El juego sucio en redes contra la Comisión de la Verdad
Tras analizar 83.680 datos de Twitter, en los últimos seis meses, Colombia 2020 rastreó tres montajes para desprestigiar a la Comisión y a quien la preside, el sacerdote Francisco de Roux. Los hallazgos sobre el origen de estas imágenes manipuladas permiten afirmar que se vienen importando tácticas de desinformación ya identificadas en Estados Unidos.
Valerie Cortés Villalba
Los orígenes de la desinformación son oscuros y quienes están detrás de propagar intencionalmente falsedades como eventos noticiosos o en formatos manipulados tienen el objetivo de avanzar en metas políticas. Así lo aseguran Lance Bennett y Steve Livingston, investigadores de la Universidad de Washington. Ellos, además, señalan que la manipulación de la información, su difusión por redes sociales y su amplificación en algunos medios de comunicación conlleva numerosos riesgos, entre ellos: la desconfianza en las instituciones democráticas. Y Colombia no es la excepción.
En las últimas semanas, la Comisión de la Verdad —una de las instituciones que surgieron del Acuerdo de Paz, que constituye un pilar del Sistema Integral de Justicia, Verdad y Reparación— ha sido el centro de ataques sistemáticos en redes sociales. El presidente de esta entidad, el padre Francisco de Roux, se vio obligado a defender de manera pública la credibilidad de los once comisionados, quienes tienen la tarea de entregar un informe al país para esclarecer la verdad de lo ocurrido en el conflicto armado.
El debate nacional se encendió por un tuit de Juan Carlos Pinzón, exministro de Defensa, donde afirmaba que “la Comisión de la Verdad no es creíble para la sociedad” porque, según él, “tiene visión sesgada y la mayoría de sus comisionados registran afinidad ideológica o nexos con grupos armados”. Ante estas acusaciones, la Comisión emitió un comunicado desmintiéndolas, en el que aseguró que “la estigmatización es una constante en nuestro conflicto, usada de manera recurrente para manchar reputaciones”. A la defensa de la Comisión se unieron voces de apoyo nacionales e internacionales, pero el exministro no se disculpó y la Comisión dio por cerrada la discusión.
(Lea también: Padre De Roux explica por qué se canceló el simposio con militares)
El daño ya estaba hecho y las afirmaciones de Pinzón resonaron durante algunos días en medios de comunicación y sobre todo en redes sociales. Del 8 de julio, cuando Pinzón publicó el trino, hasta el 14 de julio se produjeron 15.851 tuits y retuits en los que se menciona la Comisión de la Verdad (usando como criterios de búsqueda: “comisión de la verdad” o una mención a la cuenta oficial de la institución: @ComisionVerdadC). Es decir, el 18 % de la muestra estudiada, que abarca seis meses.
La conversación siguió vigente y se reavivó del 27 al 31 de julio, fechas en las que se produjo un rifirrafe entre el comisionado Carlos Ospina y el padre De Roux por una carta que el mayor filtró a los medios. En ella acusa a sus compañeros de estar sesgados por haber cancelado un simposio en el que participarían tres oficiales en retiro acusados de “falsos positivos”. En esos cinco días se rastrearon 20.845 datos adicionales, casi el 25 % del total de los tuits y retuits capturados.
Sobresale en estas conversaciones la participación de usuarios que se autodenominan uribistas en sus biografías y fotos de perfil. Intentaron promover dos hashtags que no llegaron a ser tendencia: #OmisionDeLaVerdad, promovido por el coronel Hernán Mejía —uno de los oficiales que estaba invitado al evento que se canceló—, y #GuerrilleroDeRouxDejeHablar, promovido por @AdamSmithFree, una de las cuentas más activas en la llamada “bodeguita uribista” contra la JEP, develada por este diario el 7 de julio.
Lo más curioso es que al escudriñar en esas conversaciones encontramos tres imágenes manipuladas que estaban siendo compartidas en Twitter y en Facebook. Se trata de tres montajes: dos en contra del padre De Roux y uno dirigido contra la institución, hechos meses antes.
De EE. UU. a Colombia
El primero, publicado el 11 de febrero en Twitter, alude a la institución, donde un personaje identificado en su chaleco como “Comisión de la Verdad” está pintando en un lienzo a un sujeto armado que tiene las manos ensangrentadas. En lugar de dibujar el armamento que lleva, lo pinta sin sangre y alzando una paloma de la paz. Dando a entender que la Comisión “limpia” la imagen de quienes han estado alzados en armas.
Al indagar sobre el origen de esta imagen, se descubrió que es un montaje de una caricatura publicada en 2012. En la imagen original el sujeto usa un chaleco de CNN, medio de comunicación estadounidense, y está pintando a un hombre que usa una kufiyya o shemagh, conocido como “pañuelo palestino”, prenda tradicional de Oriente Medio y Arabia.
(Lea también: “Fake News”, el mantra de los políticos en el mundo)
Se encontró además que la caricatura original se popularizó en 2017 en Reddit, un sitio web agregador de noticias y de discusión de usuarios por medio de foros o secciones llamadas “subreddits”. Es poco conocido en Colombia, pero se fundó en 2005 y los participantes son principalmente de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.
La caricatura, génesis del montaje en contra de la Comisión, fue compartida de manera exponencial en una “subreddit” llamada “r/The_Donald”. Este foro fue creado en junio 27 de 2015, de frente a las elecciones presidenciales en Estados Unidos en 2016. Allí los participantes creaban discusiones, compartían teorías conspirativas y memes “políticamente incorrectos” apoyando al entonces candidato y hoy presidente, Donald Trump.
Cabe recordar que miembros de esta “subreddit” crearon otra llamada “r/pizzagate”, en la cual se fortaleció la teoría conspirativa que involucraba a Hillary Clinton y el Partido Demócrata con una falsa red de tráfico sexual de menores de edad; los políticos supuestamente se reunían en una pizzería de Washington llamada Comet Ping Pong. Esta teoría se popularizó en internet a tal punto que se materializó en lo que pudo llegar a ser una tragedia. En 2016, un hombre llegó armado al establecimiento y amenazó de muerte al dueño de la pizzería y a sus empleados, creyendo en la supuesta conspiración.
(Le recomendamos: Los “bots” detrás de la cruzada digital contra la JEP)
La comunidad de “r/The_Donald” alcanzó los 790.000 suscriptores y fue cerrada definitivamente el pasado 27 de junio por violar las nuevas normas de este sitio web. Entre ellas, según explicó a The New York Times el CEO de la red, Steve Huffman, por “fomentar discursos de odio, racismo y ataques violentos a minorías”. En esta purga de foros, se cerraron además, otras 2.000 salas.
Hay que entender, según José Luis Peñarredonda (periodista e investigador en temas digitales), que “detrás de montajes, teorías conspirativas y de su difusión hay comunidades con creencias e interpretaciones propias de la realidad, que se multiplican y mutan entre sí, eso podría explicar por qué se están utilizando formatos vistos en Estados Unidos”.
Por su parte, Ana María Saavedra, editora de Colombia Check y periodista especializada en fact-checking, asegura que la desinformación traspasa fronteras. “Hemos identificado teorías de Estados Unidos que llegan aquí a Colombia a través de las redes sociales y, de hecho, se vuelven un fenómeno global. Esto se ha agudizado en tiempos de pandemia”. Por ejemplo, en este momento desde la Casa Blanca se han emitido afirmaciones engañosas que han sido reforzadas por teorías conspirativas sobre Anthony Fauci, médico especializado en inmunología y crítico del manejo del coronavirus en ese país. Este discurso ya llegó a Colombia y ha servido para fortalecer toda una campaña de desinformación sobre el COVID-19″.
(Lea también: Las falsas noticias sobre el COVID-19 que se extienden a la par de la pandemia)
Una foto con historia
En el segundo montaje aparece el rostro del padre De Roux en el cuerpo de un guerrillero con un fusil. La foto original fue capturada por Henry Romero para Reuters el 7 de agosto de 1998, cuatro días después de que en Miraflores (Guaviare), el Bloque Oriental de las Farc se tomara la base militar y de antinarcóticos ubicada en este municipio. El ataque ocurrió del 3 al 4 de agosto, dejó 16 uniformados muertos, 27 heridos y 129 secuestrados.
Sobre esta fotografía, que retrata uno de los tantos episodios violentos que marcaron la historia del conflicto colombiano, se montó un ataque al padre De Roux, quien desde hace varios años lleva cargando a cuestas ataques desde diversas corrientes políticas. Para recordar algunas, Ernesto Macías, senador de la república por el Centro Democrático y expresidente del Congreso, publicó un tuit, el 9 de noviembre de 2017, en el que señalaba al padre como “cura guerrillero”.
El montaje, que presenta visualmente el mismo mensaje de Macías, tiene fecha de 27 de noviembre de 2017 y el perfil que lo publicó (@es2506) fue creado en abril de 2009, no tiene nombre ni foto y es seguido por la cuenta oficial del expresidente Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel).
(Lea también: Los traumas que la toma de Miraflores dejó en los militares)
Tercer montaje, palabras para destruir
El tercer montaje contra el padre De Roux, compartido en redes cerca de 1.000 veces, fue catalogado como falso por Colombia Check, el 27 de julio. En esta imagen se le atribuía al presidente de la Comisión una frase manipulada y fuera de contexto: “Policías y soldados no estaban secuestrados sino pagando cárcel en la selva”.
Sobre aquel montaje este diario encontró que la expresión “cárcel en la selva” sí fue dicha por el padre en una entrevista a El Tiempo en el 2017, pero fue sacada de contexto y al agregarle un mensaje engañoso, se distorsionó y amañó el mensaje original. Así fue la respuesta completa: “Hay que escuchar a todas las víctimas. A los soldados sin piernas; a las mamás de los militares que se perdieron en la selva, que quedaron en manos de la guerrilla y nunca se los encontró; a los hombres del Ejército que pasaron diez años en una cárcel en la selva; a las familias que fueron masacradas por paramilitares, a la gente que fue extorsionada, a la que sufrió por ‘falsos positivos’ del Ejército”.
“Los límites entre la opinión y la desinformación, cuando hay argumentos de por medio, pueden ser muy borrosos, pero en el caso de los montajes no es así, porque hay una manipulación evidente de la fotografía y de su intención de acudir al juego sucio”, afirma Peñarredonda.
(Le puede interesar: Opinión vs. Noticias: el debate que enfrenta a periodistas y editores en Estados Unidos)
¿Quiénes son los responsables de estos ataques? Aunque se pueden rastrear las cuentas y perfiles que publican estos montajes, reconocer quiénes están detrás de generar el contenido y propagarlo es más difícil. “Muchas veces están mezclados, detrás puede haber perfiles falsos, trolls, que son cuentas que buscan generar conflicto, liquidar otras opiniones y polarizar, pero también personas que reafirman creencias o discursos con este tipo de contenido”, asegura Andrés Lombana, docente de la Universidad Javeriana.
Por este motivo, el llamado de los académicos a los medios es a contextualizar a la audiencia para desmontar y prevenir los riesgos de la desinformación y, sobre todo, a optar por silencios estratégicos, pues “no todo lo que es tendencia es noticia”.
Mientras esto ocurre, se debe recordar, que no solo la Comisión y el padre De Roux son objeto de este tipo de campañas, sino también, como lo advirtió Colombia 2020, lo es la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Peñarredonda asegura que “la institucionalidad colombiana está indefensa frente a estos ataques. Hoy puede ser la JEP o la Comisión, mañana pueden ser las Cortes o cualquier otra institución democrática”.
¿Tiene dudas o comentarios sobre esta investigación? Escríbanos a vcortesv@elespectador . com
Los orígenes de la desinformación son oscuros y quienes están detrás de propagar intencionalmente falsedades como eventos noticiosos o en formatos manipulados tienen el objetivo de avanzar en metas políticas. Así lo aseguran Lance Bennett y Steve Livingston, investigadores de la Universidad de Washington. Ellos, además, señalan que la manipulación de la información, su difusión por redes sociales y su amplificación en algunos medios de comunicación conlleva numerosos riesgos, entre ellos: la desconfianza en las instituciones democráticas. Y Colombia no es la excepción.
En las últimas semanas, la Comisión de la Verdad —una de las instituciones que surgieron del Acuerdo de Paz, que constituye un pilar del Sistema Integral de Justicia, Verdad y Reparación— ha sido el centro de ataques sistemáticos en redes sociales. El presidente de esta entidad, el padre Francisco de Roux, se vio obligado a defender de manera pública la credibilidad de los once comisionados, quienes tienen la tarea de entregar un informe al país para esclarecer la verdad de lo ocurrido en el conflicto armado.
El debate nacional se encendió por un tuit de Juan Carlos Pinzón, exministro de Defensa, donde afirmaba que “la Comisión de la Verdad no es creíble para la sociedad” porque, según él, “tiene visión sesgada y la mayoría de sus comisionados registran afinidad ideológica o nexos con grupos armados”. Ante estas acusaciones, la Comisión emitió un comunicado desmintiéndolas, en el que aseguró que “la estigmatización es una constante en nuestro conflicto, usada de manera recurrente para manchar reputaciones”. A la defensa de la Comisión se unieron voces de apoyo nacionales e internacionales, pero el exministro no se disculpó y la Comisión dio por cerrada la discusión.
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El daño ya estaba hecho y las afirmaciones de Pinzón resonaron durante algunos días en medios de comunicación y sobre todo en redes sociales. Del 8 de julio, cuando Pinzón publicó el trino, hasta el 14 de julio se produjeron 15.851 tuits y retuits en los que se menciona la Comisión de la Verdad (usando como criterios de búsqueda: “comisión de la verdad” o una mención a la cuenta oficial de la institución: @ComisionVerdadC). Es decir, el 18 % de la muestra estudiada, que abarca seis meses.
La conversación siguió vigente y se reavivó del 27 al 31 de julio, fechas en las que se produjo un rifirrafe entre el comisionado Carlos Ospina y el padre De Roux por una carta que el mayor filtró a los medios. En ella acusa a sus compañeros de estar sesgados por haber cancelado un simposio en el que participarían tres oficiales en retiro acusados de “falsos positivos”. En esos cinco días se rastrearon 20.845 datos adicionales, casi el 25 % del total de los tuits y retuits capturados.
Sobresale en estas conversaciones la participación de usuarios que se autodenominan uribistas en sus biografías y fotos de perfil. Intentaron promover dos hashtags que no llegaron a ser tendencia: #OmisionDeLaVerdad, promovido por el coronel Hernán Mejía —uno de los oficiales que estaba invitado al evento que se canceló—, y #GuerrilleroDeRouxDejeHablar, promovido por @AdamSmithFree, una de las cuentas más activas en la llamada “bodeguita uribista” contra la JEP, develada por este diario el 7 de julio.
Lo más curioso es que al escudriñar en esas conversaciones encontramos tres imágenes manipuladas que estaban siendo compartidas en Twitter y en Facebook. Se trata de tres montajes: dos en contra del padre De Roux y uno dirigido contra la institución, hechos meses antes.
De EE. UU. a Colombia
El primero, publicado el 11 de febrero en Twitter, alude a la institución, donde un personaje identificado en su chaleco como “Comisión de la Verdad” está pintando en un lienzo a un sujeto armado que tiene las manos ensangrentadas. En lugar de dibujar el armamento que lleva, lo pinta sin sangre y alzando una paloma de la paz. Dando a entender que la Comisión “limpia” la imagen de quienes han estado alzados en armas.
Al indagar sobre el origen de esta imagen, se descubrió que es un montaje de una caricatura publicada en 2012. En la imagen original el sujeto usa un chaleco de CNN, medio de comunicación estadounidense, y está pintando a un hombre que usa una kufiyya o shemagh, conocido como “pañuelo palestino”, prenda tradicional de Oriente Medio y Arabia.
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Se encontró además que la caricatura original se popularizó en 2017 en Reddit, un sitio web agregador de noticias y de discusión de usuarios por medio de foros o secciones llamadas “subreddits”. Es poco conocido en Colombia, pero se fundó en 2005 y los participantes son principalmente de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.
La caricatura, génesis del montaje en contra de la Comisión, fue compartida de manera exponencial en una “subreddit” llamada “r/The_Donald”. Este foro fue creado en junio 27 de 2015, de frente a las elecciones presidenciales en Estados Unidos en 2016. Allí los participantes creaban discusiones, compartían teorías conspirativas y memes “políticamente incorrectos” apoyando al entonces candidato y hoy presidente, Donald Trump.
Cabe recordar que miembros de esta “subreddit” crearon otra llamada “r/pizzagate”, en la cual se fortaleció la teoría conspirativa que involucraba a Hillary Clinton y el Partido Demócrata con una falsa red de tráfico sexual de menores de edad; los políticos supuestamente se reunían en una pizzería de Washington llamada Comet Ping Pong. Esta teoría se popularizó en internet a tal punto que se materializó en lo que pudo llegar a ser una tragedia. En 2016, un hombre llegó armado al establecimiento y amenazó de muerte al dueño de la pizzería y a sus empleados, creyendo en la supuesta conspiración.
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La comunidad de “r/The_Donald” alcanzó los 790.000 suscriptores y fue cerrada definitivamente el pasado 27 de junio por violar las nuevas normas de este sitio web. Entre ellas, según explicó a The New York Times el CEO de la red, Steve Huffman, por “fomentar discursos de odio, racismo y ataques violentos a minorías”. En esta purga de foros, se cerraron además, otras 2.000 salas.
Hay que entender, según José Luis Peñarredonda (periodista e investigador en temas digitales), que “detrás de montajes, teorías conspirativas y de su difusión hay comunidades con creencias e interpretaciones propias de la realidad, que se multiplican y mutan entre sí, eso podría explicar por qué se están utilizando formatos vistos en Estados Unidos”.
Por su parte, Ana María Saavedra, editora de Colombia Check y periodista especializada en fact-checking, asegura que la desinformación traspasa fronteras. “Hemos identificado teorías de Estados Unidos que llegan aquí a Colombia a través de las redes sociales y, de hecho, se vuelven un fenómeno global. Esto se ha agudizado en tiempos de pandemia”. Por ejemplo, en este momento desde la Casa Blanca se han emitido afirmaciones engañosas que han sido reforzadas por teorías conspirativas sobre Anthony Fauci, médico especializado en inmunología y crítico del manejo del coronavirus en ese país. Este discurso ya llegó a Colombia y ha servido para fortalecer toda una campaña de desinformación sobre el COVID-19″.
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Una foto con historia
En el segundo montaje aparece el rostro del padre De Roux en el cuerpo de un guerrillero con un fusil. La foto original fue capturada por Henry Romero para Reuters el 7 de agosto de 1998, cuatro días después de que en Miraflores (Guaviare), el Bloque Oriental de las Farc se tomara la base militar y de antinarcóticos ubicada en este municipio. El ataque ocurrió del 3 al 4 de agosto, dejó 16 uniformados muertos, 27 heridos y 129 secuestrados.
Sobre esta fotografía, que retrata uno de los tantos episodios violentos que marcaron la historia del conflicto colombiano, se montó un ataque al padre De Roux, quien desde hace varios años lleva cargando a cuestas ataques desde diversas corrientes políticas. Para recordar algunas, Ernesto Macías, senador de la república por el Centro Democrático y expresidente del Congreso, publicó un tuit, el 9 de noviembre de 2017, en el que señalaba al padre como “cura guerrillero”.
El montaje, que presenta visualmente el mismo mensaje de Macías, tiene fecha de 27 de noviembre de 2017 y el perfil que lo publicó (@es2506) fue creado en abril de 2009, no tiene nombre ni foto y es seguido por la cuenta oficial del expresidente Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel).
(Lea también: Los traumas que la toma de Miraflores dejó en los militares)
Tercer montaje, palabras para destruir
El tercer montaje contra el padre De Roux, compartido en redes cerca de 1.000 veces, fue catalogado como falso por Colombia Check, el 27 de julio. En esta imagen se le atribuía al presidente de la Comisión una frase manipulada y fuera de contexto: “Policías y soldados no estaban secuestrados sino pagando cárcel en la selva”.
Sobre aquel montaje este diario encontró que la expresión “cárcel en la selva” sí fue dicha por el padre en una entrevista a El Tiempo en el 2017, pero fue sacada de contexto y al agregarle un mensaje engañoso, se distorsionó y amañó el mensaje original. Así fue la respuesta completa: “Hay que escuchar a todas las víctimas. A los soldados sin piernas; a las mamás de los militares que se perdieron en la selva, que quedaron en manos de la guerrilla y nunca se los encontró; a los hombres del Ejército que pasaron diez años en una cárcel en la selva; a las familias que fueron masacradas por paramilitares, a la gente que fue extorsionada, a la que sufrió por ‘falsos positivos’ del Ejército”.
“Los límites entre la opinión y la desinformación, cuando hay argumentos de por medio, pueden ser muy borrosos, pero en el caso de los montajes no es así, porque hay una manipulación evidente de la fotografía y de su intención de acudir al juego sucio”, afirma Peñarredonda.
(Le puede interesar: Opinión vs. Noticias: el debate que enfrenta a periodistas y editores en Estados Unidos)
¿Quiénes son los responsables de estos ataques? Aunque se pueden rastrear las cuentas y perfiles que publican estos montajes, reconocer quiénes están detrás de generar el contenido y propagarlo es más difícil. “Muchas veces están mezclados, detrás puede haber perfiles falsos, trolls, que son cuentas que buscan generar conflicto, liquidar otras opiniones y polarizar, pero también personas que reafirman creencias o discursos con este tipo de contenido”, asegura Andrés Lombana, docente de la Universidad Javeriana.
Por este motivo, el llamado de los académicos a los medios es a contextualizar a la audiencia para desmontar y prevenir los riesgos de la desinformación y, sobre todo, a optar por silencios estratégicos, pues “no todo lo que es tendencia es noticia”.
Mientras esto ocurre, se debe recordar, que no solo la Comisión y el padre De Roux son objeto de este tipo de campañas, sino también, como lo advirtió Colombia 2020, lo es la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Peñarredonda asegura que “la institucionalidad colombiana está indefensa frente a estos ataques. Hoy puede ser la JEP o la Comisión, mañana pueden ser las Cortes o cualquier otra institución democrática”.
¿Tiene dudas o comentarios sobre esta investigación? Escríbanos a vcortesv@elespectador . com