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Este martes, el Gobierno y el grupo que se separó de la Segunda Marquetalia, de Iván Márquez, anunciaron que seguirán en los diálogos de paz y dieron a conocer el nuevo nombre del grupo, su agenda de negociación y protocolos.
La estructura, que estará bajo el mando de Walter Mendoza, se llamará Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano y en ella estarán guerrilleros de los Comandos de la Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico. De acuerdo con estimaciones, la mesa se queda dialogando con al menos el 80 % de los hombres que estaban antes de la ruptura.
Ambas delegaciones explicaron que tendrán una agenda temática de cinco puntos: transformaciones territoriales, seguridad en los territorios y para las comunidades, medidas y rutas de seguridad jurídica para los integrantes y representantes de las estructuras guerrilleras, participación política y examinar el tema relacionado con los temas de garantías para los acuerdos que se acuerden en la mesa
También aprobaron cuatro protocolos, entre ellos uno sobre el funcionamiento de la mesa, otro sobre extracción y retorno de las delegaciones del grupo armado cuando las reuniones sean por fuera de sus territorios de presencia. El tercer protocolo es sobre posibles rupturas y otro de seguridad.
En la rueda de prensa también se dijo que este fin de semana habrá una reunión preparatoria con las comunidades en Puerto Asís, Putumayo, y que entre el 13 y el 15 de diciembre habrá otro encuentro de las delegaciones en Pasto.
En diálogo con Colombia´+20, Wálter Mendoza, jefe de la delegación de esa disidencia, habló sobre algunos puntos de la nueva agenda de negociación, las zonas donde se quieren hacer las transformaciones sociales y dijo que tiene legitimidad sobre unos 2.000 hombres.
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En la rueda de prensa estuvieron 10 comandantes de los Comandos de la Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, estructuras que ahora estarán bajo su mando. ¿Cuántos hombres quedan más o menos bajo su comandancia y, por consiguiente, en la mesa?
Con las dos organizaciones alcanzamos un promedio de 2.000 mil personas, y de esas 1.500 en armas.
Cuando ocurrió la separación con Márquez se decía que usted no tenía la suficiente legitimidad en las filas. ¿Ahora sí la tiene?
En estos momentos estamos en unas coordinaciones políticas de cara a la mesa de conversación, ¿cierto? Yo no quiero adelantarme a decir que soy mando porque los mandos son los compañeros que están en el terreno. Y yo, con la condición de jefe de la mesa de negociaciones, pues estoy moviéndome de un lado a otro. Entonces es muy difícil así gobernar una guerrilla que está en el terreno. No puedo cumplir las dos funciones, pero estamos intentando coordinarlo.
Soy más específica. Si se hacen acuerdos en la mesa, ¿usted está en la capacidad de hacer que esos acuerdos se cumplan y se acaten en las filas?
Sí, claro. Ese es el compromiso que adquirimos todos. Ahí radica que esta negociación sea diferente a la de La Habana. Allá se tomaron decisiones sin tener en cuenta las mayorías. Esta vez no lo vamos a hacer. Todos estamos en el mismo barco.
Uno de los puntos de la agenda de negociación que se dieron a conocer ayer fue el de la participación política. ¿Qué es lo que espera el grupo de participación política? ¿Y qué es lo que espera usted?
Voy a ser claro, yo no aspiro a curules ni nada de eso. Lo que espero es que esa participación política sea una participación amplia de todos los sectores sociales en los campos y ciudades. Aspiramos cambiar el modelo político del país. Con este proceso de paz también aspiramos que se den cambios democráticos y cambios reales. Es el pueblo que tiene que dirigir y no una élite. Este proceso de paz puede producir unos cambios a nivel político, económico, cultural y social.
Los otros miembros sí han dicho que quisieran tener opciones en las elecciones. Yo no quiero eso.
Otro de los puntos de la agenda es el tema de transformaciones territoriales, ¿en dónde se van a concentrar esos proyectos?
Estamos enfocados en tres lugares, por ahora: Cauca, Nariño y Putumayo, que son nuestras zonas de operación. Eso no quiere decir que no hay que avanzar porque más de la mitad del país es pobre y queremos luchar contra eso. Vamos a empezar por allí para presentar resultados y para poder seguir avanzando. Vamos a hacer un modelo de transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales.
¿Usted cree que este proceso sí llegue a buen puerto antes de que finalice el gobierno del presidente Petro?
Sí, eso deseamos, eso esperamos. Vamos a meterle todo el acelerador, le vamos a meter con todo porque sí creemos en este proceso. Entonces sí, queremos firmar un acuerdo de paz antes de que se vaya Petro.
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Tiene alguna pista de por qué se habría dado la ruptura de Iván Márquez con ustedes...
No, yo no quiero profundizar en eso porque son contradicciones políticas.
Con este nuevo proceso, ¿hay un borrón y cuenta nueva? ¿Cómo cree que la gente puede tomar este proceso con ustedes y sin Márquez?
Con el tiempo el pueblo lo dirá. El pueblo es el que dice.
En la rueda de prensa usted dijo que iba a haber como un “relanzamiento de la mesa”, pero no se entiende para qué si en el anuncio queda claro que lo que se ha acordado sigue tal cual...
El evento de Puerto Asís, que le repito, será el otro año en una fecha por definir, lo que queremos es darle al pueblo una garantía de que vamos a continuar con el proceso de paz. Elegimos ese evento de masas para presentar la agenda y le vamos a decir al país, aquí estamos, continuamos con este diálogo a ver si podemos firmar un acuerdo estable y duradero.
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