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“Nuestra historia del conflicto es de hace muy poco, y hay heridas muy abiertas, pero hay un concepto clave que debemos trabajar: la no repetición, y esa es la finalidad de esta actividad, ese es el resultado de estos diálogos”. La reflexión es de Xara Padilla, una estudiante de la institución educativa Puente Amarillo, de Restrepo (Meta), quien formó parte del encuentro final “Construyendo paz desde las aulas”, una serie de espacios pedagógicos liderados por Colombia+20 de El Espectador, con el apoyo de la Embajada de Alemania y el acompañamiento de la Universidad Pedagógica Nacional, el Instituto Colombo-Alemán para la Paz (Capaz) y el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.
Ella participó en la primera fase de estos encuentros, que se realizó de forma virtual en plena pandemia durante 2020 y que denominaron “Hablemos de verdad en los colegios”. Allí participaron 300 estudiantes y 20 docentes de colegios públicos y privados de Cundinamarca, Meta y Norte de Santander que dialogaron con antiguos miembros de las Farc y de las autodefensas, ahora en proceso de reincorporación, y con lideresas víctimas del conflicto armado.
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La segunda fase se realizó en 2022, y contó con la participación de 200 estudiantes y 20 docentes de colegios de Bogotá y Montes de María que interactuaron con colectivos artísticos como 5ta con 5ta, de Cúcuta, y Miradas, conformado por excombatientes de las Farc. Además de conversar sobre la forma como los jóvenes pueden aportar a la construcción de un país mejor, intercambiaron saberes en talleres de composición y rima, danza, fotografía y tejidos. El objetivo era hablar del pasado, de cómo cerrar las heridas y aportar a la reconstrucción de la memoria histórica, pero sobre todo entender cómo aportar a la construcción de paz.
El evento final se realizó ayer en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, a donde asistieron estudiantes y docentes del Instituto Pedagógico Nacional, del colegio Cafam, de la institución educativa Juana Escobar de Bogotá, la Escuela Normal de San Juan Nepomuceno (Bolívar), del colegio bilingüe José Max León de Cota (Cundinamarca) y el colegio Puente Amarillo y la institución educativa Luis Carlos Galán Sarmiento del Meta.
Los asistentes contaron cómo vivieron esta experiencia y cuáles fueron sus aprendizajes y las lecciones para encarar la verdad y construir un mejor país. Ese, según Johana Huepa, es uno de los retos cruciales en esta época desde las aulas: “¿Cómo construimos una paz que no hemos vivido? Hay una posibilidad muy bella que se teje desde las diversidades”. Huepa dirige la licenciatura en educación comunitaria de la Universidad Pedagógica Nacional.
“Ustedes han ido experimentando avances, tuvieron la oportunidad de conocer a personas que representaban un pasado muy violento, que dejó muchas pérdidas, un pasado que no permitía avanzar, que paralizaba, y al mismo tiempo un pasado que no se puede olvidar”, dijo Marian Schuegraf, embajadora de Alemania, a los jóvenes y docentes en el cierre del proyecto: “Ustedes tienen esa ventaja: haber hecho memoria para no olvidar el pasado y no repetirlo”.
La diplomática destacó los logros del proyecto apoyado por Alemania y, además, hizo un llamado a leer el Informe Final de la Comisión de la Verdad, clave para entender las dinámicas de la guerra.
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“Tienen que sentirse felices de vivir en una Colombia cada vez más en paz, pero tienen que hacer memoria de ese pasado violento que les tocó vivir a sus padres. De ustedes mismos depende que no tengan que vivirlo de nuevo. Se los digo como una ciudadana alemana, un país que tuvo que vivir dos guerras”, concluyó la embajadora Schuegraf, quien se declaró “impresionada” por las experiencias que había escuchado.
También hizo un llamado a que las nuevas generaciones se sumaran a la lucha contra el cambio climático y el daño medioambiental: “En sus manos está la nada fácil labor de construir el futuro, el futuro de una Colombia nueva”.
Cristian, un estudiante de la Escuela Normal de los Montes de María, explicó a los asistentes cómo este proyecto se sumó a una serie de iniciativas de construcción de paz que ya venían realizándose en su institución desde hace más de una década: “Como tuvimos esa conexión directa con la violencia tenemos esa misión de que no se repita, que se recuerde lo que ha pasado”, explicó el joven. Apuntó que la Escuela Normal ha desarrollado dos ejes transversales en la pedagogía de la memoria y la pedagogía de la mediación, que han permitido que “los mismos estudiantes son capacitados para solucionar problemas ellos mismos y mediar en los conflictos”.
La mejor definición del proceso la ofreció Víctor Manuel Beltrán, docente del colegio bilingüe José Max León, quien explicó que los encuentros significaron el reto de generar diálogos poco probables, incluso en las familias donde no se abren espacios para hablar del conflicto y del pasado. El profesor reconoció que en su colegio no todos los padres estuvieron de acuerdo con que sus hijos conversaran con excombatientes y personas que habían estado en la guerra. En su momento, el Centro Democrático y la entonces vicepresidenta Marta Lucía Ramírez criticaron estos diálogos por considerar que se estaba “adoctrinando” a los estudiantes.
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Para otros, como Dina Ospina, docente de la Normal de los Montes de María, esta iniciativa entró a fortalecer y oxigenar desde el arte y la cultura el “escenario esperanzador” que se está construyendo en muchas instituciones como la propia Normal. “No nos quedemos en el dolor, no nos quedemos en el pasado”, concluyó Ospina.
Al final del evento los jóvenes de la Escuela Normal de los Montes de María, que viajaron desde San Juan Nepomuceno a Bogotá para compartir sus experiencias, cantaron una serie de letanías típicas de su región agradeciendo a Colombia+20 y El Espectador por el espacio. También recordaron en sus intervenciones a Pura Álvarez y Atilio Vásquez, dos rectores de la institución que fueron desaparecidos y posteriormente asesinados entre los noventa y la década del 2000, unos crimenes que se atribuyen a los grupos paramilitares.
Jorge Botello “Aiman”, el rapero y líder social que acompañó varios de los encuentros en Bogotá y Montes de María, saludó el evento con varias estrofas de rap. Por otro lado, Alain Cuadro, un excombatiente de las Farc perteneciente al Colectivo de fotografía Miradas, resaltó las inquietudes que lo confrontaron en su diálogo con los estudiantes.