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Una de las pocas personas en creer que había futuro en el Meta, justo cuando la guerra parecía más intensa y cuando nadie quería saber del campo y abundaban los desplazados, fue Cielo Olave, una bogotana que se casó en la capital de la República y decidió hacer su vida en Mesetas. Por ese entonces, el municipio tenía aún el estigma de haber sido escenario de la zona de distensión para los frustrados diálogos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Farc.
En verdad, fue su esposo quien la convenció de trabajar en las zonas rurales del Meta, tras persuadirla de que, a pesar de todo, se vive mejor en el campo que en la ciudad. A sus 24 años, esta joven mira el pasado y tiene la sensación de que, aunque fue una decisión difícil en ese momento, en el fondo sabía que las cosas tenían que mejorar tarde o temprano. (Puede leer: "Cartas por la reconciliación: de las armas a las palabras")
Hoy es una de las líderes de la Red Nacional de Jóvenes Rurales en el Meta y preside la Asociación de Familias Productoras de Café de Mesetas (Faprocafem), que integra 50 socios, la mayoría de los cuales están entre los 14 y 28 años de edad y cultivan un grano de excelente calidad en el piedemonte llanero.
Lo que empezó para la asociación como un proyecto de tres hectáreas tiene ahora 100 hectáreas cultivadas de las que en época de cosecha se recogen más de 140.000 kilos de café orgánico, que fácilmente podría ser exportado.
“Al comienzo me daba tristeza saber que los jóvenes se iban para la guerrilla o para la ciudad y así, poco a poco, el campo se estaba quedando solo. La inquietud, cuando formamos Faprocafem, fue dar una alternativa para que ellos se quedaran en la tierra, pero que el resto de familiares, incluso de la tercera edad, se vincularan también y así aprovechar su conocimiento ancestral”, explica Cielo.
Pero esta asociación va más allá. Dentro de su proyecto contempla también impulsar el ecoturismo en las zonas rurales de Mesetas, que cuenta con cascadas y cuevas que solo ahora, que los grupos armados se retiraron de la zona, podrían ser exploradas.
“Nosotros, que somos de allá, sabíamos de esas riquezas naturales, pero los enfrentamientos entre Ejército y Farc hacían imposible ofrecerlo como atractivo turístico. Ahora que dejaron las armas consideramos que están dadas las condiciones para incluirlo como uno de los productos para ofrecer”, asegura.
Inversión internacional
Por todos esos sueños que tienen esta joven líder y sus asociados fue que, el viernes pasado, madrugó para asistir en Villavicencio a la socialización de Mascapaz, tal vez uno de los planes más ambiciosos que se adelantará en el Meta en la etapa de implementación de acuerdos.Se trata del Proyecto Macarena Sostenible con Más Capacidad para la Paz (Mascapaz), que, financiado por el Fondo Fiduciario para la Paz de la Unión Europea (UE), invertirá casi cuatro millones de euros en los próximos tres años en procesos productivos y de desarrollo económico local como los de Cielo y Faprocafem.
Cultivadores del departamento del Meta mostrando sus productos a Ana Paula Zacarías, embajadora de la Unión Europea, y Roland Schäfer, director adjunto para las Américas de la Unión Europea. / Foto: Marisol López, Instituto Sinchi
A diferencia de otros proyectos de inversión social, como el Plan Consolidación (2007), liderado por Juan Manuel Santos cuando era ministro de Defensa, esta vez todo el proceso se gestó desde las mismas comunidades en terreno y no desde las oficinas en Bogotá, además de carecer de componentes de presencia militar, como se hizo en el pasado, pues eran las Fuerzas Militares las que ejecutaban las obras. (Lea: "Expectativas en el posacuerdo")
El Plan Consolidación fue olvidado y terminó sumido en medio de puestos burocráticos sin resultados concretos en unos territorios que exigían presencia institucional del Estado y que estaban en medio del conflicto armado.
“La principal diferencia es que este proyecto se desarrollará en una situación de paz. Todos los demás fueron para preparar lo que ahora viene; solo por eso es diferente y viable”, sostuvo Francisco García, jefe de Cooperación de la Unión Europea en Colombia.
En el Meta se desarrollará hasta el año 2020 en los municipios de Puerto Rico, Vista Hermosa, Mesetas y San Juan de Arama, con lo cual se pretende beneficiar a 3.200 familias y abarcar un millón 167.000 hectáreas.
Luz Marina Mantilla, directora del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi), que será el encargado de ejecutar el proyecto, dijo que Mascapaz reconoce e impulsa las cosas positivas de otros que se han desarrollado en el territorio.
“Cada una de las etapas de ejecución se articula con el Plan de Desarrollo de la Gobernación, lo cual les da legitimidad a las acciones. Los alcaldes también han sido valiosos para que las comunidades participen. La diferencia con otros planes que se han ejecutado es que este se construyó de abajo hacia arriba y tiene una articulación esencial con la institucionalidad”, dijo la representante de Sinchi.
Y es que los mandatarios locales se verán beneficiados porque el proyecto contempla implementar herramientas de planificación territorial, prediales veredales y municipales, además de la incorporación de bienes públicos mejorados y ampliados para la integración social territorial, como la educación y la infraestructura.
Precisamente, producto de este convenio, firmado oficialmente el pasado sábado en el marco de los 57 años del departamento del Meta, la gobernadora, Marcela Amaya, anunció que una de las primeras obras que se desarrollará será la construcción de un puente sobre el caño Santo Domingo, en la alejada vereda Santa Helena, declarada zona libre de minas antipersona este año y que también había quedado aislada por falta de infraestructura vial.
Esta inversión tiene un costo de 2.500 millones de pesos, de los cuales 1.800 serán aportados por el fondo Mascapaz.
“Hace 18 meses empezamos a buscar el acompañamiento internacional en esta etapa de posconflicto y Mascapaz es un logro no solo por el apoyo financiero, sino también por la integración de actores en torno al enfoque territorial. El mundo está creyendo en nosotros y no podemos ser inferiores al reto de construir la paz. La historia no la vamos a repetir”, enfatizó la gobernadora.
Predios legales
La directora del Sinchi, entidad que tiene experiencia en la intervención territorial desde la investigación científica en otros departamentos, es sincera en decir: “Seguramente, no le vamos a arreglar la vida a todo el mundo, pero con Mascapaz sí se dará un empujón para que el desarrollo local sea cierto y justo” y beneficie a sus habitantes.En virtud de este acuerdo, también se podrán legalizar mil predios en los cuatro municipios, con un enfoque agroambiental hacia la reconvención de la frontera agropecuaria.
El Proyecto Macarena Sostenible con Más Capacidad para la Paz (Mascapaz) busca abarcar más de un millón de hectáreas. / Foto: Marisol López - Instituto Sinchi
La propiedad de la tierra es uno de los mayores problemas que se tiene en las zonas rurales del Meta; por eso, con Mascapaz, el Reino de Países Bajos adelantará un plan piloto que, según su embajada, es novedoso y ya se ha aplicado en países en posconflicto, como Ruanda.
“El catastro holandés tiene un convenio con la Agencia Nacional de Tierras, que permitirá adelantar la titulación de predios de una manera más rápida y participativa, pues serán los campesinos quienes puedan medir sus predios, poniéndose de acuerdo con sus vecinos”, explicó Floris Van Eijk, primer secretario de la Embajada del Reino de los Países Bajos.
El diplomático aseguró que el modelo de catastro holandés, que será aplicado inicialmente en Vista Hermosa, se ha verificado en 50 países, muchos de ellos en posguerra, con lo cual se ha titulado el ciento por ciento del territorio.
Expectativas de alcaldes
Marco Antonio Gordillo, alcalde de Vista Hermosa, explicó que Mascapaz representa la oportunidad de responder a problemáticas derivadas del conflicto armado y el abandono del Estado, como es el tema de los cultivos ilícitos.“Este proyecto busca recomponer un poco lo que se ha dejado de hacer por efectos del conflicto, lo vemos con muy buenos ojos”, expresó.
El alcalde también explicó que ya se hacen censos veredales por intermedio del Sinchi, los cuales permitirán realizar una caracterización de las condiciones y realidades sociales en las que viven las familias, especialmente de aquellas que están ubicadas en zona de influencia del Área de Manejo Especial de la Macarena (AMEM). (Vea: "Buenavista, la vereda donde las Farc dejaron las armas")
Por otro lado, Carlos Ferney Caicedo, alcalde de Mesetas, explicó que uno de los mayores impactos que tendrá Mascapaz en su territorio está relacionado con los temas agropecuario y vial.
“Sin duda, es un proyecto que viene con grandes expectativas y apunta a temas productivos que son de suma importancia. Esperamos que realmente se desarrolle con las comunidades y sean ellos los más beneficiados”, expresó.
Luis Alfonso Suárez, alcalde de Puerto Rico, exhortó a que se haga realidad parte de la expectativa de este programa y se aporte directamente a las familias beneficiadas.
“Me preocupa que se dejen muchos recursos para las capacitaciones, las cuales son demasiado repetidas por tanto programa que se ha ejecutado, y no se impacte en transformar las condiciones de vida de nuestros habitantes”, indicó.
“Mire, la gente sembraba coca no porque quisiera, sino buscando oportunidad para pensar en el futuro. Con este proyecto se puede volver a pensar en el futuro con la legalidad”, puntualiza Cielo Olave.
Los socios del proyecto, además de los Estados miembros de la Unión Europea, son la Gobernación del Meta, la Agencia de Infraestructura del Meta, la Corporación Desarrollo para la Paz del Piedemonte Oriental (Cordepaz), Cormacarena y la Corporación por la Defensa Ambiental y el Desarrollo Sostenible de la AMEM (Corpoamem).