Masacre de El Salado: ¿qué ha pasado 20 años después?
En febrero del año 2000, 450 paramilitares asesinaron a más de 60 personas en este corregimiento de El Carmen de Bolívar, enclavado en los Montes de María. En esta serie de reportajes tratamos de responder algunas preguntas: ¿cómo está El Salado hoy?, ¿qué pasó con las tierras de las que se fueron desplazados los campesinos?, ¿cómo se hicieron las compras masivas de esos predios?, ¿cómo están hoy las familias desplazadas?, y ¿qué pasó con los responsables de la masacre?
Sebastián Forero Rueda - Iván Muñoz
Por tres vías distintas, 450 paramilitares al mando de Salvatore Mancuso y Jorge 40 iniciaron el 16 de febrero el cerco sobre el corregimiento de El Salado, El Carmen de Bolívar, en los Montes de María. Después de dos días de un sangriento recorrido por veredas y caseríos, llegaron al poblado principal y convocaron a todos los habitantes en la cancha de microfútbol. Lo que sucedió allí, el Grupo de Memoria Histórica lo llamó el “espectáculo del horror”. Delante de sus familiares, los paramilitares asesinaron a decenas de personas con armas de fuego, con palos, con puñales y a golpes. Mientras eso sucedía, los paramilitares se apoderaron de gaitas y tamboras y las tocaron mientras los pobladores eran asesinados. En esa cancha habrían asesinado a alrededor de 30 personas. Pero en total, entre el 16 y el 21 de febrero, cuando finalmente los paramilitares salieron de la zona, fueron asesinadas unas 60 personas. Tras la masacre, todo el pueblo se desplazó, unas 5.000 personas. En El Salado no quedó nadie.
¿Cómo está El Salado, 20 años después de la masacre?
Menos del 30% de los pobladores que salieron retornaron a su tierra. Antes de la masacre, en El Salado vivían unos 5.000 habitantes. Hoy sobreviven allí unos 1.200, calcula su gente. Luego del desfile de agencias de Gobierno y de cooperación internacional que pasaron por este territorio a ejecutar proyectos, poco le quedó al pueblo. Sus habitantes se sienten huérfanos. Aún así, los que volvieron se aferran a su tierra y reclaman garantías del Estado para que una vida digna no implique irse de El Salado.
Entre 1997 y 2004, de los Montes de María fueron desplazadas 294.408 personas. Años después, hacia 2008, sobre esas tierras abandonadas por los campesinos se posaron los ojos de grandes empresarios, principalmente antioqueños, que llegaron a comprar tierra para proyectos agroindustriales. Poco tiempo después, parte de esa tierra fue vendida a la cementera Argos para la implementación de un proyecto de teca, un árbol maderable. Hoy, sentencias de restitución de tierras han dicho que la tierra hay que devolverla a los campesinos, porque las compraventas de esos predios fueron irregulares. Seguimos el rastro de esa tierra hasta hoy.
Contamos la historia de la familia Torres, desplazada de El Salado, que la violencia despedazó. Solo Samuel Torres, el más viejo de la familia, regresó al pueblo. Hoy sus hijos y sus nietos viven por fuera de El Salado, porque nunca pudieron regresar. Acompañamos a Humberto Torres y a su hija Vanessa en un recorrido desde El Carmen de Bolívar hasta la casa paterna de la que salieron huyendo en febrero de 2000. Hoy siguen reclamando garantías del Estado para volver a sus tierras.
En lo referente a agentes estatales, solo el capitán de la Infantería de Marina Héctor Martín Pita Vásquez fue condenado por lo sucedido en El Salado. Salvatore Mancuso y Jorge 40, los principales responsables, hoy purgan condena por narcotráfico en cárceles de Estados Unidos.
Uber Banquez, ‘Juancho Dique’, era el segundo al mando del Bloque Montes de María, que comandaba Cadena, una de las estructuras que participó en la masacre. Después de pagar ocho años de prisión tras acogerse a la Ley de Justicia y Paz, recuperó su libertad en 2015 y ha participado en actos de reconocimiento de las masacres que cometió, entre ellas la de El Salado. Entrevista.
Por tres vías distintas, 450 paramilitares al mando de Salvatore Mancuso y Jorge 40 iniciaron el 16 de febrero el cerco sobre el corregimiento de El Salado, El Carmen de Bolívar, en los Montes de María. Después de dos días de un sangriento recorrido por veredas y caseríos, llegaron al poblado principal y convocaron a todos los habitantes en la cancha de microfútbol. Lo que sucedió allí, el Grupo de Memoria Histórica lo llamó el “espectáculo del horror”. Delante de sus familiares, los paramilitares asesinaron a decenas de personas con armas de fuego, con palos, con puñales y a golpes. Mientras eso sucedía, los paramilitares se apoderaron de gaitas y tamboras y las tocaron mientras los pobladores eran asesinados. En esa cancha habrían asesinado a alrededor de 30 personas. Pero en total, entre el 16 y el 21 de febrero, cuando finalmente los paramilitares salieron de la zona, fueron asesinadas unas 60 personas. Tras la masacre, todo el pueblo se desplazó, unas 5.000 personas. En El Salado no quedó nadie.
¿Cómo está El Salado, 20 años después de la masacre?
Menos del 30% de los pobladores que salieron retornaron a su tierra. Antes de la masacre, en El Salado vivían unos 5.000 habitantes. Hoy sobreviven allí unos 1.200, calcula su gente. Luego del desfile de agencias de Gobierno y de cooperación internacional que pasaron por este territorio a ejecutar proyectos, poco le quedó al pueblo. Sus habitantes se sienten huérfanos. Aún así, los que volvieron se aferran a su tierra y reclaman garantías del Estado para que una vida digna no implique irse de El Salado.
Entre 1997 y 2004, de los Montes de María fueron desplazadas 294.408 personas. Años después, hacia 2008, sobre esas tierras abandonadas por los campesinos se posaron los ojos de grandes empresarios, principalmente antioqueños, que llegaron a comprar tierra para proyectos agroindustriales. Poco tiempo después, parte de esa tierra fue vendida a la cementera Argos para la implementación de un proyecto de teca, un árbol maderable. Hoy, sentencias de restitución de tierras han dicho que la tierra hay que devolverla a los campesinos, porque las compraventas de esos predios fueron irregulares. Seguimos el rastro de esa tierra hasta hoy.
Contamos la historia de la familia Torres, desplazada de El Salado, que la violencia despedazó. Solo Samuel Torres, el más viejo de la familia, regresó al pueblo. Hoy sus hijos y sus nietos viven por fuera de El Salado, porque nunca pudieron regresar. Acompañamos a Humberto Torres y a su hija Vanessa en un recorrido desde El Carmen de Bolívar hasta la casa paterna de la que salieron huyendo en febrero de 2000. Hoy siguen reclamando garantías del Estado para volver a sus tierras.
En lo referente a agentes estatales, solo el capitán de la Infantería de Marina Héctor Martín Pita Vásquez fue condenado por lo sucedido en El Salado. Salvatore Mancuso y Jorge 40, los principales responsables, hoy purgan condena por narcotráfico en cárceles de Estados Unidos.
Uber Banquez, ‘Juancho Dique’, era el segundo al mando del Bloque Montes de María, que comandaba Cadena, una de las estructuras que participó en la masacre. Después de pagar ocho años de prisión tras acogerse a la Ley de Justicia y Paz, recuperó su libertad en 2015 y ha participado en actos de reconocimiento de las masacres que cometió, entre ellas la de El Salado. Entrevista.