Juan Carlos Cuéllar pide al Gobierno que reconozca su gestoría de paz
En una carta dirigida a la organización Defendamos la Paz, el comandante y preso político del ELN le pide al Gobierno que reconozca su labor de gestoría de paz con esta guerrilla para redimir su pena y salir de la cárcel.
Colombia2020 / @EEColombia2020
En una carta de dos páginas y media dirigida a la organización Defendamos la Paz, Juan Carlos Cuéllar, el preso político y comandante del ELN, le pidió al Gobierno y al alto consejero para Paz, Miguel Ceballos, que reconozcan el tiempo que ha "trabajado en las labores de gestoría de paz en el último periodo" para redimir su pena y poder así "obtener la libertad condicional o en su defecto la reclusión domiciliaria".
La carta fue enviada a Defendamos la Paz porque hace una semana esta organización junto con otras defensoras de los derechos humanos del país le propusieron al Gobierno reactivar el nombramiento de Cuéllar como gestor de paz. De hecho, Pablo eltrán comandante y jefe de la delegación de paz del ELN en La Habana (Cuba) dejó claro en entrevista con este diario que Cuéllar podría ser considerado mucho más gestor de paz que Carlos Velandia o Pacho Galán, a quienes el Gobierno sí ha reconocido en las últimas semanas esa comdición.
En la misiva Cuéllar, al referirse a su tiempo de trabajo como gestor, habla de cuando fue gestor de paz durante el proceso que se desarrolló en los diálogos de La Habana, en la presidencia de Álvaro Uribe y en el trabajo desarrollado en la fase inicial exploratoria con el expresidente Juan Manuel Santos.
En la misiva, Cuéllar dejó claro que como preso político del ELN sigue siendo gestor de paz "por acuerdo entre las dos partes y bajo ese carácter puedo seguir contribuyendo a la paz de Colombia". En esa dirección, aseguró mantener "firme la convicción y el compromiso con la salida política para resolver este conflicto armado" y recomendó que para que la Gestoría de Paz sea viable debe recuperar su origen: “Gestor de Paz del ELN, reconocido por el Gobierno y con tareas específicas de pedagogía, relacionamiento, promoción de la paz y dinámicas humanitarias”.
También hizo una mención al tema del secuestro y al minado del territorio. Un gesto frente a las peticiones del Gobierno en dirección de que los gestores de paz de esa guerrilla deben proscribir esta práctica: "Me reafirmo en el compromiso ineludible con la paz del país, que se supere la guerra, que nos duela el secuestro, pero también el hambre, que nos duela el minado el cual debe desaparecer, pero también los bombardeos, los falsos positivos y la justicia de muerte a la que son sometidos los líderes y lideresas sociales; que nos duelan todas las muertes violentas fruto del conflicto armado, tanto de soldados como de guerrilleros hijos todos del mismo pueblo".
(Le puede interesar:“Hay suficiente cohesión dentro del ELN para negociar la paz”: Pablo Beltrán)
Cuéllar aseguró trabajar por una solución política entre el ELN y el Estado desde hace más de 12 años: "como mecanismo y canal de comunicación entre los distintos gobiernos y el ELN, un trabajo silencioso, no público, procurando tanto al interior del ELN, como de la sociedad y los gobiernos para la gestación de un ambiente propicio para la solución política".
El 31 de enero del 2017, producto de uno de los distintos acuerdos firmados entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), Cuéllar fue indultado al tiempo que fueron nombrados como gestores de paz Carlos Velandia y Francisco Galán. "Labor que desarrollamos desde finales de enero del 2017 hasta enero del 2019, cuando un Decreto del presidente Iván Duque dio por terminado de manera unilateral con la labor de Gestoría de Paz del ELN. No obstante las advertencias de la Comandancia del ELN sobre el riesgo que corría de ser asesinado o detenido, persistí en la idea de que no se perdiera la interlocución y la comunicación entre el Gobierno Nacional y el ELN, dándole así continuidad a la comunicación con personas cercanas al presidente Iván Duque y con su conocimiento, en procura de reactivar el Proceso de Diálogos, hasta el día de mi captura, circunstancia que no esperaba pues albergaba la esperanza de un reconocimiento e interés real del Gobierno en las gestiones que se adelantaban para buscar la reactivación de la Mesa", señaló en la carta.
El documento se conoce en medio de algunos acercamientos públicos que en las dos últimas semanas vienen haciendo el Gobierno y el ELN, a partir de que esta guerrilla declaró un cese unilateral activo en el que se comprometió a no tener acciones ofensivas durante el aislamiento obligatorio por la emergencia sanitaria.
Cuéllar lleva más de 30 años de militancia en el Eln, de los cuales ha pasado la mitad en prisión, por lo que su labor no se ha desempeñado en el campo militar sino en la construcción de puentes de paz. Nació en Popayán (Cauca) y proviene de una familia campesina que se trasladó al casco urbano a buscar posibilidades de vida, por lo que pudo estudiar en un colegio. Inició su militancia en el Partido Comunista e ingresó a la insurgencia en los años 80, cuando el país era un hervidero de agitación social. Fue detenido por primera vez en Ipiales (Nariño) en diciembre de 2004. En 2006, por cuenta de que se adelantaban los contactos exploratorios con el gobierno de Álvaro Uribe. Fue trasladado a la cárcel de Itagüí. Producto de esos diálogos estuvo en las rondas de negociación que se realizaron en La Habana (Cuba) hasta finales de 2007, luego regresó a prisión donde siguió con sus puentes de paz hasta que salió de prisión y el año pasado fue nuevamente capturado.
En una carta de dos páginas y media dirigida a la organización Defendamos la Paz, Juan Carlos Cuéllar, el preso político y comandante del ELN, le pidió al Gobierno y al alto consejero para Paz, Miguel Ceballos, que reconozcan el tiempo que ha "trabajado en las labores de gestoría de paz en el último periodo" para redimir su pena y poder así "obtener la libertad condicional o en su defecto la reclusión domiciliaria".
La carta fue enviada a Defendamos la Paz porque hace una semana esta organización junto con otras defensoras de los derechos humanos del país le propusieron al Gobierno reactivar el nombramiento de Cuéllar como gestor de paz. De hecho, Pablo eltrán comandante y jefe de la delegación de paz del ELN en La Habana (Cuba) dejó claro en entrevista con este diario que Cuéllar podría ser considerado mucho más gestor de paz que Carlos Velandia o Pacho Galán, a quienes el Gobierno sí ha reconocido en las últimas semanas esa comdición.
En la misiva Cuéllar, al referirse a su tiempo de trabajo como gestor, habla de cuando fue gestor de paz durante el proceso que se desarrolló en los diálogos de La Habana, en la presidencia de Álvaro Uribe y en el trabajo desarrollado en la fase inicial exploratoria con el expresidente Juan Manuel Santos.
En la misiva, Cuéllar dejó claro que como preso político del ELN sigue siendo gestor de paz "por acuerdo entre las dos partes y bajo ese carácter puedo seguir contribuyendo a la paz de Colombia". En esa dirección, aseguró mantener "firme la convicción y el compromiso con la salida política para resolver este conflicto armado" y recomendó que para que la Gestoría de Paz sea viable debe recuperar su origen: “Gestor de Paz del ELN, reconocido por el Gobierno y con tareas específicas de pedagogía, relacionamiento, promoción de la paz y dinámicas humanitarias”.
También hizo una mención al tema del secuestro y al minado del territorio. Un gesto frente a las peticiones del Gobierno en dirección de que los gestores de paz de esa guerrilla deben proscribir esta práctica: "Me reafirmo en el compromiso ineludible con la paz del país, que se supere la guerra, que nos duela el secuestro, pero también el hambre, que nos duela el minado el cual debe desaparecer, pero también los bombardeos, los falsos positivos y la justicia de muerte a la que son sometidos los líderes y lideresas sociales; que nos duelan todas las muertes violentas fruto del conflicto armado, tanto de soldados como de guerrilleros hijos todos del mismo pueblo".
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Cuéllar aseguró trabajar por una solución política entre el ELN y el Estado desde hace más de 12 años: "como mecanismo y canal de comunicación entre los distintos gobiernos y el ELN, un trabajo silencioso, no público, procurando tanto al interior del ELN, como de la sociedad y los gobiernos para la gestación de un ambiente propicio para la solución política".
El 31 de enero del 2017, producto de uno de los distintos acuerdos firmados entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), Cuéllar fue indultado al tiempo que fueron nombrados como gestores de paz Carlos Velandia y Francisco Galán. "Labor que desarrollamos desde finales de enero del 2017 hasta enero del 2019, cuando un Decreto del presidente Iván Duque dio por terminado de manera unilateral con la labor de Gestoría de Paz del ELN. No obstante las advertencias de la Comandancia del ELN sobre el riesgo que corría de ser asesinado o detenido, persistí en la idea de que no se perdiera la interlocución y la comunicación entre el Gobierno Nacional y el ELN, dándole así continuidad a la comunicación con personas cercanas al presidente Iván Duque y con su conocimiento, en procura de reactivar el Proceso de Diálogos, hasta el día de mi captura, circunstancia que no esperaba pues albergaba la esperanza de un reconocimiento e interés real del Gobierno en las gestiones que se adelantaban para buscar la reactivación de la Mesa", señaló en la carta.
El documento se conoce en medio de algunos acercamientos públicos que en las dos últimas semanas vienen haciendo el Gobierno y el ELN, a partir de que esta guerrilla declaró un cese unilateral activo en el que se comprometió a no tener acciones ofensivas durante el aislamiento obligatorio por la emergencia sanitaria.
Cuéllar lleva más de 30 años de militancia en el Eln, de los cuales ha pasado la mitad en prisión, por lo que su labor no se ha desempeñado en el campo militar sino en la construcción de puentes de paz. Nació en Popayán (Cauca) y proviene de una familia campesina que se trasladó al casco urbano a buscar posibilidades de vida, por lo que pudo estudiar en un colegio. Inició su militancia en el Partido Comunista e ingresó a la insurgencia en los años 80, cuando el país era un hervidero de agitación social. Fue detenido por primera vez en Ipiales (Nariño) en diciembre de 2004. En 2006, por cuenta de que se adelantaban los contactos exploratorios con el gobierno de Álvaro Uribe. Fue trasladado a la cárcel de Itagüí. Producto de esos diálogos estuvo en las rondas de negociación que se realizaron en La Habana (Cuba) hasta finales de 2007, luego regresó a prisión donde siguió con sus puentes de paz hasta que salió de prisión y el año pasado fue nuevamente capturado.