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“Muchas cosas mueren con un hombre. Los asesinos no lo saben. Si lo supieran, cómo podrían matar”. La frase es del escritor Albert Camus y acompaña el afiche de invitación a la exposición fotográfica y documental de las memorias familiares de la Unión Patriótica, que se inaugura este jueves, en la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Ese día también se lanzará una nueva edición del libro de Jorge Eliecer Gaitán: “Las ideas socialistas en Colombia” y, quizás, lo más diciente de los tiempos de transición que se viven es que el libro fue editado por Editorial Farc.
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Luisa Santamaría, la directora y guionista de la muestra, entiende como pocos el sentido de las palabras de Camus: es hija de Gabriel Jaime Santamaría, fundador y máximo dirigente de la UP en Antioquia, asesinado la tarde del 27 de octubre de 1989.
Gabriel Santamaría fue una de las cerca de tres mil víctimas del plan orquestado por jefes paramilitares y fuerzas oscuras del establecimiento para acabar con este partido político de izquierda, que llegó a tener decenas de adeptos a finales de los años ochenta en el país y que surgió como plataforma política de un proceso frustrado de paz con la guerrilla de las Farc.
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Los álbumes de la memoria de la UP estarán abiertos hasta el 31 de agosto, pero, ¿por qué las personas deberían conocerlos? Esta es la reflexión personal de Luisa:
"Las víctimas de la UP somos más que un material de estudio de la violencia. Pese a esto nuestras memorias han estado sumidas en un silencio profundo. En el caso del genocidio político de la Unión Patriótica, muchos nombres quedaron sepultados en las cifras de asesinatos de este periodo de terror. En especial en Antioquia, donde la UP surgió con fuerza y respaldo electoral en una época en que el narcotráfico se impuso con su cultura de sicariato.
Nuestra memoria, por tanto, debe ser colectiva, porque fueron asesinatos sistemáticos. Se destruyeron miles de familias que hoy no tienen (no tenemos) un lugar para rememorar a nuestros muertos. Solo nos quedó la estigmatización y la exclusión política.
De ahí nace esta propuesta artística de memoria, que hice como un ejercicio de reencuentro con las viudas, hijos e hijas de la UP. A ellas quise extenderles, en nombre de mi padre Gabriel Jaime Santamaría, el amor infinito que sentía por todos y todas. Su vida fue cegada en la búsqueda de una patria honesta y en la defensa de un camino de paz para que las Farc cambiaran los fusiles por el discurso político.
Por eso esta exposición se construye con los álbumes de fotos de las familias y amigos de los integrantes de la UP asesinados. También integra el álbum familiar de Jorge Eliecer Gaitán, que aportó su hija, Gloria Gaitán. No solo por todo lo que significó el asesinato de Gaitán en nuestra historia social y política, sino porque muchos de los padres y abuelos de dirigentes de la UP fueron a su vez gaitanistas y muchos, también, fueron asesinados por serlo en los años de La Violencia.
Esta búsqueda artística me ayudó a dimensionar el talante de mi padre y a entender sus razones políticas que defendió pese a sentir la muerte cerca. Razones que muchas veces puso por encima de su familia, aunque sufrió mucho por no poder llevar una vida tranquila a nuestro lado. Todos esos diálogos son los que espero genere este espacio donde la memoria de la UP sigue viva”.