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Este domingo, el Frente de Guerra Occidental Omar Gómez del ELN anunció el fin del paro armado decretado por esa guerrilla desde el pasado domingo 11 de agosto.
“Damos por finalizado el paro armado a partir de las 6:00 am del día 19 de agosto de 2024 y agradecemos a la población haber acatado la orden, ya que no se presentaron incidentes”, dice el comunicado.
En el documento, ese frente también dice que la actual crisis humanitaria que vive el departamento de Chocó “no se debe al accionar del ELN”, sino que “es el resultado del abandono estatal, del incumplimiento de sus responsabilidades sociales y la falta de voluntad política para brindar a las comunidades condiciones de vida”.
Además, le piden a las organizaciones de derechos humanos, a la Defensoría del Pueblo, la iglesia y autoridades locales que se pronuncien sobre los hechos violentos que realizan otros actores armados. “La verdadera lucha es estar al lado de las comunidades y denunciar el matrimonio entre fuerza pública y el paramilitarismo. Es entendible que sientan temor por sus vidas, pero es la única manera de ayudar a desenmascarar y exponer al país el accionar criminal del estado.”
La gobernadora de ese departamento, Nubia Córdoba-Curi, dijo que la crisis humanitaria por cuenta del paro armado, que este domingo completa una semana, ha dejado hasta el momento 50 mil personas confinadas en 10 municipios de esa zona del país. Además, hay 38 instituciones educativas y cerca de 22 mil estudiantes afectados, 300 de ellos de la subregión de San Juan, no pudieron presentar este fin de semana las pruebas Saber 11.
Según la gobernadora, los principales servicios afectados son las actividades comerciales, el abastecimiento de alimentos y comestibles, y atención de salud.
El sábado, las Fuerzas Militares habían dicho que no descartaban la posibilidad de usar bombardeos para hacerle frente a ese paro armado. La delegación de Gobierno en ese proceso de paz rechazó esa propuesta, que sin hacer una mención directa se refería a las declaraciones del comandante de las FF. MM., Francisco Cubides, quien dijo que eran posible este tipo de acciones.
“La reactivación de bombardeos como respuesta al inaceptable paro armado del ELN en el Chocó no contribuye a la protección de la población civil ni a la paz”, se lee en el comunicado que emitió la delegación en la mañana de este sábado 17 de agosto.
¿En qué va el proceso de paz con esa guerrilla?
El proceso de paz entre el gobierno de Gustavo Petro y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) atraviesa su momento más complejo en 21 meses de negociación. Luego de casi 90 días sin reuniones y una comunicación cada vez más fracturada, esta semana quedó demostrado que —pese a los avances y acuerdos históricos que se han logrado— ambas partes tienen reparos de fondo y la disposición de ceder, especialmente del ELN, es escasa.
El Gobierno dejó el balón en terreno de la guerrilla y le exigió que aclare si tiene o no voluntad de continuar en los diálogos. El ELN señaló al Ejecutivo de incumplir acuerdos y rechazó la propuesta confidencial que el jefe de Estado le hizo para descongelar la negociación: poner en discusión una reforma económica con el empresariado y los movimientos sociales.
Al final, lo que queda en el aire es que el proceso entró en un punto muerto en el que las partes se culpan mutuamente, una “guerra de pronunciamientos” que no permite avanzar. Mientras tanto, tras dos semanas del fin del cese al fuego bilateral, en los territorios la población civil soporta la guerra de los fusiles, que ya deja serias afectaciones en departamentos como Chocó, donde el ELN declaró un paro armado que confinó a 50.000 pobladores y dejó a varias personas muertas (incluidos dos bebés y una mujer embarazada) ante la imposibilidad de movilizarse por ríos y carreteras, sin mencionar los combates que se han intensificado con el Clan del Golfo.
A pesar de la crisis, tanto la guerrilla como el Gobierno han dejado en claro que no planean romper los diálogos y mantienen su voluntad de llegar a una salida negociada al conflicto.
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Lo que queda es encontrar un camino para sentarse a hablar nuevamente. Eso, que ya parece difícil, es apenas un primer paso, porque lo que viene será una discusión amplia sobre varios puntos: la extensión del cese al fuego, la solicitud de retiro del ELN de la lista de Grupos Armados Organizados (GAO) -principal exigencia en este momento-, los compromisos frente a la suspensión del secuestro, la continuidad del diálogo con el frente Comuneros del Sur (que se separó de la guerrilla y empezó una negociación por aparte, el cumplimiento de lo ya acordado, la hoja de ruta para seguir dialogando, entre otros temas espinosos.
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