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Cinco razones encuentra el Gobierno Nacional para desmontar el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de la vereda Santa Lucía, en Ituango, pero solo una muy valiosa halló el nuncio apostólico, monseñor Luis Mariano Montemayor, para que se mantenga en la zona: y es que la convivencia entre comunidad y excombatientes de las Farc, que antes era demasiado compleja, está funcionando gracias a que vienen trabajando juntos en el desarrollo de iniciativas productivas y comunitarias propias.
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Así lo evidenció tras su llegada a la vereda el miércoles pasado. Es la primera vez que la comunidad de Santa Lucía en el departamento de Antioquia recibe a un representante del Vaticano en esta zona montañosa ubicada al nordeste antioqueño, al pie del parque Nudo Paramillo, hoy disputado por los grupos armados, entre ellos las disidencias de la extinta guerrilla de las Farc-EP.
Para atender la inusual visita, el padre Jairo Aníbal Restrepo Mesa, párroco de la Iglesia de la vereda Santa Lucía (Ituango) preparó los detalles acompañados de la comunidad que sostenía en sus manos banderines blancos y amarillos, colores alusivos a la bandera del Vaticano. Mientras tanto, a 400 metros del pueblo, en el ETCR, los excombatientes lo esperaban en la ludoteca, adornada con globos blancos, tarea que realizaron con el apoyo de la fundación Cáritas Colombiana y la Policía Nacional.
El representante de su Santidad llegó en un helicóptero de la Policía Nacional que aterrizó en un helipuerto improvisado entre las montañas. De allí descendió acompañado del obispo de Santa Rosa de Osos, Monseñor Jorge Alberto Ossa; del secretario de la Nunciatura, Matías Rotter y del padre Darío Echeverry González, miembro de la Comisión Nacional de Reconciliación, quienes fueron recibidos por representantes de la ONU; el párroco de Santa Lucía, Jairo Aníbal Restrepo; el secretario de Gobierno, Esteban Espinal Chavarría; el teniente de la Policía Nacional, Óscar Moros Sepúlveda; el capitán del Ejército Nacional, Edisson Gómez Marín; y Manuel Antonio González, Gustavo López y Juan De Dios Quintero, en representación de las Farc.
La llegada del representante del Papa Francisco es una respuesta a la reunión que sostuvieron delegados del partido Farc hace dos meses en la Nunciatura Apostólica, donde le hicieron dos pedidos especiales: el primero, que hubiese mayor visibilidad del empeño de la iglesia por el proceso de reincorporación y capacitación, y el segundo, hecho directamente por Pastor Álape al Nuncio Apostólico, fue visitar los espacios territoriales con el fin de apoyar el esfuerzo de los excombatientes. “Queremos mostrarles la solidaridad de la iglesia y ayudarles a vencer las tentaciones que son muchas. Hace poco más de un mes me encontré con los obispos que participan en la que llaman comisión permanente del Episcopado, donde están representados los obispos jefes de región y cuando expuse este pedido de las Farc, por lo menos cuatro de ellos, me ofrecieron acompañarme a visitar algún espacio territorial de sus zonas”, explicó el embajador de su Santidad.
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Pero quien le ayudó a definir el primer ETCR fue el Obispo de Santa Rosa de Osos, quien tiene otros espacios por visitar. “Yo diría que es providencial esta decisión porque sé que entre los excombatientes y la población hay intranquilidad y angustia. Sé que no hay un acuerdo perfecto entre las Farc y el Gobierno sobre algunos de los centros que se quieren trasladar, por eso es mi presencia aquí porque me permite tomar conciencia directa y saber en qué estado están las relaciones entre los miembros del espacio territorial y la comunidad de la vereda. Me causa una gran alegría verlos aquí hoy. Están destinados a vivir juntos. El hecho de que funcione es ya un gran argumento de la integración del ETCR en la vereda”, expresó convencido.
El padre Darío Echeverry González, miembro de la Comisión Nacional de Reconciliación, rompió la agenda programada y abrió una amena conversación entre comunidad y excombatientes. El primero en hablar fue Gustavo López, representante de las Farc, quien a través de una carta que leyó, le envió un mensaje a su Santidad para que le pida al presidente Iván Duque parar el baño de sangre tras el asesinato de líderes y exguerrilleros. “En la vereda Santa Lucía habitamos 430 personas, de las cuales 150 vivimos en el ETCR entre excombatientes, familiares y allegados porque somos oriundos de este municipio. No han sido fáciles estos dos años, nuestros esfuerzos han estado orientados a mantenernos cohesionados como colectivos, adaptarnos a las nuevas condiciones y ayudando a las comunidades aledañas a pesar de los incumplimientos del Gobierno a lo pactado en los acuerdos”.
Actualmente los excombatientes en Santa Lucía están desarrollando dos proyectos productivos de reincorporación económica: uno de ganadería doble propósito y otro de internet fibra óptica, con los cuales se benefician 130 familias. Además, avanzan en otras iniciativas desarrolladas con esfuerzo propio como la producción del Café Paramillo, del cual ya han enviado muestras a países europeos para empezar a exportarlo. “Hemos creado la cooperativa multiactiva Emprendedores del Campo, con la que buscamos el fomento de economías de alternativas solidarias para la paz en beneficio de la población campesina”, explicó López.
Las amenazas de grupos armados ilegales, la no formalización de tierras, estar en una zona distante de difícil acceso, la inestabilidad geológica de los terrenos y encontrarse en el área de amortiguamiento del parque Nudo Paramillo, son las razones del Gobierno Nacional para desmontar el ETCR de la vereda Santa Lucía, en Ituango y trasladarlo, posiblemente a una de las fincas que están en extinción de dominio en el Bajo Cauca.
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“No estamos de acuerdo con esta decisión del Gobierno porque desconoce las relaciones con las comunidades, los esfuerzos de desarrollar los proyectos productivos como los que se vienen llevando a cabo en términos de reincorporación y en beneficio de las comunidades a partir del acuerdo de paz y de la presencia del ETCR en Ituango. Ratificamos nuestra voluntad de continuar en la vereda Santa Lucía en la tarea de construir la paz en el territorio contando con el apoyo de la comunidad, la iglesia y demás instituciones. Para construir la paz se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra, palabras del Papa Francisco”, precisó el representante Farc.
El delegado de la Comisión Nacional de Reconciliación invitó a Jhon Taborda, líder conocedor del trabajo comunitario que se viene desarrollando en el ETCR y en la población de Santa Lucía a que también hablara. “Oíste hombre, aprovechad la presencia de este señor que es muy importante, qué le quieres pedir, ¿cómo puede este obispo ayudarles de una manera muy concreta?”, le preguntó el prelado.
“Queremos quedarnos aquí, tenemos lazos de amistad importantes, proyectos que realizamos juntos con la iglesia y la comunidad como la construcción de un colegio, de un centro de desarrollo infantil. Le pedimos que nos ayude a tramitar ante los entes nacionales nuestra continuidad en este espacio y también solicitamos ayuda para frenar el baño de sangre en la zona”, explicó el joven representante del ETCR.
Luego le dio la palabra a Nelson Betancourt, habitante de Santa Lucía. “Gracias porque de tantas zonas que hay, el Nuncio escogió esta. Esto nos lo trae el Dios de los cielos, será porque nos lo merecemos. Esperamos que día a día se vayan recortando los asesinatos porque detener la mano del asesino es muy difícil, voltear cerebros es demasiado complicado, pero espero que los que estamos aquí sigamos más unidos y más allegados a la paz”.
¿Qué es lo más bonito de Santa Lucía?, preguntó el padre Darío Echeverry, “Su gente, su clima y su cultura”, respondió Dora Echavarría, docente de la Escuela Rural El Limón. ¿Y algo por mejorar?, le interrogó de inmediato. “Seguir mejorando la convivencia entre todos”, asentó la maestra.
“Y usted, ¿Cuénteme algo malo de Santa Lucía? Preguntó el prelado. “Nos han tocado muchos desplazamientos”, respondió Luis Villa, otro habitante. ¿Y una cosa buena? Contrapreguntó el padre. “El proceso de paz y el cese al fuego”, contestó el campesino. “Qué chévere”, dijo el encargado de ambientar el encuentro, quien siguió dando la palabra a los presentes, entre quienes estaban Rosa Amelia Álvarez Correa, en representación de las comunidades de Santa Lucía y Santa Bárbara. “Mi corazón está alegre con esta visita que nos ayuda mantenernos unidos, quiero agradecer por elegir visitar esta comunidad tan lejana y darnos este momento de felicidad”.
A su turno el párroco de Santa Lucía, Jairo Aníbal Restrepo, pidió para que se les permitiera continuar juntos en el desarrollo de proyectos que vienen trabajando y por haber escogido a Santa Lucía en esta visita. Siguió el Secretario de Gobierno expresando su preocupación por el traslado anunciado. “La petición al señor Nuncio es que ayude a la comunidad del ETCR y de Santa Lucía en general a entablar comunicación con el Gobierno Nacional y que se tenga una solución en el menor tiempo posible”.
Luego pasó el micrófono al capitán del Ejército, Edinson Gómez Marín. “Mis hombres trabajan hombro a hombro con los excombatientes de las Farc en el proceso de reincorporación. Su visita nos motiva y fortalece esos lazos de amistad y camaradería entre comunidad y exguerrilleros”.
Posteriormente el teniente de la Policía, Óscar Moros, indicó que su visita también es importante tanto para la Policía como para el Ejército por los programas importantes que se adelantan en materia de reconciliación. “Se viene realizando una buena labor con el personal de las Farc y la comunidad, que han permitido fortalecer lazos de amistad. Y haciendo uso a nuestro lema “Dios y Patria” le pedimos la bendición para continuar con nuestra tarea”.
Luego de haberlos escuchados a todos, el Nuncio Episcopal les habló del conflicto en su país Argentina, el cual fue más breve, pero no menos duro que el de Colombia. “Sé muy bien que los que han combatido no pueden sonreír fácilmente mirándose a la cara, sería una hipocresía y una falta de respeto a las razones por las cuales han combatido, pedirles que salgan sonriendo, pero aquellos que han combatido por un sueño en la piel, un ideal o una convicción, tienen la capacidad de pensar a futuro. Y entonces con aquel combatiente con el cual es difícil sonreír se puede construir juntos un futuro por los hijos, sobrinos, primos o parientes, porque cada uno tiene raíces en la tierra que los hace personas y no robot. Por eso es que el Santo Padre, yo mismo, la presencia del obispo y la iglesia local, queremos luchar por la reconciliación entre los colombianos que es mucho más que cesar la violencia”.
La presencia del Nuncio en Santa Lucía fue bastante elocuente como lo fue también en los ETCR del Catatumbo, Chocó, Popayán, que visitó en estos días, pues el Santo Padre sigue empeñado por la paz en Colombia. “Hemos apoyado la preparación de los acuerdos de paz, que en sí nos aprehendieron a todos y no creo que nadie se sorprenda en saber que ha habido disidencias entre nosotros, pero eso no significa que no apoyemos la continuación e implementación de los acuerdos de paz. Estamos eliminando malezas que impidan crecer el árbol de la paz. Estamos con ustedes, queremos movilizar a nuestras comunidades para que a través de la oración, del gesto de solidaridad y presencia de pastores locales y obispos, de la Conferencia Episcopal y la Santa Sede que represento, se pueda hacer efectivo este sueño e instrumentos concretos que se han negociado a fin de que podamos avanzar con pasos seguros hacia esa otra gran meta que es la reconciliación, que será efectiva el día que aprendamos a construir juntos una nación justa, que no excluya a nadie y sea más fraterna”.
El Nuncio Apostólico finalizó el diálogo invitando a creyentes y no creyentes a repetir la oración de San Francisco de Asís y a rezar el Padre Nuestro. La visita concluyó con el obsequio de Café Paramillo por parte de los excombatientes y la bendición a los niños que han nacido en el ETCR y en Santa Lucía en el marco del Acuerdo de Paz.
*Enviada Especial Santa Lucía, Ituango.