Onda Pacífica en Guaviare: voces desde la puerta de la Amazonía al resto del país
Desde el arte, la conservación de la Amazonía y la educación ancestral, la población de San José del Guaviare le está apostando a la construcción de país. Historias como estas son las que la nueva emisora de paz de la capital del Guaviare está visibilizando desde su primera emisión el pasado 21 de marzo.
Silvia Corredor Rodríguez
En medio de calles polvorientas, aún sin pavimentar, se encuentra la nueva sede de Radio Nacional de Colombia. En San José del Guaviare, el estudio de grabación está rodeado de algunas cajas que evidencian un trasteo no finalizado y con un equipo de cinco personas inició labores periodísticas el pasado 21 de marzo. Provenientes de Calamar (Guaviare), Meta, Tolima y Santander, el equipo periodístico ha recorrido el territorio contando las historias de paz, memoria, luchas campesinas y conservación de la Amazonía.
Esta emisora hace parte de las cuatro que se entregarán este año, junto a Fundación (Magdalena), Tumaco (Nariño) y San Vicente del Caguán (Caquetá). Con ellas se completan 16 de las 20 emisoras pactadas dentro del sexto punto del Acuerdo de Paz con las FARC, para narrar las realidades e historias de las zonas del país que creen y transitan hacia la reconciliación.
Lea también: Onda Pacífica: la región de García Márquez estrena emisora de paz
Este viernes, desde San José del Guaviare (Guaviare), Colombia+20 de El Espectador y Radio Nacional de Colombia emitirán un nuevo capítulo de la serie Onda Pacífica para resaltar la historia de tres mujeres que le apuestan a la paz desde el campo, la educación y la música.
Escuche aquí nuestra transmisión en directo desde San José del Guaviare:
“La paz se hace todos los días”
Así lo afirmó Flor Alba Quevedo, una mujer campesina y líder innata que ha trabajado por su comunidad de la vereda Manglares, en zona rural de San José del Guaviare, para salir de los cultivos de coca y apostarle a “lo legal”. Desde el año 2020, Quevedo trabaja con 35 mujeres y cinco hombres de su vereda en la siembra, cosecha y comercialización de productos agrícolas como el maíz, el pescado, la yuca, el plátano y demás cultivos que producen en sus tierras.
Este trabajo lo realizan desde la Cooperativa Multiactiva de Familias Campesinas Solidarias del Guaviare, conocida en territorio como “Coomfasol”, de la que Quevedo es presidenta. La organización fue creada por esta población campesina del Guaviare como una alternativa económica para dejar definitivamente los cultivos de coca y confrontar las dificultades que tienen para sacar sus productos por el mal estado de las vías.
La serie de incumplimientos por parte del Estado colombiano y las dificultades en los procesos de sustitución de cultivos de uso ilícito ha sido una limitante para la erradicación definitiva de la coca en el departamento. Según registros del Observatorio de Drogas de Colombia, entre el 2019 y el 2021 en el Guaviare las hectáreas de coca aumentaron cerca de un 73%.
Sin embargo, la tenacidad y motivación de Flor Alba a sus vecinos ha calado de forma significativa, hasta el punto de cambiar la mentalidad de la coca como la única alternativa.
“En la vereda Manglares hay dos personas, un hombre y una mujer. Ella decía “yo sin coca no puedo vivir”; él decía lo mismo “yo sin coca no puedo vivir y ahora me voy a morir de hambre, me lo acabaron y el gobierno no cumplió”. Empecé a decirles: “vengan, sembremos, cultivemos pollo, sembremos yuca, plátanos, echemos cachamos, cerdos, enfoquémonos en eso”. Ahora ellos viven de cerdos, pollos, ganado y hacen parte de unas huertas amazónicas”, recordó la lideresa en entrevista con Colombia +20 y el equipo de la emisora de paz de San José del Guaviare.
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Casa a casa, la lideresa ha llevado su mensaje de “yo puedo” y erradicando la mentalidad del “yo tengo que cultivar coca” de muchos de sus vecinos. Para Flor Alba la pregunta central para dar un paso lejos de estos cultivos es: “¿esto es lo que realmente quiero para mis jóvenes e hijos?”.
Un diálogo entre la educación ancestral y de occidente en Guaviare
La Asociación de Autoridades Indígenas Tradicionales (Asopamurîmajsâ) viene adelantando un proceso educativo con el pueblo Nukak, desde el año 2021, con seis líneas educativas construidas de la mano con estos indígenas. Algunas de ellas son el aprendizaje del español como segunda lengua; fortalecer su lengua madre; la medicina tradicional; y la soberanía alimentaria.
Sharon Salinas, coordinadora de Asopamurîmajsâ, también habló con Colombia +20 el equipo de la emisora de paz. Tenemos un currículum que no viene del Ministerio a los Nukak sino que al contrario, fue construido con ellos. Ese currículum se teje con algunas de las áreas del pensamiento occidental como las “etnomatemáticas” o las matemáticas propias interculturales; las humanidades, lectoescritura, la biología o botánica que es el sistema de conocimiento de los Nukak que más dialoga con occidente”.
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A lo largo de esta semana, realizaron una jornada de trabajo en el asentamiento Villa Leonor, ubicado aproximadamente a 20 km del casco urbano de San José del Guaviare, junto a 130 indígenas Nukak que habitan allí. Decenas de hombres, mujeres y niños, acompañados de algunos monos subidos a sus hombros como pequeños loros, trabajaban en fortalecer sus conocimientos de la lengua Nukak y del español como parte del proceso educativo.
Durante estos años de trabajo y capacitación, Asopamurîmajsâ ha identificado tres casos de violencia sexual y 12 de violencia intrafamiliar, que no solo han sido perpetrados por integrantes del pueblo Nukak sino también por externos. Parte de los esfuerzos de la Asociación han estado enfocados en formación y sensibilización en temas de violencia de género contra mujeres de todas las edades y la importancia del acompañamiento de intérpretes durante las audiencias en la justicia ordinaria.
Construir paz desde el arte
Karla Navarrete es una joven guaviarense cantante, tatuadora e integrante del Colectivo Annatto. Desde este espacio promueve, junto a tres amigos, escenarios artísticos para jóvenes de Calamar, Retorno y San José del Guaviare, con talleres de muralismo, graffiti y música.
Con pocos recursos, muchos de ellos autogestionados a través de rifas, Navarrete resaltó que desde estos espacios y oportunidades los jóvenes buscan construir paz. “Todos estos chicos que se deciden por el arte están dejando muchísimas cosas atrás y que pronto si están en sus casas y el ambiente es tenso o por alguna razón pasan malos momentos es el arte, el estudio y el colectivo lo que los hace enfocarse en otras cosas y salir de eso que viven”.
Durante su trayectoria artística, Navarrete participó en el proyecto “Somos Guaviare”, una propuesta de fusión musical, dirigida por Junior Bejarano. En 2020 lanzaron su sencillo #SomosGuaviare: Colombia, la selva, el campo y la ciudad. Para ella, el arte es una herramienta para salir adelante y transformar las realidades personales y del territorio.
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“El Guaviare está en época de transformación, de turismo y que vengan a conocer la historia del departamento para que se den cuenta de la transformación que hemos tenido y cómo la gente ha luchado y sigue luchando para ser mejor”, fue su llamado.
En medio de calles polvorientas, aún sin pavimentar, se encuentra la nueva sede de Radio Nacional de Colombia. En San José del Guaviare, el estudio de grabación está rodeado de algunas cajas que evidencian un trasteo no finalizado y con un equipo de cinco personas inició labores periodísticas el pasado 21 de marzo. Provenientes de Calamar (Guaviare), Meta, Tolima y Santander, el equipo periodístico ha recorrido el territorio contando las historias de paz, memoria, luchas campesinas y conservación de la Amazonía.
Esta emisora hace parte de las cuatro que se entregarán este año, junto a Fundación (Magdalena), Tumaco (Nariño) y San Vicente del Caguán (Caquetá). Con ellas se completan 16 de las 20 emisoras pactadas dentro del sexto punto del Acuerdo de Paz con las FARC, para narrar las realidades e historias de las zonas del país que creen y transitan hacia la reconciliación.
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Este viernes, desde San José del Guaviare (Guaviare), Colombia+20 de El Espectador y Radio Nacional de Colombia emitirán un nuevo capítulo de la serie Onda Pacífica para resaltar la historia de tres mujeres que le apuestan a la paz desde el campo, la educación y la música.
Escuche aquí nuestra transmisión en directo desde San José del Guaviare:
“La paz se hace todos los días”
Así lo afirmó Flor Alba Quevedo, una mujer campesina y líder innata que ha trabajado por su comunidad de la vereda Manglares, en zona rural de San José del Guaviare, para salir de los cultivos de coca y apostarle a “lo legal”. Desde el año 2020, Quevedo trabaja con 35 mujeres y cinco hombres de su vereda en la siembra, cosecha y comercialización de productos agrícolas como el maíz, el pescado, la yuca, el plátano y demás cultivos que producen en sus tierras.
Este trabajo lo realizan desde la Cooperativa Multiactiva de Familias Campesinas Solidarias del Guaviare, conocida en territorio como “Coomfasol”, de la que Quevedo es presidenta. La organización fue creada por esta población campesina del Guaviare como una alternativa económica para dejar definitivamente los cultivos de coca y confrontar las dificultades que tienen para sacar sus productos por el mal estado de las vías.
La serie de incumplimientos por parte del Estado colombiano y las dificultades en los procesos de sustitución de cultivos de uso ilícito ha sido una limitante para la erradicación definitiva de la coca en el departamento. Según registros del Observatorio de Drogas de Colombia, entre el 2019 y el 2021 en el Guaviare las hectáreas de coca aumentaron cerca de un 73%.
Sin embargo, la tenacidad y motivación de Flor Alba a sus vecinos ha calado de forma significativa, hasta el punto de cambiar la mentalidad de la coca como la única alternativa.
“En la vereda Manglares hay dos personas, un hombre y una mujer. Ella decía “yo sin coca no puedo vivir”; él decía lo mismo “yo sin coca no puedo vivir y ahora me voy a morir de hambre, me lo acabaron y el gobierno no cumplió”. Empecé a decirles: “vengan, sembremos, cultivemos pollo, sembremos yuca, plátanos, echemos cachamos, cerdos, enfoquémonos en eso”. Ahora ellos viven de cerdos, pollos, ganado y hacen parte de unas huertas amazónicas”, recordó la lideresa en entrevista con Colombia +20 y el equipo de la emisora de paz de San José del Guaviare.
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Casa a casa, la lideresa ha llevado su mensaje de “yo puedo” y erradicando la mentalidad del “yo tengo que cultivar coca” de muchos de sus vecinos. Para Flor Alba la pregunta central para dar un paso lejos de estos cultivos es: “¿esto es lo que realmente quiero para mis jóvenes e hijos?”.
Un diálogo entre la educación ancestral y de occidente en Guaviare
La Asociación de Autoridades Indígenas Tradicionales (Asopamurîmajsâ) viene adelantando un proceso educativo con el pueblo Nukak, desde el año 2021, con seis líneas educativas construidas de la mano con estos indígenas. Algunas de ellas son el aprendizaje del español como segunda lengua; fortalecer su lengua madre; la medicina tradicional; y la soberanía alimentaria.
Sharon Salinas, coordinadora de Asopamurîmajsâ, también habló con Colombia +20 el equipo de la emisora de paz. Tenemos un currículum que no viene del Ministerio a los Nukak sino que al contrario, fue construido con ellos. Ese currículum se teje con algunas de las áreas del pensamiento occidental como las “etnomatemáticas” o las matemáticas propias interculturales; las humanidades, lectoescritura, la biología o botánica que es el sistema de conocimiento de los Nukak que más dialoga con occidente”.
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Durante estos años de trabajo y capacitación, Asopamurîmajsâ ha identificado tres casos de violencia sexual y 12 de violencia intrafamiliar, que no solo han sido perpetrados por integrantes del pueblo Nukak sino también por externos. Parte de los esfuerzos de la Asociación han estado enfocados en formación y sensibilización en temas de violencia de género contra mujeres de todas las edades y la importancia del acompañamiento de intérpretes durante las audiencias en la justicia ordinaria.
Construir paz desde el arte
Karla Navarrete es una joven guaviarense cantante, tatuadora e integrante del Colectivo Annatto. Desde este espacio promueve, junto a tres amigos, escenarios artísticos para jóvenes de Calamar, Retorno y San José del Guaviare, con talleres de muralismo, graffiti y música.
Con pocos recursos, muchos de ellos autogestionados a través de rifas, Navarrete resaltó que desde estos espacios y oportunidades los jóvenes buscan construir paz. “Todos estos chicos que se deciden por el arte están dejando muchísimas cosas atrás y que pronto si están en sus casas y el ambiente es tenso o por alguna razón pasan malos momentos es el arte, el estudio y el colectivo lo que los hace enfocarse en otras cosas y salir de eso que viven”.
Durante su trayectoria artística, Navarrete participó en el proyecto “Somos Guaviare”, una propuesta de fusión musical, dirigida por Junior Bejarano. En 2020 lanzaron su sencillo #SomosGuaviare: Colombia, la selva, el campo y la ciudad. Para ella, el arte es una herramienta para salir adelante y transformar las realidades personales y del territorio.
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