Los 199 líderes sociales asesinados en 2020, la otra tragedia a la sombra del Covid-19
Detrás de las más de 40.000 muertes que dejó el virus en Colombia en el año 2020, pasaron lejos del radar nacional las peores cifras en materia de líderes y defensores de Derechos Humanos en una década. El aumento en los asesinatos de esta población con relación al 2019 fue del 60%.
El 6 de marzo de 2020 una joven de 19 años que llegó a Colombia desde Milán (Italia) se convirtió en el primer caso de Covid-19 detectado en el país. Apenas al día siguiente, el 7 de marzo, Jorge Macana, un líder del municipio de El Tambo, en el sur del Cauca, era abaleado en su casa mientras las autoridades nacionales entraban en alerta por la llegada del virus al país. Desde ese día, ni la pandemia del coronavirus, ni la violencia contra los líderes sociales han dejado de cobrar vidas en territorio colombiano.
Macana era un líder campesino de vieja trayectoria en El Tambo. En Playa Rica, corregimiento donde vivía, lo conocían por muchas cosas, pero también porque era uno de los promotores de la creación del colegio en ese corregimiento y de los que más empujó para mejorar la vía que conduce a esa zona del municipio. Además, pertenecía a la Mesa Departamental del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS), desde donde apoyaba a campesinos de la región para que reemplazaran sus cultivos de coca por plantaciones legales, como el Sacha Inchi.
Lea: Cuatro años de la firma del Acuerdo de Paz: estos son los 242 excombatientes asesinados
Fue el primer líder asesinado desde que llegó a Colombia el Covid-19, pero el número 45 desde que había empezado el año 2020, según las cifras del programa Somos Defensores que acaba de hacer público su informe anual sobre agresiones a líderes sociales en el país. “La Mala Hora”, se titula el documento, para describir un momento crítico: la pandemia por el Covid-19, la oleada violenta contra los líderes y la concentración del poder en el presidente Iván Duque que tiene funcionarios muy cercanos como cabezas de los principales órganos de control, algunos de ellos encargados de alertar y frenar justamente los asesinatos de líderes como la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía de la Nación.
Exactamente dos meses antes de que Macana fuera abaleado, fue asesinada la primera persona defensora de Derechos Humanos en 2020: Gloria Isabel Ocampo. El 7 de enero, hombres armados y en motocicleta asesinaron a tiros a esta lideresa en Puerto Guzmán (Putumayo), quien impulsaba la implementación del Acuerdo de Paz en su departamento y en particular la sustitución de cultivos de uso ilícito. En enero ya se anticipaba que 2020 sería un año violento: solo entre ese 7 de enero y el 11 del mismo mes fueron asesinadas siete personas defensoras, de las cuales tres eran mujeres.
Primera visualización de líderes y lideresas asesinadas en Colombia en 2020 (enero – junio)
El año 2020 fue el peor para los líderes sociales en la última década, según los registros de Somos Defensores. Comparados con los 124 asesinatos de líderes ocurridos en 2019 en el país, los 199 registrados en 2020 representan un incremento del 60%. El año de la pandemia también fue el año de la matanza contra los líderes en Colombia. Un día antes de que el presidente Duque anunciara que Colombia entraba en cuarentena total para contener el virus, en el Putumayo era asesinado Marco Rivadeneira, un emblemático líder campesino y agrario de Puerto Asís. Lideraba la sustitución de cultivos de coca en el corredor Puerto Vega – Teteyé; era el presidente de la Asociación Campesina de Puerto Asís (Asopuertoasís), miembro de la junta nacional del Coordinador Nacional Agrario (CNA), militante del Congreso de los Pueblos y vocero de la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos (CCEEU). El 19 de marzo fue sacado por hombres armados de una reunión comunitaria en la que participaba y abaleado a las afueras del lugar.
Si bien los 199 asesinatos se registraron en 23 departamentos del país, alrededor de la mitad se concentraron solo en Cauca (52), Antioquia (23) y Nariño (22). Les siguen Putumayo, con 15 casos; Norte de Santander y Chocó, con 13 homicidios cada uno; y Valle del Cauca, en donde se registraron 12 asesinatos. En cuanto a los municipios, los más violentos fueron El Tambo (Cauca), con 9 casos; Tarazá (Antioquia), con 8; Tumaco (Nariño), con 8; y Puerto Guzmán (Putumayo), también con 8 homicidios.
Lea también: 2020, Un año marcado por las masacres
Fueron las Juntas de Acción Comunal las que pusieron la mayor cantidad de líderes muertos en ese listado. De los 199, 50 eran líderes de este tipo de organización. Les siguen los líderes comunitarios y los líderes indígenas con 41 casos cada uno. Detrás están los líderes campesinos (29) y los afrodescendientes, con 11 homicidios.
Segunda visualización de líderes y lideresas asesinadas en Colombia en 2020 (julio – diciembre)
Siete líderes sociales murieron a manos de la Fuerza Pública
Según el informe anual de Somos Defensores, miembros de la Policía o el Ejército serían los responsables de los homicidios de siete líderes en el país. Cuatro de ellos fueron asesinados en el marco de operativos de erradicación forzada de coca: Alejandro Carvajal, asesinado en Sardinata el 26 de marzo; Digno Emérito Buendía, asesinado en zona rural de Cúcuta el 18 de mayo; Yoanny Yefer Vanegas, asesinado en la cuenca del río Guayabero (entre Meta y Guaviare) el 27 de junio; y Yordan Educardo Alemenza Papamija, asesinado en Puerto Asís el 3 de julio.
Los otros tres líderes muertos a manos de militares o policías fueron José Antonio Riascos, asesinado en El Tambo el 25 de enero; Joel Aguablanca Villamizar, indígena uwa asesinado en Chitagá (Norte de Santander) el 31 de mayo; y Abelardo Liz Cuetia, periodista del pueblo nasa asesinado en Corinto el 13 de agosto.
Según información suministrada por la Fiscalía General de la Nación al programa Somos Defensores, la justicia ordinaria investiga 417 asesinatos de líderes sociales ocurridos entre el primero de enero de 2016 y el 10 de marzo de 2021. De esos, 102 procesos están en juicio, equivalentes al 24% del total. Y con sentencia condenatoria son 67 casos, lo que equivale a un nivel de esclarecimiento del 16% de los homicidios de líderes sociales.
A la sombra de las 43.213 muertes que dejó el Covid-19 en 2020 en Colombia, están los 199 líderes y lideresas sociales que fueron asesinados en territorio nacional, en medio de la que varios sectores han llamado “la otra pandemia” del país: la violencia.
El 6 de marzo de 2020 una joven de 19 años que llegó a Colombia desde Milán (Italia) se convirtió en el primer caso de Covid-19 detectado en el país. Apenas al día siguiente, el 7 de marzo, Jorge Macana, un líder del municipio de El Tambo, en el sur del Cauca, era abaleado en su casa mientras las autoridades nacionales entraban en alerta por la llegada del virus al país. Desde ese día, ni la pandemia del coronavirus, ni la violencia contra los líderes sociales han dejado de cobrar vidas en territorio colombiano.
Macana era un líder campesino de vieja trayectoria en El Tambo. En Playa Rica, corregimiento donde vivía, lo conocían por muchas cosas, pero también porque era uno de los promotores de la creación del colegio en ese corregimiento y de los que más empujó para mejorar la vía que conduce a esa zona del municipio. Además, pertenecía a la Mesa Departamental del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS), desde donde apoyaba a campesinos de la región para que reemplazaran sus cultivos de coca por plantaciones legales, como el Sacha Inchi.
Lea: Cuatro años de la firma del Acuerdo de Paz: estos son los 242 excombatientes asesinados
Fue el primer líder asesinado desde que llegó a Colombia el Covid-19, pero el número 45 desde que había empezado el año 2020, según las cifras del programa Somos Defensores que acaba de hacer público su informe anual sobre agresiones a líderes sociales en el país. “La Mala Hora”, se titula el documento, para describir un momento crítico: la pandemia por el Covid-19, la oleada violenta contra los líderes y la concentración del poder en el presidente Iván Duque que tiene funcionarios muy cercanos como cabezas de los principales órganos de control, algunos de ellos encargados de alertar y frenar justamente los asesinatos de líderes como la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía de la Nación.
Exactamente dos meses antes de que Macana fuera abaleado, fue asesinada la primera persona defensora de Derechos Humanos en 2020: Gloria Isabel Ocampo. El 7 de enero, hombres armados y en motocicleta asesinaron a tiros a esta lideresa en Puerto Guzmán (Putumayo), quien impulsaba la implementación del Acuerdo de Paz en su departamento y en particular la sustitución de cultivos de uso ilícito. En enero ya se anticipaba que 2020 sería un año violento: solo entre ese 7 de enero y el 11 del mismo mes fueron asesinadas siete personas defensoras, de las cuales tres eran mujeres.
Primera visualización de líderes y lideresas asesinadas en Colombia en 2020 (enero – junio)
El año 2020 fue el peor para los líderes sociales en la última década, según los registros de Somos Defensores. Comparados con los 124 asesinatos de líderes ocurridos en 2019 en el país, los 199 registrados en 2020 representan un incremento del 60%. El año de la pandemia también fue el año de la matanza contra los líderes en Colombia. Un día antes de que el presidente Duque anunciara que Colombia entraba en cuarentena total para contener el virus, en el Putumayo era asesinado Marco Rivadeneira, un emblemático líder campesino y agrario de Puerto Asís. Lideraba la sustitución de cultivos de coca en el corredor Puerto Vega – Teteyé; era el presidente de la Asociación Campesina de Puerto Asís (Asopuertoasís), miembro de la junta nacional del Coordinador Nacional Agrario (CNA), militante del Congreso de los Pueblos y vocero de la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos (CCEEU). El 19 de marzo fue sacado por hombres armados de una reunión comunitaria en la que participaba y abaleado a las afueras del lugar.
Si bien los 199 asesinatos se registraron en 23 departamentos del país, alrededor de la mitad se concentraron solo en Cauca (52), Antioquia (23) y Nariño (22). Les siguen Putumayo, con 15 casos; Norte de Santander y Chocó, con 13 homicidios cada uno; y Valle del Cauca, en donde se registraron 12 asesinatos. En cuanto a los municipios, los más violentos fueron El Tambo (Cauca), con 9 casos; Tarazá (Antioquia), con 8; Tumaco (Nariño), con 8; y Puerto Guzmán (Putumayo), también con 8 homicidios.
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Fueron las Juntas de Acción Comunal las que pusieron la mayor cantidad de líderes muertos en ese listado. De los 199, 50 eran líderes de este tipo de organización. Les siguen los líderes comunitarios y los líderes indígenas con 41 casos cada uno. Detrás están los líderes campesinos (29) y los afrodescendientes, con 11 homicidios.
Segunda visualización de líderes y lideresas asesinadas en Colombia en 2020 (julio – diciembre)
Siete líderes sociales murieron a manos de la Fuerza Pública
Según el informe anual de Somos Defensores, miembros de la Policía o el Ejército serían los responsables de los homicidios de siete líderes en el país. Cuatro de ellos fueron asesinados en el marco de operativos de erradicación forzada de coca: Alejandro Carvajal, asesinado en Sardinata el 26 de marzo; Digno Emérito Buendía, asesinado en zona rural de Cúcuta el 18 de mayo; Yoanny Yefer Vanegas, asesinado en la cuenca del río Guayabero (entre Meta y Guaviare) el 27 de junio; y Yordan Educardo Alemenza Papamija, asesinado en Puerto Asís el 3 de julio.
Los otros tres líderes muertos a manos de militares o policías fueron José Antonio Riascos, asesinado en El Tambo el 25 de enero; Joel Aguablanca Villamizar, indígena uwa asesinado en Chitagá (Norte de Santander) el 31 de mayo; y Abelardo Liz Cuetia, periodista del pueblo nasa asesinado en Corinto el 13 de agosto.
Según información suministrada por la Fiscalía General de la Nación al programa Somos Defensores, la justicia ordinaria investiga 417 asesinatos de líderes sociales ocurridos entre el primero de enero de 2016 y el 10 de marzo de 2021. De esos, 102 procesos están en juicio, equivalentes al 24% del total. Y con sentencia condenatoria son 67 casos, lo que equivale a un nivel de esclarecimiento del 16% de los homicidios de líderes sociales.
A la sombra de las 43.213 muertes que dejó el Covid-19 en 2020 en Colombia, están los 199 líderes y lideresas sociales que fueron asesinados en territorio nacional, en medio de la que varios sectores han llamado “la otra pandemia” del país: la violencia.