilos a los negociadores, que se sintieron vulnerables aun en plena negociación.
La disputa por controlar Cauca se ha convertido en un punto de honor para las partes y ha puesto en vilo la continuidad de la negociación. El Gobierno se debate entre decretar un cese al fuego nacional o ganarse unos meses más para lograr el dominio de la zona.
Según investigadores de Indepaz, “la tensión se ha incrementado en el corredor entre Santander de Quilichao, Caloto y Corinto”. Justamente por ese lugar está Timba.
A pesar de los múltiples ataques que se han conocido, el conteo de Indepaz afirma que las acciones han empezado a disminuir desde julio. Ese mes las partes anunciaron la reanudación de los diálogos, que se habían suspendido en mayo tras el asesinato de cuatro niños indígenas que habían sido reclutados por el frente Carolina Ramírez, adscrito a esa disidencia. Mientras ese mes fueron cometidas 51 acciones, en agosto se perpetraron 43 y en septiembre 27.
Entre los tipos de afectaciones, las agresiones a la población civil son las acciones más perpetradas por el Estado Mayor Central entre enero y agosto. En ese período hubo 117 ataques, mientras que solo se presentaron 54 enfrentamientos con la Fuerza Pública. Solo el mes pasado esa relación cambió y los enfrentamientos (12) estuvieron por encima de las agresiones a la población (9).
Horas intensas de la delegación del Gobierno en los diálogos
Durante toda la semana los delegados del Gobierno se dedicaron a afinar los detalles para la instalación de la mesa de diálogos con el Estado Mayor Central, pero sobre todo con el cese al fuego.
El jueves la delegación terminó casi a la medianoche una larga reunión con el presidente Gustavo Petro, el ministro de Defensa, Iván Velásquez y la cúpula militar, en la que discutieron el borrador del decreto de un cese regional y escalonado.
El viernes los representantes del Gobierno tomaron el primer vuelo de Bogotá hacia Cúcuta y, aunque se esperaba que fueran a Tibú de inmediato, permanecieron en un hotel de la capital de Norte de Santander, donde adelantaron varias reuniones con representantes de las iglesias y la comunidad internacional.
Hacia las 10 de la mañana del viernes enviaron el borrador de decreto a los delegados de la guerrilla y esperaron todo el día la respuesta. Solo hasta las 9 de la mañana de este domingo 8 de octubre se confirmó que el evento de instalación de la mesa sí se llevaría a cabo, aunque finalmente no se consumó el objetivo de empezar formalmente la mesa.
El evento de instalación de la mesa de diálogos con el EMC
El evento se planeó para el polideportivo del municipio de Tibú, a donde han llegado delegaciones de campesinos y organizaciones sociales de diferentes lugares del país. Además, se presentarán nueve bandas musicales de niños y niñas y la noche del sábado habrá un evento con artistas en la calle principal de Tibú.
El acto de instalación empezó en la mañana de este domingo y se espera la participación de al menos 6.000 personas que vendrán no solo de los otros municipios del Catatumbo, sino de otras regiones del país.
La logística y organización está coordinada por la Mesa de Interlocución y Desarrollo al Acuerdo de Paz que es una plataforma de cerca de 20 organizaciones sociales campesinas e indígenas de esta zona del departamento
Lorena Sánchez, de Fensuagro y presidenta de la Asociación de Campesinos del Huila, dijo que durante las últimas horas han estado esperando que las delegaciones de Gobierno y EMC comuniquen su intención de instalar la mesa y decretar el cese al fuego bilateral. “Esperamos que el gobierno no nos falle y no deje la silla vacía, necesitamos que el diálogo se instale, nosotros seguimos dispuestos a construir la paz”, señaló en una rueda de prensa que las organizaciones dieron en el coliseo donde se desarrollará el evento.
Olger Pérez, directivo de la Asociación por la Unidad Campesina del Catatumbo, Asuncat explicó que las personas vendrán del Cauca, Guaviare, Guainía, Huila, Tolima, Cundinamarca, Santander, Vichada y Putumayo que se alojarán en sitios públicos como colegios, el coliseo y el seminario.
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Cerca de 150 personas que integran la guardia campesina de Asuncat (Asociación por la Unidad Campesina del Catatumbo), junto a la guardia indígena de la comunidad motilón barí y la guardia campesina del Guaviare, prestarán la seguridad al evento, en coordinación con la fuerza pública que ya hace presencia en el municipio.
Durante gran parte del día, un carro con un enorme parlante en su techo ha recorrido las calles del municipio con un mensaje que invita a los habitantes y visitantes a participar del evento del domingo.
Desde temprano, las delegaciones se reunieron en el club Barquito de Tibú, pero no llegaron al término necesario para instalar la mesa.