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Las expectativas están puestas en la reunión que tendrán hoy las delegaciones del Gobierno y del ELN en Caracas, Venezuela, para evaluar la crisis del proceso. Una “muestra inequívoca” de paz fue el pedido que le hizo el equipo negociador de Gustavo Petro a esa guerrilla para reactivar la mesa de diálogo que entró en suspensión desde septiembre luego de un atentado terrorista contra una base militar en Puerto Jordán, Arauca, que dejó 25 heridos y tres uniformados muertos.
El encuentro será el primero luego de seis meses, la última reunión cara a cara que tuvieron fue en mayo pasado, cuando se firmó el histórico acuerdo del primer punto de la agenda de diálogos. El objetivo será poner sobre la mesa la posibilidad de destrabar ese proceso de paz y que se retome el séptimo ciclo de diálogos antes de que termine este año.
En una carta enviada a Vera Grabe, jefe de la delegación del Gobierno, el pasado 21 de octubre, su homólogo, Pablo Beltrán, le indica que el encuentro será hasta el 7 de noviembre.
“Desde la delegación de Diálogos del ELN, la saludamos y esperamos que sus gestiones por la solución política del conflicto avancen positivamente. En consulta con el garante de Venezuela nos confirmó su disposición a ser sede de una Reunión Extraordinaria de las dos Delegaciones de Diálogo, llegando a Caracas el viernes primero de noviembre y saliendo de allí el 7 de noviembre”, se lee en el comunicado.
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A este encuentro no asistirá toda la delegación del Gobierno, únicamente asistirán Vera Grabe, Iván Cepeda, Rodrigo Botero y el almirante Orlando Romero.
Para abonar ese terreno, el ELN emitió un comunicado el pasado 9 de octubre invitando a la delegación de Gobierno a “examinar” la crisis. Acto seguido, la delegación del Gobierno se pronunció dos días después, el 10 de octubre, para aceptar la reunión del ELN, siempre y cuando se abordaran los puntos de la crisis.
“Al anunciar la suspensión de los diálogos, señalamos que se requería un gesto que demostrara la voluntad del ELN de avanzar en este proceso. Por esta razón, saludamos hoy la comunicación de su Delegación de Paz del pasado 9 de octubre. Aceptamos la invitación para llevar a cabo una reunión que nos permita abordar todos estos asuntos y retomar nuestro diálogo en busca de generar los hechos de paz que nos demanda la sociedad colombiana”, se lee en el comunicado del equipo negociador del Gobierno.
Asimismo, en la misiva, el equipo negociador de Petro señaló algunos puntos claves de esa crisis como la necesidad de “buscar la prórroga del cese al fuego, cumplir con el compromiso firmado de dar continuidad a la participación de la sociedad en la construcción de paz e impulsar todos los puntos de la agenda contenida en el Acuerdo de México”.
Así se gestó la crisis en el proceso
El comunicado que emitió el ELN es el primer gesto del ELN en casi ocho meses de crisis en ese proceso de paz, cuya génesis fue el diálogo regional que lleva a cabo el Gobierno con el Comuneros del Sur, un frente que opera en Nariño y que se separó de esa guerrilla.
Sin embargo, el ataque terrorista del ELN fue lo que terminó por suspender una mesa que venía congelada y en medio de comunicados por parte y parte. Ese ataque se llevó a cabo el 17 de septiembre, en la base militar de Puerto Jordán, Arauca, y desató el episodio de mayor tensión e incertidumbre en los 22 meses que completaba el proceso de diálogos de paz.
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Aunque no se trató de una ruptura definitiva ―como reiteraron el presidente Gustavo Petro, la jefe de la delegación, Vera Grabe, y el senador Iván Cepeda, negociador en este proceso―, la decisión del Gobierno sí marca un precedente en su postura tras casi dos años en los que se le ha criticado por no trazar suficientes líneas rojas y ceder más de la cuenta a las pretensiones del ELN, la guerrilla más vieja del continente.
La suspensión es, de lejos, el mayor golpe de autoridad del Ejecutivo al que hasta hace unos meses era el “proceso estrella” de las nueve negociaciones de la paz total del Gobierno Petro. De retomarse las conversaciones, en la práctica hay varios desafíos para que puedan avanzar y dar resultados concretos. Vale recordar que desde hace siete meses la mesa de diálogos con el ELN estaba congelada, y varios expertos advertían que el proceso no llegaría a buen puerto en el tiempo que le resta a Petro en el poder.
El pasado 26 de septiembre, la delegación del Gobierno Nacional en el proceso de diálogos con el ELN respondió a la Conferencia Episcopal de Colombia y afirmó que está dispuesta a volverse a sentar a la mesa.
En su más reciente comunicado, el equipo negociador agradeció los esfuerzos de la Iglesia, el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas, los países garantes y acompañantes del proceso, así como a las organizaciones sociales que han acompañado permanentemente la Mesa de Diálogos.
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