Música para sanar la violencia sexual
Maud-Salomé Ekila es congoleña, periodista y trabaja en la fundación del Nobel de Paz Denis Mukwege ayudando a las mujeres víctimas de violencia sexual con musicoterapia. Dice que, a pesar de no poder hablar, muchas mujeres sí son capaces de expresar lo que sienten a través del canto y los instrumentos.
Beatriz Valdés Correa - @beatrijelena
El Hospital de Panzi, que fue creado hace 20 años por el ginecólogo congoleño Denis Mukwege, atiende mujeres, bebés e incluso algunos hombres que son víctimas de una violencia sexual brutal. En ese tiempo, el médico también estableció una fundación que lleva su nombre (que lo hizo merecedor del Nobel de Paz 2018) y que se dedica a apoyar a las víctimas desde otros aspectos de su vida, de modo que puedan sanarse. Para esto usan cuatro pilares que se dan de manera paralela: médico, psicológico, jurídico y económico. En el segundo, el que busca atender las emociones y la mente, hay profesionales que usan métodos tradicionales de la terapia psicológica, pero también hay otros que, han comprobado, funcionan.
La musicoterapia es uno de ellos. Maud-Salomé Ekila, periodista, se dedica a trabajar en esta terapia con las mujeres por algo muy sencillo: “Puede haber una recuperación física, con el pilar médico, pero es importante la ayuda psicológica porque tu cuerpo está reparando, pero ¿qué va a pasar con tu cabeza?”, dice. Esta metodología la utilizan también con las mujeres de la red mundial de sobrevivientes de violencia sexual, Sema, que constituyó el Dr. Mukwege. Ekila visitó Colombia en el marco de la visita del Nobel y habló con Colombia2020 sobre la situación de las mujeres en su país y de cómo la terapia a través de la música puede ayudarlas a continuar.
¿Qué es la musicoterapia?
Es un programa que puede ayudar a las víctimas y sobrevivientes a hablar, a sacar todas las emociones por medio de la música, entonces es un programa donde las mujeres van a eso, a hacer música. Ponemos instrumentos, hay mujeres que los tocan y pueden hacer una canción completa. La persona se expresa, dice todas las palabras que están dentro de ella. Son cosas muy personales y este proceso permite que salga una canción extraordinaria, con muchas emociones, pero también que las mujeres hablen con su corazón.
Lea: Perdonar la violencia sexual es posible después de la rabia y la justicia: filósofa sudafricana
¿Por qué hacer música es más fácil que hablar?
Hay un momento en el que hablar es muy difícil hablar. Pero tenemos mujeres de todos los países del mundo y hay muchos países donde la cultura musical es muy fuerte. Por ejemplo, en Colombia, aquí es muy fuerte, desde cuando estás bebé, niño, en el vientre de tu mamá, escuchas música todo el tiempo. Entonces, puede ser más fácil solo cantar, incluso sin palabras, solo melodías.
Hay otras mujeres que solo quieren tocar instrumentos. Es una manera de cerrar sus ojos y solamente el corazón está hablando. Es la musicoterapia. Es una manera de hacer terapia psicológica que ayuda a muchas personas. En Congo, en mi país, empezamos con esta terapia hace muchos años y este tipo de terapia funciona muy muy bien, porque en Congo, por ejemplo, la música es todo.
¿Cómo es la transformación de las mujeres con la musicoterapia?
Hay mujeres que estuvieron muy tristes, que lloran mucho, todos los días. Pero en Congo hay un espacio que se llama La “Maison Dorcas”: la casa Dorcas. Y en este espacio tenemos muchas mujeres, jóvenes que fueron víctimas, son sobrevivientes de violencia sexual y podemos ver que no pueden hablar. Nunca. Entonces cuando comenzamos con ellas en la musicoterapia, podemos ver que comienzan a salir un poco, a disfrutar un poco y a vivir de nuevo un poco.
Entonces podemos ver la diferencia. Este tipo de terapia puede funcionar muy bien y cambiar el proceso personal de las mujeres. Cuando hacemos el programa de musicoterapia, las personas bailan porque es natural.
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Tenemos muchas mujeres en Congo que ahora son personas que viajan por todo el país para hablar fuertemente sobre las mujeres, como líderes en la sociedad. Esto es lo que necesitamos: transformar la tristeza, el dolor, en una fuerza para revivir.
¿Cuál es la situación de violencia contra las mujeres en el Congo?
En Congo cada hora hay 48 mujeres que son violadas. Por ejemplo, en el Hospital de Panzi, que es el sureste del Congo, todos los días hay entre cinco y siete mujeres jóvenes o bebés que van por violencia sexual. La situación es catastrófica. El gobierno quiere decir que no hay violencia sexual. Hubo un momento en el que pusieron mucho dinero, cientos de miles de dólares, para decir que la violencia sexual está disminuyendo, pero es totalmente falso. Continúa. Tenemos un gran problema ahora porque hay mujeres que son víctimas de guerra, masacres y violación, y tenemos muchos bebés que vienen al hospital que son violados.
¿Por qué pasa esto?
La razón es que por la violencia sexual los milicianos quieren destruir la sociedad congoleña. Cuando tú haces una destrucción de las mujeres, que son el pilar principal de la familia, vas a destruir todo: la familia y entonces la sociedad. Esto es por nuestros minerales. En el suelo del Congo hay muchos minerales (coltán) que representan mucho dinero. Entonces todo esto viene de las grandes multinacionales que financian grupos armados. ¿De dónde vienen las armas? ¿De dónde viene el dinero? Y es un problema porque podemos llevar a los milicianos a la justicia, pero no va a haber una solución de la raíz del problema.
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¿Pero la justicia se aplica?
Hay una ley que es muy importante hablando de violencia sexual. El problema es que tú puedes pagar al juez y lo que reina es la impunidad. Y tú sabes, la violencia sexual de esta manera, este tipo para destruir completamente las partes genitales de las mujeres, con machetes, con fuego, nació en nuestro país hace 20 años. Exactamente cuando el genocidio de Ruanda se termina. Ahora hay personas que tienen 20 años y llevan toda una viendo la violencia sexual como una tradición en Congo. Hay jóvenes que tienen 20 años y que no son milicianos, no son parte de grupos armados, y también violan. Es como si fuera normal. Él puede ver a su abuela violada al frente de él cuando tiene dos años. Y dos años más tarde, su mamá. Es un trauma.
¿Hay acciones de resistencia contra esto?
En Congo el problema es que el Gobierno, el poder hace todo para que al Dr Mukwege no lo conozca la población. A él lo pueden conocer en todo el mundo, pero en la televisión nacional, en la prensa, es como si estuviera prohibido hablar de él. Cuando tú hablas del Dr. Mukwege, hablas de la responsabilidad del gobierno, del poder, por no hacer nada. Es un sistema que conviene porque el poder del país es instrumentalizado por las multinacionales para que todos los minerales puedan salir sin pagar mucho. Si pones la luz sobre el trabajo del Dr. Mukwege, es un problema. Por ejemplo, cuando ganó el Nobel de Paz, en al canal nacional se trasmitió el partido de básquetbol.
El Hospital de Panzi, que fue creado hace 20 años por el ginecólogo congoleño Denis Mukwege, atiende mujeres, bebés e incluso algunos hombres que son víctimas de una violencia sexual brutal. En ese tiempo, el médico también estableció una fundación que lleva su nombre (que lo hizo merecedor del Nobel de Paz 2018) y que se dedica a apoyar a las víctimas desde otros aspectos de su vida, de modo que puedan sanarse. Para esto usan cuatro pilares que se dan de manera paralela: médico, psicológico, jurídico y económico. En el segundo, el que busca atender las emociones y la mente, hay profesionales que usan métodos tradicionales de la terapia psicológica, pero también hay otros que, han comprobado, funcionan.
La musicoterapia es uno de ellos. Maud-Salomé Ekila, periodista, se dedica a trabajar en esta terapia con las mujeres por algo muy sencillo: “Puede haber una recuperación física, con el pilar médico, pero es importante la ayuda psicológica porque tu cuerpo está reparando, pero ¿qué va a pasar con tu cabeza?”, dice. Esta metodología la utilizan también con las mujeres de la red mundial de sobrevivientes de violencia sexual, Sema, que constituyó el Dr. Mukwege. Ekila visitó Colombia en el marco de la visita del Nobel y habló con Colombia2020 sobre la situación de las mujeres en su país y de cómo la terapia a través de la música puede ayudarlas a continuar.
¿Qué es la musicoterapia?
Es un programa que puede ayudar a las víctimas y sobrevivientes a hablar, a sacar todas las emociones por medio de la música, entonces es un programa donde las mujeres van a eso, a hacer música. Ponemos instrumentos, hay mujeres que los tocan y pueden hacer una canción completa. La persona se expresa, dice todas las palabras que están dentro de ella. Son cosas muy personales y este proceso permite que salga una canción extraordinaria, con muchas emociones, pero también que las mujeres hablen con su corazón.
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¿Por qué hacer música es más fácil que hablar?
Hay un momento en el que hablar es muy difícil hablar. Pero tenemos mujeres de todos los países del mundo y hay muchos países donde la cultura musical es muy fuerte. Por ejemplo, en Colombia, aquí es muy fuerte, desde cuando estás bebé, niño, en el vientre de tu mamá, escuchas música todo el tiempo. Entonces, puede ser más fácil solo cantar, incluso sin palabras, solo melodías.
Hay otras mujeres que solo quieren tocar instrumentos. Es una manera de cerrar sus ojos y solamente el corazón está hablando. Es la musicoterapia. Es una manera de hacer terapia psicológica que ayuda a muchas personas. En Congo, en mi país, empezamos con esta terapia hace muchos años y este tipo de terapia funciona muy muy bien, porque en Congo, por ejemplo, la música es todo.
¿Cómo es la transformación de las mujeres con la musicoterapia?
Hay mujeres que estuvieron muy tristes, que lloran mucho, todos los días. Pero en Congo hay un espacio que se llama La “Maison Dorcas”: la casa Dorcas. Y en este espacio tenemos muchas mujeres, jóvenes que fueron víctimas, son sobrevivientes de violencia sexual y podemos ver que no pueden hablar. Nunca. Entonces cuando comenzamos con ellas en la musicoterapia, podemos ver que comienzan a salir un poco, a disfrutar un poco y a vivir de nuevo un poco.
Entonces podemos ver la diferencia. Este tipo de terapia puede funcionar muy bien y cambiar el proceso personal de las mujeres. Cuando hacemos el programa de musicoterapia, las personas bailan porque es natural.
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Tenemos muchas mujeres en Congo que ahora son personas que viajan por todo el país para hablar fuertemente sobre las mujeres, como líderes en la sociedad. Esto es lo que necesitamos: transformar la tristeza, el dolor, en una fuerza para revivir.
¿Cuál es la situación de violencia contra las mujeres en el Congo?
En Congo cada hora hay 48 mujeres que son violadas. Por ejemplo, en el Hospital de Panzi, que es el sureste del Congo, todos los días hay entre cinco y siete mujeres jóvenes o bebés que van por violencia sexual. La situación es catastrófica. El gobierno quiere decir que no hay violencia sexual. Hubo un momento en el que pusieron mucho dinero, cientos de miles de dólares, para decir que la violencia sexual está disminuyendo, pero es totalmente falso. Continúa. Tenemos un gran problema ahora porque hay mujeres que son víctimas de guerra, masacres y violación, y tenemos muchos bebés que vienen al hospital que son violados.
¿Por qué pasa esto?
La razón es que por la violencia sexual los milicianos quieren destruir la sociedad congoleña. Cuando tú haces una destrucción de las mujeres, que son el pilar principal de la familia, vas a destruir todo: la familia y entonces la sociedad. Esto es por nuestros minerales. En el suelo del Congo hay muchos minerales (coltán) que representan mucho dinero. Entonces todo esto viene de las grandes multinacionales que financian grupos armados. ¿De dónde vienen las armas? ¿De dónde viene el dinero? Y es un problema porque podemos llevar a los milicianos a la justicia, pero no va a haber una solución de la raíz del problema.
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¿Pero la justicia se aplica?
Hay una ley que es muy importante hablando de violencia sexual. El problema es que tú puedes pagar al juez y lo que reina es la impunidad. Y tú sabes, la violencia sexual de esta manera, este tipo para destruir completamente las partes genitales de las mujeres, con machetes, con fuego, nació en nuestro país hace 20 años. Exactamente cuando el genocidio de Ruanda se termina. Ahora hay personas que tienen 20 años y llevan toda una viendo la violencia sexual como una tradición en Congo. Hay jóvenes que tienen 20 años y que no son milicianos, no son parte de grupos armados, y también violan. Es como si fuera normal. Él puede ver a su abuela violada al frente de él cuando tiene dos años. Y dos años más tarde, su mamá. Es un trauma.
¿Hay acciones de resistencia contra esto?
En Congo el problema es que el Gobierno, el poder hace todo para que al Dr Mukwege no lo conozca la población. A él lo pueden conocer en todo el mundo, pero en la televisión nacional, en la prensa, es como si estuviera prohibido hablar de él. Cuando tú hablas del Dr. Mukwege, hablas de la responsabilidad del gobierno, del poder, por no hacer nada. Es un sistema que conviene porque el poder del país es instrumentalizado por las multinacionales para que todos los minerales puedan salir sin pagar mucho. Si pones la luz sobre el trabajo del Dr. Mukwege, es un problema. Por ejemplo, cuando ganó el Nobel de Paz, en al canal nacional se trasmitió el partido de básquetbol.