Juan Manuel Santos: “Hemos visto a los líderes de la guerrilla comenzar a reconocer sus delitos”
Durante la Conferencia Internacional de Paz convocada para conmemorar los cuatro años de la firma del Acuerdo de La Habana, el expresidente defendió el sistema de justicia transicional. Junto a él, José Mujica y Felipe González dieron su balance sobre la implementación de lo pactado.
Tras cuatro años de la histórica firma del Acuerdo de Paz en Cartagena entre las antiguas Farc y el Estado colombiano, el expresidente Juan Manuel Santos, uno de los protagonistas de ese proceso y quien para algunos ha estado ausente de los debates sobre la paz, apareció públicamente para entregar su balance sobre lo que han sido estos años de implementación de lo pactado. Lo hizo al lado de los expresidentes José Mujica, de Uruguay, y Felipe González, de España, en la Conferencia Internacional de Paz convocada por la plataforma Defendamos La Paz para conmemorar el cuarto aniversario de la firma. Pese al recrudecimiento de la violencia en varias regiones del país, el expresidente se mostró optimista sobre el curso que ha llevado la implementación.
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“Cuando el papa Francisco se fue de Colombia en su última visita se llevó la paloma de la paz y se la entregué diciéndole que esa paloma tenía que volar sola porque la paz no es la paz de un gobierno, de un presidente, es de todos los colombianos. Cuatro años después estamos viendo que esa paloma sigue volando y que nadie, a pesar de todos los intentos, ha podido detenerla y seguirá volando”, inició el exmandatario.
Buena parte de su intervención la dedicó a resaltar el blindaje que tiene el Acuerdo de Paz tanto a nivel nacional como internacional y explicó que gracias a ello lo pactado no ha sufrido reveses, por más intentos que hayan existido. “El Consejo de Seguridad de la ONU ha apoyado este proceso como nunca antes con otros procesos. No hay un evento desde la creación de Naciones Unidas hace 75 años que haya tenido tantas resoluciones unánimes de apoyo como el proceso de paz colombiano por parte del consejo de seguridad. La última fue ayer cuando se extendió el mandato de la misión de verificación. Hay un respaldo permanente de ese consejo de seguridad”, sostuvo Santos. Igualmente, destacó el acompañamiento que ha tenido en el transcurso del tiempo el sistema de justicia transicional pactado en el acuerdo por parte de la Corte Penal Internacional (CPI).
Igualmente, recordó que a nivel nacional fue aprobado mayoritariamente por el Congreso y que está blindado por la Corte Constitucional, tribunal que lo aseguró por tres periodos presidenciales.
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“Este es un acuerdo que sigue despertando un interés inmenso del mundo entero porque contiene clausulas que no se habían presentado en ningún otro proceso de paz. Esta semana el presidente de Afganistán está pidiendo una llamada para que le expliquemos algunos de los mecanismos que introdujimos en el acuerdo para poderlos replicar en su proceso de paz con los talibanes”, contó el expresidente.
Dijo que en particular el interés lo despierta el sistema de justicia que logró poner a las víctimas en el centro del Acuerdo y destacó su funcionamiento. “Este es el primer acuerdo en la historia donde un grupo insurgente negocia con el Estado una justicia especial y decide someterse a ella. Eso nunca había sucedido. Esa justicia especial de paz está funcionando adecuadamente.”
Sobre ese punto, el exmandatario se refirió explícitamente al reconocimiento que antiguos jefes guerrilleros están haciendo de sus delitos cometidos durante la guerra. “Hemos visto a los líderes de la guerrilla comenzar a reconocer sus delitos, algo que les pedía la comunidad nacional e internacional”, resaltó.
Durante su intervención, el expresidente rechazó que se asegure que los excombatientes de la guerrilla están retornando a las armas. “Hay que resaltar que la inmensa mayoría de los miembros de las Farc siguen en el proceso. No hay tal que los miembros de las Farc hayan vuelto a las armas como han dicho en una narrativa perversa. Desde el principio sabíamos que personajes como Gentil Duarte y Jhon 40 eran más narcotraficantes que guerrilleros; ellos no se acogieron y están reclutando jóvenes que no eran de las Farc. Entonces no es cierto que las Farc estén volviendo a las armas”, aseguró.
Reconoció que el principal problema que enfrenta en este momento la implementación de lo pactado es el asesinato de líderes sociales y exintegrantes de las Farc. Sin embargo, dijo que las herramientas para combatir ese flagelo están en el mismo acuerdo e invitó a fortalecer, por ejemplo, la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad.
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En esa misma línea habló el expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica, quien sin embargo fue claro en evidenciar que existen intereses contrarios a la implementación de lo pactado. “Hay fuerzas que no se han convencido y operan en contra porque los obstáculos que han ido apareciendo no son consecuencia del Espíritu Santo sino que expresan la sorda participación de gentes que no están pensando en la paz sino en otra cosa. Acá hay una batalla política de ideas porque está claro que el cumplimiento de buena fe de todo este andamiaje institucional requiere una enorme voluntad política de gran parte de la sociedad. Esa batalla todavía no está ganada”, dijo.
“Este proceso tiene muchas dificultades: el asesinato de gente que se desmovilizó, el asesinato de los líderes sociales, la aparición de masacres, la situación de pueblos indígenas, la situación de comunidades negras; se puede hacer una larga lista de frustración, pero es muy larga también la lista de lo que se ha logrado. Es grandioso lo que se ha logrado y grandioso lo que queda por hacer”, añadió Mujica.
En su intervención también se refirió al narcotráfico, un tema que el exmandatario ha abanderado desde que fue presidente de Uruguay. “Sin una sustitución de los cultivos, sin una alternativa económica, sin un cambio agrario que incluya y enfrente la pobreza, siempre va a haber condiciones para que el narcotráfico sobreviva. El narcotráfico no se va a arreglar solo con fumigaciones. Se tiene que enfrentar con alternativas y las alternativas son todo lo que dispuso el acuerdo de La Habana sobre la tierra. No se arregla el narcotráfico solo por la vía represiva. Hace 80 años que estamos reprimiendo, hay que crear una alternativa económica para la gente que vive del narcotráfico”, dijo.
El expresidente de Uruguay cerró su intervención con un mensaje claro: “No se puede tener la mezquindad de torpedearlo (el Acuerdo de Paz) y el que tenga mucho dolor por las heridas que recuerde esto: en la vida hay cosas que se cargan y hay que aprender a andar, porque si nos vamos a pasar toda la vida echando la cuenta para atrás, no tenemos futuro”.
El diálogo entre los expresidentes lo cerró Felipe González, expresidente de España, quien conoce de cerca los esfuerzos del Estado colombiano por alcanzar la paz. Resaltó dos temas mencionados por el expresidente Santos. Primero, el lugar que tienen las víctimas dentro del proceso. “Es la primera vez en mi experiencia política que se pone en primer lugar a las víctimas, porque son el objetivo fundamental de la implementación de los acuerdos”, señaló. Y segundo, cuestionó lo que comúnmente se denomina como ‘disidencias’. “Se trata de gente que traicionó su compromiso con la implementación, pero es una mínima parte. El 95% sigue con el esfuerzo de paz y algunos lo han pagado con su vida”.
“La implementación de los acuerdos de paz, y sus objetivos que son incluyentes, puede y debe ser el elemento de cohesión que en este momento se necesita para separar la implementación de la lucha política y convertir la implementación de los acuerdos en un objetivo de la sociedad colombiana. Obviamente va a haber algún mínimo sector, algunos intereses que se van a separar de ese gran consenso que yo quiero deseo y pido en la sociedad colombiana. Hay muchos motivos para discutir, pero no debería haber motivos de diferencia en implementar unos acuerdos que no son la firma de la paz sino las consecuencias que se derivan de los compromisos de esa firma de la paz”, concluyó el exmandatario.
Tras cuatro años de la histórica firma del Acuerdo de Paz en Cartagena entre las antiguas Farc y el Estado colombiano, el expresidente Juan Manuel Santos, uno de los protagonistas de ese proceso y quien para algunos ha estado ausente de los debates sobre la paz, apareció públicamente para entregar su balance sobre lo que han sido estos años de implementación de lo pactado. Lo hizo al lado de los expresidentes José Mujica, de Uruguay, y Felipe González, de España, en la Conferencia Internacional de Paz convocada por la plataforma Defendamos La Paz para conmemorar el cuarto aniversario de la firma. Pese al recrudecimiento de la violencia en varias regiones del país, el expresidente se mostró optimista sobre el curso que ha llevado la implementación.
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“Cuando el papa Francisco se fue de Colombia en su última visita se llevó la paloma de la paz y se la entregué diciéndole que esa paloma tenía que volar sola porque la paz no es la paz de un gobierno, de un presidente, es de todos los colombianos. Cuatro años después estamos viendo que esa paloma sigue volando y que nadie, a pesar de todos los intentos, ha podido detenerla y seguirá volando”, inició el exmandatario.
Buena parte de su intervención la dedicó a resaltar el blindaje que tiene el Acuerdo de Paz tanto a nivel nacional como internacional y explicó que gracias a ello lo pactado no ha sufrido reveses, por más intentos que hayan existido. “El Consejo de Seguridad de la ONU ha apoyado este proceso como nunca antes con otros procesos. No hay un evento desde la creación de Naciones Unidas hace 75 años que haya tenido tantas resoluciones unánimes de apoyo como el proceso de paz colombiano por parte del consejo de seguridad. La última fue ayer cuando se extendió el mandato de la misión de verificación. Hay un respaldo permanente de ese consejo de seguridad”, sostuvo Santos. Igualmente, destacó el acompañamiento que ha tenido en el transcurso del tiempo el sistema de justicia transicional pactado en el acuerdo por parte de la Corte Penal Internacional (CPI).
Igualmente, recordó que a nivel nacional fue aprobado mayoritariamente por el Congreso y que está blindado por la Corte Constitucional, tribunal que lo aseguró por tres periodos presidenciales.
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“Este es un acuerdo que sigue despertando un interés inmenso del mundo entero porque contiene clausulas que no se habían presentado en ningún otro proceso de paz. Esta semana el presidente de Afganistán está pidiendo una llamada para que le expliquemos algunos de los mecanismos que introdujimos en el acuerdo para poderlos replicar en su proceso de paz con los talibanes”, contó el expresidente.
Dijo que en particular el interés lo despierta el sistema de justicia que logró poner a las víctimas en el centro del Acuerdo y destacó su funcionamiento. “Este es el primer acuerdo en la historia donde un grupo insurgente negocia con el Estado una justicia especial y decide someterse a ella. Eso nunca había sucedido. Esa justicia especial de paz está funcionando adecuadamente.”
Sobre ese punto, el exmandatario se refirió explícitamente al reconocimiento que antiguos jefes guerrilleros están haciendo de sus delitos cometidos durante la guerra. “Hemos visto a los líderes de la guerrilla comenzar a reconocer sus delitos, algo que les pedía la comunidad nacional e internacional”, resaltó.
Durante su intervención, el expresidente rechazó que se asegure que los excombatientes de la guerrilla están retornando a las armas. “Hay que resaltar que la inmensa mayoría de los miembros de las Farc siguen en el proceso. No hay tal que los miembros de las Farc hayan vuelto a las armas como han dicho en una narrativa perversa. Desde el principio sabíamos que personajes como Gentil Duarte y Jhon 40 eran más narcotraficantes que guerrilleros; ellos no se acogieron y están reclutando jóvenes que no eran de las Farc. Entonces no es cierto que las Farc estén volviendo a las armas”, aseguró.
Reconoció que el principal problema que enfrenta en este momento la implementación de lo pactado es el asesinato de líderes sociales y exintegrantes de las Farc. Sin embargo, dijo que las herramientas para combatir ese flagelo están en el mismo acuerdo e invitó a fortalecer, por ejemplo, la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad.
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En esa misma línea habló el expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica, quien sin embargo fue claro en evidenciar que existen intereses contrarios a la implementación de lo pactado. “Hay fuerzas que no se han convencido y operan en contra porque los obstáculos que han ido apareciendo no son consecuencia del Espíritu Santo sino que expresan la sorda participación de gentes que no están pensando en la paz sino en otra cosa. Acá hay una batalla política de ideas porque está claro que el cumplimiento de buena fe de todo este andamiaje institucional requiere una enorme voluntad política de gran parte de la sociedad. Esa batalla todavía no está ganada”, dijo.
“Este proceso tiene muchas dificultades: el asesinato de gente que se desmovilizó, el asesinato de los líderes sociales, la aparición de masacres, la situación de pueblos indígenas, la situación de comunidades negras; se puede hacer una larga lista de frustración, pero es muy larga también la lista de lo que se ha logrado. Es grandioso lo que se ha logrado y grandioso lo que queda por hacer”, añadió Mujica.
En su intervención también se refirió al narcotráfico, un tema que el exmandatario ha abanderado desde que fue presidente de Uruguay. “Sin una sustitución de los cultivos, sin una alternativa económica, sin un cambio agrario que incluya y enfrente la pobreza, siempre va a haber condiciones para que el narcotráfico sobreviva. El narcotráfico no se va a arreglar solo con fumigaciones. Se tiene que enfrentar con alternativas y las alternativas son todo lo que dispuso el acuerdo de La Habana sobre la tierra. No se arregla el narcotráfico solo por la vía represiva. Hace 80 años que estamos reprimiendo, hay que crear una alternativa económica para la gente que vive del narcotráfico”, dijo.
El expresidente de Uruguay cerró su intervención con un mensaje claro: “No se puede tener la mezquindad de torpedearlo (el Acuerdo de Paz) y el que tenga mucho dolor por las heridas que recuerde esto: en la vida hay cosas que se cargan y hay que aprender a andar, porque si nos vamos a pasar toda la vida echando la cuenta para atrás, no tenemos futuro”.
El diálogo entre los expresidentes lo cerró Felipe González, expresidente de España, quien conoce de cerca los esfuerzos del Estado colombiano por alcanzar la paz. Resaltó dos temas mencionados por el expresidente Santos. Primero, el lugar que tienen las víctimas dentro del proceso. “Es la primera vez en mi experiencia política que se pone en primer lugar a las víctimas, porque son el objetivo fundamental de la implementación de los acuerdos”, señaló. Y segundo, cuestionó lo que comúnmente se denomina como ‘disidencias’. “Se trata de gente que traicionó su compromiso con la implementación, pero es una mínima parte. El 95% sigue con el esfuerzo de paz y algunos lo han pagado con su vida”.
“La implementación de los acuerdos de paz, y sus objetivos que son incluyentes, puede y debe ser el elemento de cohesión que en este momento se necesita para separar la implementación de la lucha política y convertir la implementación de los acuerdos en un objetivo de la sociedad colombiana. Obviamente va a haber algún mínimo sector, algunos intereses que se van a separar de ese gran consenso que yo quiero deseo y pido en la sociedad colombiana. Hay muchos motivos para discutir, pero no debería haber motivos de diferencia en implementar unos acuerdos que no son la firma de la paz sino las consecuencias que se derivan de los compromisos de esa firma de la paz”, concluyó el exmandatario.