ExFarc y exparamilitares piden a la Comisión de la Verdad que los escuche pronto
Se trata de un excomandante de las Farc y tres exjefes paramilitares, quienes pidieron a la Comisión de la Verdad una audiencia pública y conjunta para contar lo que saben sobre el conflicto armado colombiano. Uno de ellos prometió revelar secretos de la desmovilización de Santafé de Ralito.
Este miércoles, el gestor de paz y exministro Álvaro Leyva Durán, envió un comunicado junto con cuatro cartas de varios excombatientes del conflicto armado colombiano. Se trata de Pastor Alape Lascarro, antiguo miembro del secretariado de las Farc; Héctor Germán Buitrago Parada, conocido como “Martín Llanos”, a título personal y en representación de su padre Héctor José Buitrago Rodríguez y de su hermano Nelson Buitrago Parada, los tres exintegrantes de la Autodefensas Campesinas del Casanare (ACC); y de Carlos Antonio Moreno Tuberquia, ex militante de Ejército Popular de Liberación (EPL) y de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Todos, según las misivas, solicitaron a la Comisión de la Verdad una sesión especial y pública para los medios de comunicación.
“Nuestra intención es darle a conocer a ustedes, al país y a las víctimas del conflicto interno episodios reales de la confrontación interna armada. Las verdades que se relatarán podrán ser contrastadas. Se solicita entonces, de manera respetuosa, que la comparecencia que se anuncia sea de cara a todos los colombianos, es decir, pública. Y con la presencia de los medios de comunicación nacionales y extranjeros”, escribió en su carta Alape, quien hoy es integrante de la dirección nacional del partido político FARC.
También lea: “Las víctimas deben conocer lo que sucedió”: Macaco y otros exparamilitares a Álvaro Leyva
A su turno, Carlos Antonio Moreno Tuberquia, anticipó algunos temas de los que tratará en la Comisión de la Verdad. Tuberquia, quien hoy está recluido en la cárcel la Picota, ingresó a los grupos ilegales a los 14 años al EPL y después su historia se convirtió en un enigma a raíz de su llegada a los grupos paramilitares, capítulo que justamente comentó en su misiva: “Fui engañado y transportado en helicópteros de la Gobernación de Antioquia para ser puesto por la Fuerza Pública a disposición de Carlos Castaño Gil, máximo líder de las AUC. Mi historia completa debe ser conocida por el país entero. Mi experiencia frente a la llamada desmovilización de Ralito implica un relato completo. Por aquella época el entonces Comisionado de Paz y Convivencia, por orden según él del más alto nivel (reservado para cuando sea necesario), se me encomendó junto con los demás miembros del Bloque Centauros de las (ACCU) adelantar misiones que hoy los colombianos deben conocer”, suscribió.
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Finalmente, la familia Buitrago, a través de la carta enviada por Martín Llanos, lideró las Autodefensas Campesinas de Casanare (ACC) y así describió su solicitud a la Comisión de la Verdad de que escuche sus verdades para reparar a las víctimas: “Financiamos y colaboramos en la guerra en Colombia”, dijo, y agregó: “Nuestra lucha tuvo lugar no solo en el departamento del Casanare, sino a lo ancho y largo de los llanos Orientales. Combatimos la subversión comunista armada. Algunos de ustedes están al tanto de esa realidad”, dice la misiva.
En las cartas radicadas este miércoles ante la Comisión de la Verdad, todo escribieron un mensaje parecido: “Se pretende dar a conocer hechos reales del conflicto armado, verdades contrastables de público interés que es necesario trasciendan sin cortapisas de ninguna naturaleza”, se lee.
Este miércoles, el gestor de paz y exministro Álvaro Leyva Durán, envió un comunicado junto con cuatro cartas de varios excombatientes del conflicto armado colombiano. Se trata de Pastor Alape Lascarro, antiguo miembro del secretariado de las Farc; Héctor Germán Buitrago Parada, conocido como “Martín Llanos”, a título personal y en representación de su padre Héctor José Buitrago Rodríguez y de su hermano Nelson Buitrago Parada, los tres exintegrantes de la Autodefensas Campesinas del Casanare (ACC); y de Carlos Antonio Moreno Tuberquia, ex militante de Ejército Popular de Liberación (EPL) y de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Todos, según las misivas, solicitaron a la Comisión de la Verdad una sesión especial y pública para los medios de comunicación.
“Nuestra intención es darle a conocer a ustedes, al país y a las víctimas del conflicto interno episodios reales de la confrontación interna armada. Las verdades que se relatarán podrán ser contrastadas. Se solicita entonces, de manera respetuosa, que la comparecencia que se anuncia sea de cara a todos los colombianos, es decir, pública. Y con la presencia de los medios de comunicación nacionales y extranjeros”, escribió en su carta Alape, quien hoy es integrante de la dirección nacional del partido político FARC.
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A su turno, Carlos Antonio Moreno Tuberquia, anticipó algunos temas de los que tratará en la Comisión de la Verdad. Tuberquia, quien hoy está recluido en la cárcel la Picota, ingresó a los grupos ilegales a los 14 años al EPL y después su historia se convirtió en un enigma a raíz de su llegada a los grupos paramilitares, capítulo que justamente comentó en su misiva: “Fui engañado y transportado en helicópteros de la Gobernación de Antioquia para ser puesto por la Fuerza Pública a disposición de Carlos Castaño Gil, máximo líder de las AUC. Mi historia completa debe ser conocida por el país entero. Mi experiencia frente a la llamada desmovilización de Ralito implica un relato completo. Por aquella época el entonces Comisionado de Paz y Convivencia, por orden según él del más alto nivel (reservado para cuando sea necesario), se me encomendó junto con los demás miembros del Bloque Centauros de las (ACCU) adelantar misiones que hoy los colombianos deben conocer”, suscribió.
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En las cartas radicadas este miércoles ante la Comisión de la Verdad, todo escribieron un mensaje parecido: “Se pretende dar a conocer hechos reales del conflicto armado, verdades contrastables de público interés que es necesario trasciendan sin cortapisas de ninguna naturaleza”, se lee.