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La disidencia de las FARC conocida como Estado Mayor de Bloques y Frente (EMBF), que se mantiene en el proceso de paz con el Gobierno Nacional, prohibirá la tala de bosques en las zonas que están bajo su control en la región de la Amazonía y la Orinoquía. Así lo aseguró en entrevista con Colombia+20 Alexander Díaz Mendoza (‘Calarcá Córdoba’), comandante de este grupo armado.
“Nos oponemos a la tala de bosques. Llevamos tres años dando esa orientación, pero hay quienes no la han acatado y nos tocó tomar una medida: les vamos a recoger la tierra a aquellos que tumbaron 2, 10, 20 o más hectáreas sin necesidad, incluidas las que tumbaron hace un año y ya están en pastoreo”, indicó el jefe del EMBF.
Desde abril de este año, el Ministerio de Ambiente expresó su preocupación por las dinámicas de deforestación en esta zona del suroriente del país, donde aumenta la tala durante la temporada de verano que acaba de iniciar. Las autoridades tienen rastreado que la deforestación está asociada con la ampliación de la frontera agrícola para la manutención de ganado.
De hecho, durante el 30 de noviembre y 1 de diciembre se llevó a cabo una reunión, en el marco de la mesa de diálogos de paz con el EMBF, para abordar el tema en aras a la prevención de la tala de árboles en cercanías a parques naturales.
Más de 34 organizaciones campesinas del Caquetá, sur del Meta y Guaviare llegaron hasta San Vicente del Caguán para asistir y poner sobre la mesa su posición a los delegados del Gobierno y el grupo armado.
Sin embargo, al cierre del encuentro no se llegó a un acuerdo y tanto las comunidades como el Gobierno Nacional presentaron sus propuestas a instancias de la Mesa de Diálogos, las que serán evaluadas por las partes.
“Vamos a castigar la tala”: Calarcá
Aunque en ese encuentro no hizo presencia Calarcá Córdoba, el comandante del Estado Mayor de Bloques y Frente habló con El Espectador, desde las sabanas del Yarí, respecto a la posición del grupo frente a la deforestación.
Según sostuvo, el grupo armado está poniéndole la lupa a quienes deforestan el territorio para tomar el control de esos predios: “Se los vamos a dar a (los campesinos) que no tienen tierra, para que siembren comida. Estamos estableciendo un área máxima para continuar con la ganadería, pero la regla es que debe haber cultivos de yuca, plátano, maíz, caña, para el autosostenimiento”.
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Calarcá también dijo que el control de la tala en la Amazonía y la Orinoquía ha sido históricamente liderado por las FARC: “Los gobiernos de turno nunca han podido controlar eso, nosotros sí. Y lo estamos haciendo. Las FARC le hemos venido haciendo el trabajo al Gobierno. A quienes ya tumbaron, igual hay que castigarles eso”.
Sin embargo, planteó la urgencia de que el Ejecutivo brinde soluciones a la población: “Detrás de la orden de que los campesinos no tumben tiene que haber una iniciativa para que se acomoden y trabajen”.
El EMBF niega relación con la deforestación
Además, el jefe del EMBF habló de los señalamientos de que sus estructuras están detrás de la deforestación.
“Muchos están creyendo que eso es un método de financiación de nosotros, que porque cobramos multas. ¿Qué garantía para mí es recibir 20 o 30 millones de multa si una persona desaparece 30.000 500.000 árboles? (…) Acá lo que hemos visto es que hay campesinos que ya tenían hasta 600 hectáreas en pasto y se pusieron a tumbar otras 400 para meter más vacas, y eso no puede pasar”, explicó Calarcá.
Esta declaración se conoce mientras se desarrolla la segunda jornada de la reunión entre el Gobierno, el EMBF y las comunidades campesinas.
¿Qué pasó en la reunión del fin de semana?
El encuentro en Caquetá tiene como objetivo consolidar el Acuerdo de Participación social que fue firmado en la mesa de diálogo y que permite la construcción de acuerdos, planes y proyectos que van de la mano con las necesidades de las comunidades.
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Para eso se identificaron unos ejes temáticos que serán abordados para la discusión con las comunidades, pues su participación activa es clave para la construcción de acuerdos de transformación.
Uno de los puntos tiene que ver con la construcción cartográfica del área de las sabanas del Yarí, donde se desarrollará un plan de acción para ejecutar las transformaciones territoriales. En esa zona del país, las comunidades buscan formalizar la tenencia de los predios en los que habitan.
Otro de los puntos tiene que ver con la deforestación de los ecosistemas amazónicos, pues desde hace varios meses los campesinos de la zona han denunciado la afectación que traen los grupos ilegales con actividades criminales como la deforestación, la minería ilegal y el narcotráfico.
* Esta pieza periodística hace parte de la iniciativa “Comunidades que Transforman” de El Espectador, el Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ por su sigla en inglés) y la Embajada de la Unión Europea. Esta es una alianza para producir contenidos que narran los esfuerzos de las organizaciones comunitarias, las autoridades y el sector privado en la construcción de paz.
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