José Goyes: la vida de un líder social en el exilio
Fue víctima de intimidaciones y amenzas en razón de su trabajo como defensor de los derechos humanos en el Cauca. Abandonó la región, en 2008, luego de que actores armados le dispararan en diferentes ocasiones. Cuenta su historia desde España.
Fragmentados: relatos entre fronteras*
En un rincón de la cocina José Goyes riega sus plantas, así intenta mantener su vínculo con la tierra. Afirma que no existe comparación con el verde de su natal Cauca, región del suroeste colombiano, que abandonó hace ocho años para salvar su vida y la de su familia.
El 5 de junio de 2008, hombres armados dispararon en repetidas ocasiones a José. En aquel entonces, Goyes se desempeñaba como gobernador del Cabildo Indígena de Honduras y era miembro de la Comisión Política del Consejo Indígena Regional del Cauca (CRIC).
“Cuando estuve en Estados Unidos, varias organizaciones me plantearon no regresar. Regresé y a los ocho días de estar en Colombia las persecuciones y amenazas de grupos paramilitares continuaron. Eso hizo que las organizaciones colombianas e internacionales me dieran la recomendación de salir del país inmediatamente”. Recuerda Goyes.
Durante más de una década, José Goyes trabajó en la defensa de los derechos de grupos étnicos del Cauca. En esta región, la presencia histórica de actores armados ilegales se encuentra relacionada con su montañosa geografía de difícil acceso.
Además del desarrollo de megaproyectos de explotación de recursos naturales y de la presencia del narcotráfico, actividades económicas que ganaron importancia a partir de los años noventa.
La actividad de Goyes se enfocó en recuperar y mantener a salvo su territorio, exigiendo al gobierno la implementación de planes adecuados para el uso de recursos hídricos y oponiéndose a megaproyectos mineros e hidroeléctricos.
“La lucha contra las empresas mineras, fue sobre todo contra Anglo Gold Ashanti, Cosigo Resources y Frontino Gold en Suárez. Tenían y tienen la intención de despojar de sus tierras a los hermanos afrodescendientes e indígenas de los municipios”, afirma Goyes.
Los indígenas que representan un 2,7% del total de la población colombiana, se ha visto especialmente afectados por el desplazamiento forzado, el asesinato de líderes comunitarios, la violencia de género, entre otros.
Según un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, el desplazamiento de los pueblos indi?genas esta? estrechamente relacionado con los intereses rentistas sobre sus territorios y los recursos naturales que estos poseen.
De 1974 a 2004, el Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas registró 6.726 violaciones a los derechos humanos, de las cuales 1.869 corresponden a asesinatos políticos de dirigentes, autoridades indígenas y de personas de las comunidades que ocupan puestos de liderazgo.
La situación fue reconocida por la Corte Constitucional, la cual constató que el conflicto armado colombiano amenazaba con el exterminio cultural o fi?sico de docenas de comunidades y pueblos indi?genas a lo largo del territorio nacional.
Este conflicto ha obligado a Goyes a exiliarse en España para proteger su vida. Lo que no pudieron hacer los más de 66 indígenas que fueron asesinados el mismo año en el que Goyes salió de Colombia, según cifras de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
Hoy, José Goyes, desde Vitoria-Gasteiz, continúa trabajando por la defensa de los derechos humanos, colabora con la Cruz Roja y con el mecanismos de expertos de la ONU. Desde allí, sigue exigiendo justicia para su comunidad y por primera vez existe la posibilidad de obtenerla.
En agosto de 2018, los pueblos indígenas presentaron más de 230 mil casos de violaciones a miembros de estas comunidades en el marco del conflicto armado colombiano. Estos serán estudiados por la Jurisdicción Especial para la Paz, un tribunal independiente creado tras el Acuerdo de Paz.
* Fragmentados es un proyecto periodístico multimedia centrado en contar los relatos de líderes defensores de los Derechos Humanos que han sido escudos directos de conflictos que no terminan.
>>>>Conozca más aquí sobre Fragmentados: relatos entre fronteras<<<<
En un rincón de la cocina José Goyes riega sus plantas, así intenta mantener su vínculo con la tierra. Afirma que no existe comparación con el verde de su natal Cauca, región del suroeste colombiano, que abandonó hace ocho años para salvar su vida y la de su familia.
El 5 de junio de 2008, hombres armados dispararon en repetidas ocasiones a José. En aquel entonces, Goyes se desempeñaba como gobernador del Cabildo Indígena de Honduras y era miembro de la Comisión Política del Consejo Indígena Regional del Cauca (CRIC).
“Cuando estuve en Estados Unidos, varias organizaciones me plantearon no regresar. Regresé y a los ocho días de estar en Colombia las persecuciones y amenazas de grupos paramilitares continuaron. Eso hizo que las organizaciones colombianas e internacionales me dieran la recomendación de salir del país inmediatamente”. Recuerda Goyes.
Durante más de una década, José Goyes trabajó en la defensa de los derechos de grupos étnicos del Cauca. En esta región, la presencia histórica de actores armados ilegales se encuentra relacionada con su montañosa geografía de difícil acceso.
Además del desarrollo de megaproyectos de explotación de recursos naturales y de la presencia del narcotráfico, actividades económicas que ganaron importancia a partir de los años noventa.
La actividad de Goyes se enfocó en recuperar y mantener a salvo su territorio, exigiendo al gobierno la implementación de planes adecuados para el uso de recursos hídricos y oponiéndose a megaproyectos mineros e hidroeléctricos.
“La lucha contra las empresas mineras, fue sobre todo contra Anglo Gold Ashanti, Cosigo Resources y Frontino Gold en Suárez. Tenían y tienen la intención de despojar de sus tierras a los hermanos afrodescendientes e indígenas de los municipios”, afirma Goyes.
Los indígenas que representan un 2,7% del total de la población colombiana, se ha visto especialmente afectados por el desplazamiento forzado, el asesinato de líderes comunitarios, la violencia de género, entre otros.
Según un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, el desplazamiento de los pueblos indi?genas esta? estrechamente relacionado con los intereses rentistas sobre sus territorios y los recursos naturales que estos poseen.
De 1974 a 2004, el Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas registró 6.726 violaciones a los derechos humanos, de las cuales 1.869 corresponden a asesinatos políticos de dirigentes, autoridades indígenas y de personas de las comunidades que ocupan puestos de liderazgo.
La situación fue reconocida por la Corte Constitucional, la cual constató que el conflicto armado colombiano amenazaba con el exterminio cultural o fi?sico de docenas de comunidades y pueblos indi?genas a lo largo del territorio nacional.
Este conflicto ha obligado a Goyes a exiliarse en España para proteger su vida. Lo que no pudieron hacer los más de 66 indígenas que fueron asesinados el mismo año en el que Goyes salió de Colombia, según cifras de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
Hoy, José Goyes, desde Vitoria-Gasteiz, continúa trabajando por la defensa de los derechos humanos, colabora con la Cruz Roja y con el mecanismos de expertos de la ONU. Desde allí, sigue exigiendo justicia para su comunidad y por primera vez existe la posibilidad de obtenerla.
En agosto de 2018, los pueblos indígenas presentaron más de 230 mil casos de violaciones a miembros de estas comunidades en el marco del conflicto armado colombiano. Estos serán estudiados por la Jurisdicción Especial para la Paz, un tribunal independiente creado tras el Acuerdo de Paz.
* Fragmentados es un proyecto periodístico multimedia centrado en contar los relatos de líderes defensores de los Derechos Humanos que han sido escudos directos de conflictos que no terminan.
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