“El ELN debe escuchar a sus víctimas”: Patricia Tobón
La directora de la Unidad para las Víctimas dice que se debe dejar de usar el dolor de esta población para seguir polarizando el país. Explica el proceso que inició con las familias de los 22 cadetes que murieron en el ataque del ELN a la Escuela de Policía General Santander para que puedan ir a la mesa de diálogo con esta guerrilla.
Gloria Castrillón Pulido
El pasado 17 de enero se cumplieron cuatro años del atentado que el ELN propinó a la Escuela de Cadetes General Santander con la explosión de un carrobomba cargado con 80 kilos de pentonita que dejó 22 muertos y más de 100 heridos. Este hecho estuvo precedido por otro ataque contra una estación de policía en Barranquilla que el 27 de enero de 2018, dejó 5 uniformados muertos y fue la gota que rebosó la copa del gobierno de Iván Duque y la razón por la que se rompió el proceso de negociación que apenas arrancaba con ese gobierno.
En la conmemoración de ese cuarto aniversario, padres y madres de los jóvenes muertos en el atentado abordaron a la directora de la Unidad de Víctimas Patricia Tobón y le expresaron un clamor que ya le habían expresado, a través de cartas, al presidente Gustavo Petro, al ministro del Interior, Alfonso Prada, y al alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda: quieren ir a la mesa de negociación con el ELN.
Ese día, en medio de los actos que se celebraron en la misma Escuela de Cadetes donde habían muerto sus hijos, pactaron nuevos encuentros para resolver esa y otras solicitudes. El pasado 24 de marzo, en las instalaciones de la Unidad se encontraron y trazaron una ruta para satisfacer las necesidades de estas familias que reclamar verdad, justicia y reparación. En esta entrevista, en el Día de las Víctimas, la directora de la Unidad explica el proceso.
¿Por qué empezar este proceso para que las víctimas del ELN puedan hablar con la mesa de diálogos?
En este momento hay una victimización muy grande de la población civil. Las disputas que hay entre actores armados dejan víctimas sobre todo civiles. En este momento se requiere que el Ejército de Liberación Nacional actúe con sensatez y pueda avanzar en la mesa de negociación con el Gobierno porque la mayor afectación de este grupo se está generando en la población civil. Es necesario que se pueda avanzar en el cese bilateral del fuego cruzado y en los alivios humanitarios porque es lo que la población civil requiere. La paz es una aspiración, pero sobre todo es un mandato ciudadano por el que votó el país en este nuevo gobierno. Es un reclamo por el que el gobierno está obligado a avanzar. También es una obligación del ELN, porque es un clamor de las comunidades. Si la paz nos interesa a todos los colombianos, pues más a las víctimas, porque ellas han sido las directamente afectadas por este conflicto. La historia de los procesos de paz ha demostrado que la voz de ellas es muy importante para superar la polarización, la utilización del dolor de ellas para no avanzar en los procesos de diálogo.
¿Qué información tiene la Unidad de Víctimas sobre esa afectación que produce el ELN a la población civil?
Como directora de la Unidad de Víctimas sigo recibiendo solicitudes en el Registro Único de Víctimas. Del 24 de noviembre de 2022 al 31 de febrero del 2023 se han recibido 2.221 declaraciones en los municipios donde se ha identificado la presencia del ELN. Encontramos que el 47% de esos hechos victimizantes son atribuidos el ELN como presunto responsable. La Unidad para las Víctimas es consciente de que mientras los grupos armados sigan en la confrontación armada y no se logre con ellos un acuerdo, el número de victimizaciones seguirá aumentando en los territorios.
¿De qué tipo de afectaciones estamos hablando?
Tenemos registros de amenazas, homicidios, reclutamiento de menores, instalación de minas y artefactos explosivos, confinamientos, desplazamientos. Los reportes vienen de regiones como el nordeste antioqueño, el sur de Bolívar, sur del Cauca, el Pacífico sur, especialmente en el Alto, Bajo y Medio Baudó, en Chocó, en Arauquita, Buenaventura, Barrancabermeja, Remedios, Antioquia, y en el departamento del Guainía.
En contexto: ELN no acepta interciclo antes de los diálogos en La Habana, Cuba
¿Cómo hará posible que las víctimas puedan acceder a ir a la mesa de diálogos?
En esta fase del diálogo, que no es fácil, consideramos importante que las víctimas puedan ser escuchadas por el ELN. La Unidad va a desarrollar unos encuentros con estas víctimas para que sus voces sean escuchadas por la mesa directamente. Vamos a escuchar esos testimonios, a documentarlos y determinar cuál es la ruta que estas víctimas plantean y las garantías que requieren. Tendremos espacios preparatorios. Lo hemos hablado con el Alto Comisionado y con el jefe de la delegación de Gobierno. Hemos comenzado ya con algunas víctimas que se han acercado a la Unidad y con otras que hemos comenzado a buscar a través del Registro Único de Víctimas.
¿Cómo serán esos espacios?
Haremos cinco encuentros en cinco macrorregiones y uno nacional. Algunos serán cerrados, porque estarán las víctimas exponiendo sus casos y sus propuestas. Algunas de ellas nos han pedido que no sean públicos, porque tienen miedo. Se va a invitar a los delegados de la mesa de gobierno y del ELN a estos cinco encuentros. Debemos asegurar que puedan plantear cuáles son sus propuestas en aspectos como la verdad, la reparación y la no repetición. Esas propuestas se van a sistematizar, tanto las de casos emblemáticos como también de los casos más recientes. Al final, una delegación de víctimas irá a la mesa en el lugar que esté sesionando.
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¿Qué tipo de víctimas estarán allí, participarán, por ejemplo, las de los secuestros masivos del ELN que están en el exilio?
Algo que es muy difícil en todos los procesos de paz es cuando los responsables enfrentan los relatos de las víctimas, porque estas víctimas cuentan unos relatos cargados de mucho dolor y de la realidad de lo que ocurrió en la violencia del conflicto armado ejercida por los grupos hacia esas poblaciones. Eso es lo que hemos encontrado en los primeros relatos de las víctimas del ELN. Hay miedo, también hay zozobra. Van a participar personas que están en el exilio, personas que están en comunidades, muchas de ellas en situación de desplazamiento, personas del sector ganadero, de comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinas, mujeres que han sido víctimas de violencia sexual víctimas de minas antipersonas, de reclutamiento. Hemos avanzado con otras personas de la fuerza pública en unas mesas de trabajo para que se reconozcan sus hechos victimizantes.
Vea: Víctimas del ELN irán a la mesa de diálogos entre esta guerrilla y el Gobierno
¿Por qué se ha interesado especialmente en este grupo de familias de la Escuela de Cadetes?
La Unidad para las Víctimas tiene la misionalidad de escuchar a todas las víctimas del conflicto armado. Históricamente la polarización ha hecho que se mire el dolor de unas víctimas, no de todas. Yo he visto cómo a la población civil se le ha estigmatizado, se le ha cargado los problemas de la polarización, de los asuntos ideológicos con los que se justifica el conflicto. Esos prejuicios se le han cargado a las víctimas y se les ha hecho responsables de su victimización, inclusive se han naturalizado los hechos victimizantes. Las víctimas cargan con la estigmatización: si era militar, le pasó eso por militar; si es indígena, era guerrillero; si es un ganadero, entonces es paramilitar… y eso ha naturalizado y no ha permitido ver todos los matices y realidades que este conflicto. Uno de los retos es que el país escuche sus relatos, que los conozca y también deje de utilizar el dolor de las víctimas para seguir polarizando al país. Nosotros como país estamos heridos. Y desde ese dolor también se ejerce la política o se construye paz. Para nosotros es fundamental escuchar a las víctimas de la fuerza pública.
¿Cómo ha sido el proceso con estas familias?
Cuando yo llegué a la Unidad acompañé el reconocimiento del dolor de las familias en el aniversario del ataque, que fue una grave infracción al Derecho Internacional Humanitario porque la Escuela es un centro académico y los jóvenes no estaban en ese momento en confrontaciones bélicas. Las familias solicitaron atención psicosocial y ser escuchadas por la mesa de diálogo. La Unidad los está acompañando en una ruta de trabajo. Hicimos una reunión posterior y allí pidieron asesoría para que su caso sea revisado y declarado como delito de lesa humanidad, y que puedan ser incluidos en el Registro Único de Víctimas. También pidieron asesoría para que algunos miembros del equipo de seguridad de la Escuela de Cadetes puedan rendir declaración porque consideran que hubo responsabilidades en muchos niveles. Consideran que han sido invisibilizadas.
¿Cuál es la propuesta para el ELN?
Traen una propuesta al ELN para un proceso de verdad, consideran que este debe ser un caso emblemático de esclarecimiento de verdad. Quieren garantías de verdad, reparación y garantías de no repetición, como las que se tuvo en el proceso de paz suscrito con las FARC.
Vea nuestro especial multimedia sobre el proceso de paz con el ELN
El pasado 17 de enero se cumplieron cuatro años del atentado que el ELN propinó a la Escuela de Cadetes General Santander con la explosión de un carrobomba cargado con 80 kilos de pentonita que dejó 22 muertos y más de 100 heridos. Este hecho estuvo precedido por otro ataque contra una estación de policía en Barranquilla que el 27 de enero de 2018, dejó 5 uniformados muertos y fue la gota que rebosó la copa del gobierno de Iván Duque y la razón por la que se rompió el proceso de negociación que apenas arrancaba con ese gobierno.
En la conmemoración de ese cuarto aniversario, padres y madres de los jóvenes muertos en el atentado abordaron a la directora de la Unidad de Víctimas Patricia Tobón y le expresaron un clamor que ya le habían expresado, a través de cartas, al presidente Gustavo Petro, al ministro del Interior, Alfonso Prada, y al alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda: quieren ir a la mesa de negociación con el ELN.
Ese día, en medio de los actos que se celebraron en la misma Escuela de Cadetes donde habían muerto sus hijos, pactaron nuevos encuentros para resolver esa y otras solicitudes. El pasado 24 de marzo, en las instalaciones de la Unidad se encontraron y trazaron una ruta para satisfacer las necesidades de estas familias que reclamar verdad, justicia y reparación. En esta entrevista, en el Día de las Víctimas, la directora de la Unidad explica el proceso.
¿Por qué empezar este proceso para que las víctimas del ELN puedan hablar con la mesa de diálogos?
En este momento hay una victimización muy grande de la población civil. Las disputas que hay entre actores armados dejan víctimas sobre todo civiles. En este momento se requiere que el Ejército de Liberación Nacional actúe con sensatez y pueda avanzar en la mesa de negociación con el Gobierno porque la mayor afectación de este grupo se está generando en la población civil. Es necesario que se pueda avanzar en el cese bilateral del fuego cruzado y en los alivios humanitarios porque es lo que la población civil requiere. La paz es una aspiración, pero sobre todo es un mandato ciudadano por el que votó el país en este nuevo gobierno. Es un reclamo por el que el gobierno está obligado a avanzar. También es una obligación del ELN, porque es un clamor de las comunidades. Si la paz nos interesa a todos los colombianos, pues más a las víctimas, porque ellas han sido las directamente afectadas por este conflicto. La historia de los procesos de paz ha demostrado que la voz de ellas es muy importante para superar la polarización, la utilización del dolor de ellas para no avanzar en los procesos de diálogo.
¿Qué información tiene la Unidad de Víctimas sobre esa afectación que produce el ELN a la población civil?
Como directora de la Unidad de Víctimas sigo recibiendo solicitudes en el Registro Único de Víctimas. Del 24 de noviembre de 2022 al 31 de febrero del 2023 se han recibido 2.221 declaraciones en los municipios donde se ha identificado la presencia del ELN. Encontramos que el 47% de esos hechos victimizantes son atribuidos el ELN como presunto responsable. La Unidad para las Víctimas es consciente de que mientras los grupos armados sigan en la confrontación armada y no se logre con ellos un acuerdo, el número de victimizaciones seguirá aumentando en los territorios.
¿De qué tipo de afectaciones estamos hablando?
Tenemos registros de amenazas, homicidios, reclutamiento de menores, instalación de minas y artefactos explosivos, confinamientos, desplazamientos. Los reportes vienen de regiones como el nordeste antioqueño, el sur de Bolívar, sur del Cauca, el Pacífico sur, especialmente en el Alto, Bajo y Medio Baudó, en Chocó, en Arauquita, Buenaventura, Barrancabermeja, Remedios, Antioquia, y en el departamento del Guainía.
En contexto: ELN no acepta interciclo antes de los diálogos en La Habana, Cuba
¿Cómo hará posible que las víctimas puedan acceder a ir a la mesa de diálogos?
En esta fase del diálogo, que no es fácil, consideramos importante que las víctimas puedan ser escuchadas por el ELN. La Unidad va a desarrollar unos encuentros con estas víctimas para que sus voces sean escuchadas por la mesa directamente. Vamos a escuchar esos testimonios, a documentarlos y determinar cuál es la ruta que estas víctimas plantean y las garantías que requieren. Tendremos espacios preparatorios. Lo hemos hablado con el Alto Comisionado y con el jefe de la delegación de Gobierno. Hemos comenzado ya con algunas víctimas que se han acercado a la Unidad y con otras que hemos comenzado a buscar a través del Registro Único de Víctimas.
¿Cómo serán esos espacios?
Haremos cinco encuentros en cinco macrorregiones y uno nacional. Algunos serán cerrados, porque estarán las víctimas exponiendo sus casos y sus propuestas. Algunas de ellas nos han pedido que no sean públicos, porque tienen miedo. Se va a invitar a los delegados de la mesa de gobierno y del ELN a estos cinco encuentros. Debemos asegurar que puedan plantear cuáles son sus propuestas en aspectos como la verdad, la reparación y la no repetición. Esas propuestas se van a sistematizar, tanto las de casos emblemáticos como también de los casos más recientes. Al final, una delegación de víctimas irá a la mesa en el lugar que esté sesionando.
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¿Qué tipo de víctimas estarán allí, participarán, por ejemplo, las de los secuestros masivos del ELN que están en el exilio?
Algo que es muy difícil en todos los procesos de paz es cuando los responsables enfrentan los relatos de las víctimas, porque estas víctimas cuentan unos relatos cargados de mucho dolor y de la realidad de lo que ocurrió en la violencia del conflicto armado ejercida por los grupos hacia esas poblaciones. Eso es lo que hemos encontrado en los primeros relatos de las víctimas del ELN. Hay miedo, también hay zozobra. Van a participar personas que están en el exilio, personas que están en comunidades, muchas de ellas en situación de desplazamiento, personas del sector ganadero, de comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinas, mujeres que han sido víctimas de violencia sexual víctimas de minas antipersonas, de reclutamiento. Hemos avanzado con otras personas de la fuerza pública en unas mesas de trabajo para que se reconozcan sus hechos victimizantes.
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¿Por qué se ha interesado especialmente en este grupo de familias de la Escuela de Cadetes?
La Unidad para las Víctimas tiene la misionalidad de escuchar a todas las víctimas del conflicto armado. Históricamente la polarización ha hecho que se mire el dolor de unas víctimas, no de todas. Yo he visto cómo a la población civil se le ha estigmatizado, se le ha cargado los problemas de la polarización, de los asuntos ideológicos con los que se justifica el conflicto. Esos prejuicios se le han cargado a las víctimas y se les ha hecho responsables de su victimización, inclusive se han naturalizado los hechos victimizantes. Las víctimas cargan con la estigmatización: si era militar, le pasó eso por militar; si es indígena, era guerrillero; si es un ganadero, entonces es paramilitar… y eso ha naturalizado y no ha permitido ver todos los matices y realidades que este conflicto. Uno de los retos es que el país escuche sus relatos, que los conozca y también deje de utilizar el dolor de las víctimas para seguir polarizando al país. Nosotros como país estamos heridos. Y desde ese dolor también se ejerce la política o se construye paz. Para nosotros es fundamental escuchar a las víctimas de la fuerza pública.
¿Cómo ha sido el proceso con estas familias?
Cuando yo llegué a la Unidad acompañé el reconocimiento del dolor de las familias en el aniversario del ataque, que fue una grave infracción al Derecho Internacional Humanitario porque la Escuela es un centro académico y los jóvenes no estaban en ese momento en confrontaciones bélicas. Las familias solicitaron atención psicosocial y ser escuchadas por la mesa de diálogo. La Unidad los está acompañando en una ruta de trabajo. Hicimos una reunión posterior y allí pidieron asesoría para que su caso sea revisado y declarado como delito de lesa humanidad, y que puedan ser incluidos en el Registro Único de Víctimas. También pidieron asesoría para que algunos miembros del equipo de seguridad de la Escuela de Cadetes puedan rendir declaración porque consideran que hubo responsabilidades en muchos niveles. Consideran que han sido invisibilizadas.
¿Cuál es la propuesta para el ELN?
Traen una propuesta al ELN para un proceso de verdad, consideran que este debe ser un caso emblemático de esclarecimiento de verdad. Quieren garantías de verdad, reparación y garantías de no repetición, como las que se tuvo en el proceso de paz suscrito con las FARC.
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