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Este lunes se conocieron tres misivas firmadas por los exjefes paramilitares Carlos Mario Jimenez (Macaco), Héctor German Buitrago (Martín Llanos) y Carlos Antonio Moreno Tuberquia. Son tres cartas diferentes, con la firma y la huella de los mencionados, aunque todos coinciden en un mensaje: quieren contar los secretos de su participación y la de políticos en el conflicto armado colombiano. Así le escribieron al exministro y relator del Acuerdo de Paz de La Habana Álvaro Leyva Durán, quien hizo públicos los escritos en la mañana de este lunes. Macaco, excomandante del Bloque Central Bolivar de las AUC, fue extraditado a los Estados Unidos en mayo de 2008 tras ser acusado de seguir delinquiendo luego de su desmovilización en 2006 en el gobierno de Álvaro Uribe.
“Me uno al llamado de que el país y las víctimas del conflicto conozcan públicamente, de viva voz, de manera directa, la verdad de lo sucedido; que conozcan nuestra historia, los hechos, cómo y cuándo tuvieron lugar. Y también en dónde se adelantaron tales acontecimientos, cuáles instituciones colaboraron y delinquieron con quienes conformamos las extintas AUC”, escribió Macaco y añadió que, al no haber podido contar la verdad en los tribunales de Justicia y Paz por su extradición, hoy se pone a las ordenes del Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición. “Quiero que las JEP (Jurisdicción Especial para la Paz) conozca todo lo que me consta y de lo cual soy actor”, complementó. El exjefe paramilitar dijo que está listo para contar su relato.
En marzo de este año, la JEP, a través de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, rechazó la solicitud de sometimiento en su calidad de excombatiente y dijo que sus delitos de narcotráfico no son competencia. Además, reiteró que el juez natural de los grupos de autodefensas es Justicia y Paz. Sin embargo, la Jurisdicción le dejó abierta una ventana: Macaco podría entrar a la JEP en calidad de tercero civil, es decir, como financiador o auspiciador de grupos armados, exclusivamente por las conductas que cometió entre 1990 y el primer semestre de 1996, cuando “conformó un pequeño grupo para su seguridad personal con los hermanos Virgues quienes eran comandantes de estructuras del Magdalena Medio”. Por esta razón, la JEP no sólo asumió avocar su caso sino que también le pidió “suscribir un acta de sometimiento a la JEP, sin que esto signifique que será aceptado por la Jurisdicción Especial para la Paz”, reza la resolución de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas.
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Entre tanto, la carta de Héctor German Buitrago (Martín Llanos) comienza relatando que se encuentra recluido en la cárcel Picota de Bogotá, junto con su hermano Nelson Buitrago, y cuenta que su padre Hector José Buitrago, quien también firma la misiva, está en la cárcel de Cómbita (Boyacá). Todos, dice Martín Llanos, “constituimos hace varios años el grupo contrainsurgente denominado Autodefensas Campesinas de Casanare (ACC) que hizo presencia en todos los Llanos Orientales”. El exjefe paramilitar también deja claro que no tuvieron alguna relación directa con las AUC, aunque su enemigo común su era las Farc.
“Leimos su carta de hace unos días dirigida al excomandante máximo de las Farc, Rodrigo Londoño, y al excomandante de las AUC, Salvatore Mancuso. Sobre el particular quiero informar que aspiramos a comparecer ante la Jurisdicción Especial para la Paz, hemos aportado información a la Comisión Nacional de Búsqueda de Desaparecidos y nos hemos reunido con funcionarios de la Comisión de la Verdad, pero usted tiene razón cuando dice que la verdad debe ser pública, de cara a las víctimas, al alcance de todo el país”, escribieron los Buitrago al exministro Leyva. Martín Llanos solicitó entrar a la JEP en 2017, sin embargo, aún no ha recibido una respuesta de esa jurisdicción especial.
Finalmente, la otra carta está firmada por Carlos Antonio Moreno Tuberquia, quien previo a contar el por qué escribe dicha comunicación, primeramente hace un detallado recorrido por lo que habría sido su participación en el conflicto desde que fue reclutado para la guerrilla del EPL, afirma. “A los 14 años fui reclutado, junto con otros niños del sector, por el frente Bernardo Franco del EPL. No entendía bien de lo que se trataba. Con el paso del tiempo me convencí de la causa social que representábamos y por años combatimos tanto contra las fuerzas del Estado como con las Farc. Hasta que finalmente terminamos unidos a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, esta vez luchando de la mano de las fuerzas del Estado en contra de la subversión”, escribió Moreno, quien le expresó textualmente al exministro Leyva que está listo para contar toda la verdad de lo que sabe.
Moreno, quien el año pasado fue condenado a 20 años de prisión tras ser capturado como miembro del Clan del Golfo, también relató por qué y cómo crearon el llamado Clan del Golfo o las conocidas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC): “La lógica en términos de violencia y las circunstancias que nos correspondió vivir en su momento fue inexorable. Algo adelanto: por indicación de Vicente Castaño nos rearmamos en las montañas del Urabá para proteger nuestras vidas. Nace entonces lo que hoy se conoce com Clan del Golfo con todo su marco de ilegalidad y de violencia. En el año 2017 buscamos un acercamiento para someternos a la justicia colectivamente. Sin embargo, no fue posible a pesar de la voluntad del presidente Juan Manuel Santos. Intereses ocultos le temen a la verdad”, sentenció su misiva.
Por ahora, se espera que estos exparamilitares y su máximo comandante, Salvatore Mancuso, en cualquier momento hagan públicas sus versiones ante la Comisión de la Verdad sobre lo que conocen de los hechos que cometieron y quiénes más les colaboraron en ese proyecto político militar que inicialmente se trazaron las Autodefensas Unidad de Colombia (AUC).