Manuel Velandia, una vida en el exilio por defender la diferencia
Su relato encarna la historia del movimiento LGTBI en Colombia. Una historia de persecución, violencia, discriminación y resistencia. Abandonó el país en 2007 tras recibir amenazas de muerte a su familia y un atentado en su contra. Desde España continúa trabajando por la defensa de los derechos humanos de la comunidad LGBTI.
Fragmentados: relatos entre fronteras*
El 28 de junio de 1982 se realizó la primera marcha del orgullo gay en Colombia. Para entonces eran pocos los asistentes, corto el trayecto y abundantes los prejuicios.
La movilización estuvo liderada por León Zuleta Ruíz y Manuel Velandia Mora, que en 1979 ya habían fundado el Movimiento de Liberación Homosexual Colombiano. “Éramos un grupo de encuentro por la liberación de los gais y de ahí surge la idea de hacer un movimiento” asegura Velandia, que también era miembro de la revista Ventana Gay.
Años más tarde, en 1993, Zuleta fue asesinado en circunstancias que nunca fueron esclarecidas y en el 2002 durante el mandato presidencial de Álvaro Uribe, Velandia fue víctima de amenazas y de un atentado con explosivo.
“Soy el primer homosexual que es candidato avalado por un partido político en 2002. Estando en campaña, me lanzan una granada en mi casa. Todos los vidrios se rompieron y un pedazo de la casa se cayó 15 días después”, recuerda.
También lea: José Goyes: la vida de un líder social en el exilio
Las amenazas de muerte a su familia lo obligaron a huir y pedir asilo en España en 2007, país en el que reside actualmente.
Manuel tiene una trayectoria de más de cuatro décadas como defensor de los derechos humanos. Artista, docente, sociólogo, filósofo, investigador, doctor en educación y en enfermería. En Colombia, fue director de la Revista Latinoamericana de sexología y pionero en programas de prevención del sida en América Latina.
Obtuvo el derecho de asilo en España tres años después de su llegada y fue el primer colombiano reconocido como víctima por su activismo y orientación sexual en el marco del conflicto armado colombiano.
“El primer mes en España fui a la policía a presentar el caso de asilo. El policía me preguntó por qué pedía asilo si venía de un país democrático. Yo le digo al hombre:
“Si el presidente y el rey fueran conscientes de la vulneración de derechos que hay en Colombia y que el presidente es paramilitar, no se sacarían fotos con él”, recuerda.
Velandia encarna la historia del movimiento LGTBI en Colombia. Una historia de persecución, violencia, discriminaciones y resistencia.
En las últimas décadas, los colectivos LGTBI han conseguido visibilidad y reivindicaciones. Hasta el momento, la Corte Constitucional ha proferido 60 fallos en los que reconoce los derechos de la comunidad.
A pesar de lo que se ha ganado, la violencia y discriminación contra de esta comunidad no disminuye. En 2016 la organización Colombia Diversa reportó 687 hechos de violencia en contra de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales en todo el país. Un año después, según un informe creado por la misma organización en colaboración con Caribe Afirmativo concluye que en 2017 fueron registrados 109 homicidios y feminicidios, mientras que la exclusión socioeconómica, el conflicto armado y la complicidad de las autoridades persisten.
Las personas LGTBI defensoras de derechos humanos enfrentan un doble riesgo: por su liderazgo y por los prejuicios hacia su orientación sexual o identidad de género.
Como líder LGTBI, Manuel ha sido víctima de varias violencias. Frente a ello, Manuel comenta: “soy sujeto peligroso, no por ser marica sino porque soy un marica que habla y que no teme hablar”.
Velandia, desde Alicante, se dedica al arte, creando piezas que resisten, molestan, disienten y son testimonio de lo diverso.
También ha continuado investigando desde la academia sobre las identidades sexuales, los tránsitos identitarios de género, las enfermedades de transmisión sexual y las minorías sexuales.
El poder seguir con lo que hacía en la vida académica y artística en Colombia ha sido la manera de mantenerse como un “testimonio vivo de ser marica en un país donde han asesinado a homosexuales, lesbianas, travestis, bisexuales, intersexuales, transgéneros, asexuados, no sexuales, hombres y mujeres” asegura.
Por: Manuel Velandia
Ries por no llorar,
callas por no mentir,
mientes porque crees
que la verdad
es demasiado dura;
lloras con todo tu corazón
por la muerte de tu gato,
pero tu corazón llora
por los seres amados
que ya no están,
por aquellos otros que sólo tú
sabes que existen,
te niegas a la memoria
porque no puedes aceptar
que el dolor no sólo es tuyo.
* Fragmentados es un proyecto periodístico multimedia centrado en contar los relatos de líderes defensores de los Derechos Humanos que han sido escudos directos de conflictos que no terminan.
>>>>Conozca más aquí sobre Fragmentados: relatos entre fronteras<<<<
El 28 de junio de 1982 se realizó la primera marcha del orgullo gay en Colombia. Para entonces eran pocos los asistentes, corto el trayecto y abundantes los prejuicios.
La movilización estuvo liderada por León Zuleta Ruíz y Manuel Velandia Mora, que en 1979 ya habían fundado el Movimiento de Liberación Homosexual Colombiano. “Éramos un grupo de encuentro por la liberación de los gais y de ahí surge la idea de hacer un movimiento” asegura Velandia, que también era miembro de la revista Ventana Gay.
Años más tarde, en 1993, Zuleta fue asesinado en circunstancias que nunca fueron esclarecidas y en el 2002 durante el mandato presidencial de Álvaro Uribe, Velandia fue víctima de amenazas y de un atentado con explosivo.
“Soy el primer homosexual que es candidato avalado por un partido político en 2002. Estando en campaña, me lanzan una granada en mi casa. Todos los vidrios se rompieron y un pedazo de la casa se cayó 15 días después”, recuerda.
También lea: José Goyes: la vida de un líder social en el exilio
Las amenazas de muerte a su familia lo obligaron a huir y pedir asilo en España en 2007, país en el que reside actualmente.
Manuel tiene una trayectoria de más de cuatro décadas como defensor de los derechos humanos. Artista, docente, sociólogo, filósofo, investigador, doctor en educación y en enfermería. En Colombia, fue director de la Revista Latinoamericana de sexología y pionero en programas de prevención del sida en América Latina.
Obtuvo el derecho de asilo en España tres años después de su llegada y fue el primer colombiano reconocido como víctima por su activismo y orientación sexual en el marco del conflicto armado colombiano.
“El primer mes en España fui a la policía a presentar el caso de asilo. El policía me preguntó por qué pedía asilo si venía de un país democrático. Yo le digo al hombre:
“Si el presidente y el rey fueran conscientes de la vulneración de derechos que hay en Colombia y que el presidente es paramilitar, no se sacarían fotos con él”, recuerda.
Velandia encarna la historia del movimiento LGTBI en Colombia. Una historia de persecución, violencia, discriminaciones y resistencia.
En las últimas décadas, los colectivos LGTBI han conseguido visibilidad y reivindicaciones. Hasta el momento, la Corte Constitucional ha proferido 60 fallos en los que reconoce los derechos de la comunidad.
A pesar de lo que se ha ganado, la violencia y discriminación contra de esta comunidad no disminuye. En 2016 la organización Colombia Diversa reportó 687 hechos de violencia en contra de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales en todo el país. Un año después, según un informe creado por la misma organización en colaboración con Caribe Afirmativo concluye que en 2017 fueron registrados 109 homicidios y feminicidios, mientras que la exclusión socioeconómica, el conflicto armado y la complicidad de las autoridades persisten.
Las personas LGTBI defensoras de derechos humanos enfrentan un doble riesgo: por su liderazgo y por los prejuicios hacia su orientación sexual o identidad de género.
Como líder LGTBI, Manuel ha sido víctima de varias violencias. Frente a ello, Manuel comenta: “soy sujeto peligroso, no por ser marica sino porque soy un marica que habla y que no teme hablar”.
Velandia, desde Alicante, se dedica al arte, creando piezas que resisten, molestan, disienten y son testimonio de lo diverso.
También ha continuado investigando desde la academia sobre las identidades sexuales, los tránsitos identitarios de género, las enfermedades de transmisión sexual y las minorías sexuales.
El poder seguir con lo que hacía en la vida académica y artística en Colombia ha sido la manera de mantenerse como un “testimonio vivo de ser marica en un país donde han asesinado a homosexuales, lesbianas, travestis, bisexuales, intersexuales, transgéneros, asexuados, no sexuales, hombres y mujeres” asegura.
Por: Manuel Velandia
Ries por no llorar,
callas por no mentir,
mientes porque crees
que la verdad
es demasiado dura;
lloras con todo tu corazón
por la muerte de tu gato,
pero tu corazón llora
por los seres amados
que ya no están,
por aquellos otros que sólo tú
sabes que existen,
te niegas a la memoria
porque no puedes aceptar
que el dolor no sólo es tuyo.
* Fragmentados es un proyecto periodístico multimedia centrado en contar los relatos de líderes defensores de los Derechos Humanos que han sido escudos directos de conflictos que no terminan.
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