Gobierno y ELN se encontrarán en Venezuela en noviembre para destrabar mesa de paz
Ambas delegaciones se verán las caras tras cinco meses del último encuentro. Según lo que ha trascendido, la reunión se daría entre el 1 y el 7 de noviembre. La negociación con esa guerrilla está suspendida hace un mes.
Las delegaciones de Gobierno y de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) se encontrarán en noviembre en Caracas, Venezuela, según pudo confirmar este diario.
El proceso de paz con ese grupo armado está suspendido desde el pasado septiembre -tras más de seis meses de congelamiento de la mesa-, como respuesta al atentado terrorista contra la base militar de Puerto Jordán, Arauca, que dejó tres uniformados muertos y más de 25 heridos.
Según fuentes enteradas, la reunión de ambas delegaciones -que no se encuentran desde mayo pasado, cuando se firmó el histórico acuerdo del primer punto de la agenda de diálogos- se daría la primera semana de noviembre con miras a destrabar ese proceso de paz y a que se retome el séptimo ciclo de diálogos antes de que termine el año.
“Desde la delegación de Diálogos del ELN, la saludamos y esperamos que sus gestiones por la solución política del conflicto avancen positivamente. En consulta con el garante de Venezuela nos confirmó su disposición a ser sede de una Reunión Extraordinaria de las dos Delegaciones de Diálogo, llegando a Caracas el viernes Primero de noviembre y saliendo de allí el 7 de noviembre”, dice la carta enviada por Pablo Beltrán, jefe de la delegación del ELN, a su homóloga Vera Grabe, el lunes 21 de octubre.
El pasado 9 de octubre, la delegación del ELN publicó una carta donde dijo que estaba dispuesta a tener una reunión con su homóloga del Gobierno para “examinar” la crisis de ese proceso. “El ELN nos disponemos a realizar una reunión con la Delegación de Diálogos del Gobierno para examinar la crisis en que se encuentra el proceso, con presencia de los países garantes y acompañantes permanentes”, decía el documento.
Ese anuncio era el primer gesto del ELN en casi ocho meses de crisis en ese proceso de paz, cuya génesis fue el diálogo regional que lleva a cabo el Gobierno con el Comuneros del Sur, un frente que opera en Nariño y que se separó de esa guerrilla.
Al día siguiente, el 10 de octubre, la delegación de Gobierno publicó un comunicado, en el que aceptó dicha reunión. “Al anunciar la suspensión de los diálogos, señalamos que se requería un gesto que demostrara la voluntad del ELN de avanzar en este proceso. Por esta razón, saludamos hoy la comunicación de su Delegación de Paz del pasado 9 de octubre. Aceptamos la invitación para llevar a cabo una reunión que nos permita abordar todos estos asuntos y retomar nuestro diálogo en busca de generar los hechos de paz que nos demanda la sociedad colombiana”, se leía en el comunicado del equipo negociador del Gobierno.
Además: ELN aleja oportunidad de paz con Petro, el presidente que más ha cedido a sus demandas
¿Cuál fue la crisis del proceso?
El gran tema que fue el origen de la tensión en el proceso con el ELN ocurrió el 20 de febrero de 2024. Ese día, la delegación de la guerrilla dio por abierta una crisis y declaró el congelamiento de la mesa por una serie de “incumplimientos”, que incluían los acercamientos del Gobierno con Comuneros del Sur, uno de sus frentes de Nariño.
Lea: ELN advierte crisis en diálogos con Gobierno y dice que entrarían en congelamiento
Desde entonces, la guerrilla le exigió a Petro finalizar esos contactos para retomar los diálogos, pero no ocurrió. De hecho, el 7 de mayo, el frente se separó oficialmente del ELN y echó a andar un proceso de paz independiente que, hoy por hoy, está dando frutos: ya tiene un programa de desminado humanitario sobre ruedas y el plan del Ejecutivo es llegar a una desmovilización antes de 2026.
Con esa tensión de frente, la mesa quedó quieta desde hace siete meses, y el ELN dejó de responder las comunicaciones del Gobierno. Incluso, ad portas del vencimiento del acuerdo de cese al fuego, (el pasado 3 de agosto), el Ejecutivo le envió ocho comunicaciones a la guerrilla para sentarse en la mesa y extender esta medida, pero no hubo respuesta.
Con el cese vencido, el ELN le exigió al Gobierno una condición para sentarse a hablar: sacarlo de la lista de Grupos Armados Organizados (GAO), una pretensión que el Ejecutivo rechazó. En parte, la ola de atentados que empezó hace un mes estaría relacionada con no haber cedido ante esa solicitud.
El ataque terrorista del ELN que terminó por suspender una mesa fue el culmen de esa tensión. Aunque, como ahora es evidente, nunca se trató de una ruptura definitiva ―como reiteraron el presidente Gustavo Petro y el senador Iván Cepeda, negociador en este proceso―, la decisión del Gobierno sí marcó un precedente en su postura tras casi dos años en los que se le ha criticado por no trazar suficientes líneas rojas y ceder más de la cuenta a las pretensiones del ELN, la guerrilla más vieja del continente.
La suspensión es, de lejos, el mayor golpe de autoridad del Ejecutivo al que hasta hace unos meses era el “proceso estrella” de las nueve negociaciones de la paz total del Gobierno Petro. De retomarse las conversaciones, en la práctica hay varios desafíos para que puedan avanzar y dar resultados concretos.
✉️ Si tiene información o denuncias sobre temas relacionadas con la paz, el conflicto, las negociaciones de paz o algún otro tema que quiera compartirnos o que trabajemos, puede escribirnos a: cmorales@elespectador.com; jrios@elespectador.com; pmesa@elespectador.com; jcontreras@elespectador.com o aosorio@elespectador.com
Las delegaciones de Gobierno y de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) se encontrarán en noviembre en Caracas, Venezuela, según pudo confirmar este diario.
El proceso de paz con ese grupo armado está suspendido desde el pasado septiembre -tras más de seis meses de congelamiento de la mesa-, como respuesta al atentado terrorista contra la base militar de Puerto Jordán, Arauca, que dejó tres uniformados muertos y más de 25 heridos.
Según fuentes enteradas, la reunión de ambas delegaciones -que no se encuentran desde mayo pasado, cuando se firmó el histórico acuerdo del primer punto de la agenda de diálogos- se daría la primera semana de noviembre con miras a destrabar ese proceso de paz y a que se retome el séptimo ciclo de diálogos antes de que termine el año.
“Desde la delegación de Diálogos del ELN, la saludamos y esperamos que sus gestiones por la solución política del conflicto avancen positivamente. En consulta con el garante de Venezuela nos confirmó su disposición a ser sede de una Reunión Extraordinaria de las dos Delegaciones de Diálogo, llegando a Caracas el viernes Primero de noviembre y saliendo de allí el 7 de noviembre”, dice la carta enviada por Pablo Beltrán, jefe de la delegación del ELN, a su homóloga Vera Grabe, el lunes 21 de octubre.
El pasado 9 de octubre, la delegación del ELN publicó una carta donde dijo que estaba dispuesta a tener una reunión con su homóloga del Gobierno para “examinar” la crisis de ese proceso. “El ELN nos disponemos a realizar una reunión con la Delegación de Diálogos del Gobierno para examinar la crisis en que se encuentra el proceso, con presencia de los países garantes y acompañantes permanentes”, decía el documento.
Ese anuncio era el primer gesto del ELN en casi ocho meses de crisis en ese proceso de paz, cuya génesis fue el diálogo regional que lleva a cabo el Gobierno con el Comuneros del Sur, un frente que opera en Nariño y que se separó de esa guerrilla.
Al día siguiente, el 10 de octubre, la delegación de Gobierno publicó un comunicado, en el que aceptó dicha reunión. “Al anunciar la suspensión de los diálogos, señalamos que se requería un gesto que demostrara la voluntad del ELN de avanzar en este proceso. Por esta razón, saludamos hoy la comunicación de su Delegación de Paz del pasado 9 de octubre. Aceptamos la invitación para llevar a cabo una reunión que nos permita abordar todos estos asuntos y retomar nuestro diálogo en busca de generar los hechos de paz que nos demanda la sociedad colombiana”, se leía en el comunicado del equipo negociador del Gobierno.
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¿Cuál fue la crisis del proceso?
El gran tema que fue el origen de la tensión en el proceso con el ELN ocurrió el 20 de febrero de 2024. Ese día, la delegación de la guerrilla dio por abierta una crisis y declaró el congelamiento de la mesa por una serie de “incumplimientos”, que incluían los acercamientos del Gobierno con Comuneros del Sur, uno de sus frentes de Nariño.
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Desde entonces, la guerrilla le exigió a Petro finalizar esos contactos para retomar los diálogos, pero no ocurrió. De hecho, el 7 de mayo, el frente se separó oficialmente del ELN y echó a andar un proceso de paz independiente que, hoy por hoy, está dando frutos: ya tiene un programa de desminado humanitario sobre ruedas y el plan del Ejecutivo es llegar a una desmovilización antes de 2026.
Con esa tensión de frente, la mesa quedó quieta desde hace siete meses, y el ELN dejó de responder las comunicaciones del Gobierno. Incluso, ad portas del vencimiento del acuerdo de cese al fuego, (el pasado 3 de agosto), el Ejecutivo le envió ocho comunicaciones a la guerrilla para sentarse en la mesa y extender esta medida, pero no hubo respuesta.
Con el cese vencido, el ELN le exigió al Gobierno una condición para sentarse a hablar: sacarlo de la lista de Grupos Armados Organizados (GAO), una pretensión que el Ejecutivo rechazó. En parte, la ola de atentados que empezó hace un mes estaría relacionada con no haber cedido ante esa solicitud.
El ataque terrorista del ELN que terminó por suspender una mesa fue el culmen de esa tensión. Aunque, como ahora es evidente, nunca se trató de una ruptura definitiva ―como reiteraron el presidente Gustavo Petro y el senador Iván Cepeda, negociador en este proceso―, la decisión del Gobierno sí marcó un precedente en su postura tras casi dos años en los que se le ha criticado por no trazar suficientes líneas rojas y ceder más de la cuenta a las pretensiones del ELN, la guerrilla más vieja del continente.
La suspensión es, de lejos, el mayor golpe de autoridad del Ejecutivo al que hasta hace unos meses era el “proceso estrella” de las nueve negociaciones de la paz total del Gobierno Petro. De retomarse las conversaciones, en la práctica hay varios desafíos para que puedan avanzar y dar resultados concretos.
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