Museo de la Memoria: tres meses sin director y, al menos, nueve sin avance en obra
La última directora de la entidad, que está a cargo del Centro Nacional de Memoria Histórica, renunció en mayo pasado. El edificio tiene el objeto de albergar información del conflicto armado colombiano y es una manera de resarcir las afectaciones que dejó en las víctimas.
En septiembre de 2020, se adjudicó la licitación del Museo de la Memoria, una gran construcción que, entre otras, alojaría toda la información concerniente al conflicto armado colombiano y las afectaciones que dejó en las víctimas. Aunque se estipulaba que el tiempo de entrega era 2022, han pasado más de dos años de retrasos y distintas denuncias de irregularidades, que han incluido incumplimientos en la reglamentación colombiana de sismorresistencia.
En enero pasado, un informe de auditoría realizado por la Contraloría dice que hubo cinco hallazgos con incidencias disciplinarias y fiscales, entre ellos obras parcialmente ejecutadas y pagos duplicados.
A eso se suma que la entidad cumple tres meses sin director. La última persona a cargo fue Ivonne González, quien renunció en mayo pasado, apenas cuatro meses después de su posesión. González entregó el pasado 8 de mayo una carta con su “renuncia irrevocable” dirigida María Gaitán, directora del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNHM), que tiene a cargo el Museo.
De acuerdo con el Centro, por ahora Gaitán funge como directora encargada del Museo de la Memoria.
La renuncia de González fue la segunda de un director de museo durante la administración de Gaitán en el CNMH. Antes de González estuvo Edwin Arias Valencia, quien dejó el cargo en octubre de 2023 apenas cinco meses después de su posesión. En su momento, Arias aseguró que trabajadores del CNMH obstaculizaron su trabajo y afirmó que no tuvo el apoyo de Gaitán en los meses de gestión.
Con la renuncia, González se suma a una larga lista de directores —contando las administraciones anteriores— que ha tenido el Museo —cuya construcción está en el ojo del huracán por líos jurídicos que han frenado su avance—. La inauguración del Museo de la Memoria, que se está realizando sobre la calle 26 de Bogotá, estaba prevista para 2022, pero en noviembre pasado la directora del Gaitán aseguró que el proyecto sería entregado en su totalidad en 2025, aunque hace nueve meses no hay avance en la obra.
Fuentes cercanas al Centro le contaron a este diario que la entidad está trabajando en la renovación del convenio con una nueva firma para reanudar las obras, pero aún no ha habido luz verde. Entre otras cosas, el mayor freno es que no se ha logrado un acuerdo con la firma OHL, quien tenía el contrato para construir el inmueble.
Esa firma española tiene varias multas por incumplimientos aplicadas por la Fiduciaria Scotiabank Colpatria S.A., vocera y administradora del patrimonio autónomo FC Pad Museo de Memoria Histórica.
Aunque el contrato ya fue liquidado, actualmente OHLA tiene un reclamo relacionado con la ejecución del mismo y está activa una reclamación del tribunal de arbitramento por 6.644 millones de pesos. Eso, entre otras cosas, ha impedido que se pueda renovar el convenio con otra firma.
El pasado enero, este diario reveló un informe del mismo Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), encargado del diseño y creación del museo, en el que se advertía sobre graves fallas en la construcción y de mala calidad en los procesos. De acuerdo con el documento, la edificación no cumple con la reglamentación colombiana de sismorresistencia y pondría en riesgo el lugar previsto para la memoria de las víctimas del conflicto.
Además, el documento del ente de control calificó como inadecuado e ineficiente el control interno realizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica, contratante y supervisor del diseño.
Eso sin contar con las medidas cautelares que tiene la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sobre la exposición “Voces para Transformar a Colombia”, que debe estar incluida en el guion del Museo, ante el riesgo de la “eliminación de expresiones, metáforas museológicas, afirmaciones, cifras y guías de visita al museo” de una manera arbitraria y sin consultarlo con las víctimas.
✉️ Si le interesan los temas de paz, conflicto y derechos humanos o tiene información que quiera compartirnos, puede escribirnos a: cmorales@elespectador.com; jrios@elespectador.com; pmesa@elespectador.com o aosorio@elespectador.com.
En septiembre de 2020, se adjudicó la licitación del Museo de la Memoria, una gran construcción que, entre otras, alojaría toda la información concerniente al conflicto armado colombiano y las afectaciones que dejó en las víctimas. Aunque se estipulaba que el tiempo de entrega era 2022, han pasado más de dos años de retrasos y distintas denuncias de irregularidades, que han incluido incumplimientos en la reglamentación colombiana de sismorresistencia.
En enero pasado, un informe de auditoría realizado por la Contraloría dice que hubo cinco hallazgos con incidencias disciplinarias y fiscales, entre ellos obras parcialmente ejecutadas y pagos duplicados.
A eso se suma que la entidad cumple tres meses sin director. La última persona a cargo fue Ivonne González, quien renunció en mayo pasado, apenas cuatro meses después de su posesión. González entregó el pasado 8 de mayo una carta con su “renuncia irrevocable” dirigida María Gaitán, directora del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNHM), que tiene a cargo el Museo.
De acuerdo con el Centro, por ahora Gaitán funge como directora encargada del Museo de la Memoria.
La renuncia de González fue la segunda de un director de museo durante la administración de Gaitán en el CNMH. Antes de González estuvo Edwin Arias Valencia, quien dejó el cargo en octubre de 2023 apenas cinco meses después de su posesión. En su momento, Arias aseguró que trabajadores del CNMH obstaculizaron su trabajo y afirmó que no tuvo el apoyo de Gaitán en los meses de gestión.
Con la renuncia, González se suma a una larga lista de directores —contando las administraciones anteriores— que ha tenido el Museo —cuya construcción está en el ojo del huracán por líos jurídicos que han frenado su avance—. La inauguración del Museo de la Memoria, que se está realizando sobre la calle 26 de Bogotá, estaba prevista para 2022, pero en noviembre pasado la directora del Gaitán aseguró que el proyecto sería entregado en su totalidad en 2025, aunque hace nueve meses no hay avance en la obra.
Fuentes cercanas al Centro le contaron a este diario que la entidad está trabajando en la renovación del convenio con una nueva firma para reanudar las obras, pero aún no ha habido luz verde. Entre otras cosas, el mayor freno es que no se ha logrado un acuerdo con la firma OHL, quien tenía el contrato para construir el inmueble.
Esa firma española tiene varias multas por incumplimientos aplicadas por la Fiduciaria Scotiabank Colpatria S.A., vocera y administradora del patrimonio autónomo FC Pad Museo de Memoria Histórica.
Aunque el contrato ya fue liquidado, actualmente OHLA tiene un reclamo relacionado con la ejecución del mismo y está activa una reclamación del tribunal de arbitramento por 6.644 millones de pesos. Eso, entre otras cosas, ha impedido que se pueda renovar el convenio con otra firma.
El pasado enero, este diario reveló un informe del mismo Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), encargado del diseño y creación del museo, en el que se advertía sobre graves fallas en la construcción y de mala calidad en los procesos. De acuerdo con el documento, la edificación no cumple con la reglamentación colombiana de sismorresistencia y pondría en riesgo el lugar previsto para la memoria de las víctimas del conflicto.
Además, el documento del ente de control calificó como inadecuado e ineficiente el control interno realizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica, contratante y supervisor del diseño.
Eso sin contar con las medidas cautelares que tiene la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sobre la exposición “Voces para Transformar a Colombia”, que debe estar incluida en el guion del Museo, ante el riesgo de la “eliminación de expresiones, metáforas museológicas, afirmaciones, cifras y guías de visita al museo” de una manera arbitraria y sin consultarlo con las víctimas.
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