Mancuso y “Timochenko” deben aportar verdad por cualquier medio: Álvaro Leyva

En una carta publicada esta mañana, el exministro y redactor de los Acuerdos de La Habana, les pidió a los dos excomandantes de las AUC y las Farc que se afanen a aportar la verdad del conflicto que necesitan las víctimas. Los instó a utilizar cualquier medio de difusión para que conjuntamente el país los escuche.

Redacción Colombia +20
20 de agosto de 2020 - 01:30 p. m.
En la foto Rodrigo Londoño (Timochenko), Álvaro Leyva Durán y Salvatore Mancuso.
En la foto Rodrigo Londoño (Timochenko), Álvaro Leyva Durán y Salvatore Mancuso.
Foto: Archivo

Este jueves el exministro y redactor de los Acuerdos de La Habana, Álvaro Leyva Durán, le envió una carta al exjefe de las Farc Rodrigo Londoño (Timochenko) y a su antiguo enemigo en la guerra, Salvatore Mancuso, jefe paramilitar de las AUC, a quienes instó a contar cuanto antes sus versiones de la verdad del conflicto armado en el país. “Me tomo la libertad de pedirles a ustedes, y a otros exintegrantes de las AUC, que así hayan sido enemigos encarnizados de todas las horas, se pongan de acuerdo para dar prontamente los pasos pertinentes con el propósito de que las víctimas y la opinión nacional conozcan de manera directa la verdad que está por relatarse. Sugiero, con la mayor consideración, que, con la aquiescencia de la Comisión de la Verdad, se recurra a medios de difusión que permitan que quienes quieran escucharlos lo puedan hacer”.

Según le explicó el exministro Leyva a este medio, su propósito no solamente es invitar a que los excomandantes guerrilleros y paramilitares hablen con la Comisión de la Verdad, sino también, que hagan públicas sus declaraciones frente a los medios de comunicación para que el país conozca sus versiones de lo que pasó durante la guerra. “No cabe duda de que se trata de un punto de encuentro, antesala de la plena reconciliación y de garantía de no repetición. Pero lo que particularmente llama la atención es que, tras haber sido ustedes adversarios feroces, hayan coincidido en que, si bien hay episodios que requieren sus propios relatos por tratarse de organizaciones diferentes, la mirada, repaso y análisis del conflicto debe ser uno”, escribió Leyva desde Madrid (España) donde se encuentra por motivo de la pandemia mundial.

Específicamente se refiere a las cartas y declaraciones que ambos exjefes han cruzado de cara a este propósito. El 30 de julio pasado, Mancuso y Londoño hablaron de la importancia de que la verdad del conflicto se conozca a la luz de la JEP y de la Comisión para el Esclarecimiento de la verdad. “Esta mañana a las 6:30 conversaron estos personajes dado el compromiso de ambos con la paz, con las víctimas y la verdad. Los señores Londoño y Mancuso manifestaron su interés en continuar el diálogo iniciado en la mañana de hoy… coincidieron en la importancia de los derechos de las víctimas y en condenar los intentos de satanización de la JEP, particularmente de la Comisión de la Verdad, de los comisionados mismos y de su director, el sacerdote jesuita Francisco de Roux; y estimaron necesario defender la independencia de esta justicia”, escribió en un comunicado emitido por el exministro Leyva en julio pasado.

Mayor ampliación: Un diálogo entre antiguos enemigos

Leyva lo que busca es que dichas declaraciones se hagan públicas lo más pronto posible, explicó a este medio, y que no se queden reservadas hasta que la Comisión de la Verdad publique su informe final. Por su parte, esta semana, Rodrigo Londoño, hoy jefe del partido político FARC, publicó otra carta remitida a la organización “Defendamos la Paz” en la que reitera su compromiso con la verdad del conflicto, pero también critica que solo se insista en que sea la exguerrilla y se obvie la presencia de otros actores igualmente importantes: “En los Acuerdos de La Habana se pactó como fundamento de la reconciliación la verdad. Todos los actores del conflicto quedaron comprometidos a comparecer ante las instancias de verdad, la Comisión de Esclarecimiento y la JEP. Algunos parecen creer que los Acuerdos fueron producto de una actuación mágica que atrapó de pies y manos a las antiguas FARC, obligándolas al desarme, la reincorporación y el castigo ejemplar”, escribió “Timochenko”.

Todo el revuelo se ha suscitado a raíz del fin de la condena del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso en Estados Unidos y la no deportación, hasta el momento, hacia Colombia donde aún tiene deudas con la justicia. No obstante, sus abogados siguen insistiendo en que deberá ser acogido por la Justicia Especial para la Paz (JEP) como tercero civil que financió el conflicto armado. El pasado 4 de junio, la Sala de Reconocimiento de la JEP, que por primera vez estudió el sometimiento de un máximo responsable de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), en este caso Mancuso, en primera instancia le cerró sus puertas argumentando que entre 1989 y 1997—periodo por el que solicitó ser aceptado como tercero civil—realmente fue un “miembro orgánico de la estructura criminal, desarrollando una función continua de combate”. Y explicó que su juez natural sería Justicia y Paz donde tiene condenas.

Por su parte, la defensa de Mancuso argumentó en la solicitud que, a pesar de ser un exjefeparamilitar, también fue informante del Ejército en 1989 y colaborador de este. También describió el entrenamiento militar que le dio el mayor del Ejército Walter Fratini Lobacio, comandante del batallón de contraguerrilla de la IX Brigada del Ejército, así como la participación de Mancuso en patrullajes contrainsurgentes ilegales, realizados con Frantini y con soldados y exguerrilleros. No obstante, aún el proceso está siendo evaluado en segunda instancia por la JEP y se espera que en los próximos días sea deportado a Colombia o Italia.

A raíz de esta carta y de las críticas que se han desatado contra el Gobierno colombiano por no agilizar la solicitud de deportación de Mancuso, el presidente Iván Duque escribió esta mañana en su cuenta de Twitter: “El futuro de Salvatore Mancuso en Colombia debe ser una cárcel. Ofrecerle caminos de ausencia de prisión y no extradición a cambio de supuesta “verdad” es una agresión a sus víctimas, que esperan sanciones ejemplarizantes”, dijo.

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