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Desde este lunes y hasta el próximo sábado 25 de mayo está proyectado en Caracas (Venezuela) el inicio de la reunión extraordinaria entre las delegaciones del Gobierno y del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
De acuerdo con el comunicado que emitieron las partes hace unas semanas, se trataría de un encuentro “para recibir el informe ejecutivo del Modelo de Participación, Plan Nacional de Participación y Recomendaciones”.
Se prevé, tal como lo dice el comunicado, que en la reunión también se firme el acuerdo sobre el primer punto de la agenda de diálogos, precisamente el que se refiere a esa participación. Si ocurre, sería un hecho histórico en los poco más de 30 años en los que varios gobiernos han intentado negociar con esa guerrilla.
Sin embargo, fuentes cercanas al proceso afirmaron a este diario que este acuerdo podría aún no firmarse, dado que el ambiente en la mesa sigue tenso por causa de los diálogos que el Gobierno lleva con Comuneros del Sur, un frente que se separó del ELN y opera en Nariño. Esa crisis en la mesa ya provocó que se aplazara el inicio del séptimo ciclo de negociaciones —aun sin fecha definida—, que inicialmente estaba previsto para el 12 de abril.
Pese a ello, hay voluntad de las partes y tendrá que verse bajo qué condiciones transcurre el encuentro. Este fin de semana, delegados del Gobierno viajaron a Caracas, así como representantes de los países garantes y acompañantes y delegados de la Misión de Verificación de la ONU. Hace una semana el senador Iván Cepeda, delegado del Gobierno ante la mesa, le confirmó a este diario que sigue en pie la idea de la firma de ese primer punto de la agenda de diálogos.
Además: Comuneros del Sur: Los interrogantes de la negociación ahora que no son parte del ELN
Un paso importante fue que la semana pasada el Comité Nacional de Participación en los diálogos con el ELN dio a conocer el borrador del modelo con el que se involucrará a la sociedad civil en ese proceso. Por ahora, ese documento provisional pasará por varias revisiones y modificaciones para luego quedar en firme como la hoja de ruta para la participación de la sociedad en el proceso de paz con esa guerrilla.
Ese proceso participativo se puso en marcha el 2 de agosto de 2023 con la presencia de 30 movimientos, pueblos étnicos, organizaciones, gremios e instituciones en diversos territorios del país. En su fase de diseño se llevaron a cabo 78 encuentros con una participación total de 8.465 personas representantes de 3.132 organizaciones sociales de los 30 sectores de la sociedad que conforman el Comité, en 35 ciudades y municipios de Colombia, 3 ciudades de Europa y 19 cárceles del país.
Según se lee en el borrador del modelo, en la fase de creación se recibieron alrededor de 8 mil propuestas sobre criterios, alcances, escenarios, poblaciones y metodologías que fueron sistematizadas en 29 informes.
Además, este encuentro es el primero que se da entre ambas delegaciones tras el anuncio del ELN de reactivar los secuestros de tipo extorsivo. La guerrilla justificó su decisión escudándose en un supuesto incumplimiento del Gobierno en la creación de un fondo multidonante para el proceso de paz, pese a que desde el comienzo se dejó en claro que de ese instrumento no saldrían recursos para el ELN mientras siguiera en armas.
Para algunos observadores, la posición de la guerrilla sobre la continuidad o suspensión del secuestro puede dificultar que ese encuentro en Caracas llegue a buen puerto.
“El ELN es consciente del peso que tiene el tema del secuestro, pero vuelve a eso para hacer un pulso y medir hasta qué punto el Gobierno será flexible, y hay que considerar que ningún Gobierno había sido tan flexible en una negociación con el ELN. Reactivar las retenciones puede poner el proceso al borde de la ruptura, porque da la impresión de que ninguna de las partes tiene vía de escape: ni el Gobierno ni la comunidad internacional ni la ciudadanía van a aceptarlo, y eso puede llevar a una parálisis hasta que se encuentre una fórmula de salida”, explicó hace unos días a este diario Carlos Velandia, quien hizo parte del ELN hasta 2004 y ahora es analista y promotor de paz.
La decisión generó el rechazo de la ciudadanía. El presidente Gustavo Petro y sus negociadores reiteraron que “el comercio con seres humanos no tiene ninguna clase de justificación y su eliminación no es objeto de ninguna transacción por parte del Estado”. Incluso, uno de ellos, José Félix Lafaurie, dijo que se levantaría de la mesa si el ELN retoma este crimen. Justamente Lafaurie no irá a esa reunión, según contó en su columna de opinión en Contexto Ganadero, “por compromisos gremiales”.
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