El café de Cauca en manos de los jóvenes
Más de 600 mujeres y hombres entre los 17 y 35 años están cultivando café orgánico en este departamento para exportar a Europa. Este proyecto es impulsado por la Cooperativa del Sur de Cauca y ha mejorado sus ingresos económicos, su arraigo por el campo y su incidencia política.
Colombia2020/ @EEColombia2020
Los cultivos de café están pasando a las generaciones más jóvenes en Cauca. En el macizo colombiano, en el centro y el sur del departamento, 633 jóvenes están haciendo del campo su proyecto de vida. Muchos de ellos fueron cultivadores de coca o fueron reclutados por grupos armados ilegales.
En la Cooperativa del Sur de Cauca (Cosurca), desde enero de 2017, están acercándose a los jóvenes de sus familias y comunidades para mostrarles que el café sí es un negocio exitoso. Yohan Ledezma es uno de ellos. Vive junto con su esposa y su hija de cinco años en el municipio La Sierra, en la vereda Providencia y tiene 27 años. Nos dice que ha tenido la posibilidad de ser capacitado en agricultura orgánica, en temas administrativos, gerenciales y contables y que esto le ha dado la posibilidad de definir que quiere seguir trabajando de aquí en adelante en el campo.
“Hace unos años la única mirada que había era estudiar, irse la ciudad o prestar servicio militar. Hoy precisamente, la posibilidad es vivir del campo de manera organizada. Desde que inicié, mi pensamiento ha sido aportar mi granito de arena a la solución de todos los problemas ambientales y sociales que aquejan al Cauca y al país en general”, dice Yohan.
Así como él, los 633 jóvenes son cultivadores de cafés especiales, caña panelera y cultivos frutales como lulo o mora, que llevan al mercado local e internacional. Cosurca, como organización que lleva 25 años en este territorio, exporta cerca del 60% de su producción de café certificado como orgánico a Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, y los ha involucrado en este proceso de comercio justo. Les pagan a los productores $85.000 por arroba de café más una prima por pertenecer a una cadena de comercio justo, que puede alcanzar el 20% de los ingresos.
“Como este es un proyecto que se ejecuta con organizaciones legalmente constituidas mejoramos las capacidades de los líderes, construimos biofábricas para la producción de bonos orgánicos, y trabajamos con ellos en el mejoramiento y la adecuación de las sedes y centros de acopio. En cuanto a la formación política, les hablamos de qué significa ser campesino, de lo estipulado en el acuerdo de paz con las Farc y de las políticas minero-energéticas, temas del interés de las comunidades campesinas para que sepan cómo enfrentarlas”, resalta Lupercio Angulo, coordinador del proyecto con la Unión Europea.
Lea:Excombatientes de Farc en La Julia (Meta) buscan una vivienda digna
El proyecto con Cosurca en Cauca hace parte de la hoja de ruta que tiene la Unión Europea para respaldar a organizaciones de la sociedad civil que tienen proyectos agrícolas y de emprendimiento. Con este apoyo, Cosurca está fortaleciendo la participación de 238 mujeres y 395 hombres entre los 17 y los 35 años a través de la producción agrícola sostenible, el desarrollo organizacional y la incidencia política en el territorio.
Con un presupuesto de 989.945 euros, este grupo de personas está participando en giras empresariales, conversatorios intergeneracionales sobre el cuidado del campo y se le está ayudando con la financiación de sus estudios superiores a través de becas. Además de esto, el 70% de ellos están sacando producción de café orgánico en las parcelas que tienen en sus fincas, acompañados con equipos técnicos proporcionados por la UE.
Una de sus prioridades, además de brindarles un ambiente habilitante para que puedan tener provecho económico de sus cultivos, es fortalecer a las comunidades para que puedan hacer incidencia en políticas públicas, veeduría ciudadana y control social.
El resultado de este trabajo en conjunto con Cosurca es que el 40% de los jóvenes se asociaron a las organizaciones de base de Cosurca (que reúne a 12 organizaciones campesinas distribuidas por toda la región), lo que a su vez ha incrementado en un 30% su participación y el de las mujeres en cargos de dirección en estas organizaciones.
“Después de la desmovilización de las Farc encontramos en la región grupos armados que quieren controlar las rutas del narcotráfico. Cauca también es muy rico en minería desde el periodo de la Colonia. Hubo minas, esclavitud y también opera el Eln como factor de guerra”, describe René Ausecha, representante legal de la cooperativa. “Todo esto ha generado desplazamiento de jóvenes y el debilitamiento de las bases sociales; miedo y necesidades económicas. Hemos tratado de construir un nuevo proyecto de sociedad, de organización y país, y una nueva ética productiva con estos jóvenes”.
Según René, el campesino tiene una historia, una dignidad y es también un sujeto político. "La agricultura es el resultado del saber histórico, tan importante como cualquier profesión moderna, por eso queremos hacer una reinterpretación del campo con los jóvenes. No estamos hablando de un relevo generacional, sino de un diálogo entre generaciones para pasarle esta mirada que nosotros tenemos del campo a nuestros hijos”, reafirma.
Los cultivos de café están pasando a las generaciones más jóvenes en Cauca. En el macizo colombiano, en el centro y el sur del departamento, 633 jóvenes están haciendo del campo su proyecto de vida. Muchos de ellos fueron cultivadores de coca o fueron reclutados por grupos armados ilegales.
En la Cooperativa del Sur de Cauca (Cosurca), desde enero de 2017, están acercándose a los jóvenes de sus familias y comunidades para mostrarles que el café sí es un negocio exitoso. Yohan Ledezma es uno de ellos. Vive junto con su esposa y su hija de cinco años en el municipio La Sierra, en la vereda Providencia y tiene 27 años. Nos dice que ha tenido la posibilidad de ser capacitado en agricultura orgánica, en temas administrativos, gerenciales y contables y que esto le ha dado la posibilidad de definir que quiere seguir trabajando de aquí en adelante en el campo.
“Hace unos años la única mirada que había era estudiar, irse la ciudad o prestar servicio militar. Hoy precisamente, la posibilidad es vivir del campo de manera organizada. Desde que inicié, mi pensamiento ha sido aportar mi granito de arena a la solución de todos los problemas ambientales y sociales que aquejan al Cauca y al país en general”, dice Yohan.
Así como él, los 633 jóvenes son cultivadores de cafés especiales, caña panelera y cultivos frutales como lulo o mora, que llevan al mercado local e internacional. Cosurca, como organización que lleva 25 años en este territorio, exporta cerca del 60% de su producción de café certificado como orgánico a Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, y los ha involucrado en este proceso de comercio justo. Les pagan a los productores $85.000 por arroba de café más una prima por pertenecer a una cadena de comercio justo, que puede alcanzar el 20% de los ingresos.
“Como este es un proyecto que se ejecuta con organizaciones legalmente constituidas mejoramos las capacidades de los líderes, construimos biofábricas para la producción de bonos orgánicos, y trabajamos con ellos en el mejoramiento y la adecuación de las sedes y centros de acopio. En cuanto a la formación política, les hablamos de qué significa ser campesino, de lo estipulado en el acuerdo de paz con las Farc y de las políticas minero-energéticas, temas del interés de las comunidades campesinas para que sepan cómo enfrentarlas”, resalta Lupercio Angulo, coordinador del proyecto con la Unión Europea.
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El proyecto con Cosurca en Cauca hace parte de la hoja de ruta que tiene la Unión Europea para respaldar a organizaciones de la sociedad civil que tienen proyectos agrícolas y de emprendimiento. Con este apoyo, Cosurca está fortaleciendo la participación de 238 mujeres y 395 hombres entre los 17 y los 35 años a través de la producción agrícola sostenible, el desarrollo organizacional y la incidencia política en el territorio.
Con un presupuesto de 989.945 euros, este grupo de personas está participando en giras empresariales, conversatorios intergeneracionales sobre el cuidado del campo y se le está ayudando con la financiación de sus estudios superiores a través de becas. Además de esto, el 70% de ellos están sacando producción de café orgánico en las parcelas que tienen en sus fincas, acompañados con equipos técnicos proporcionados por la UE.
Una de sus prioridades, además de brindarles un ambiente habilitante para que puedan tener provecho económico de sus cultivos, es fortalecer a las comunidades para que puedan hacer incidencia en políticas públicas, veeduría ciudadana y control social.
El resultado de este trabajo en conjunto con Cosurca es que el 40% de los jóvenes se asociaron a las organizaciones de base de Cosurca (que reúne a 12 organizaciones campesinas distribuidas por toda la región), lo que a su vez ha incrementado en un 30% su participación y el de las mujeres en cargos de dirección en estas organizaciones.
“Después de la desmovilización de las Farc encontramos en la región grupos armados que quieren controlar las rutas del narcotráfico. Cauca también es muy rico en minería desde el periodo de la Colonia. Hubo minas, esclavitud y también opera el Eln como factor de guerra”, describe René Ausecha, representante legal de la cooperativa. “Todo esto ha generado desplazamiento de jóvenes y el debilitamiento de las bases sociales; miedo y necesidades económicas. Hemos tratado de construir un nuevo proyecto de sociedad, de organización y país, y una nueva ética productiva con estos jóvenes”.
Según René, el campesino tiene una historia, una dignidad y es también un sujeto político. "La agricultura es el resultado del saber histórico, tan importante como cualquier profesión moderna, por eso queremos hacer una reinterpretación del campo con los jóvenes. No estamos hablando de un relevo generacional, sino de un diálogo entre generaciones para pasarle esta mirada que nosotros tenemos del campo a nuestros hijos”, reafirma.