Lanzan alianza en la Amazonía para que víctimas y excombatientes siembren cacao
En Caquetá, Putumayo y Amazonas se gestó la primera red para impulsar los cultivos de cacao en los municipios afectados por el conflicto armado, garantizar una renta para las comunidades y luchar contra la deforestación.
Desde que en Colombia se empezó a hablar de sustitución de cultivos de uso ilícito, el cacao ha sido una de las alternativas más sonadas por su rentabilidad y facilidad de cultivo. Según datos de Procolombia, este producto es sembrado en 29 de los 32 departamentos del país; entre ellos, en la Amazonía colombiana, donde se ha convertido en una bandera contra la deforestación del bosque tropical.
Con eso en mente, hace unas semanas nació la Iniciativa Regional para un Cacao Sostenible por el Amazonas, del programa público-privado Cacao para la Vida, que promueve la agricultura y la protección estratégica de los ecosistemas.
El primer encuentro realizado el 2 y 3 de diciembre, contó con la participación de cacaoteros, instituciones educativas, organismos internacionales y gubernamentales. Allí se habló sobre comenzar a construir la hoja de ruta para posicionar estratégicamente el cacao en la región y convertirla en una de las principales rentas para víctimas y excombatientes que firmaron el Acuerdo de Paz.
Natalia Melo, de la Asociación Agropecuaria Musu Pakarii de Puerto Guzmán, Putumayo, dijo que uno de sus principales intereses es que se visibilice el “apalancamiento que surgirá de los sistemas agroforestales y los beneficios a las familias asociadas y al medio ambiente (...) porque más allá de la generación de ingresos, hay una oportunidad de cuidado del medio ambiente como parte de la agenda competitiva de la región”.
(Lea también: El cacao que se la juega por el comercio justo y los campesinos)
El programa Cacao para la Vida: + Bosques para la Amazonía, cuenta con el apoyo de Alisos - Alianzas para la Sostenibilidad, Rainforest Alliance y Wildlife Conservation Society, entre otras organizaciones internacionales. Su implementación arrancó en 2021 con la meta de consolidar una cadena de valor de cacao que se convierta en una garantía sostenible para pequeños agricultores víctimas del conflicto armado y que residan en municipios PDET en los departamentos del Guaviare, Caquetá y Putumayo.
Tanto víctimas como excombatientes, y especialmente las mujeres cacaoteras, tienen la posibilidad de acceder a programas, talleres, capacitaciones y acompañamiento que les permita sembrar y cosechar de manera independiente, con la seguridad de que podrán comercializar el fruto y que será una renta sostenible.
Según datos del programa Cacao por la Vida, en la Amazonía se produce apenas el 4 % de todo el cacao del país; pese a que esa planta tiene su origen en esta región. “El panorama cacaotero para esta región empezó a cambiar aceleradamente desde el 2016. Después de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno colombiano y las Farc, el cacao se consolidó como una alternativa productiva para la construcción de paz en municipios PDET”, explicó Wendy Arenas, vocera de la iniciativa.
(Le puede interesar: El cacao, una de las claves del desarrollo local sostenible en Arauca)
Algunas de las empresas privadas sumadas a esta iniciativa y con las que se podría garantizar la cadena de valor completa son la Compañía Nacional de Chocolate, la Federación Nacional de Cacaoteros y empresas como Luker Chocolate, quienes harían parte del eslabón final que compraría la materia prima para comercializar los productos.
Como mencionó Arenas, “el objetivo es que en Caquetá, Guaviare y Putumayo se produzca un cacao diferenciado, con identidad ligada a su origen geográfico, sostenible y con trazabilidad, por el que los compradores -internos y externos- paguen un precio superior que beneficie a los productores de los tres departamentos”.
Desde que en Colombia se empezó a hablar de sustitución de cultivos de uso ilícito, el cacao ha sido una de las alternativas más sonadas por su rentabilidad y facilidad de cultivo. Según datos de Procolombia, este producto es sembrado en 29 de los 32 departamentos del país; entre ellos, en la Amazonía colombiana, donde se ha convertido en una bandera contra la deforestación del bosque tropical.
Con eso en mente, hace unas semanas nació la Iniciativa Regional para un Cacao Sostenible por el Amazonas, del programa público-privado Cacao para la Vida, que promueve la agricultura y la protección estratégica de los ecosistemas.
El primer encuentro realizado el 2 y 3 de diciembre, contó con la participación de cacaoteros, instituciones educativas, organismos internacionales y gubernamentales. Allí se habló sobre comenzar a construir la hoja de ruta para posicionar estratégicamente el cacao en la región y convertirla en una de las principales rentas para víctimas y excombatientes que firmaron el Acuerdo de Paz.
Natalia Melo, de la Asociación Agropecuaria Musu Pakarii de Puerto Guzmán, Putumayo, dijo que uno de sus principales intereses es que se visibilice el “apalancamiento que surgirá de los sistemas agroforestales y los beneficios a las familias asociadas y al medio ambiente (...) porque más allá de la generación de ingresos, hay una oportunidad de cuidado del medio ambiente como parte de la agenda competitiva de la región”.
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El programa Cacao para la Vida: + Bosques para la Amazonía, cuenta con el apoyo de Alisos - Alianzas para la Sostenibilidad, Rainforest Alliance y Wildlife Conservation Society, entre otras organizaciones internacionales. Su implementación arrancó en 2021 con la meta de consolidar una cadena de valor de cacao que se convierta en una garantía sostenible para pequeños agricultores víctimas del conflicto armado y que residan en municipios PDET en los departamentos del Guaviare, Caquetá y Putumayo.
Tanto víctimas como excombatientes, y especialmente las mujeres cacaoteras, tienen la posibilidad de acceder a programas, talleres, capacitaciones y acompañamiento que les permita sembrar y cosechar de manera independiente, con la seguridad de que podrán comercializar el fruto y que será una renta sostenible.
Según datos del programa Cacao por la Vida, en la Amazonía se produce apenas el 4 % de todo el cacao del país; pese a que esa planta tiene su origen en esta región. “El panorama cacaotero para esta región empezó a cambiar aceleradamente desde el 2016. Después de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno colombiano y las Farc, el cacao se consolidó como una alternativa productiva para la construcción de paz en municipios PDET”, explicó Wendy Arenas, vocera de la iniciativa.
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Algunas de las empresas privadas sumadas a esta iniciativa y con las que se podría garantizar la cadena de valor completa son la Compañía Nacional de Chocolate, la Federación Nacional de Cacaoteros y empresas como Luker Chocolate, quienes harían parte del eslabón final que compraría la materia prima para comercializar los productos.
Como mencionó Arenas, “el objetivo es que en Caquetá, Guaviare y Putumayo se produzca un cacao diferenciado, con identidad ligada a su origen geográfico, sostenible y con trazabilidad, por el que los compradores -internos y externos- paguen un precio superior que beneficie a los productores de los tres departamentos”.