Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Tratar las violencias de forma preventiva, guiar los asuntos de seguridad de manera integral y velar por las sanas relaciones en el territorio nacional serán algunas de las prioridades de los alcaldes y gobernadores que el próximo lunes 1.° de enero comenzarán sus mandatos en el país.
Un concepto clave al abordar estos temas es la gestión territorial de la seguridad (GTS), que implica pensar en desarrollar ejercicios de asistencia técnica, mentoría y acompañamiento a actores del sistema de seguridad en todo el país. Todo en clave de convivencia ciudadana y prevención de violencias.
En esa vía, Somos Comunidad —una actividad de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID)— ha venido desarrollando una estrategia de mentoring en gestión territorial en 35 municipios históricamente afectados por el conflicto, que fueron priorizados por los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).
Le puede interesar: Los Aguacates, donde se siembran los sueños de los jóvenes zenú en El Bagre
Según explica Juan Carlos Nieto Aldana, Ph. D. y líder de Seguridad Ciudadana de Somos Comunidad, mediante la designación de asesores expertos que orientan y guían a los actores del sistema de seguridad local para que, de manera participativa, mediante el mentoring se optimicen los procesos de política pública, las instancias de coordinación y otros instrumentos de gestión territorial.
“El fin último del mentoring es la promoción del trabajo articulado para la prevención de factores de riesgo y la respuesta oportuna a las necesidades de las comunidades en materia de seguridad y convivencia ciudadana”, asegura Nieto.
Somos Comunidad, por medio de su experticia técnica, ha dado una mano para fortalecer los Sistemas Locales de Seguridad e impulsar políticas públicas que puedan servir para que las entidades, por ejemplo, sean eficientes y visibles para las comunidades en el territorio.
Para este programa, los Sistemas Locales de Seguridad están constituidos por un conjunto de actores, mecanismos y políticas públicas que interactúan y se orientan a mejorar las condiciones de seguridad, convivencia y justicia de los territorios, en un marco de corresponsabilidad y colaboración armónica.
De acuerdo con Nathalie Pabón, encargada de los procesos de mentoring para la GTS de Somos Comunidad, lo primero en lo que se debe pensar para gestionar la seguridad de los territorios es en la sana convivencia ciudadana. Para ella, es clave “identificar las problemáticas de los territorios para diseñar estrategias a futuro en clave de prevención. Promover las mentorías para fortalecer procesos de articulación entre los actores responsables de la seguridad y la convivencia en los territorios, donde se diseñen instrumentos de política pública que estén al servicio de las comunidades y de mejorar la seguridad de los territorios”.
Todo funciona como una red de apoyo. Los policías no pueden garantizar un buen servicio si no hay voluntad política de facto o eficiencia en las alcaldías y gobernaciones para que eso se cumpla. Para ello es indispensable considerar el peso específico que tienen los Planes Integrales de Seguridad y Convivencia Ciudadana (PISCC), una herramienta que orientará a estos actores en la planeación de acciones, inversión y administración de recursos.
Lea: Mediación policial, la palabra como sanación y confianza hacia la comunidad
Las claves del “mentoring”
En Colombia, una de las voces más autorizadas para hablar de gestión territorial desde la seguridad es Hugo Acero, con más de 30 años de experiencia en la materia y exsecretario de Seguridad de Bogotá en las administraciones de Antanas Mockus, Enrique Peñalosa y Claudia López.
En diálogo con este diario, Acero asegura que “el mentoring es un acercamiento de apoyo a la gestión de seguridad en administraciones municipales. Es un apoyo especializado, pues la mayoría de alcaldes entran a ejercer sus funciones sin saber mayores cosas de cuestiones de seguridad ciudadana”.
En otras palabras, siguiendo las explicaciones del exsecretario Acero, el mentoring es un engranaje entre personas que saben en profundidad del tema de seguridad, conociendo las responsabilidades que conlleva, con otros actores que se involucran en la materia que deben actuar en pro de la ciudadanía, pero que quizá no tengan el mismo conocimiento técnico que los primeros.
“Mucha gente piensa que al final las decisiones sobre seguridad recaen solo en jueces y fiscales. Y no, eso hace que no mucha gente se involucre en lo que tiene que ver con la seguridad. Lo mismo pasa con el pensamiento de que la seguridad es exclusiva de la acción de la Policía, cuando en realidad debería haber más planes integrales de justicia”, recalca Acero.
Y aquí es donde empieza a actuar Somos Comunidad. Acero destaca la tarea de este proyecto en la medida que ha ayudado a hacer análisis más complejos sobre la distribución de roles para la seguridad nacional, con la Policía como actor preponderante.
“Lo valioso que está haciendo Somos Comunidad es que desde su entendimiento de la seguridad por su trabajo de campo ha acercado los dilemas que generan la convivencia ciudadana para que la Policía y las demás autoridades municipales trabajen de la mano. En concreto, lo exitoso está en convocar entidades de seguridad para actuar. Este mentoring ha servido para dimensionar hechos delincuenciales, no solo aplicar la fuerza para hacer cumplir normas, generar diagnósticos y definir líneas estratégicas que aboguen por ejecutar planes integrales que le permitan al ciudadano de a pie sentirse más tranquilo en entornos de convivencia”, resume el experto.
Nada de esto es fortuito. A partir de la ciencia de datos que maneja Somos Comunidad es que muchos análisis sobre seguridad tienen sentido al estudiarlos con las autoridades locales, la Policía Nacional y otros actores que tengan incidencia en el área.
Lea también: Paz en los territorios: ¿cómo abordarla desde los DD. HH. y el rol de la Policía?
Por ejemplo, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) es una entidad que también se ha unido a los intereses de Somos Comunidad, de la Policía y de otras instituciones para entender, aplicar y ejecutar decisiones que tengan que ver con la seguridad.
Carolina Ortega, del equipo de Somos Comunidad, lidera el acompañamiento con el DNP para que los Planes Integrales de Seguridad y Convivencia (PISCC) puedan ser aterrizados, respondiendo a necesidades reales y a favor de la ciudadanía.
“El mentoring en este caso nos sirve para tener una guía de herramientas que les permitan a los PISCC ser más técnicos, basados en evidencia, respondiendo a problemas coherentes y con un proceso de seguimiento. El DNP tiene unas guías nacionales referentes a seguridad y con los ejercicios de mentoring hay lecciones trasladadas de otras experiencias y una visión más integral del tema de seguridad”, explica Ortega.
A su turno, el programa Somos Comunidad, para estos asuntos, tiene otros aportes que conectan los intereses del DNP, con administraciones locales y Policía.
“Somos Comunidad es una iniciativa de USAID que promueve el aterrizaje de ideas que puedan tener el DNP y otros actores para que haya ajuste a realidades técnicas y financieras. Los tableros de control hacen parte de una herramienta del DNP en la cual los próximos alcaldes y gobernadores deberán cargar la información respecto a la formulación y el seguimiento a los PISCC”, detalla Carolina Ortega.
Ojo con el papel de los mandatarios locales
La veeduría ciudadana es primordial para cualquier tipo de proceso democrático. Los temas de seguridad, por supuesto, no son la excepción. Según análisis de Somos Comunidad en territorio, comentados por Carolina Ortega, hay muestras de que en varias entidades territoriales no ha habido la suficiente rendición de cuentas en temas de seguridad, por lo que se hace relevante una nueva metodología en los PISCC.
“Queremos generar una guía de seguridad que no se concentre en las grandes ciudades. En Colombia, más del 80 % de los municipios son categoría cuatro, cinco o seis, pero aun así siguen opacados por los grandes. La idea de tener mentoring en guías de seguridad también va en el sentido de que estas deben ir en línea con los planes de desarrollo de los alcaldes, que la gente vea qué se cumple y qué no, que se sancione a los alcaldes o mandatarios que incumplan y ver todo desde el ámbito local, pues los indicadores básicos de seguimiento surgen de allí y es indispensable implementar seguridad con esto para mejorar la gestión”, indica Ortega.
Otro contexto: ¿Cuáles son los cambios en la Policía con la nueva ley de transformación?
Los proyectos de mentoring y de guías PISCC tienen un objetivo de mediano plazo que debe ser tomado con juicio: capacitar a todos los sectores de administración pública y de seguridad y convivencia en los 35 municipios donde incide Somos Comunidad para fortalecer la gestión territorial de la seguridad.
Para Hugo Acero, los temas de PISCC y mentoring siempre van de la mano, por lo que toca saber bien cómo definir límites. De acuerdo con el exfuncionario de la Alcaldía de Bogotá, “de qué sirve hacer mentorías en cuestiones de seguridad si sobre la práctica hay PISCC que no sirvan para nada. Las capacitaciones y los acompañamientos de expertos siempre son básicos y bienvenidos. Todos los que manejan municipios deben saber de seguridad y si se cruza una instancia como Somos Comunidad para promover que los PISCC mejoren la tarea de seguridad, garanticen convivencia en paz, apoye temas aterrizados e impulse capacidades locales de gestión, pues maravilloso”.
De hecho, el punto clave lo marca Carolina Ortega con un asunto que no puede pasar por alto: hacer mentoring y trabajar por PISCC sensatos y coherentes “permite más posibilidades de generar capacidades técnicas a los alcaldes y así democratizar la información de la gestión territorial y la seguridad”.
El liderazgo de los alcaldes que entren en funciones el próximo 1.º de enero de 2024 será el eje transversal de todo. Sobre ellos recaerán buena parte de las responsabilidades para que la gestión territorial en seguridad se cumpla. Todo está puesto para que las políticas de seguridad crezcan y funcionen: hay cooperantes dispuestos a dar una mano con planes integrales de seguridad y convivencia, hay voluntad para ejecutar programas preventivos de seguridad y hay disposición y retos por delante para que haya planes integrales de seguridad que incluyan poblaciones diversas; que la seguridad no vaya en contravía de los temas de género y diversidad más allá de las nociones que se quedan solo en la mujer.
*Este artículo fue construido en alianza con la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD).