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A pesar de la resistencia de varios sectores políticos y de la sociedad civil, las dos disidencias de las antiguas FARC lograron entrar en la ambiciosa apuesta de paz total del presidente Gustavo Petro.
Ambos grupos están hoy bajo la lupa no solo por esas negociaciones, sino por la forma en la que se ha dado su expansión y los dominios territoriales. El más reciente informe de la Fundación Conflict Responses (CORE) -que se hizo con el apoyo de la embajada de Canadá- sobre la Segunda Marquetalia y el Estado Mayor Central deja ver el crecimiento de esas disidencias, los intereses en la guerra y el control territorial, entre otros temas
El primero grupo en entrar en esas negociaciones fue el conocido como Estado Mayor Central (EMC), al mando de Néstor Gregorio Vera, conocido en la guerra como Iván Mordisco. Esa disidencia nació en julio de 2016, antes de la firma final del Acuerdo de Paz en noviembre de ese año, cuando el frente primero Armado Ríos anunció que se apartaba de lo negociado por sus compañeros.
Hace cinco meses, en octubre, con varios tropiezos e idas y vueltas, el Gobierno Petro logró instalar una mesa de diálogos con ese grupo armado que hasta ahora ha tenido como resultado un cese al fuego que ya completa ese mismo tiempo y cuyo periodo termina el próximo 15 de julio; además de otros acuerdos de transformación en territorios donde ejerce el control el EMC.
La Segunda Marquetalia, por otro lado, se creó el 29 de agosto de 2019 cuando Luciano Marín ‘Iván Márquez’, Seuxis Pausias Hernández ‘Jesús Santrich’, Henry Castellanos ‘Romaña’ y Hernán Darío Velásquez ‘el Paisa’, anunciaron que volvían a las armas. El único que aún está vivo es Iván Márquez, quien funge como comandante esa disidencia.
El anuncio del inicio formal de diálogos con ese grupo se dio hace un mes, el pasado 9 de febrero. Hasta ahora no se ha conocido información sobre cuál sería la agenda o, al menos, las peticiones con las que ambas partes llegan a la mesa; pero ya se anunció que el exmagistrado del CNE Armando Novoa será el jefe de la delegación de Gobierno, además de los nombres de los delegados por esa guerrilla.
El informe de CORE, que ya había publicado uno en 2021 también sobre ambos grupos, da algunas claves para entender sus debilidades y fortalezas y también sus similitudes y diferencias, pero también da un panorama general sobre sus unidades e injerencia territorial y cómo van en la paz total.
1. El crecimiento (o no) de esas disidencias
El informe de CORE explica que las unidades que componen ambos grupos que puede ir desde compañías, columnas móviles o frentes “varían en tamaño, injerencia y evolución”. Según sus mediciones, mientras el Estado Mayor Central ha aumentado sus unidades de 14 que tenía en 2021 a 26 que hay actualmente.
“El EMC también ha aumentado los lugares donde tienen injerencia. Quizá es más notable en el oriente antioqueño y el sur de Bolívar. Además, crearon en 2023 dos frentes en el Huila, con el fin de establecer un corredor claro entre sus unidades en Cauca y las del oriente”, dice el informe.
La Segunda Marquetalia pasó de 12 unidades confirmadas en el 2021 a máximo 15 actualmente. Para CORE, aunque es difícil señalar dónde ha tenido mayor expansión territorial esa disidencia desde su último informe de 2021, el lugar sería Caquetá donde los Comandos de la Frontera -fuertes en Putumayo- “han podido establecer injerencia en algunos municipios”.
El informe dice que la mejor manera de entender a la Segunda Marquetalia es a través de sus unidades y las fortalezas o debilidades de estas. “Las que existían antes del anuncio público de creación de la SM en 2019 y se le unieron al proyecto, suelen ser más fuertes que las que el grupo ha creado “orgánicamente” después”, dice el documento.
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2. La consolidación de las disidencias
La conclusión general de CORE sobre este tema es que el EMC está más cerca de consolidarse internamente que la Segunda Marquetalia. En detalle, hay matices sobre esa afirmación. En el caso del EMC no es que ya exista una jerarquía consolidada y centralizada, pero el grupo está caminando hacia ello con la perspectiva de dejar cierto tipo de autonomía a las unidades locales.
“El EMC ha dicho claramente que quieren refundar las FARC-EP 9. Dicen estar organizados igual que esa antigua guerrilla y usan los mismos estatutos10. La tendencia de lo interno indica que van en ese camino con un Estado Mayor Central como máxima instancia de toma de decisiones y un liderazgo cada vez más importante y personal por parte de ‘Iván Mordisco’”, explica el texto de CORE.
Y agrega que, por supuesto hay problemas de cohesión. Uno de los más notables, la expulsión de Oscar Barreto y Ángela Izquierdo, quien alcanzó a ser parte de la delegación de esa guerrilla, por al parecer, trabajar con inteligencia militar.
“En el caso del EMC, el informe dice el grupo parece tener una serie de “motivaciones emocionales” para sentarse a la mesa con el Gobierno (...) Quiren tener un acuerdo que lo diferencie de las FARC-EP extintas”
Fundación CORE
Con la Segunda Marquetalia, el informe dice: “Cada vez es menos claro cómo está organizada o si su evolución reciente representa un avance, un retroceso o una adaptación al nivel de poder de las unidades que existían antes de su creación y que luego se le unieron”.
Esto se ve para CORE, por ejemplo, en la forma en la que se firman los comunicados: “La organización nombra tres grandes unidades FARC-EP”, “Coordinadora Guerrillera del Pacífico” (CGP) y “Comandos de la Frontera – Ejército Bolivariano” (CdF), las cuales están unidas “bajo la bandera de la Segunda Marquetalia”. Como algunas de esas estructuras han señalado que están unidas bajo la figura de alianza, es posible para CORE que el modelo de esa disidencia se mueva hacia las coaliciones.
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3. La fortaleza desde lo local
Sobre este punto, el informe de CORE explica: “Los grupos disidentes nacieron en un intento por ganar una legitimidad en los territorios “libres” o “vacíos” durante y después de la firma del Acuerdo de Paz y convertirse -o seguir siendo- la autoridad”.
En ese sentido ambas disidencias tuvieron estrategias diferentes. El Estado Mayor Central “creó su organización con unidades en lo local”, dice CORE, mientras la Segunda Marquetalia intenta seguir haciendo una guerra más vertical. El informe afirma que el tiempo ha probado que es “más efectivo tener sus raíces en lo local que imponerlas desde afuera”.
En el caso del EMC, se ha probado que las unidades con líderes que son de la zona son mucho más fuertes o se han podido consolidar mejor que “otras unidades creadas por líderes que vienen desde afuera o que viene de otros frentes existentes”.
La Segunda Marquetalia también ha logrado esos fortalecimientos, pero solo en unidades que se crearon a nivel local como pasó en algunas zonas de Nariño.
4. ¿De dónde viene el EMC y la Segunda Marquetalia?
En el informe se intenta catalogar a los frentes de ambas disidencias basados en si su origen es una mezcla entre quienes firmaron y se apartaron del Acuerdo de Paz, los que nunca lo firmaron o si fue un “desdoblamiento”, al que catalogan como un grupo que se crea usando miembros de otros frentes existentes.
“Ni todo el EMC está integrado por gente que no firmó el Acuerdo de Paz de 2016, ni toda la SM se compone por gente que sí. Las raíces de ambas organizaciones no son tan blancas y negras”, dice el documento.
En el caso de la disidencia de Mordisco, predomina el desdoblamiento como origen de los frentes, mientras que en el grupo al mando de Iván Márquez, la mayoría son grupos rearmados, es decir que su origen es justo después de la dejación de armas tras la firma del Acuerdo de 2016.
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5. El poder o el dinero: ¿Qué interés mueve más a las disidencias?
El documento de CORE concluye que hay varias motivaciones para ambos grupos y que muchas de ellas van más allá de lo económico o lo político. “La discusión presume que las motivaciones de los líderes de los grupos armados son las mismas que las de sus miembros, aunque no siempre es así”, explica la Fundación en su informe y pone como ejemplo el caso de Iván Márquez.
“Iván Márquez sin duda es un estratega con intereses económicos, probablemente para consolidar su organización, pero también es innegablemente ideológico. Sin embargo, no todas las unidades de la Segunda Marquetalia comparten ese nivel de ideología: un comandante en Nariño dijo que no tiene ninguna capacidad política pero que tiene comandantes con esa visión por eso”, se explica.
Y agrega que el tema de la ideología, aunque ha habido capacitaciones, especialmente en la Segunda Marquetalia, aún no es una fortaleza. “Lo clave aquí es que tener una ideología o no, no quita que tengan intereses económicos porque los recursos financieros son necesarios para que cualquier organización armada financie su guerra”, dice CORE.
Entre esos intereses económicos están: el control del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión.
En el caso del EMC, el informe dice el grupo parece tener una serie de “motivaciones emocionales” para sentarse a la mesa con el Gobierno. “Tener un acuerdo que lo diferencie de las FARC-EP extintas, especialmente del Secretariado, es fundamental para ellos. Esto se ve reflejado en el hecho de que no buscan curules en el Congreso y quieren un acuerdo, por más grande o pequeño, que puedan mostrar que se cumplió y cambió las vidas de su percibida base”, indica.
En otro de los puntos del informe se menciona que se desconoce el destino de la economía de las disidencias.
“No se sabe con claridad para donde va la plata. Hay evidencia de que algunos comandantes locales del EMC sí se quedan con dinero en sus bolsillos (…) En cuanto a la Segunda Marquetalia, en Nariño, Putumayo y Venezuela, hay evidencia de que pasa lo mismo. No se sabe si estos grupos centralizan sus finanzas o no. Hasta ahora la evidencia indica que no, pero en el “EMC” es posible que ya haya empezado a suceder”, dice el documento.
Y agrega que una porción de los dineros de ambas se va para las organizaciones y armas de alta gama y otra parte en obras de infraestructura, “aunque parece que estas no son muy frecuentes”, asegura CORE.
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6. ¿Sabotean o no el Acuerdo de Paz?
Este quizás es uno de los puntos más duros del informe porque da cuenta del obstáculo en el que se han convertido las disidencias para acelerar la implementación del Acuerdo de Paz.
De acuerdo con el informe, han saboteado casi todos los puntos de ese pacto como la sustitución de cultivos ilícitos; la seguridad para el ejercicio de los liderazgos políticos; la protección de los derechos humanos de la población civil, de los líderes sociales y excombatientes. Además, en algunas zonas no han permitido las medidas de reparación colectivas, la erradicación de las minas antipersona o la entrega de tierras.
En el caso de la sustitución, “dado que una de sus fuentes de financiación es el narcotráfico, no tienen un incentivo económico de que este programa avance y explotan su incumplimiento para ganar legitimidad”, dice CORE.
Sobre las amenazas y homicidios a quienes ejercen liderazgos en las regiones, el documento dice que “aunque no son los únicos responsables, siguen siendo un factor que pone en riesgo” para la vida de líderes y/o lideresas sociales o ex-FARC.
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7. Petro no ha golpeado el poder de las disidencias
En términos generales, el informe de CORE indica que ha habido aumentos y disminuciones en algunos indicadores de seguridad. Por ejemplo, bajó el desplazamiento individual, cuyas cifras pasaron de 226.000 personas a 144.000 entre 2022 y 2023 y las víctimas de desplazamiento masivo también disminuyeron de 82.800 personas a 63.250 en el mismo periodo.
También el confinamiento, los ataques a la población civil y la cantidad de miembros de la Fuerza Pública muertos y heridos en actos de servicio. Esto, sobre todo por el cese al fuego. Pero aumentó el secuestro, la extorsión (aunque se hace la salvedad que las cifras son poco confiables) y el reclutamiento.
“La percepción – bastante real – de que los actores armados tienen mayor poder que hace un año está fuerte en el debate público. Es que la óptica importa: los videos de grupos armados – disidencias incluidas – patrullando zonas urbanas, entregando regalos en escuelas rurales- ha alimentado la percepción de que la inseguridad relacionada con los conflictos armados ha aumentado”, dice CORE.
Por último, el documento advierte que si bien las disidencias han seguido aumentando su poder en tres sentidos: expansión geográfica, control de las áreas donde ya tienen injerencia y número de miembros, es también cierto que la expansión del EMC va a un ritmo menor que con el gobierno de Iván Duque.
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