El poeta de El Guamo
Guido Carmona, junto con pintores, artesanos, músicos y demás cultores del municipio de Bolívar, hizo parte activa de la primera fase de Expedición Sensorial, un programa del Ministerio de Cultura que busca revitalizar la dinámica cultural de las regiones afectadas por el conflicto.
Isabel Salas
El día del poeta empieza a las dos y media de la mañana y cuatro termos de tinto. A esa hora y con esa provisión, Guido Carmona abre su tienda. Enciende la radio y los vallenatos, rancheras y papayeras empiezan a sonar. Poco a poco, mientras la noche se convierte en día, los primeros clientes se van acercando. “A esa hora hay campesinos que van a ordeñar ganado, hay unos que van a mochar monte. Como los soles son tan calientes ellos aprovechan la frescura de la mañana, están desde las cinco, y ya a las doce no trabajan más. Yo los espero y les tengo el café listo”.
Guido Carmona es el poeta de El Guamo, Bolívar. Nos recibe en su sala con cinco sillas mecedoras y un compendio de poemas de su autoría, casi todos escritos a mano o en máquina de escribir. Luce una camisa a cuadros, perfectamente planchada y abotonada, un pantalón oscuro y unas chanclas de caucho. Sus manos son fuertes, entregan ese saludo ceñido que abarca la mano que lo recibe, que no lo olvida. “Vivo aquí con mi señora y mis dos hijas. Porque yo lo dije soltero, si voy a tener diez hijos desorganizado, mejor tengo dos organizado”.
Y es que la firmeza se le nota en el rostro, sus cejas constantemente arqueadas, su mirada siempre fija y las sonrisas escasas, trasmiten tanta certeza como seguridad. “Con mi esposa nos casamos en el 83, hace 34 años. Yo lo dije: ‘hasta que no me gane las tres comidas, no busco mujer. Yo no voy a tener mujer para que el papá me la mantenga’. No señor.”
Este poeta es quizás quien mejor conoce la historia de su pueblo. En este municipio, perteneciente a la región de los Montes de María y ubicado a 110 kilómetros de Cartagena, la memoria y la obra de Guido Carmona son referentes.
Él, junto con pintores, artesanos, músicos y demás cultores del municipio, hizo parte activa de la primera fase de Expedición Sensorial, un programa del Ministerio de Cultura que busca revitalizar la dinámica cultural de las regiones afectadas por el conflicto. En El Guamo el trabajo estuvo enfocado en la reconstrucción de la memoria local, a través de la creación de contenidos sobre prácticas culturales existentes en el municipio, esta exploración dio como resultado el diseño de la ‘Ruta Cultural Rincón de Paz’.
El historiador
Como lo haría con cualquier visitante, el poeta empieza por el principio: “Así como tú te conoces a ti mismo, tienes que saber la historia de tu pueblo. Si este pueblo no tuviera historia, uno estaría como con los ojos vendados”.
Nos cuenta entonces que El Guamo fue fundado en 1750 por Matías Serrano Posso y José Martín Barrios, quienes llegaron por un corregimiento de Calamar, a través de un camino de herradura. También, que más tarde llegaron a trabajar el campo los Carmona, los Vergara y los Buelvas. Y que las primeras viviendas eran chozas, ubicadas en las inmediaciones de lo que hoy es el parque central. “Quien quiere aprender, lo va a hacer si consulta con los viejos”, asegura el poeta, quien se ha dedicado a documentar los hechos históricos de su municipio gracias a la lectura y a la tradición oral.
En el diseño de la ‘Ruta Cultural Rincón de paz’ la voz y la memoria de Guido fueron fundamentales. A través de esta Ruta se logró, además, empoderar a los cultores del municipio en el ejercicio de identificar y hacer visible el acervo cultural de los portadores de las tradiciones, esto con el propósito de resignificar la identidad del territorio desde la cultura. La casa del poeta es uno de los puntos que integran la ruta, un lugar para escuchar de su propia voz los hitos históricos del municipio, y de paso, alguna de sus múltiples poesías.
¿Qué quiere dejar Guido Carmona en la historia de su pueblo? Él lo tiene claro: “mi anhelo era dejarle a este pueblo su historia y 200 obras poéticas acerca de Santa Lucía, San Antonio, la Semana Santa, los Carnavales, todo sobre mi pueblo, sobre El Guamo. Hoy ya tengo 518 poesías”.
El poeta
A sus 61 años, Guido Carmona dice que lo mejor que le ha dejado la poesía son las amistades y las anécdotas alrededor de ella. “Un día estaba en Barranquilla vendiendo obleas, y estaba “engüesado”, se dice “engüesado” al que está con la venta mala, entonces yo dije una poesía, y se me acercaron unos pelados: ‘oiga, ¿usted es poeta?’, ‘¿no estás oyendo?’, ‘vuélvela a repetir’, y sabes una cosa, en menos de una hora vendí las obleas”.
El poeta de El Guamo estudió hasta tercero de bachillerado y escribe según le llega la inspiración: desde un partido futbol, hasta los paisajes de su pueblo, pasando por el Presidente de turno o las noticias del día, cualquier suceso o personaje puede convertirse en la musa de sus letras.
“Mi favorita es una que le hice a una señora de Cartagena, estaba oyendo el noticiero un 8 de noviembre del año 2000 y ella hablaba de su hijo perdido, esa poesía se llama ‘Lo que sufre una madre’, y dice así:
Carmen Gómez sí ha llorado, un caso que sí es lamentable
Su hijo se le ha extraviado, que dolor el de esa madre
Es la hora que aún no sabe, hacía donde cogió ese hijo
Su corazón confundido, agobiado del dolor
Si escuchas aquel gemido, partes el corazón
Ya que estás en atención, regrese pronto a su hogar
Que así deja de llorar, aquella madre sufrida
Su corazón tiene heridas que no dejan de sangrar
Si estás con un familiar o en casa de un amigo
Tú de allá debes llamar, diciendo que estás vivo
Se llena de regocijo tu madre inmediatamente
Vendría muy alegremente, ya sé dónde está mi hijo
La madre es lo preferido, en cuanta debes tener
Si la llegas a perder, culpable de aquel sufrimiento
Ya nada puedes hacer, te queda el remordimiento”
Para Guido Carmona la poesía siempre guarda un mensaje, esa es su intención y objetivo. “Hay poetas que lo que hacen es perseguir palabras. A mí me gusta es enlazarlas para que digan algo, para que cuenten algo”.
Y aunque el retiro de las letras a veces se le ha cruzado en el camino, el poeta resiste por aquellos que lo buscan y lo admiran “Yo estoy sentado ahí, y llega la gente: ajá, Guido, esa poesía que hiciste bien buena, hombre, te felicitamos.”
Entre mayo y octubre de este año se desarrollará la segunda fase de Expedición Sensorial en los Montes de María, lo que significará la realización de ocho laboratorios interdisciplinares en la región, orientados en la consolidación de los procesos productivos. En la tierra de Guido, El Guamo, el trabajo estará enfocado en el afianzamiento de la ruta cultural, con el propósito de que esta se traduzca en oportunidades para la generación de un proyecto económico de y para la comunidad.
El día del poeta empieza a las dos y media de la mañana y cuatro termos de tinto. A esa hora y con esa provisión, Guido Carmona abre su tienda. Enciende la radio y los vallenatos, rancheras y papayeras empiezan a sonar. Poco a poco, mientras la noche se convierte en día, los primeros clientes se van acercando. “A esa hora hay campesinos que van a ordeñar ganado, hay unos que van a mochar monte. Como los soles son tan calientes ellos aprovechan la frescura de la mañana, están desde las cinco, y ya a las doce no trabajan más. Yo los espero y les tengo el café listo”.
Guido Carmona es el poeta de El Guamo, Bolívar. Nos recibe en su sala con cinco sillas mecedoras y un compendio de poemas de su autoría, casi todos escritos a mano o en máquina de escribir. Luce una camisa a cuadros, perfectamente planchada y abotonada, un pantalón oscuro y unas chanclas de caucho. Sus manos son fuertes, entregan ese saludo ceñido que abarca la mano que lo recibe, que no lo olvida. “Vivo aquí con mi señora y mis dos hijas. Porque yo lo dije soltero, si voy a tener diez hijos desorganizado, mejor tengo dos organizado”.
Y es que la firmeza se le nota en el rostro, sus cejas constantemente arqueadas, su mirada siempre fija y las sonrisas escasas, trasmiten tanta certeza como seguridad. “Con mi esposa nos casamos en el 83, hace 34 años. Yo lo dije: ‘hasta que no me gane las tres comidas, no busco mujer. Yo no voy a tener mujer para que el papá me la mantenga’. No señor.”
Este poeta es quizás quien mejor conoce la historia de su pueblo. En este municipio, perteneciente a la región de los Montes de María y ubicado a 110 kilómetros de Cartagena, la memoria y la obra de Guido Carmona son referentes.
Él, junto con pintores, artesanos, músicos y demás cultores del municipio, hizo parte activa de la primera fase de Expedición Sensorial, un programa del Ministerio de Cultura que busca revitalizar la dinámica cultural de las regiones afectadas por el conflicto. En El Guamo el trabajo estuvo enfocado en la reconstrucción de la memoria local, a través de la creación de contenidos sobre prácticas culturales existentes en el municipio, esta exploración dio como resultado el diseño de la ‘Ruta Cultural Rincón de Paz’.
El historiador
Como lo haría con cualquier visitante, el poeta empieza por el principio: “Así como tú te conoces a ti mismo, tienes que saber la historia de tu pueblo. Si este pueblo no tuviera historia, uno estaría como con los ojos vendados”.
Nos cuenta entonces que El Guamo fue fundado en 1750 por Matías Serrano Posso y José Martín Barrios, quienes llegaron por un corregimiento de Calamar, a través de un camino de herradura. También, que más tarde llegaron a trabajar el campo los Carmona, los Vergara y los Buelvas. Y que las primeras viviendas eran chozas, ubicadas en las inmediaciones de lo que hoy es el parque central. “Quien quiere aprender, lo va a hacer si consulta con los viejos”, asegura el poeta, quien se ha dedicado a documentar los hechos históricos de su municipio gracias a la lectura y a la tradición oral.
En el diseño de la ‘Ruta Cultural Rincón de paz’ la voz y la memoria de Guido fueron fundamentales. A través de esta Ruta se logró, además, empoderar a los cultores del municipio en el ejercicio de identificar y hacer visible el acervo cultural de los portadores de las tradiciones, esto con el propósito de resignificar la identidad del territorio desde la cultura. La casa del poeta es uno de los puntos que integran la ruta, un lugar para escuchar de su propia voz los hitos históricos del municipio, y de paso, alguna de sus múltiples poesías.
¿Qué quiere dejar Guido Carmona en la historia de su pueblo? Él lo tiene claro: “mi anhelo era dejarle a este pueblo su historia y 200 obras poéticas acerca de Santa Lucía, San Antonio, la Semana Santa, los Carnavales, todo sobre mi pueblo, sobre El Guamo. Hoy ya tengo 518 poesías”.
El poeta
A sus 61 años, Guido Carmona dice que lo mejor que le ha dejado la poesía son las amistades y las anécdotas alrededor de ella. “Un día estaba en Barranquilla vendiendo obleas, y estaba “engüesado”, se dice “engüesado” al que está con la venta mala, entonces yo dije una poesía, y se me acercaron unos pelados: ‘oiga, ¿usted es poeta?’, ‘¿no estás oyendo?’, ‘vuélvela a repetir’, y sabes una cosa, en menos de una hora vendí las obleas”.
El poeta de El Guamo estudió hasta tercero de bachillerado y escribe según le llega la inspiración: desde un partido futbol, hasta los paisajes de su pueblo, pasando por el Presidente de turno o las noticias del día, cualquier suceso o personaje puede convertirse en la musa de sus letras.
“Mi favorita es una que le hice a una señora de Cartagena, estaba oyendo el noticiero un 8 de noviembre del año 2000 y ella hablaba de su hijo perdido, esa poesía se llama ‘Lo que sufre una madre’, y dice así:
Carmen Gómez sí ha llorado, un caso que sí es lamentable
Su hijo se le ha extraviado, que dolor el de esa madre
Es la hora que aún no sabe, hacía donde cogió ese hijo
Su corazón confundido, agobiado del dolor
Si escuchas aquel gemido, partes el corazón
Ya que estás en atención, regrese pronto a su hogar
Que así deja de llorar, aquella madre sufrida
Su corazón tiene heridas que no dejan de sangrar
Si estás con un familiar o en casa de un amigo
Tú de allá debes llamar, diciendo que estás vivo
Se llena de regocijo tu madre inmediatamente
Vendría muy alegremente, ya sé dónde está mi hijo
La madre es lo preferido, en cuanta debes tener
Si la llegas a perder, culpable de aquel sufrimiento
Ya nada puedes hacer, te queda el remordimiento”
Para Guido Carmona la poesía siempre guarda un mensaje, esa es su intención y objetivo. “Hay poetas que lo que hacen es perseguir palabras. A mí me gusta es enlazarlas para que digan algo, para que cuenten algo”.
Y aunque el retiro de las letras a veces se le ha cruzado en el camino, el poeta resiste por aquellos que lo buscan y lo admiran “Yo estoy sentado ahí, y llega la gente: ajá, Guido, esa poesía que hiciste bien buena, hombre, te felicitamos.”
Entre mayo y octubre de este año se desarrollará la segunda fase de Expedición Sensorial en los Montes de María, lo que significará la realización de ocho laboratorios interdisciplinares en la región, orientados en la consolidación de los procesos productivos. En la tierra de Guido, El Guamo, el trabajo estará enfocado en el afianzamiento de la ruta cultural, con el propósito de que esta se traduzca en oportunidades para la generación de un proyecto económico de y para la comunidad.