“No pueden obligarnos a quedarnos en los espacios territoriales”: Olmedo Ruíz
El antiguo jefe guerrillero y hoy representante a la Cámara por Antioquia advierte que los excombatientes se fueron de los llamados ETCR por la demora en el arranque de los proyectos productivos, buscando a sus familiares y amigos para emprender sus proyectos de vida. La mayoría sigue en el proceso de paz, afirma.
Gloria Castrillón / @glocastri
Todavía no se acostumbra a vivir en una casa citadina, con escoltas y haciendo trámites para ir al médico. Olmedo Ruíz, como se llamó durante los 38 años que militó en la guerrilla de las Farc, dice que extraña la vida en familia que llevaba mientras hacía la guerra. Ya recobró su nombre de pila, Omar de Jesús Restrepo, y en dos meses estará en el Congreso como representante a la Cámara por Antioquia.
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Por ahora, sigue trabajando desde Medellín, tratando de que sus excompañeros de armas sigan confiando en el proceso de paz, pese a los incumplimientos del Gobierno y a la crisis que rodea la implementación del Acuerdo Final. Omar de Jesús u Olmedo responde a los cuestionamientos del gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, quien criticó la salida de los excombatientes de las Farc de los cuatro Espacios Territoriales de Capacitación y Normalización que se habían creado en su departamento.
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El gobernador de Antioquia dijo hace poco a El Espectador que Antioquia está llena de "Guachos” y que hay más de 16 puntos de agrupamiento de excombatientes de Farc, ¿eso es verdad?
Como el Gobierno no ha cumplido con los planes de reincorporación, muchos de los compañeros se han ido moviendo a buscar entornos que los favorecen, están buscando resolver sus problemas de subsistencia, buscando afectos con sus familias y con las comunidades y con la idea de generar proyectos productivos. Pero no se han movido de manera desorganizada. La gran mayoría se ha movido de un espacio territorial a una comunidad donde encontraron respaldo a sus iniciativas para los proyectos productivos.
¿Pero el gobernador dice que eso está generando desorden y que muchos de ellos se están yendo a las disidencias?
Dentro del acuerdo estaba previsto que nos estábamos quietos mientras teníamos las armas, solo nos movíamos con unos protocolos, pero que después de la dejación podíamos movernos por la región, por donde tenemos familias y afectos. Por eso muchos de los compañeros se han ido donde tienen familiares y conocidos.
¿Y las disidencias?
Son como tres o cuatro personas que se han ido a hacer otras cosas por falta de garantías. "Cabuyo" se marginó del proceso, "Carnita" ni quiera entró al proceso. Eso no desestabiliza el proceso, la mayor parte está dentro del proceso.
La existencia de esos Espacios Territoriales es contradictoria: ¿están muy aislados, la gente se va por eso, pero ahí es donde se deben hacer los proyectos productivos?
El Gobierno nos exigió que las zonas no estuvieran cercanas a las carreteras ni a los cascos urbanos, por eso se escogieron esos sitios muy aislados. Cuando vimos la necesidad de vincular nuestra gente a la actividad productiva, no era posible. Por ejemplo, en veredas como Gallo (en Tierralta, Córdoba) o Vidrí (Vigía del Fuerte, Antioquia), lo que se produzca ahí, se lo tiene que consumir, porque hay forma de sacarlo para su comercialización.
¿Pero ustedes participaron de la elección de esas zonas?
Sí, fue parte del acuerdo. El Gobierno tenía miedo a que estuviéramos cerca de la población civil, querían tenernos en unas corralejas, en unas islas, como cárceles, donde no pudiéramos reincorporarnos dentro de nuestra visión de intereses políticos, económicos y sociales. Nosotros queríamos tener los territorios de paz, con ciudadelas cercanas a las carreteras, pero no fuimos capaces de lograrlo en los acuerdos. Pero ahora, después de dejar las armas, no pueden obligarnos a quedarnos en esos lugares que no nos generan garantías de seguridad ni permiten la reincorporación.
¿Cuál es la radiografía de los excombatientes en Antioquia?
Los que estaban en Vidrí se fueron por Mandé (Urrao), en la Blanquita (Frontino), Jiguamiandó (Chocó), otros se fueron cerca a Quibdó. Los de Gallo están en Mutatá, los de Dabeiba están entre Mutatá y Dabeiba en un asentamiento, otros en Llanogrande. Mire el problema tan grande, la gente de Santa Lucía (Ituango) no tiene tierras, el Gobierno no ha resuelto eso. También hay gente en Medellín, son como 160 personas que están con sus familias.
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¿Está fracasando el sueño de reincorporación colectiva que tenían las Farc?
Nosotros seguimos en esa idea, la reincorporación individual no es posible; porque es usted solo contra el mundo. Los recursos que entrega el Gobierno no dan para defenderse, por eso nos toca sumar y hacer la reincorporación con las comunidades y, entre todos, buscar capacitación y apoyo en la economía solidaria para mantenernos cohesionados. Muchos se fueron para seguir de manera individual y han regresado. Aquí en Medellín nos están buscando porque nosotros no estamos acostumbrados a eso, nosotros sobrevivimos unidos.
¿Cuántos se han salido del colectivo a hacer su proceso individual?
Por ahí un 5%, el resto sigue en contacto, a la expectativa.
¿Por qué Antioquia es el departamento donde han asesinado más excombatientes?
Van cinco en Ituango, cuatro en Urabá, dos en el nordeste y uno en Vidrí. En Ituango hay muchos actores armados, están los del Golfo y los Pachelis, hay una disputa y a algunos de nuestros compañeros les cobraron acciones de la época que estaban en la guerra.
¿Cuentas pendientes del pasado?
Sí. Pero la mayor parte de esos muchachos estaban desarmados, siguiendo su vida en lo legal.
¿Eso significa que es mejor no quedarse en las mismas zonas donde operaron?
Exigimos garantías. ¿Cómo hacemos para salir corriendo? No podríamos hacer la reincorporación.
Todavía no se acostumbra a vivir en una casa citadina, con escoltas y haciendo trámites para ir al médico. Olmedo Ruíz, como se llamó durante los 38 años que militó en la guerrilla de las Farc, dice que extraña la vida en familia que llevaba mientras hacía la guerra. Ya recobró su nombre de pila, Omar de Jesús Restrepo, y en dos meses estará en el Congreso como representante a la Cámara por Antioquia.
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Por ahora, sigue trabajando desde Medellín, tratando de que sus excompañeros de armas sigan confiando en el proceso de paz, pese a los incumplimientos del Gobierno y a la crisis que rodea la implementación del Acuerdo Final. Omar de Jesús u Olmedo responde a los cuestionamientos del gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, quien criticó la salida de los excombatientes de las Farc de los cuatro Espacios Territoriales de Capacitación y Normalización que se habían creado en su departamento.
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Como el Gobierno no ha cumplido con los planes de reincorporación, muchos de los compañeros se han ido moviendo a buscar entornos que los favorecen, están buscando resolver sus problemas de subsistencia, buscando afectos con sus familias y con las comunidades y con la idea de generar proyectos productivos. Pero no se han movido de manera desorganizada. La gran mayoría se ha movido de un espacio territorial a una comunidad donde encontraron respaldo a sus iniciativas para los proyectos productivos.
¿Pero el gobernador dice que eso está generando desorden y que muchos de ellos se están yendo a las disidencias?
Dentro del acuerdo estaba previsto que nos estábamos quietos mientras teníamos las armas, solo nos movíamos con unos protocolos, pero que después de la dejación podíamos movernos por la región, por donde tenemos familias y afectos. Por eso muchos de los compañeros se han ido donde tienen familiares y conocidos.
¿Y las disidencias?
Son como tres o cuatro personas que se han ido a hacer otras cosas por falta de garantías. "Cabuyo" se marginó del proceso, "Carnita" ni quiera entró al proceso. Eso no desestabiliza el proceso, la mayor parte está dentro del proceso.
La existencia de esos Espacios Territoriales es contradictoria: ¿están muy aislados, la gente se va por eso, pero ahí es donde se deben hacer los proyectos productivos?
El Gobierno nos exigió que las zonas no estuvieran cercanas a las carreteras ni a los cascos urbanos, por eso se escogieron esos sitios muy aislados. Cuando vimos la necesidad de vincular nuestra gente a la actividad productiva, no era posible. Por ejemplo, en veredas como Gallo (en Tierralta, Córdoba) o Vidrí (Vigía del Fuerte, Antioquia), lo que se produzca ahí, se lo tiene que consumir, porque hay forma de sacarlo para su comercialización.
¿Pero ustedes participaron de la elección de esas zonas?
Sí, fue parte del acuerdo. El Gobierno tenía miedo a que estuviéramos cerca de la población civil, querían tenernos en unas corralejas, en unas islas, como cárceles, donde no pudiéramos reincorporarnos dentro de nuestra visión de intereses políticos, económicos y sociales. Nosotros queríamos tener los territorios de paz, con ciudadelas cercanas a las carreteras, pero no fuimos capaces de lograrlo en los acuerdos. Pero ahora, después de dejar las armas, no pueden obligarnos a quedarnos en esos lugares que no nos generan garantías de seguridad ni permiten la reincorporación.
¿Cuál es la radiografía de los excombatientes en Antioquia?
Los que estaban en Vidrí se fueron por Mandé (Urrao), en la Blanquita (Frontino), Jiguamiandó (Chocó), otros se fueron cerca a Quibdó. Los de Gallo están en Mutatá, los de Dabeiba están entre Mutatá y Dabeiba en un asentamiento, otros en Llanogrande. Mire el problema tan grande, la gente de Santa Lucía (Ituango) no tiene tierras, el Gobierno no ha resuelto eso. También hay gente en Medellín, son como 160 personas que están con sus familias.
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¿Está fracasando el sueño de reincorporación colectiva que tenían las Farc?
Nosotros seguimos en esa idea, la reincorporación individual no es posible; porque es usted solo contra el mundo. Los recursos que entrega el Gobierno no dan para defenderse, por eso nos toca sumar y hacer la reincorporación con las comunidades y, entre todos, buscar capacitación y apoyo en la economía solidaria para mantenernos cohesionados. Muchos se fueron para seguir de manera individual y han regresado. Aquí en Medellín nos están buscando porque nosotros no estamos acostumbrados a eso, nosotros sobrevivimos unidos.
¿Cuántos se han salido del colectivo a hacer su proceso individual?
Por ahí un 5%, el resto sigue en contacto, a la expectativa.
¿Por qué Antioquia es el departamento donde han asesinado más excombatientes?
Van cinco en Ituango, cuatro en Urabá, dos en el nordeste y uno en Vidrí. En Ituango hay muchos actores armados, están los del Golfo y los Pachelis, hay una disputa y a algunos de nuestros compañeros les cobraron acciones de la época que estaban en la guerra.
¿Cuentas pendientes del pasado?
Sí. Pero la mayor parte de esos muchachos estaban desarmados, siguiendo su vida en lo legal.
¿Eso significa que es mejor no quedarse en las mismas zonas donde operaron?
Exigimos garantías. ¿Cómo hacemos para salir corriendo? No podríamos hacer la reincorporación.