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                                                                                                                                  Elección de alcaldes, 30 años de una apertura democrática teñida de muerte

                                                                                                                                  Han pasado 30 años de la primera elección popular de alcaldes en Colombia que, tristemente, abrió un capítulo de violencia política y masacres que siguen en la impunidad. 

                                                                                                                                  Beatriz Valdés Correa - @beatrijelena

                                                                                                                                  En marzo de 1998 se realizaron las primeras elecciones populares de alcaldes en Colombia./Archivo El Espectador.
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Los antecedentes de la elección de alcaldes se sitúan en los intentos fallidos de varios gobiernos por ponerla en marcha. Hasta que, en el gobierno de Belisario Betancur, en el marco de las negociaciones de paz con los grupos guerrilleros y la búsqueda de nuevos espacios políticos para airear la democracia, se abrió paso en el Congreso a través del Acto Legislativo 01 de 1986. Una vez incorporada esta iniciativa a la Carta Política, ya en el gobierno de Virgilio Barco, se dio un plazo de dos años para hacerla efectiva en las urnas.

                                                                                                                                  Lea también: Estos son los nuevos 10 congresistas del partido Farc

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  La guerrilla tampoco se quedaba atrás en su arremetida por ganar territorios, de tal modo que mientras en la plaza pública los políticos desplegaban discursos para imponer a sus candidatos a las alcaldías populares, insurgencia y paramilitarismo medían fuerzas con alto costo de víctimas entre la población civil. En el marco de la implementación de la elección popular de alcaldes, el año 1988 pasó a la historia de Colombia como el año de las masacres. Con un agravante: la mayoría quedaron en la impunidad.

                                                                                                                                  En marzo de 1988 estuvieron habilitados para votar 11’ 00.000 personas y se eligieron 1.009 alcaldes quienes ejercieron por un periodo de dos años. Archivo El Espectador.

                                                                                                                                  El viernes 4 de marzo de 1988, a nueve días de la cita democrática, un grupo de hombres armados con sus rostros cubiertos irrumpió violentamente en la hacienda Honduras, situada en el caserío de Currulao, del municipio de Turbo (Antioquia), y masacró a 17 trabajadores bananeros. De inmediato, se trasladó a la finca vecina de La Negra y les causó la muerte a 10 trabajadores más. Casi todos los labriegos masacrados pertenecían a los sindicatos bananeros Sintrainagro y Sintrabanano.

                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  Aunque las masacres de Honduras y La Negra oscurecieron el panorama de cara a los comicios y multiplicaron los reclamos de la UP o de otros grupos políticos surgidos de los acuerdos de paz, como ¡A Luchar! o el Frente Popular, el domingo 13 de marzo los colombianos acudieron a las urnas para escoger a 1009 alcaldes. Sin duda, el principal ganador de la jornada fue el primer mandatario popular de Bogotá, Andrés Pastrana, y entre otros elegidos estuvieron Juan Gómez en Medellín y Carlos Holmes en Cali.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Con 323.801 votos, Andrés Pastrana Arango fue elegido alcalde de Bogotá. Su contendor fue Juan Martín Caicedo, que obtuvo 236.212. Archivo El Espectador. 

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  A mediados de 1988, el panorama de orden público era crítico. Paros cívicos en varias regiones, marchas campesinas en otras. Protestas de labriegos, señalamientos desde el Gobierno por supuestas intromisiones terroristas en las manifestaciones públicas, y nuevos magnicidios, crímenes selectivos y masacres. El 27 de mayo, por ejemplo, en Villavicencio fue asesinado el presidente la Asamblea del Meta y coordinador de la UP, Carlos Kovacs Batiste. Junto a él cayeron cinco personas más.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  También lea: Grupos exguerrilleros en el Congreso: del M19 a la Farc

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Acto seguido, los guerrilleros de las Farc y el Epl atacaron el puesto de Policía de la misma inspección. Varios civiles se sumaron en defensa de la Fuerza Pública. Los combates se prolongaron hasta el miércoles 24. Al final, entre militares, guerrilleros y civiles, perdieron la vida 38 colombianos, 22 militares fueron llevados como rehenes y el Estado se vio forzado a crear una comisión internacional para rescatarlos.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  A finales de 1981, hombres del IV frente de las Farc secuestraron a su padre, Jesús Castaño, y aunque su hijo Fidel pagó un cuantioso rescate, el plagiado murió en cautiverio. Desde ese momento Fidel Castaño, junto a sus hermanos Vicente y Carlos, y el apoyo de otros propietarios acosados por la guerrilla, decidieron combatirla con las armas. Primero crearon el grupo Muerte a Revolucionarios del Nordeste Antioqueño (MRNA), pero pronto su acción ofensiva se extendió hasta Córdoba y Urabá.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  En consecuencia, sin temblarle la mano, la jueza González dispuso la captura de Fidel Castaño, los dos capos, el mismísimo alcalde de Puerto Boyacá, Luis Rubio, otros funcionarios y varios individuos integrantes de la Asociación de Ganaderos. Pero no se quedó ahí. Pronto entendió que parte de la estructura criminal eran unidades de las Fuerzas Armadas. Por eso también dicto autos de detención contra dos mayores y un cabo del Ejército y algunos oficiales y suboficiales de Policía.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  El viernes 11 de noviembre, en la población minera de Segovia, la violencia paramilitar llegó a su punto más alto. Hacia las 6:50 de la tarde, en tres camperos que ingresaron a la plaza principal del pueblo, llegaron unos 30 hombres con rostros pintados que una vez se apearon de los vehículos, abrieron fuego contra los pobladores. Mientras la gente trataba de refugiarse en la iglesia, en el teatro o en los recovecos del parque principal, los asesinos seguían disparando. Luego ubicaron objetivos precisos.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Accedieron a la discoteca Johnny Kay y a la calle de La Reina, arrojando granadas o disparando a mansalva. Al término de la incursión criminal, el saldo de víctimas fue de 43 muertos y 54 heridos. El entonces gobernador de Antioquia Antonio Roldán Betancur -asesinado en junio de 1989 en un atentado terrorista en Medellín- solo atinó a comentar: “es la más vergonzosa manifestación de violencia registrada en Antioquia en las últimas décadas”. Por más de una hora hubo asesinatos y nadie salió a defender a la población civil.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  El golpe dado a la población de Segovia tenía una explicación: en ella gobernaba Rita Ivonne Tobón, electa por las mayorías de la UP. Como en los demás casos de ese trágico 1988, la justicia intentó procesar a varios civiles y miembros de la Fuerza Pública, pero el denominador común fueron las absoluciones. El abogado Tarsicio Roldán asumió el poder para representar a las familias en una demanda de reparación directa contra el Estado, pero años después fue asesinado junto con su esposa en su propio apartamento.

                                                                                                                                  El año 1988 concluyó en medio del pesar por lo sucedido en Segovia, que duró mucho tiempo en reponerse. El investigador Eduardo Pizarro Leongómez aportó un diagnóstico implacable: “el año que concluye le deja al país los peores niveles de violencia de la última década, pero también la puerta abierta a un proceso de reconciliación más sólido que en el pasado”. Se refería a las masacres y magnicidios que habían ensangrentado al país y al proceso de paz con el M-19 que cobraba su forma.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  El jueves 4 de mayo de 1989, en la calle 39 con carrera séptima en Bogotá, frente al Parque Nacional Olaya Herrera, fue asesinado su padre, el abogado y economista Álvaro González Santana. Desde una motocicleta y simulando la espera del cambio del semáforo, dos sicarios acabaron la vida del político, catedrático y exgobernador de Boyacá. Como el narcoparamilitarismo no pudo asesinar a la jueza Martha Lucía González, asesinó a su padre. Este crimen también quedó en la impunidad.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Tiempo después, las decisiones de la justicia se fueron cayendo, los procesados quedaron a salvo y las investigaciones por las masacres de 1988 quedaron en la impunidad. Solo quedó en la memoria la dolorosa secuencia vivida por el país mientras estrenaba la elección popular de alcaldes. Con el paso de los días quedó claro que apenas fue el comienzo de una crítica situación para muchas regiones de Colombia, donde el poder local fue capturado por los ilegales de distintos bandos.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  En marzo de 1998 se realizaron las primeras elecciones populares de alcaldes en Colombia./Archivo El Espectador.
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Los antecedentes de la elección de alcaldes se sitúan en los intentos fallidos de varios gobiernos por ponerla en marcha. Hasta que, en el gobierno de Belisario Betancur, en el marco de las negociaciones de paz con los grupos guerrilleros y la búsqueda de nuevos espacios políticos para airear la democracia, se abrió paso en el Congreso a través del Acto Legislativo 01 de 1986. Una vez incorporada esta iniciativa a la Carta Política, ya en el gobierno de Virgilio Barco, se dio un plazo de dos años para hacerla efectiva en las urnas.

                                                                                                                                  Lea también: Estos son los nuevos 10 congresistas del partido Farc

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                                                                                                                                  La guerrilla tampoco se quedaba atrás en su arremetida por ganar territorios, de tal modo que mientras en la plaza pública los políticos desplegaban discursos para imponer a sus candidatos a las alcaldías populares, insurgencia y paramilitarismo medían fuerzas con alto costo de víctimas entre la población civil. En el marco de la implementación de la elección popular de alcaldes, el año 1988 pasó a la historia de Colombia como el año de las masacres. Con un agravante: la mayoría quedaron en la impunidad.

                                                                                                                                  En marzo de 1988 estuvieron habilitados para votar 11’ 00.000 personas y se eligieron 1.009 alcaldes quienes ejercieron por un periodo de dos años. Archivo El Espectador.

                                                                                                                                  El viernes 4 de marzo de 1988, a nueve días de la cita democrática, un grupo de hombres armados con sus rostros cubiertos irrumpió violentamente en la hacienda Honduras, situada en el caserío de Currulao, del municipio de Turbo (Antioquia), y masacró a 17 trabajadores bananeros. De inmediato, se trasladó a la finca vecina de La Negra y les causó la muerte a 10 trabajadores más. Casi todos los labriegos masacrados pertenecían a los sindicatos bananeros Sintrainagro y Sintrabanano.

                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  La violenta incursión paramilitar desató una crisis en la región de Urabá, que derivó en un paro cívico y en la parálisis de 22.000 trabajadores de la zona bananera. El consejero de paz del gobierno Barco, el economista Rafael Pardo -hoy ministro del Posconflicto-, tuvo que entrar a mediar con los líderes políticos de la zona, y quedó en evidencia que el origen de esta masacre estaba directamente relacionado con la determinación de las autodefensas de impedir la consolidación política de la UP en la región.

                                                                                                                                  Aunque las masacres de Honduras y La Negra oscurecieron el panorama de cara a los comicios y multiplicaron los reclamos de la UP o de otros grupos políticos surgidos de los acuerdos de paz, como ¡A Luchar! o el Frente Popular, el domingo 13 de marzo los colombianos acudieron a las urnas para escoger a 1009 alcaldes. Sin duda, el principal ganador de la jornada fue el primer mandatario popular de Bogotá, Andrés Pastrana, y entre otros elegidos estuvieron Juan Gómez en Medellín y Carlos Holmes en Cali.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Con 323.801 votos, Andrés Pastrana Arango fue elegido alcalde de Bogotá. Su contendor fue Juan Martín Caicedo, que obtuvo 236.212. Archivo El Espectador. 

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  A mediados de 1988, el panorama de orden público era crítico. Paros cívicos en varias regiones, marchas campesinas en otras. Protestas de labriegos, señalamientos desde el Gobierno por supuestas intromisiones terroristas en las manifestaciones públicas, y nuevos magnicidios, crímenes selectivos y masacres. El 27 de mayo, por ejemplo, en Villavicencio fue asesinado el presidente la Asamblea del Meta y coordinador de la UP, Carlos Kovacs Batiste. Junto a él cayeron cinco personas más.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  También lea: Grupos exguerrilleros en el Congreso: del M19 a la Farc

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Acto seguido, los guerrilleros de las Farc y el Epl atacaron el puesto de Policía de la misma inspección. Varios civiles se sumaron en defensa de la Fuerza Pública. Los combates se prolongaron hasta el miércoles 24. Al final, entre militares, guerrilleros y civiles, perdieron la vida 38 colombianos, 22 militares fueron llevados como rehenes y el Estado se vio forzado a crear una comisión internacional para rescatarlos.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  La retaliación paramilitar no se hizo esperar. En la noche del martes 30 de agosto, un grupo armado detuvo un bus de servicio público que cubría la ruta entre Montería (Córdoba) y Arboletes (Antioquia) y obligó a su conductor y al propietario del vehículo a emprender un recorrido trágico. La primera estación fue la hacienda Donaire, donde fueron asesinados seis labriegos. Después el bus, ocupado por los asesinos, se dirigió al corregimiento El Tomate, del municipio de Canalete, donde arrasaron con todo lo que encontraron a su paso.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  A finales de 1981, hombres del IV frente de las Farc secuestraron a su padre, Jesús Castaño, y aunque su hijo Fidel pagó un cuantioso rescate, el plagiado murió en cautiverio. Desde ese momento Fidel Castaño, junto a sus hermanos Vicente y Carlos, y el apoyo de otros propietarios acosados por la guerrilla, decidieron combatirla con las armas. Primero crearon el grupo Muerte a Revolucionarios del Nordeste Antioqueño (MRNA), pero pronto su acción ofensiva se extendió hasta Córdoba y Urabá.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  En consecuencia, sin temblarle la mano, la jueza González dispuso la captura de Fidel Castaño, los dos capos, el mismísimo alcalde de Puerto Boyacá, Luis Rubio, otros funcionarios y varios individuos integrantes de la Asociación de Ganaderos. Pero no se quedó ahí. Pronto entendió que parte de la estructura criminal eran unidades de las Fuerzas Armadas. Por eso también dicto autos de detención contra dos mayores y un cabo del Ejército y algunos oficiales y suboficiales de Policía.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  El año 1988 concluyó en medio del pesar por lo sucedido en Segovia, que duró mucho tiempo en reponerse. El investigador Eduardo Pizarro Leongómez aportó un diagnóstico implacable: “el año que concluye le deja al país los peores niveles de violencia de la última década, pero también la puerta abierta a un proceso de reconciliación más sólido que en el pasado”. Se refería a las masacres y magnicidios que habían ensangrentado al país y al proceso de paz con el M-19 que cobraba su forma.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Pero la evolución de la violencia fue mayor, de tal modo que apenas despuntando el año 1989, ya el país soportaba nuevos episodios de criminalidad. Como la masacre de La Rochela, en San Vicente de Chucurí (Santander), donde fueron asesinados por el paramilitarismo dos jueces de instrucción criminal, sus respectivos secretarios, seis agentes de Policía Técnica Judicial y dos conductores al servicio de la justicia. Para la Estado quedó claro que no podía seguir negando que el paramilitarismo se había de control.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  El jueves 4 de mayo de 1989, en la calle 39 con carrera séptima en Bogotá, frente al Parque Nacional Olaya Herrera, fue asesinado su padre, el abogado y economista Álvaro González Santana. Desde una motocicleta y simulando la espera del cambio del semáforo, dos sicarios acabaron la vida del político, catedrático y exgobernador de Boyacá. Como el narcoparamilitarismo no pudo asesinar a la jueza Martha Lucía González, asesinó a su padre. Este crimen también quedó en la impunidad.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Tiempo después, las decisiones de la justicia se fueron cayendo, los procesados quedaron a salvo y las investigaciones por las masacres de 1988 quedaron en la impunidad. Solo quedó en la memoria la dolorosa secuencia vivida por el país mientras estrenaba la elección popular de alcaldes. Con el paso de los días quedó claro que apenas fue el comienzo de una crítica situación para muchas regiones de Colombia, donde el poder local fue capturado por los ilegales de distintos bandos.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Por Beatriz Valdés Correa - @beatrijelena

                                                                                                                                  Ver todas las noticias
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