Las recomendaciones de la Unidad de Búsqueda y Equitas para proteger cuerpos no identificados en cementerios
Con el incremento de fallecidos por coronavirus, también crece la preocupación de que miles de cuerpos de posibles víctimas del conflicto enterradas en cementerios estén en riesgo de perderse. Entre las recomendaciones está capacitar a administradores de funerarias y cementerios y habilitar un portal web para que las familias consulten dónde fue enterrado su pariente fallecido por COVID-19.
Colombia en Transición
Desde comienzos de abril, organizaciones sociales y de víctimas integradas en la Mesa de Trabajo sobre Desaparición Forzada y la Unidad de Búsqueda de personas dadas por Desaparecidas (UBPD) manifestaron su preocupación de que la emergencia por el COVID-19 ponga el riesgo los cuerpos no identificados de posibles víctimas del conflicto que están enterrados en miles de cementerios de este país. La cifra es alarmante: al menos 26.395 cuerpos sin nombre están en 426 cementerios del país, según el Ministerio del Interior.
¿A cuáles riesgos se referían? Principalmente, a que los cuerpos de fallecidos por coronavirus se dispongan sin medidas de precaución en osarios, bóvedas, morgues o fosas y se mezclen con cuerpos sin nombre que podrían ser personas desaparecidas durante el conflicto armado. O que estos últimos sean trasladados de sitio para abrir lugar a los cuerpos de COVID-19. En ambos escenarios hay riesgo de pérdida. Si esto ocurriera, no sería posible continuar con los procesos de identificación de esos cadáveres y darles respuesta a las familias que buscan a sus seres queridos.
Las organizaciones le pidieron a la UBPD, entidad que nació a raíz del acuerdo de paz con las Farc, que fuera garante de que el Gobierno Nacional y las administraciones locales tomen las medidas pertinentes en los cementerios para que la disposición de los cuerpos por COVID-19 sea la adecuada.
Después de varias reuniones con el Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia (CICR) y el Comité Internacional de Personas Desaparecidas (ICMP, por sus siglas en inglés), la Unidad de Búsqueda acaba de publicar una guía con siete acciones para preservar, custodiar y tratar con dignidad los cuerpos no identificados (CNI) y cuerpos identificados no reclamados (CINR) que están en cementerios y morgues, frente a la coyuntura generada por el coronavirus:
1. No retire, movilice o traslade, en ninguna circunstancia, CNI o CINR dispuestos en bóvedas o en fosas registradas.
2. No deposite cuerpos de personas fallecidas por COVID-19, identificados o no, en fosas ocupadas por CNI o CINR
3. Disponga desde ya de espacios suficientes y adecuados (fosas individuales o bóvedas) para la correcta disposición de cuerpos de personas fallecidas por COVID-19. Si no existen, las autoridades locales (alcaldes y gobernadores) tienen el deber legal de disponer recursos y lugares para disponer los cuerpos.
4. En caso de no disponer de terreno (fosas individuales o bóvedas), prevea esta situación y contacte desde ya a otros cementerios locales para superar una posible contingencia.
5. Es indispensable dejar una debida documentación del manejo y disposición de los cuerpos (autoridad de donde provienen, fecha de llegada, lugar de procedencia, características de los elementos que lo acompañan, si llegan de manera individual o no, con cuántos otros cuerpos, etc.). Este registro es fundamental para poder seguir la ruta de búsqueda de una persona desaparecida.
6. Siempre que tenga fosas individuales disponibles, asegúrese de tener un registro topográfico de su ubicación (mapa o plano): indicando la distribución espacial y garantizando que la numeración de cada fosa individual o bóveda coincida tanto en el mapa/plano como en el espacio físico.
7. El cálculo aproximado de la cantidad de fosas o bóvedas que debería tener disponible cada cementerio podrá hacerse con base en las estadísticas epidemiológicas diarias o semanales de las Secretarias de Salud (municipales y departamentales), teniendo en cuenta principalmente el número de personas fallecidas por COVID19. (Aquí puede leer las guías completas)
Los departamentos con más riesgo
El Equipo Colombiano Interdisciplinario de Trabajo Forense y Asistencia Psicosocial (Equitas), organización que apoya la búsqueda de desaparecidos a nivel científico y técnico, también publicó el documento Análisis y recomendaciones técnicas para la administración de la muerte en tiempos de pandemia COVID-29.(Le puede interesar: “Es necesaria una intervención a los cementerios del país”: Colectivo Orlando Fals Borda)
Allí resalta que el país no tiene información real y consolidada del número total de cementerios, muchos menos su estado y la cantidad de cuerpos no identificados y cuerpos identificados y no reclamados que pueden estar inhumados o en instituciones estatales. De acuerdo con Equitas, en las visitas que han podido realizar a algunos cementerios a lo largo de los últimos años, “muchos no cuentan con la infraestructura adecuada, presentan hacinamiento, deficientes o inexistentes sistemas de información y registro de los cuerpos que ingresan y su ubicación en el cementerio”.
Equitas, además, cotejó la información existente sobre cuerpos no identificados en cementerios con los casos confirmados de contagio por COVID-19 y el número de fallecidos. Analizó las bases de datos del Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica, el Registro Nacional de Desaparecidos, la información sobre cementerios del Ministerio del Interior y los datos del Instituto Nacional de Salud y la Alcaldía Mayor de Bogotá.
De acuerdo con el estudio, los departamentos con mayor número de muertes confirmadas por coronavirus y más presencia de CNI en cementerios locales son Cundinamarca (incluyendo a Bogotá), Valle del Cauca, Bolívar, Magdalena y Atlántico.
Por eso, piden con urgencia dimensionar las condiciones reales de los cementerios: su capacidad, hacinamiento o protocolos de registro. Y generar medidas de aislamiento de los cementerios municipales donde ya hay un alto número en los casos de fallecidos por COVID-19 y que muy seguramente no cuentan con el espacio disponible para su inhumación o con los suficientes hornos crematorios.
Otras de las recomendaciones al Gobierno es que adopte medidas de sensibilización y capacitación al personal funerario, administradores y sepultureros de cementerios con el fin de proteger los cuerpos. También recomienda habilitar un portal web con información actualizada en tiempo real para que los familiares de las víctimas por Covid-19 puedan consultar en dónde fueron enterrados sus parientes.
Las orientaciones también van dirigidas a la Jurisdicción Especial para la Paz y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas. A la JEP especialmente le pide que tome las medidas de prevención y protección en los cementerios incluidos en la solicitud de medidas cautelares: el Cementerio Universal (Medellín, Antioquia), el cementerio en el resguardo indígena de San Lorenzo (Riosucio, Caldas), el del corregimiento Rincón del Mar (San Onofre, Sucre), el cementerio central de este mismo municipio, el camposanto de Las Mercedes (Dabeiba, Antioquia), el ubicado en San Agustín (Samaná, Caldas) y Pradera (Victoria, Caldas); el Cementerio Colombia (Cimitarra, Santander) y el camposanto de Aguachica, en Cesar.
Ambas entidades, de acuerdo con Equitas, deben hacer un análisis de riesgo de cada una de estos cementerios, conseguir apoyo técnicos y financieros para proteger los sitios y del coronavirus a las comunidades que ante la falta de un sepulturero son quienes realizan las inhumaciones de los cuerpos y decretar más medidas cautelares en otros cementerios donde puede darse un alto riesgo de saturación de cuerpos.
Desde comienzos de abril, organizaciones sociales y de víctimas integradas en la Mesa de Trabajo sobre Desaparición Forzada y la Unidad de Búsqueda de personas dadas por Desaparecidas (UBPD) manifestaron su preocupación de que la emergencia por el COVID-19 ponga el riesgo los cuerpos no identificados de posibles víctimas del conflicto que están enterrados en miles de cementerios de este país. La cifra es alarmante: al menos 26.395 cuerpos sin nombre están en 426 cementerios del país, según el Ministerio del Interior.
¿A cuáles riesgos se referían? Principalmente, a que los cuerpos de fallecidos por coronavirus se dispongan sin medidas de precaución en osarios, bóvedas, morgues o fosas y se mezclen con cuerpos sin nombre que podrían ser personas desaparecidas durante el conflicto armado. O que estos últimos sean trasladados de sitio para abrir lugar a los cuerpos de COVID-19. En ambos escenarios hay riesgo de pérdida. Si esto ocurriera, no sería posible continuar con los procesos de identificación de esos cadáveres y darles respuesta a las familias que buscan a sus seres queridos.
Las organizaciones le pidieron a la UBPD, entidad que nació a raíz del acuerdo de paz con las Farc, que fuera garante de que el Gobierno Nacional y las administraciones locales tomen las medidas pertinentes en los cementerios para que la disposición de los cuerpos por COVID-19 sea la adecuada.
Después de varias reuniones con el Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia (CICR) y el Comité Internacional de Personas Desaparecidas (ICMP, por sus siglas en inglés), la Unidad de Búsqueda acaba de publicar una guía con siete acciones para preservar, custodiar y tratar con dignidad los cuerpos no identificados (CNI) y cuerpos identificados no reclamados (CINR) que están en cementerios y morgues, frente a la coyuntura generada por el coronavirus:
1. No retire, movilice o traslade, en ninguna circunstancia, CNI o CINR dispuestos en bóvedas o en fosas registradas.
2. No deposite cuerpos de personas fallecidas por COVID-19, identificados o no, en fosas ocupadas por CNI o CINR
3. Disponga desde ya de espacios suficientes y adecuados (fosas individuales o bóvedas) para la correcta disposición de cuerpos de personas fallecidas por COVID-19. Si no existen, las autoridades locales (alcaldes y gobernadores) tienen el deber legal de disponer recursos y lugares para disponer los cuerpos.
4. En caso de no disponer de terreno (fosas individuales o bóvedas), prevea esta situación y contacte desde ya a otros cementerios locales para superar una posible contingencia.
5. Es indispensable dejar una debida documentación del manejo y disposición de los cuerpos (autoridad de donde provienen, fecha de llegada, lugar de procedencia, características de los elementos que lo acompañan, si llegan de manera individual o no, con cuántos otros cuerpos, etc.). Este registro es fundamental para poder seguir la ruta de búsqueda de una persona desaparecida.
6. Siempre que tenga fosas individuales disponibles, asegúrese de tener un registro topográfico de su ubicación (mapa o plano): indicando la distribución espacial y garantizando que la numeración de cada fosa individual o bóveda coincida tanto en el mapa/plano como en el espacio físico.
7. El cálculo aproximado de la cantidad de fosas o bóvedas que debería tener disponible cada cementerio podrá hacerse con base en las estadísticas epidemiológicas diarias o semanales de las Secretarias de Salud (municipales y departamentales), teniendo en cuenta principalmente el número de personas fallecidas por COVID19. (Aquí puede leer las guías completas)
Los departamentos con más riesgo
El Equipo Colombiano Interdisciplinario de Trabajo Forense y Asistencia Psicosocial (Equitas), organización que apoya la búsqueda de desaparecidos a nivel científico y técnico, también publicó el documento Análisis y recomendaciones técnicas para la administración de la muerte en tiempos de pandemia COVID-29.(Le puede interesar: “Es necesaria una intervención a los cementerios del país”: Colectivo Orlando Fals Borda)
Allí resalta que el país no tiene información real y consolidada del número total de cementerios, muchos menos su estado y la cantidad de cuerpos no identificados y cuerpos identificados y no reclamados que pueden estar inhumados o en instituciones estatales. De acuerdo con Equitas, en las visitas que han podido realizar a algunos cementerios a lo largo de los últimos años, “muchos no cuentan con la infraestructura adecuada, presentan hacinamiento, deficientes o inexistentes sistemas de información y registro de los cuerpos que ingresan y su ubicación en el cementerio”.
Equitas, además, cotejó la información existente sobre cuerpos no identificados en cementerios con los casos confirmados de contagio por COVID-19 y el número de fallecidos. Analizó las bases de datos del Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica, el Registro Nacional de Desaparecidos, la información sobre cementerios del Ministerio del Interior y los datos del Instituto Nacional de Salud y la Alcaldía Mayor de Bogotá.
De acuerdo con el estudio, los departamentos con mayor número de muertes confirmadas por coronavirus y más presencia de CNI en cementerios locales son Cundinamarca (incluyendo a Bogotá), Valle del Cauca, Bolívar, Magdalena y Atlántico.
Por eso, piden con urgencia dimensionar las condiciones reales de los cementerios: su capacidad, hacinamiento o protocolos de registro. Y generar medidas de aislamiento de los cementerios municipales donde ya hay un alto número en los casos de fallecidos por COVID-19 y que muy seguramente no cuentan con el espacio disponible para su inhumación o con los suficientes hornos crematorios.
Otras de las recomendaciones al Gobierno es que adopte medidas de sensibilización y capacitación al personal funerario, administradores y sepultureros de cementerios con el fin de proteger los cuerpos. También recomienda habilitar un portal web con información actualizada en tiempo real para que los familiares de las víctimas por Covid-19 puedan consultar en dónde fueron enterrados sus parientes.
Las orientaciones también van dirigidas a la Jurisdicción Especial para la Paz y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas. A la JEP especialmente le pide que tome las medidas de prevención y protección en los cementerios incluidos en la solicitud de medidas cautelares: el Cementerio Universal (Medellín, Antioquia), el cementerio en el resguardo indígena de San Lorenzo (Riosucio, Caldas), el del corregimiento Rincón del Mar (San Onofre, Sucre), el cementerio central de este mismo municipio, el camposanto de Las Mercedes (Dabeiba, Antioquia), el ubicado en San Agustín (Samaná, Caldas) y Pradera (Victoria, Caldas); el Cementerio Colombia (Cimitarra, Santander) y el camposanto de Aguachica, en Cesar.
Ambas entidades, de acuerdo con Equitas, deben hacer un análisis de riesgo de cada una de estos cementerios, conseguir apoyo técnicos y financieros para proteger los sitios y del coronavirus a las comunidades que ante la falta de un sepulturero son quienes realizan las inhumaciones de los cuerpos y decretar más medidas cautelares en otros cementerios donde puede darse un alto riesgo de saturación de cuerpos.