Los Pueblos Étnicos por el Renacer de la Nueva Colombia
¡Sí se Pudo! SÍ se Pudo, fue el grito a una sola voz por más de 100 mil personas que acompañaron la posesión del nuevo presidente de Colombia en la icónica Plaza de Bolívar, allí en donde por primera vez en el recinto frente a la multitud reposaba la espada de Bolívar, esa con la que logró la Libertad.
Oscar David Montero De La Rosa*
Lo soñaron nuestros abuelos, lo buscaron nuestros padres y hoy nosotros lo hicimos realidad, valió la pena soñar. Gracias a ustedes que abrieron el camino de la Libertad y la Dignidad.
Bastones, mochilas, banderas, flechas, poporos y atuendos ancestrales mostraban en la plaza la otra Colombia, esa Colombia étnica, indígena, negra, afro, raizal y palenquera. Como en las votaciones todos se movilizaron y salieron desde las selvas, mares, ríos, desiertos, montañas y sierras para rodear y acompañar al Presidente del Corazón del mundo, así como lo bautizaron los mamos del Pueblo Arhuaco en su visita a la Sierra Nevada de Gonawindwa.
Fue realmente un carnaval, el país esta de fiesta, no es para menos; desde hace 200 años de “independencia” no se había tenido la oportunidad de un gobierno alternativo, progresista o de izquierda. Y mucho menos se había visto o era impensable que una Mujer negra como Francia Márquez fuera hoy la primera mujer negra Vicepresidenta de Colombia, en donde el país aún el racismo y la discriminación se mantienen vigentes; así lo narró, documentó y argumentó el informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad recientemente.
(Lea: La Alta Montaña de los Montes de María: termómetro para la justicia transicional)
El discurso de las presentadoras era realmente único, una mujer indígena del Putumayo y una mujer afro de Cali recordaban en cada palabra la importancia de las raíces, de lo étnico, de la diversidad y riqueza biodiversa del país. Saludaban en los idiomas de los Pueblos Indígenas y nombraron algunos como acto de re- existencia y de reconocimiento por estar aquí, por ser los sobrevivientes victoriosos de la violencia que aún desangra con sevicia el país.
Esa sevicia que sigue empeñada en acabar contra las vidas indígenas y afros en Colombia, así como se denunció con la masacre de 4 jóvenes Awá y una mujer Awá con 6 meses de embarazo en Nariño el pasado domingo 31 de julio. Allí en el centro de la plaza ondeando su bandera estaban los Inkal Awá de la Unidad Indígena del Pueblo Awá (UNIPA) esperando el cambio y denunciando su tragedia. Ellos, que hacen parte de los vientos del sur llegaron hasta Bakatá a decirle al mundo y al nuevo gobierno queremos la Paz, no más guerra.
Llegaron los Pueblos con sus mandatos, con su alegría y la Palabra; su presencia en la plaza no era un tema de seguir siendo “el folclor de la democracia”, era claro que su presencia allí era recordar que son también colombianos, que son ciudadanos de este país, que por primera vez y con orgullo cantaron con el resto de la sociedad el Himno de Colombia, en donde retumbaba la frase “cesó la horrible noche, la humanidad sublimé”.
La esperanza del cambio había llegado, la nueva Colombia se sentía cerca y posible, Colombia renacía, se sentían vientos de paz, de alegría y de vivir sabroso. La dignidad se expresaba en cada mirada. Los Pueblos Étnicos llegaron a reafirmar su compromiso con la Paz, esa que fue suplantada con la política de “Paz con legalidad” del anterior gobierno, que juró hacer trizas el Acuerdo de Paz, logrando un centenar de muertos.
(Lea: Las cámaras que salvaron vidas en el Guaviare)
Hoy el nuevo Gobierno, el Gobierno de la Colombia Potencia Mundial de la Vida, tiene el gran reto de salvaguardar la vida, de gobernar de Gobierno a Gobierno, de parar la guerra y de lograr materializar la Paz Completa. Una Paz integral con justicia social y climática para la vida de la Madre Tierra y sus Guardianes. Por primera vez en la historia del país se siente posible la materialización del Estado Social de Derecho que reposa en la Carta magna desde 1991.
Los Pueblos Étnicos solo quieren un Estado que cumpla con lo que está en la Constitución Política de 1991:
1. Salvaguardar la Vida y el territorio: Una Colombia biodiversa.
2. Garantizar todos los derechos fundamentales a sus ciudadanos: Una Colombia participativa.
3. Lograr e Implementar el Acuerdo de Paz - Capitulo Étnico: Una Colombia de armonía.
Estos 3 puntos recogen el sentir de la reciente Cumbre Indígena desarrollada en Silvia, Cauca corazón de la resistencia indígena en Colombia en donde la consigna del Pueblo Misak ha sido “recuperar la tierra, para recuperarlo todo”, pero donde la fuerza de la gente también dijo “No renunciaremos a nuestras reivindicaciones históricas y ancestrales” es un Gobierno amigo, pero si hay que caminar y minguiar por luchar por los derechos no dudaremos en hacerlo, mandataron las Autoridades de la organizaciones nacionales indígenas presentes.
(Le puede interesar: La Revolucionaria: la biblioteca que crearon los excombatientes en el Guaviare)
En últimas una Minga en Colombia para el Buen Vivir, para Vivir Sabroso, sin miedos y sin violencias; en paz y en armonía. Y como diría Francia Márquez, en 4 años no repararemos los más de 500 años de opresión; ¡pero lo que si es claro es que ha empezado el Cambio! Ha empezado el renacer de la nueva Colombia, y hoy 9 de agosto en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas del mundo que gran honor se hace de dignificar la Vida de los hijos de la Tierra.
Este es el nuevo tiempo, este es el país que renace y el que soñé y sueño para mi hija y las semillas de vida de la Paz.
*Líder Indígena Kankuamo
Lo soñaron nuestros abuelos, lo buscaron nuestros padres y hoy nosotros lo hicimos realidad, valió la pena soñar. Gracias a ustedes que abrieron el camino de la Libertad y la Dignidad.
Bastones, mochilas, banderas, flechas, poporos y atuendos ancestrales mostraban en la plaza la otra Colombia, esa Colombia étnica, indígena, negra, afro, raizal y palenquera. Como en las votaciones todos se movilizaron y salieron desde las selvas, mares, ríos, desiertos, montañas y sierras para rodear y acompañar al Presidente del Corazón del mundo, así como lo bautizaron los mamos del Pueblo Arhuaco en su visita a la Sierra Nevada de Gonawindwa.
Fue realmente un carnaval, el país esta de fiesta, no es para menos; desde hace 200 años de “independencia” no se había tenido la oportunidad de un gobierno alternativo, progresista o de izquierda. Y mucho menos se había visto o era impensable que una Mujer negra como Francia Márquez fuera hoy la primera mujer negra Vicepresidenta de Colombia, en donde el país aún el racismo y la discriminación se mantienen vigentes; así lo narró, documentó y argumentó el informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad recientemente.
(Lea: La Alta Montaña de los Montes de María: termómetro para la justicia transicional)
El discurso de las presentadoras era realmente único, una mujer indígena del Putumayo y una mujer afro de Cali recordaban en cada palabra la importancia de las raíces, de lo étnico, de la diversidad y riqueza biodiversa del país. Saludaban en los idiomas de los Pueblos Indígenas y nombraron algunos como acto de re- existencia y de reconocimiento por estar aquí, por ser los sobrevivientes victoriosos de la violencia que aún desangra con sevicia el país.
Esa sevicia que sigue empeñada en acabar contra las vidas indígenas y afros en Colombia, así como se denunció con la masacre de 4 jóvenes Awá y una mujer Awá con 6 meses de embarazo en Nariño el pasado domingo 31 de julio. Allí en el centro de la plaza ondeando su bandera estaban los Inkal Awá de la Unidad Indígena del Pueblo Awá (UNIPA) esperando el cambio y denunciando su tragedia. Ellos, que hacen parte de los vientos del sur llegaron hasta Bakatá a decirle al mundo y al nuevo gobierno queremos la Paz, no más guerra.
Llegaron los Pueblos con sus mandatos, con su alegría y la Palabra; su presencia en la plaza no era un tema de seguir siendo “el folclor de la democracia”, era claro que su presencia allí era recordar que son también colombianos, que son ciudadanos de este país, que por primera vez y con orgullo cantaron con el resto de la sociedad el Himno de Colombia, en donde retumbaba la frase “cesó la horrible noche, la humanidad sublimé”.
La esperanza del cambio había llegado, la nueva Colombia se sentía cerca y posible, Colombia renacía, se sentían vientos de paz, de alegría y de vivir sabroso. La dignidad se expresaba en cada mirada. Los Pueblos Étnicos llegaron a reafirmar su compromiso con la Paz, esa que fue suplantada con la política de “Paz con legalidad” del anterior gobierno, que juró hacer trizas el Acuerdo de Paz, logrando un centenar de muertos.
(Lea: Las cámaras que salvaron vidas en el Guaviare)
Hoy el nuevo Gobierno, el Gobierno de la Colombia Potencia Mundial de la Vida, tiene el gran reto de salvaguardar la vida, de gobernar de Gobierno a Gobierno, de parar la guerra y de lograr materializar la Paz Completa. Una Paz integral con justicia social y climática para la vida de la Madre Tierra y sus Guardianes. Por primera vez en la historia del país se siente posible la materialización del Estado Social de Derecho que reposa en la Carta magna desde 1991.
Los Pueblos Étnicos solo quieren un Estado que cumpla con lo que está en la Constitución Política de 1991:
1. Salvaguardar la Vida y el territorio: Una Colombia biodiversa.
2. Garantizar todos los derechos fundamentales a sus ciudadanos: Una Colombia participativa.
3. Lograr e Implementar el Acuerdo de Paz - Capitulo Étnico: Una Colombia de armonía.
Estos 3 puntos recogen el sentir de la reciente Cumbre Indígena desarrollada en Silvia, Cauca corazón de la resistencia indígena en Colombia en donde la consigna del Pueblo Misak ha sido “recuperar la tierra, para recuperarlo todo”, pero donde la fuerza de la gente también dijo “No renunciaremos a nuestras reivindicaciones históricas y ancestrales” es un Gobierno amigo, pero si hay que caminar y minguiar por luchar por los derechos no dudaremos en hacerlo, mandataron las Autoridades de la organizaciones nacionales indígenas presentes.
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En últimas una Minga en Colombia para el Buen Vivir, para Vivir Sabroso, sin miedos y sin violencias; en paz y en armonía. Y como diría Francia Márquez, en 4 años no repararemos los más de 500 años de opresión; ¡pero lo que si es claro es que ha empezado el Cambio! Ha empezado el renacer de la nueva Colombia, y hoy 9 de agosto en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas del mundo que gran honor se hace de dignificar la Vida de los hijos de la Tierra.
Este es el nuevo tiempo, este es el país que renace y el que soñé y sueño para mi hija y las semillas de vida de la Paz.
*Líder Indígena Kankuamo