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La victoria de Julián Conrado a la alcaldía de Turbaco (Bolívar) el 27 de octubre de 2019 marcó para siempre la historia de la política en Colombia y en su momento fue considerado la acción más visible del Acuerdo de Paz de 2016. El hombre, mejor conocido como el ‘cantante de las FARC’, se convirtió ese día en el primer y hasta ahora único excombatiente de ese grupo armado en lograr un cargo de elección popular.
Su triunfo, sin embargo, no fue de la mano del entonces partido FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común) -que luego cambió de nombre a Comunes-, y que nació justamente del pacto de La Habana. Conrado se presentó por la Colombia Humana.
Guillermo Enrique Torres Cueter, su nombre real, estuvo en armas en la antigua guerrilla de las FARC durante más de tres décadas. En filas usó su voz y su guitarra como un arma de guerra para hacer canciones de propaganda para ese grupo. Una de las más famosas es ‘De mi pueblo para la guerrilla’, donde palabras más palabras menos explica la razón por la que entró a las FARC.
“A mis amigos del pueblo que me conocieron siendo parrandero hacerles saber yo quiero el porqué no he vuelto a parrandear. Me fui a la Sierra Nevada porque he decidido hacerme guerrillero y estoy con mis compañeros en el 19 frente de las FARC. He tomado este camino porque considero justo y necesario que los pobres de Colombia sean quienes estemos en el poder”, dice su canción.
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Torres se hizo a la alcaldía de Turbaco con 21.466 votos -poco más de 7.000 por encima de su principal contrincante Leonardo Enrique Cabarbas, de Cambio Radical-, con una campaña atípica en una de las regiones con mayores denuncias por compra de votos. Según le contó en su momento a este diario, con su guitarra al hombro recorrió cada una las veredas de ese municipio y puerta por puerta fue convenciendo a los votantes con un eslogan cliché, pero efectivo: Amando venceremos.
“Electoralmente, los turbaqueros le estamos dando tremenda paliza a los corruptos”, dijo Torres en su cuenta de Twitter cuando ya fue irreversible su victoria, una conquista que celebró cada rincón de Turbaco, un municipio ubicado a unos 20 minutos de Cartagena.
Y luego puso: “Turbaco, pueblo mío, gracias por tanto amor… Ahora solo pido sabiduría y ciencia para lograr, entre todos, los cambios que nos lleven hacia la prosperidad con valores. Amando Venceremos!!!”.
Turbaco, pueblo mío, gracias por tanto amor... Ahora sólo pido sabiduría y ciencia para lograr, entre todos, los cambios que nos lleven hacia la prosperidad con valores. Amando Venceremos!!!
— Julián Conrado (@alzadoencanto) October 28, 2019
Justamente esa lucha contra la corrupción la tomó como bandera de su administración. Torres, esquivo a los medios, habló con Colombia+20 sobre el balance de su gestión. Dijo que su administración enfrentó dos años de pandemia y tres sin al apoyo del Gobierno Nacional, entonces en cabeza de Duque. “Sin embargo, puedo decir que este gobierno se propuso dejar a Turbaco en el camino hacia la prosperidad con valores, es un pueblo desbaratado por años de corrupción”, explicó.
Según Torres, uno de sus logros más destacados fue terminar con una “hacienda paralela” (casi como una nómina) por donde, según denuncia el alcalde, entraban recursos que luego “se los robaban”.
Algunas organizaciones y líderes de la zona —incluso de oposición— afirman que, en efecto, Torres le quitó especialmente al Concejo Municipal el monopolio que tenía sobre los recursos que debían ser ejecutados por la Alcaldía y que habían sido objeto de corrupción en casos que ya han sido denunciados ante las autoridades.
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También afirma que liberó las regalías del municipio que estaban estancadas por sanciones, según dice, por no ejecutar el dinero.
En su cuenta de X (antes Twitter), donde alcanza casi los 30 mil seguidores y cuyo nombre no podría ser más preciso @alzadoencanto, se destaca una de sus obsesiones: llevar agua a los lugares más apartados de Turbaco.
“Yo sí sé de administración pública porque lo más importante en la administración pública es administrar sin robar”
Guillermo Torres, conocido en la guerra como Julián Conrado
Aunque no logró instalar todas las redes de acueducto y alcantarillado -pero el proyecto quedó firmado-, zonas alejadas que al menos durante medio siglo no tuvieron agua potable lograron tener servicio a través de un sistema de bombeo artesanal.
“Hemos hecho extensión de redes de agua potable a barrios que hacía 50 años estaban clamando porque les llegará el agua potable. Llevamos agua a los barrios El Talón, Juan 2, la Línea, Nueva Esperanza, La Victoria y Los Laureles. Y también construimos un acueducto con planta potabilizadora para al corregimiento de Cañaveral de más de 7 mil habitantes”, afirma.
El tema del alcantarillado también incluyó el drenaje de aguas fluviales porque Turbaco se inunda cuando llueve.
La cobertura de redes del acueducto se sigue ampliando en Turbaco. Hoy llegó agua potable a Los Laureles y El Pueblito Paisa. Y, de esas cosas macondianas de mi gobierno, por fin el chorro del líquido de la vida, llegó a casa de nuestro gran campeón: Pambelé.
— Julián Conrado (@alzadoencanto) October 12, 2023
Amando Venceremos! pic.twitter.com/xFwKtYh5F0
Además, según su rendición de cuentas, en estos cuatro años, Turbaco logró pasar de ser un municipio de quinta a tercera categoría, lo que le da recursos por al menos 160 mil millones de pesos.
También, dice el informe, reabrió varios puestos de salud y está por entregar el estadio de softbol para el corregimiento de Cañaveral que se sumó el municipal de Turbaco al que, polémicamente, le llamó Jaime Bateman Cayón, nombre del máximo comandante de la también desaparecida guerrilla M-19.
Y para no dejar atrás su afición musical, también hizo dotaciones de instrumentos musicales y fortaleció los temas culturales del municipio.
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Sus opositores, aunque aceptan la mayoría de esos logros, también afirman que su alcaldía fue débil en temas de gobernabilidad por la falta de experiencia de Torres en el sector público.
“No tiene muy claro lo que es la administración pública. Es obvio, estuvo en el monte durante 30 y pico de años y llegó a manejar un municipio de poco más de 100 mil habitantes. Eso repercutió en un Plan de Desarrollo muy débil y en que no tuvo continuidad en los procesos. Por ejemplo, tuvo cuatro secretarios de Gobierno, los mismos en Planeación. Eso provocó mucha inestabilidad”, explica uno de los líderes de la zona que prefiere por seguridad no dar su nombre.
Y agrega que varios de los funcionarios de esas administraciones fueron gente que venía de otras partes del país y cercana a la Colombia Humana.
“Es cierto que hice frente a muchos de los temas de corrupción de Turbaco, pero frente a todo lo que había que hacer, se quedó corto. Yo esperaba mucho más”, dijo otro habitante.
Torres también dice que le faltó tiempo y ayuda y que le quedaron faltando varias cosas por hacer como extender las redes del agua, mayor atención al adulto mayor, construir un centro administrativo y ampliar la cobertura en educación. Sobre las críticas sobre su poco conocimiento en el funcionamiento de los temas públicos su respuesta es tajante: “Yo sí sé de administración pública porque lo más importante en la administración pública es administrar sin robar”, afirma.
El futuro político de los reincorporados
A pesar del significado de su victoria en las elecciones pasadas, el hecho de que los excombatientes solo hubieran logrado un cargo de elección también mostró la factura que el pasado le cobraba a la guerrilla responsable de al menos 100 mil víctimas en el país.
El domingo, 144 excombatientes -43 más que en 2019- volverán a medirse en las urnas en una elección que será decisiva para medir si ha tenido efecto o no la reincorporación política de los firmantes de paz o cuál será el futuro del partido Comunes.
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“No es fácil porque en Colombia están asesinando a los excombatientes, a los líderes sociales, pero aun con ese riesgo enorme, ojalá mi ejemplo en esta alcaldía pueda servir de inspiración para las personas que están tomando este camino de la vida política pacífica y que se quieren dedicar a gobernar desde la legalidad apartándose de la lucha armada”, aseguró.
La aceptable gestión de Conrado podría abrir camino para los otros ex-FARC candidatos o podría pasar a la historia por ser el one hit wonder, una flor de un día, para quienes le apostaron a la paz.