Colombia + 20
Haciendo País
dasdadasdsadsa

“No todo se va a poder hacer con un Ministerio de la Igualdad”: Lenita Freidenvall

La jefa de la División para la Igualdad de Género del Ministerio de Empleo de Suecia da algunas recomendaciones para el naciente ministerio que encabeza Francia Márquez. Dice que el Acuerdo de Paz con las FARC es un ejemplo por su enfoque de género.

Redacción Colombia +20
03 de noviembre de 2023 - 03:00 p. m.
Lenita Freidenvall, jefa de la División para la Igualdad de Género del Ministerio de Empleo de Suecia. / Mauricio Alvarado
Lenita Freidenvall, jefa de la División para la Igualdad de Género del Ministerio de Empleo de Suecia. / Mauricio Alvarado
Foto: Mauricio Alvarado / El... - Mauricio Alvarado

Este viernes se cierra en Cúcuta el primer intercambio de experiencias en torno a la igualdad y la equidad. El evento, cuyas anfitrionas fueron la vicepresidenta, Francia Márquez Mina, y la embajadora de Alemania en Colombia, Martina Klumpp, contó con la participación de funcionarias de países latinoamericanos, africanos y europeos de ministerios y departamentos que lideran temas sociales en estas materias.

El objetivo era dialogar sobre las perspectivas y los retos de estas temáticas, especialmente de cara a la construcción que está haciendo Colombia de su Ministerio de la Igualdad, en cabeza de Márquez Mina.

Una de las invitadas fue Lenita Freidenvall, jefa de la División para la Igualdad de Género del Ministerio de Empleo de Suecia, país que tuvo su primera ministra de igualdad de género en 1979. En entrevista con Colombia+20, Freidenvall dio algunas recomendaciones para esa cartera naciente en Colombia.

Suecia ocupa el primer puesto en Europa en el Índice de Igualdad de Género y tiene una carrera de 44 años con un Ministerio de la Igualdad, ¿cómo se logró esto?

No es una pregunta con una respuesta corta. Ha sido un proceso muy largo, de más de 50 años, que empezó en los 70. La mitad del siglo XX fue un momento propicio para la economía sueca, porque la industria estaba clamando por un incremento en la fuerza laboral. La verdad era que había suficientes trabajadores tras la Segunda Guerra Mundial y se creó una demanda de mercado. Suecia necesitaba suplir esa demanda y eso hizo que las mujeres y algunos migrantes comenzaran a formar parte lentamente de la fuerza laboral. Ese fue el inicio.

Suecia tiene actualmente 16 meses de licencia de paternidad y maternidad. Tres meses son para la mamá, tres para el papá -ninguno de ellos intercambiable- y los restantes 10 son intercambiables.

¿Qué acciones y políticas empezaron a darse con ese ingreso de las mujeres en el mercado laboral?

La primera acción, que fue contundente y muy clara, tuvo que ver con el sistema de cuidado de los niños. En los años 60 Suecia introdujo un subsidio para el cuidado de niños mayores de un año y en un período de dos meses más o menos se invirtió completamente el modelo social de Suecia y pasó de uno en el que los hombres iban a ganar el dinero y a trabajar, y las mujeres se encargaban de las labores de cuidado en un sistema universal, donde tanto hombres como mujeres trabajan y ganan dinero, y ambos se encargan de las labores de cuidado. Fue un cambio gigante, porque eso significó que las mujeres ya no tenían que escoger la familia o el trabajo que podían hacer.

La segunda reforma fue la licencia de paternidad, que se introdujo en 1974. Antes de ese año había una licencia solamente para la mamá, y Suecia fue el primer país del mundo en introducir una licencia de paternidad. Empezó con un período de seis meses, y hoy en día son 16 meses, de los cuales tres son para la mamá, tres para el papá -ninguno de ellos intercambiable- y los restantes 10 son intercambiables.

La tercera reforma fue la introducción de un sistema tributario individual. Antes de los años 70 se tasaban las ganancias de toda la unidad familiar, pero después de esa reforma, lo que gana la mujer le pertenece a ella y paga impuestos por sus ganancias. Eso tuvo grandes beneficios, porque por primera vez las mujeres pudieron abandonar relaciones violentas porque ya no había el miedo de no tener un sustento económico, y, por otro lado, entraron al sistema de pensiones.

Colombia creó recientemente el Ministerio de la Igualdad, que estará a la cabeza de la vicepresidenta Francia Márquez. ¿Qué recomendaciones daría de cara a la estructuración de esa entidad?

Bueno, le diría a Colombia que hay que tener tanto las prioridades como las metas muy claras. No todo se va a poder hacer, y es primordial partir de eso. Lo tercero es tener indicadores de gestión para poder medir los resultados y saber cuánto se han ido cumpliendo esas metas. Otra recomendación sería tomar decisiones con base en investigación y, por último y más importante, es el ejercicio de transversalización de la equidad de género en todos los ministerios, porque esta no debe ser responsabilidad solamente de uno.

Además: “Nos costó llegar aquí”: Gareth Sella, herido en paro nacional, se posesionó como viceministro de la Juventud del Ministerio de Igualdad

Y agrego una más: escuchar a la sociedad civil, porque es la que tiene el conocimiento necesario para crear políticas públicas en equidad de género. Es la población la que sabe qué problemas la afectan.

¿Por qué el Ministerio de la Igualdad de Suecia está bajo la misma dependencia del Ministerio de Empleo?

Si mira el portafolio de políticas de las que se encarga un ministerio de equidad de género, pues es un campo relativamente pequeño, si lo comparas con salud, con defensa o con educación, aunque nosotros tenemos a cargo, además, los temas de población joven, población LGBTIQ+ y ciudadanos mayores. Hoy en día, en nuestro sistema, un ministerio puede tener dos ministros. Sé que es difícil de entender dadas las diferencias con Colombia, pero en Suecia, en un solo cuerpo administrativo puede haber más de un ministerio y por eso compartimos sede y portafolio con el Ministerio de Trabajo. Hay otra razón también para ello, y es la transversalización de las políticas de equidad de género, que no solo pasa por el Ministerio de la Igualdad, sino por todas las dependencias del Gobierno.

El evento se dio en Cúcuta, una ciudad con dinámicas muy complejas, donde confluyen fenómenos como la migración, explotación sexual, entre otras. ¿Cómo incluyen esas diversidades en sus políticas de género?

En Suecia hay poblaciones con impactos diferentes. Tenemos una población migrante grande, casi del 20 %, y todas tienen distintos bagajes y orígenes. Eso ha hecho necesario que se busquen distintas soluciones. En momentos de crisis, como la que atravesamos ahora con la guerra entre Rusia y Ucrania, las mujeres son las más perjudicadas. Los retos a los que se enfrenta en este momento mi país son encontrar soluciones distintas para esas poblaciones para lograr integrarlas.

En tema de equidad, las mujeres víctimas de la guerra y excombatientes tienen aún falencias en Colombia. ¿Cómo ha visto su integración en las políticas de género?

Son nuestros países los que deben aprender del manejo que ha dado Colombia sobre eso que menciona. El Acuerdo de Paz con las FARC fue pionero en tener perspectiva de género y ahora Colombia está armando un plan nacional para dar cumplimiento a la Resolución 1325, y hay más mujeres en la mesa de negociación del ELN, un proceso que Suecia acompaña. Reitero, los demás países somos quienes debemos aprender de Colombia.

Lea también: “Presentamos una nueva institucionalidad que le da voz a los nadies y las nadies”

En el mundo crece con fuerza un movimiento antiderechos, ¿cómo lo han enfrentado?

Para poder responder a las resistencias de los grupos conservadores, Suecia no ve el problema desde una perspectiva de género, sino desde una perspectiva de derechos. Hemos visto que cuando se argumenta que todos los seres humanos tienen derechos, es mucho más fácil responder a esas resistencias porque ya no se trata de un tema de género, se trata de un tema de humanidad.

En Colombia tenemos problemas estructurales para las reformas en equidad de género, pero también culturales. ¿Suecia tiene ese mismo problema?

La cultura, por supuesto, es un factor muy importante porque además explica por qué hay distintas políticas y por qué implementan de manera distinta en distintos países. Hoy la equidad de género es parte del ADN cultural de Suecia y si bien la mayoría de las personas reconocen que la equidad de género es una cosa positiva. Esto es un trabajo que ha tomado 50 años. Al mismo tiempo, es importante no dar por sentados los avances.

El año pasado se hizo una encuesta sobre equidad de género en Suecia y vimos que entre los hombres jóvenes, entre los 16 y 20 años, sobresalía una creencia de que las discusiones de género eran exageradas. Eso indica que las generaciones nuevas automáticamente no son generaciones más equitativas y quiere decir que cada generación tiene que hacer una lucha contra esas inequidades. La conclusión es no dar nada por sentado.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar