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El Tambo no es conocido solamente como el municipio más extenso del departamento del Cauca. El paso del conflicto armado por su territorio y la presencia histórica de cultivos de uso ilícito lo han puesto en la mira del país entero. La guerra, que aún no desparece, ha dejado por lo menos 42.148 víctimas, según los datos del Registro Único de Víctimas. A pesar de esta situación, las comunidades le han apostado a salir adelante y crear iniciativas para alcanzar la paz.
En la novena emisión de ‘Onda Pacífica’, una serie de programas radiales donde Colombia+20 de El Espectador y la red de emisoras de paz de la Radio Nacional de Colombia, abordamos algunas de estas historias de memoria y resiliencia en El Tambo. Pero también le ponemos la lupa a una de las situaciones que más preocupación generan en el Cauca: la violencia contra los profesores de colegios y escuelas.
Siga aquí la emisión en vivo:
La biblioteca rural de Cuatro esquinas
Solo hasta El Tambo, en Cauca, y Samaniego, en Nariño, han llegado las bibliotecas públicas rurales para la paz, un piloto que esperan poder exportar a muchos más municipios que han resistido al paso del conflicto armado.
“Yo siempre les decía a mis amigos que cómo sería si hubiera una biblioteca aquí, y se me hizo realidad, porque yo quería saber más del conocimiento. Era mi sueño, que hubiera una biblioteca aquí para poder venir a leer con mis amigos, padres y familiares”, cuenta Sofía Ballesteros, una de las estudiantes de la zona, que hacen uso de la biblioteca.
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A la biblioteca se llega después de 45 minutos surcando una trocha desde la cabecera de El Tambo. Y la propia arquitectura de este espacio es fruto del trabajo comunitario, como cuenta Edith Dulcey, una ingeniera de sistemas de Cuatro Esquinas que se capacitó hasta convertirse en la guardiana y guía de la biblioteca.
“El diseño se hizo de acuerdo a la necesidad de la comunidad, que dijo que quería reflejar en la biblioteca lo que había en la zona. Acá se cultiva mucho el chontaduro, entonces se hizo ese acorde de tener una palma de chontaduro, que las sillas son del color del chontaduro, y también lo que es el cacao. Se pensó en la necesidad que tienen los niños y la comunidad en general de aprovechar los tiempos libres, dándole un buen uso a la biblioteca, los libros, todo el material que tenemos acá en la zona”, cuenta Edith.
Más de 200 profesores han sido amenazados este año en el Cauca
Según los datos del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), al menos 1.063 maestros de escuelas y colegios en zonas rurales del país han sido asesinados selectivamente en Colombia. Y bajo el contexto de persistencia del conflicto armado en varias regiones del país, los riesgos contra la vida y la integridad de los docentes continúan siendo una realidad.
Aureliano Guzmán, directivo de la Asociación de Institutores y Trabajadores de la Educación del Cauca (Asoinca), señala que este 2022 por lo menos 200 profesores san recibido amenazas, y 40 de ellos siguen a la espera de ser reubicados.
“A través de una llamada, primero se presentaron como integrantes de un grupo, y después le dijeron el objetivo: que necesitaban plata. Al decir que no tenía, la amenaza fue que en el camino nos esperaban”, contó un profesor que fue víctima de estos hechos esta semana.
Los riesgos se presentan, incluso, sin amenazas previas. En el municipio de El Tambo, en la mañana del lunes 19 de septiembre, grupos ilegales asesinaron al profesor Nilson Albeiro Rojas Mamián, de apenas 23 años, mientras se movilizaba en moto a la altura del sector de Altamira. De acuerdo con Asoinca, son nulos los avances en la justicia hasta el momento. Lo poco que se ha sabido del caso es que, presuntamente, al profesor Sierra lo asesinaron por no atender a la orden de no portar casco para ser identificado, lo que también da cuenta del nivel de riesgo en el Cauca.
La Casa de la Memoria de Los Anayes
A Carol Dayana Fernández, la Casa de la Memoria de Los Anayes le cambió la vida porque le permitió empezar a construir un sueño: el de la actuación. “Yo era muy tímida y no hablaba, pero el proyecto me ha enseñado a perder el miedo y me ha dejado muchas enseñanzas”, dice.
La casa de la memoria fue creada por Lola y Elena Sandoval, dos jóvenes hermanas con raíces tambeñas, que volvieron a su tierra para promover el aprovechamiento del tiempo libre en niños y jóvenes. Elena, Licenciada en Español y Literatura y especialista en Cultura de Paz, dice que el proyecto nació del arraigo por su territorio. “Mi padre y mi familia son de acá, y nosotras siempre hemos estado vinculadas con la comunidad, nos reconocemos como agrodecendientes, y es algo que llevamos en el corazón”, describe.
Además de fortalecer la memoria histórica de la comunidad, ante las dificultades que vive el municipio, la casa ha buscado fortalecer las capacidades en liderazgo de niños y jóvenes. “La comunidad tiene esa necesidad. Siempre los liderazgos han sido muy tímidos por las situaciones de violencia y el conflicto armado y el contexto social y cultural que vivimos y la idea con estas iniciativas es poder que las futuras generaciones puedan empezar a empoderarse, y reconocer tanto las necesidades, como alternativas para salir de ellas”, explica la maestra.
Yesid Fernández dice que este es un lugar tranquilo, pacífico y hermoso. “No hay ruido como en la ciudad y tienen muchas cosas bellas como el campo y el café. Y gracias a Lola y Elena nos ayudan a un mejor vivir”, describe. Con ese trabajo, Lola y Elena han beneficiado a 30 niños con espacios de participación comunitaria y fortalecimiento del sentido de pertenencia por la tierra que los vio nacer.