Película contra el olvido de falsos positivos abrirá Festival Internacional de Cine de DD. HH.

Tres integrantes de la asociación Madres de Falsos Positivos de Colombia (Mafapo) son las protagonistas de la película Hijos del viento, en la que se recogen sus procesos íntimos de dolor y esperanza y en la búsqueda por justicia y verdad de sus familiares víctimas de ejecuciones extrajudiciales entre 2002 y 2010.

Weimar Armando Castro Méndez, Óscar Alexánder Morales Tejada y Jaime Steven Valencia Sanabria fueron tres de los 6.402 jóvenes asesinados pasados como bajas en combate por parte del Ejército en diferentes partes del país. Sus madres, Beatriz Méndez, Doris María Tejada y María Ubilerma Sanabria, se motivaron a participar en esta película para seguir visibilizando los casos de sus hijos y la impunidad que aún pesa sobre esos casos.

“Pedacito de mi vida, yo vivo y me sobrepongo a esta oscura y triste realidad, que el aliento te arrebataran y que ya no volverás”, cantó Sanabria en la película, quien se encuentra exiliada por buscar justicia para el caso de su hijo Jaime Steven, asesinado cuando tenía 16 años en Ocaña (Norte de Santander), adonde fue llevado con mentiras.

El cabo Carlos Eduardo Mora descubrió en este mismo lugar, específicamente el Batallón de Inteligencia de Ocaña, la razón del aumento en los resultados de las bajas en combate de las unidades y en 2007 alertó a sus superiores sobre estos casos presentados en su Brigada Móvil 15, en Norte de Santander. Por atreverse a hacer estas denuncias, ha recibido múltiples amenazas, ha tenido que salir del país y llegó a ser el único militar colombiano con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Mora también participó en “Hijos del viento” y el director Felipe Monroy le contó a Colombia+20 cuáles fueron las razones del cabo para participar. “Cuando lo invité a ser parte del proyecto él dijo sin pensarlo dos veces que sí, porque él ya les había prometido a las mamitas que él iba a ir hasta las últimas consecuencias por ellas”. Esas historias son la matriz de la película Hijos del viento que, tras cuatro años de coproducción con sus protagonistas y en medio de la pandemia, se presentó por primera vez, en abril pasado, en el festival Vision du Réel, en Suiza, y hoy es la pieza que abrirá el Festival de Cine por los Derechos Humanos en Bogotá. Allí sus protagonistas pudieron viajar y, entre lágrimas, aplausos y abrazos, intercambiar con el público europeo las emociones de ver la película terminada y sus sentimientos tras años de búsqueda.

Lea: Hijos del Viento, la película que cuenta los falsos positivos

Colombia+20 entrevistó a Felipe Monroy para conocer los aportes de esta película, el alcance desde su lanzamiento y lo que significa ser la película inaugural.

¿Qué significa para ti que esta película haya sido escogida en la apertura de este festival?

Creemos que es muy importante llevarla al público colombiano y a las ciudades donde el festival se presenta porque es una especie de reflexión general del país. Esto va más allá de la dicotomía entre izquierda y derecha, sino cómo en algún momento todos tomamos conciencia de que estas cosas pasaron, que no podemos estar en el negacionismo y que las víctimas son reales.

En el marco del festival, ¿en qué otros escenarios se presentará “Hijos del viento”?

En Medellín se proyectará el 17 de noviembre en el teatro Otraparte y en el Museo del Arte Moderno. El 19 de noviembre en el Colombo Americano y el 23 de noviembre en el Teatro Comfama. En Cali estaremos el 22 en la Cinemateca Museo la Tertulia. En Barranquilla vamos a estar el 19 en la Cinemateca del Caribe. Sé que también se presentará en Manizales.

¿Cómo puede aportar esta película a la lucha por los derechos humanos, la justicia y la verdad de las víctimas?

Lo único que puede aportar es la visibilidad que nos permite hacer memoria y voz a las víctimas que han sido calladas por poderes superiores. Generalmente, en Colombia las víctimas del conflicto armado son las personas que pertenecen a las clases sociales más bajas, por eso han sido las más vulnerables en la guerra, les ha tocado más duro y son aquellas que no han tenido voz.

¿En qué otros escenarios se ha presentado esta película?

Las mamitas armaron el Mafapo World Tour, que va por varias ciudades del mundo, pero hasta el momento se está organizando en Estados Unidos y nosotros pusimos la película a disposición de ellas para que sea punto de partida de discusión en sus presentaciones allá y, a futuro, en Europa. Se espera tener proyecciones en Londres, Suecia, París, Suiza y lograr llegar al Festival de Cine de Ginebra.

Después de las proyecciones de la película en Colombia, ¿cuál es la situación del cabo Carlos Mora?

Él ya venía gestionando su retiro fallido en el Ejército por más de cinco años con atentados y amenazas contra su vida y su familia todo el tiempo, pero, después de las elecciones presidenciales de este año, el Ejército le dio vía libre para su baja. Él se encuentra en situación de refugiado político. Cada entrada que se recoge en las proyecciones de Hijos del viento van directamente para el sostenimiento de Mafapo. “Invito a la gente a que vaya, compre su boleta y se solidarice con el trabajo que está haciendo Mafapo por la reivindicación, la lucha por la justicia y la verdad de las víctimas de las ejecuciones extrajudiciales en este país”, concluyó el director.

Tres integrantes de la asociación Madres de Falsos Positivos de Colombia (Mafapo) son las protagonistas de la película Hijos del viento, en la que se recogen sus procesos íntimos de dolor y esperanza y en la búsqueda por justicia y verdad de sus familiares víctimas de ejecuciones extrajudiciales entre 2002 y 2010.

Weimar Armando Castro Méndez, Óscar Alexánder Morales Tejada y Jaime Steven Valencia Sanabria fueron tres de los 6.402 jóvenes asesinados pasados como bajas en combate por parte del Ejército en diferentes partes del país. Sus madres, Beatriz Méndez, Doris María Tejada y María Ubilerma Sanabria, se motivaron a participar en esta película para seguir visibilizando los casos de sus hijos y la impunidad que aún pesa sobre esos casos.

“Pedacito de mi vida, yo vivo y me sobrepongo a esta oscura y triste realidad, que el aliento te arrebataran y que ya no volverás”, cantó Sanabria en la película, quien se encuentra exiliada por buscar justicia para el caso de su hijo Jaime Steven, asesinado cuando tenía 16 años en Ocaña (Norte de Santander), adonde fue llevado con mentiras.

El cabo Carlos Eduardo Mora descubrió en este mismo lugar, específicamente el Batallón de Inteligencia de Ocaña, la razón del aumento en los resultados de las bajas en combate de las unidades y en 2007 alertó a sus superiores sobre estos casos presentados en su Brigada Móvil 15, en Norte de Santander. Por atreverse a hacer estas denuncias, ha recibido múltiples amenazas, ha tenido que salir del país y llegó a ser el único militar colombiano con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Mora también participó en “Hijos del viento” y el director Felipe Monroy le contó a Colombia+20 cuáles fueron las razones del cabo para participar. “Cuando lo invité a ser parte del proyecto él dijo sin pensarlo dos veces que sí, porque él ya les había prometido a las mamitas que él iba a ir hasta las últimas consecuencias por ellas”. Esas historias son la matriz de la película Hijos del viento que, tras cuatro años de coproducción con sus protagonistas y en medio de la pandemia, se presentó por primera vez, en abril pasado, en el festival Vision du Réel, en Suiza, y hoy es la pieza que abrirá el Festival de Cine por los Derechos Humanos en Bogotá. Allí sus protagonistas pudieron viajar y, entre lágrimas, aplausos y abrazos, intercambiar con el público europeo las emociones de ver la película terminada y sus sentimientos tras años de búsqueda.

Lea: Hijos del Viento, la película que cuenta los falsos positivos

Colombia+20 entrevistó a Felipe Monroy para conocer los aportes de esta película, el alcance desde su lanzamiento y lo que significa ser la película inaugural.

¿Qué significa para ti que esta película haya sido escogida en la apertura de este festival?

Creemos que es muy importante llevarla al público colombiano y a las ciudades donde el festival se presenta porque es una especie de reflexión general del país. Esto va más allá de la dicotomía entre izquierda y derecha, sino cómo en algún momento todos tomamos conciencia de que estas cosas pasaron, que no podemos estar en el negacionismo y que las víctimas son reales.

En el marco del festival, ¿en qué otros escenarios se presentará “Hijos del viento”?

En Medellín se proyectará el 17 de noviembre en el teatro Otraparte y en el Museo del Arte Moderno. El 19 de noviembre en el Colombo Americano y el 23 de noviembre en el Teatro Comfama. En Cali estaremos el 22 en la Cinemateca Museo la Tertulia. En Barranquilla vamos a estar el 19 en la Cinemateca del Caribe. Sé que también se presentará en Manizales.

¿Cómo puede aportar esta película a la lucha por los derechos humanos, la justicia y la verdad de las víctimas?

Lo único que puede aportar es la visibilidad que nos permite hacer memoria y voz a las víctimas que han sido calladas por poderes superiores. Generalmente, en Colombia las víctimas del conflicto armado son las personas que pertenecen a las clases sociales más bajas, por eso han sido las más vulnerables en la guerra, les ha tocado más duro y son aquellas que no han tenido voz.

¿En qué otros escenarios se ha presentado esta película?

Las mamitas armaron el Mafapo World Tour, que va por varias ciudades del mundo, pero hasta el momento se está organizando en Estados Unidos y nosotros pusimos la película a disposición de ellas para que sea punto de partida de discusión en sus presentaciones allá y, a futuro, en Europa. Se espera tener proyecciones en Londres, Suecia, París, Suiza y lograr llegar al Festival de Cine de Ginebra.

Después de las proyecciones de la película en Colombia, ¿cuál es la situación del cabo Carlos Mora?

Él ya venía gestionando su retiro fallido en el Ejército por más de cinco años con atentados y amenazas contra su vida y su familia todo el tiempo, pero, después de las elecciones presidenciales de este año, el Ejército le dio vía libre para su baja. Él se encuentra en situación de refugiado político. Cada entrada que se recoge en las proyecciones de Hijos del viento van directamente para el sostenimiento de Mafapo. “Invito a la gente a que vaya, compre su boleta y se solidarice con el trabajo que está haciendo Mafapo por la reivindicación, la lucha por la justicia y la verdad de las víctimas de las ejecuciones extrajudiciales en este país”, concluyó el director.