El Estrecho: la nueva zona de reincorporación de las Farc

En este corregimiento del sur del Cauca se concentraron los excombatientes que dejaron las armas en el municipio de Policarpa (Nariño), donde fracasó la construcción de la zona veredal. Son más de 150 exguerrilleros en 10 hectáreas de tierra. Pretenden comprar las 30 hectáreas que suma la hacienda “Senderos de paz”.

Edinson Arley Bolaños / @eabolanos
19 de enero de 2018 - 02:00 p. m.
A 9 kilómetros del corregimiento de El Estrecho, sobre las faldas del Valle del Patía, está ubicada la finca "Senderos de paz", nueva zona para la reincorporación de los frentes octavo y 29 de la exguerrilla. Fotos/Edinson Bolaños.
A 9 kilómetros del corregimiento de El Estrecho, sobre las faldas del Valle del Patía, está ubicada la finca "Senderos de paz", nueva zona para la reincorporación de los frentes octavo y 29 de la exguerrilla. Fotos/Edinson Bolaños.
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Pareciera poco relevante, pero la guerrilla de las Farc en el occidente del país, en el epilogo de la guerra, alcanzó a convertirse en un bloque tan poderoso como el oriental. Fue a partir de la novena conferencia de la guerrilla (que se hizo virtual en abril de 2007) cuando el entonces Comando Conjunto Sur Occidente alcanzó importantes recursos económicos y acciones militares, en especial, en la carretera Panamericana.

Los departamentos de Valle, Cauca y Nariño integraron ese Bloque que le rinde homenaje a su jefe máximo, muerto en combates en 2011 y en esas mismas tierras, Alfonso Cano. Los frentes más importantes fueron el sexto, el 29, el octavo y el 60. Y aunque existieron otros, los señalados hicieron sentir más su poderío durante el conflicto.

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Esta región tiene un corredor importante que conecta a los tres departamentos. Estamos hablando de la cordillera occidental que une a los municipios de la costa Pacífica caucana con los de la costa nariñense. Si demarcamos este territorio, en la mitad estaría el campo de operaciones de los frentes 29 y octavo de las Farc, siguiendo el curso del río Patía que nace en Quilcacé, una docena de kilómetros después de Popayán.

Por eso, una vez firmado el acuerdo de paz el 26 de septiembre de 2016, los hombres de estas estructuras guerrilleras se juntaron en zona rural del municipio de Policarpa (norte de Nariño), donde operaron siempre y hasta donde llevaron a los 11 diputados del Valle, asesinados por la insurgencia tras un cruce de disparos con sus propios hombres. Fue un error militar, admitió las Farc a las víctimas de este hecho.

Ese fue el espacio escogido para construir la zona veredal. Tenían base social, armas y selva, sus aliados indispensables durante la guerra, cuenta quien fuera el comandante del frente 29, Ramiro Cortés. Los altibajos del proceso de paz les generaban incertidumbre y si había que correr, en caso de que todo fracasara, no iba a ser tan difícil para la guerrilla. Esa fue la estrategia al final del conflicto.

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De la cordillera al Valle del Patía

Para llegar al corregimiento de El Estrecho, donde están ahora los 150 exguerrilleros del Bloque Occidental, desde Popayán, hay que viajar dos horas por la Panamericana y luego detenerse para recorrer nueve kilómetros, como si se fuera a trepar a la cordillera o al municipio de Balboa (Cauca). Mucho antes están las tierras planas bañadas por las aguas de muchos afluentes que caen desde el macizo colombiano.

El valle se extiende por kilómetros y tiene tierras muy productivas. El escritor y periodista, Alfredo Molano, cuando recorrió estas tierras, dijo que este valle podría haber sido tan próspero como el Valle del Cauca. Las tierras en su mayoría pertenecen a hacendados o familias tradicionales de Popayán, y los negros se asientan en las franjas izquierda y derecha de la Panamericana. Dos propietarios de fincas en esas tierras son el exgobernador del Cauca y exministro de Defensa, Guillermo Alberto González Mosquera; y la actual senadora del Centro Democrático, Paloma Valencia Laserna.

La economía de gran parte de esa región se mueve por la ganadería y los árboles frutales. Estos últimos hacen parte del sustento diario de los negros, quienes comercializan dichos productos en la orilla de la carretera Panamericana. Cientos de fincas son cuidadas por mayordomos afros o campesinos. No obstante, en la cordillera, la guerrilla nunca perdió el dominio durante el conflicto y, hoy, ya como partido político, sigue recorriendo esos caminos. 

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En Policarpa (norte de Nariño), que queda pegado a Mercaderes (Cauca) y a Leiva (Nariño), se concentraron a principios de 2017 cerca de 250 guerrilleros. Ahí el Gobierno tendría que haber construido la zona veredal, no obstante, pasó la dejación de las armas de la insurgencia y ese proceso nunca empezó. Por esas razones, el 25 de noviembre, a finales del año pasado, tras la deserción de algunos de sus hombres (de 250 quedaron 150, aunque algunos se fueron para donde sus familias a montar sus propios proyectos), decidieron trasladarse al Valle del Patía. 

La finca a la que arribaron se llama "Senderos de paz", tiene 30 hectáreas y el Gobierno solo se comprometió a pagar arriendo por 10 de ellas. Sin embargo, la cooperativa de economía solidaria de la Farc, Ecomún, decidió alquilar todo el terreno, con intensión de compra a futuro, para poder desarrollar cuatro proyectos productivos a mediano y largo plazo. Uno de ellos y el mas ambicioso es el de ecoturismo. Alrededor de la zona pretenden construir una pista de motocrós, y adentro cabañas y restaurante. "El proyecto tiene como planteamiento captar la atención de extranjeros, principalmente de países que apoyan el acuerdo de paz, para que hagan turismo y puedan seguir aportando en la consolidación de un país más incluyente", cuenta Leovigildo Moreno Zambrano, uno de los políticos más importantes del Bloque Occidental y quien durante la guerra llevó el nombre de Francisco Ríos.

A corto plazo planean construir una granja multipropósito, en donde produzcan pollos, cerdos y gallinas, y a mediano plazo le apostarán a la ganadería tabulada. "Todo lo de restaurante, la comida para los turistas, será limpia; alimentos orgánicos para apoyar así mismo el medio ambiente", cuenta Moreno, quien ya tiene 59 años, 15 de los cuales los trajinó en las Farc convirtiéndose en uno de los políticos más influyentes del frente 29. "Hice pedagogía en El Charco (Nariño) donde quedó una organización de más de 500 mujeres. Igualmente conversamos con consejos comunitarios y resguardos indígenas", afirma el excombatiente. 

Para contribuir con la reforestación de las cuencas del río Patia piensan firmar convenios internacionales y con las mismas corporaciones ambientales para recuperar las riveras de los afluentes que alimentan al río más más largo del Pacífico con 400 kilómetros de recorrido, el río Patía. 

Esas son las proyecciones de esta zona de reincorporación, la única que se reubicó, de las 26 que hay en total, tras la dejación de armas y de la desaparición de las zonas veredales. La zona no está ni en obra gris. Apenas están afirmando la carretera de entrada a la finca y las viviendas aún son cambuches de estopa verde, guadua y zinc. Esperan que en dos meses esté terminado el espacio y mientras tanto, se preparan para recorrer los municipios del sur del Cauca y norte de Nariño, mostrando a sus candidatos para las elecciones de Congreso en marzo próximo. 

Por Edinson Arley Bolaños / @eabolanos

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