Crisis de la “paz total”: ¿qué es lo que está pasando con la disidencia de Mordisco?
El anuncio de la disidencia de las antiguas FARC, conocidas como Estado Mayor Central, de suspender la mesa de diálogo, sumó otro golpe para la estrategia de paz de Gustavo Petro. La disputa nuevamente se da por el control del cañón del Micay, punto de honor para las partes. El presidente admitió que fue prematura esa negociación. ¿Qué viene en ese proceso de diálogo?
Cindy A. Morales Castillo
La política de Paz Total del gobierno de Gustavo Petro atraviesa su peor momento. Sumado a la grave infracción al cese al fuego que ha supuesto el secuestro del padre de Luis Díaz por parte del ELN, la disidencia Estado Mayor Central (EMC) anunció el domingo, apenas 20 días después de instalada la mesa de diálogos con el Gobierno, que suspendía esa instancia de negociación.
Aunque tienen diferencias, tanto el proceso con el ELN como el que se lleva con el EMC -grupo comandado por Iván Mordisco- son la columna vertebral de la política de “paz total”. Por eso, estas crisis han dejado en el ambiente que el Gobierno no tiene clara su estrategia de diálogos y que está siendo muy blando en las negociaciones.
El mismo presidente Gustavo Petro admitió el martes que la negociación con esa disidencia fue prematura. “Decidimos una operación contra esa fuerza, conquistamos las posiciones dominantes, retiramos de esas posiciones estratégicas al EMC y vino una negociación política, quizá prematura en mi opinión, porque se les propuso en lugar de entrar al poblado disparando, que abandonaran y que entráramos a transformar todo el cañón del Micay en una economía lícita”, dijo el mandatario durante la ceremonia de aniversario de los 132 años de la Policía.
En contexto: Disidencia de FARC de Iván Mordisco anuncia que suspende mesa diálogo con Gobierno
Andrés Cajiao, investigador del área de Conflicto y Violencia Organizada de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) y uno de los autores del informe sobre la radiografía de ese grupo armado, afirmó a Colombia+20 que esa suspensión demuestra que el diálogo con las disidencias aún está en una fase muy incipiente.
“Ese hecho muestra dos cosas. Por un lado, que la fase exploratoria no logró realmente construir un proceso de diálogo con los mecanismos necesarios para tramitar controversias para poder sortear las crisis que tienen todas estas negociaciones. Eso lleva a que el proceso sea crudo, poco maduro. Por el otro lado, es que la percepción del EMC es que ellos tienen una postura fuerte en la negociación y que eso les da más maniobrabilidad por la expansión territorial sostenida que han venido teniendo”, afirma Cajiao. El experto afirma que el Gobierno también le ha dado muchas concesiones al grupo armado sin una retribución real de parte del EMC.
Otros expertos consultados por Colombia+20 han apuntado a que en las negociaciones con esa disidencia se ha sido más permisivo, incluso dándole un estatus político a un grupo que está más ligado al narcotráfico y que no tiene de fondo una lucha ideológica.
El Plateado, el mayor punto de discordia
En el caso del proceso con la disidencia de Mordisco, la razón de las constantes pugnas siempre ha girado en torno a un punto específico: el control por el cañón del Micay y específicamente por el corregimiento de El Plateado, en Argelia, Cauca.
El más reciente capítulo de esa disputa ocurrió el fin de semana, cuando al menos 200 uniformados del Batallón de Fuerzas Especiales Urbanas (Bafur) fueron retenidos en esa zona. De acuerdo con fuentes del Ejército, la población fue instrumentalizada por ese grupo armado para realizar el cercamiento del grupo de soldados.
Aunque en el comunicado del EMC no se hace mención directa a El Plateado, uno de los apartados del documento indicaría que la tensión por el control de ese territorio sigue siendo un punto de discordia.
“Los militares deberían salir de las zonas como fue el compromiso; sin embargo, la respuesta ha sido incrementar el pie de fuerza, copando todos los espacios que las partes nos comprometimos en desocupar, demandando en ellos una actuación contraria a los acuerdos adoptados, generando malestar en las comunidades y en la dirección”, sostuvo la disidencia de Mordisco.
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Fuentes le confirmaron a este diario que los militares retenidos llegaron a El Plateado el pasado 28 de octubre, un día antes de las elecciones regionales y en medio de otra controversia por el retraso en el traslado de material electoral por la presencia de miembros de la disidencia en el casco urbano de Argelia, algo que va en contra del decreto del cese al fuego.
En efecto, luego de que el material llegara a la zona, los militares se quedaron, como lo había advertido el comandante de las Fuerzas Militares, general Helder Giraldo.
En el comunicado, el Estado Mayor Central afirmaba que pese a la suspensión de la mesa se mantenía el cese al fuego.
El presidente Petro respondió el martes a esas declaraciones y le advirtió a ese grupo que no era posible no asistir a la mesa sin romper la tregua. “El cese al fuego solo es posible si avanza la negociación en sustitución de la economía ilícita y el fin de hostilidades a la población civil”, escribió el mandatario en su cuenta de X.
Y agregó: “Al EMC en el decreto presidencial se le estableció priorizar el abandono de los centros poblados y las vías principales y secundarias, y colaborar en la sustitución de la economía ilícita. Eso significaba abandonar El Plateado y su vía de conexión con Argelia y el cañón del Micay. Alisté el Gobierno para iniciar las inversiones para una sustitución de su economía”, afirmó Petro.
En el trino Petro también dio una larga explicación sobre lo que ocurre con el cañón del Micay, que concentra el 75 % de los cultivos de coca en Cauca, y cómo se había convertido en un fortín de grupos armados ligados al narcotráfico.
“El Plateado se convirtió, así, en una especie de bolsa de la cocaína a donde iban diferentes representantes de mafias a negociar. La base de la fase actual, de la violencia, es la economía ilícita y su lucha por controlarla”, afirmó el mandatario.
Además, el presidente describió cuál sería el plan del Gobierno para retomar el control de esa zona. “Personalmente, di la orden de comenzar la Operación Trueno para recuperar el cañón, articulado a una estrategia de sustitución de su economía ilícita de manera integral. En medio de la operación se presionó el cese al fuego y el inicio de la negociación con el EMC”, dijo.
Además: Las razones por las que congresistas piden renuncia de comisionado de Danilo Rueda
En efecto, la tensión por esa zona viene desde hace mediados de agosto, cuando las Fuerzas Militares empezaron la operación Trueno con el objetivo de recuperar el control sobre el municipio de Argelia, pero especialmente sobre el cañón del Micay.
La orden del presidente, como parte de la nueva política de drogas, fue transformar al cañón de Micay en un piloto del plan de sustitución de cultivos de uso ilícito. “Liberaremos el cañón del Micay, Cauca, de la economía ilícita y lo transformaremos en una región cafetera en manos del campesinado de la región”, publicó Petro el 28 de agosto en su cuenta de Twitter.
Las operaciones se dieron al tiempo de que se reanudaban las conversaciones de paz con el Estado Mayor Central. Justamente uno de sus frentes, el Carlos Patiño, es el que controla por completo esa zona, específicamente el corregimiento de El Plateado, que actúa como corredor para que salga la droga por el mar.
En cuanto avanzaron los diálogos con esa disidencia se hizo más evidente que el cañón del Micay era un punto de honor para ambas partes. De hecho, fue una decisión sobre ese lugar el que impidió que la mesa de diálogos de instalar el pasado 8 de octubre y tuviera que posponerse una semana más.
“Aquí va a ser clave el papel del Bloque Occidental porque son los que han puesto más resistencia a la militarización de esa zona. Ellos disputaron la zona con el ELN hasta que lograron hacerse con el control y ahora no quieren soltarlo. Así las cosas, El Plateado es hoy el punto más importante para la disidencia, por eso y por el control de la coca; pero también lo es para el Gobierno porque ha sido la primera muestra de poder militar que tiene y no fue nada menor”, dice Cajiao.
Además: ELN secuestró al padre de Luis Díaz: ¿qué puede implicar para la mesa de diálogos?
En su momento, el Gobierno pidió que el cese al fuego se diera escalonadamente por regiones y que Cauca fuera la última de ellas. La guerrilla, que comanda Iván Mordisco, leyó ese cambio en lo negociado como una forma de darle tiempo al Ejército para que lograra entrar a El Plateado.
Ese pulso lo ganó la guerrilla. El cese al fuego que empezó el 16 de octubre -el mismo día en que se instaló la mesa- quedó estipulado por tres meses y de carácter nacional.
¿Cómo seguir con la negociación?
Aunque la mesa logró instalarse ese 16 de octubre y se firmaron algunos protocolos para el funcionamiento del cese al fuego y el mecanismo de monitoreo, ninguna de esas instancias ha sido activada aún.
Para Cajiao, lo primero que debe hacerse a corto plazo es blindar ese proceso con todas esas reglas y normas, y que se surtan las etapas normales cuando se deban resolver controversias.
“Ambas partes están muy firmes en sus últimas comunicaciones. El Gobierno debe decidir: si cede demasiado, eso va a repercutir en el fortalecimiento del EMC dentro de la negociación, y si no cede nada, probablemente va a probar el estancamiento o la ruptura de los diálogos. Esa decisión debe estar basada en su estrategia de negociación a largo plazo que por ahora no ha sido tan clara”, explica Cajiao.
La delegación del Gobierno aún no se ha pronunciado acerca del anuncio del EMC sobre la suspensión de la mesa.
La política de Paz Total del gobierno de Gustavo Petro atraviesa su peor momento. Sumado a la grave infracción al cese al fuego que ha supuesto el secuestro del padre de Luis Díaz por parte del ELN, la disidencia Estado Mayor Central (EMC) anunció el domingo, apenas 20 días después de instalada la mesa de diálogos con el Gobierno, que suspendía esa instancia de negociación.
Aunque tienen diferencias, tanto el proceso con el ELN como el que se lleva con el EMC -grupo comandado por Iván Mordisco- son la columna vertebral de la política de “paz total”. Por eso, estas crisis han dejado en el ambiente que el Gobierno no tiene clara su estrategia de diálogos y que está siendo muy blando en las negociaciones.
El mismo presidente Gustavo Petro admitió el martes que la negociación con esa disidencia fue prematura. “Decidimos una operación contra esa fuerza, conquistamos las posiciones dominantes, retiramos de esas posiciones estratégicas al EMC y vino una negociación política, quizá prematura en mi opinión, porque se les propuso en lugar de entrar al poblado disparando, que abandonaran y que entráramos a transformar todo el cañón del Micay en una economía lícita”, dijo el mandatario durante la ceremonia de aniversario de los 132 años de la Policía.
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Andrés Cajiao, investigador del área de Conflicto y Violencia Organizada de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) y uno de los autores del informe sobre la radiografía de ese grupo armado, afirmó a Colombia+20 que esa suspensión demuestra que el diálogo con las disidencias aún está en una fase muy incipiente.
“Ese hecho muestra dos cosas. Por un lado, que la fase exploratoria no logró realmente construir un proceso de diálogo con los mecanismos necesarios para tramitar controversias para poder sortear las crisis que tienen todas estas negociaciones. Eso lleva a que el proceso sea crudo, poco maduro. Por el otro lado, es que la percepción del EMC es que ellos tienen una postura fuerte en la negociación y que eso les da más maniobrabilidad por la expansión territorial sostenida que han venido teniendo”, afirma Cajiao. El experto afirma que el Gobierno también le ha dado muchas concesiones al grupo armado sin una retribución real de parte del EMC.
Otros expertos consultados por Colombia+20 han apuntado a que en las negociaciones con esa disidencia se ha sido más permisivo, incluso dándole un estatus político a un grupo que está más ligado al narcotráfico y que no tiene de fondo una lucha ideológica.
El Plateado, el mayor punto de discordia
En el caso del proceso con la disidencia de Mordisco, la razón de las constantes pugnas siempre ha girado en torno a un punto específico: el control por el cañón del Micay y específicamente por el corregimiento de El Plateado, en Argelia, Cauca.
El más reciente capítulo de esa disputa ocurrió el fin de semana, cuando al menos 200 uniformados del Batallón de Fuerzas Especiales Urbanas (Bafur) fueron retenidos en esa zona. De acuerdo con fuentes del Ejército, la población fue instrumentalizada por ese grupo armado para realizar el cercamiento del grupo de soldados.
Aunque en el comunicado del EMC no se hace mención directa a El Plateado, uno de los apartados del documento indicaría que la tensión por el control de ese territorio sigue siendo un punto de discordia.
“Los militares deberían salir de las zonas como fue el compromiso; sin embargo, la respuesta ha sido incrementar el pie de fuerza, copando todos los espacios que las partes nos comprometimos en desocupar, demandando en ellos una actuación contraria a los acuerdos adoptados, generando malestar en las comunidades y en la dirección”, sostuvo la disidencia de Mordisco.
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Fuentes le confirmaron a este diario que los militares retenidos llegaron a El Plateado el pasado 28 de octubre, un día antes de las elecciones regionales y en medio de otra controversia por el retraso en el traslado de material electoral por la presencia de miembros de la disidencia en el casco urbano de Argelia, algo que va en contra del decreto del cese al fuego.
En efecto, luego de que el material llegara a la zona, los militares se quedaron, como lo había advertido el comandante de las Fuerzas Militares, general Helder Giraldo.
En el comunicado, el Estado Mayor Central afirmaba que pese a la suspensión de la mesa se mantenía el cese al fuego.
El presidente Petro respondió el martes a esas declaraciones y le advirtió a ese grupo que no era posible no asistir a la mesa sin romper la tregua. “El cese al fuego solo es posible si avanza la negociación en sustitución de la economía ilícita y el fin de hostilidades a la población civil”, escribió el mandatario en su cuenta de X.
Y agregó: “Al EMC en el decreto presidencial se le estableció priorizar el abandono de los centros poblados y las vías principales y secundarias, y colaborar en la sustitución de la economía ilícita. Eso significaba abandonar El Plateado y su vía de conexión con Argelia y el cañón del Micay. Alisté el Gobierno para iniciar las inversiones para una sustitución de su economía”, afirmó Petro.
En el trino Petro también dio una larga explicación sobre lo que ocurre con el cañón del Micay, que concentra el 75 % de los cultivos de coca en Cauca, y cómo se había convertido en un fortín de grupos armados ligados al narcotráfico.
“El Plateado se convirtió, así, en una especie de bolsa de la cocaína a donde iban diferentes representantes de mafias a negociar. La base de la fase actual, de la violencia, es la economía ilícita y su lucha por controlarla”, afirmó el mandatario.
Además, el presidente describió cuál sería el plan del Gobierno para retomar el control de esa zona. “Personalmente, di la orden de comenzar la Operación Trueno para recuperar el cañón, articulado a una estrategia de sustitución de su economía ilícita de manera integral. En medio de la operación se presionó el cese al fuego y el inicio de la negociación con el EMC”, dijo.
Además: Las razones por las que congresistas piden renuncia de comisionado de Danilo Rueda
En efecto, la tensión por esa zona viene desde hace mediados de agosto, cuando las Fuerzas Militares empezaron la operación Trueno con el objetivo de recuperar el control sobre el municipio de Argelia, pero especialmente sobre el cañón del Micay.
La orden del presidente, como parte de la nueva política de drogas, fue transformar al cañón de Micay en un piloto del plan de sustitución de cultivos de uso ilícito. “Liberaremos el cañón del Micay, Cauca, de la economía ilícita y lo transformaremos en una región cafetera en manos del campesinado de la región”, publicó Petro el 28 de agosto en su cuenta de Twitter.
Las operaciones se dieron al tiempo de que se reanudaban las conversaciones de paz con el Estado Mayor Central. Justamente uno de sus frentes, el Carlos Patiño, es el que controla por completo esa zona, específicamente el corregimiento de El Plateado, que actúa como corredor para que salga la droga por el mar.
En cuanto avanzaron los diálogos con esa disidencia se hizo más evidente que el cañón del Micay era un punto de honor para ambas partes. De hecho, fue una decisión sobre ese lugar el que impidió que la mesa de diálogos de instalar el pasado 8 de octubre y tuviera que posponerse una semana más.
“Aquí va a ser clave el papel del Bloque Occidental porque son los que han puesto más resistencia a la militarización de esa zona. Ellos disputaron la zona con el ELN hasta que lograron hacerse con el control y ahora no quieren soltarlo. Así las cosas, El Plateado es hoy el punto más importante para la disidencia, por eso y por el control de la coca; pero también lo es para el Gobierno porque ha sido la primera muestra de poder militar que tiene y no fue nada menor”, dice Cajiao.
Además: ELN secuestró al padre de Luis Díaz: ¿qué puede implicar para la mesa de diálogos?
En su momento, el Gobierno pidió que el cese al fuego se diera escalonadamente por regiones y que Cauca fuera la última de ellas. La guerrilla, que comanda Iván Mordisco, leyó ese cambio en lo negociado como una forma de darle tiempo al Ejército para que lograra entrar a El Plateado.
Ese pulso lo ganó la guerrilla. El cese al fuego que empezó el 16 de octubre -el mismo día en que se instaló la mesa- quedó estipulado por tres meses y de carácter nacional.
¿Cómo seguir con la negociación?
Aunque la mesa logró instalarse ese 16 de octubre y se firmaron algunos protocolos para el funcionamiento del cese al fuego y el mecanismo de monitoreo, ninguna de esas instancias ha sido activada aún.
Para Cajiao, lo primero que debe hacerse a corto plazo es blindar ese proceso con todas esas reglas y normas, y que se surtan las etapas normales cuando se deban resolver controversias.
“Ambas partes están muy firmes en sus últimas comunicaciones. El Gobierno debe decidir: si cede demasiado, eso va a repercutir en el fortalecimiento del EMC dentro de la negociación, y si no cede nada, probablemente va a probar el estancamiento o la ruptura de los diálogos. Esa decisión debe estar basada en su estrategia de negociación a largo plazo que por ahora no ha sido tan clara”, explica Cajiao.
La delegación del Gobierno aún no se ha pronunciado acerca del anuncio del EMC sobre la suspensión de la mesa.