“Nunca invisibles”: el documental hecho por mujeres de las Farc
Mujeres excombatientes del espacio de reincorporación de Icononzo (Tolima) presentaron “Nunca invisibles: mujeres farianas, adiós a la guerra”, un documental que recoge su vida en la guerrilla y su reincorporación tras el acuerdo de paz. Esta pieza se convirtió en el primer ejercicio de memoria histórica hecho por la extinta guerrilla de las Farc.
Carolina Ávila - @lacaroa08
Mujeres que empuñaron las armas, que no le tuvieron miedo a disparar, a recorrer durante días y horas las montañas de Colombia. Mujeres que decidieron ingresar a las filas de las Farc, por gusto, porque sí, porque no vieron otra salida ante la violencia que vivieron en sus pueblos.
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Mujeres que desde hace dos años decidieron decirle sí a la paz y dejaron sus fusiles para tomar un camino en el que no quieren dar reversa. Que ahora le tienen miedo al futuro, a ser madres, a entrar a una sociedad que lleva los dolores y rencores de la guerra.
Ellas son Marina, Patricia, Esther, Yorli y Nancy, excombatientes de las Farc que ahora habitan el Espacio de Reincorporación (ETCR) Antonio Nariño en Icononzo, Tolima. A sus voces también se les suma la de María Alejandra, hija de dos exguerrilleros que, gracias al acuerdo de paz, pudo reunirse de nuevo con sus padres. Sus memorias y experiencias las narran en el documental “Nunca invisibles: mujeres farianas, adiós a la guerra”, presentado este 26 de noviembre en el Museo Nacional en Bogotá.
En esta pieza audiovisual, el primer ejercicio de memoria histórica de la extinta guerrilla, narran el por qué y el cómo fue estar en sus filas. Por primera vez cuentan la cotidianidad de las Farc en la guerra desde su condición de mujeres. Hablan de sus miedos en la reincorporación, pero también de sus nuevos sueños al ser madres o al poder estudiar de nuevo tras el acuerdo de paz.
“Lo que tratamos de hacer es resignificar lo que fue nuestra vida desde la niñez hasta el paso por la guerrilla y la dejación de las armas. Quisimos desestigmatizar todo lo que se ha dicho alrededor de las mujeres de las Farc desde afuera, por eso quisimos contar la memoria desde nuestras propias voces”, relata Liliany Obando, líder de esta iniciativa.
Liliany también hizo parte de las Farc como militante. Hace 30 años comenzó a apoyar el ejercicio político de la guerrilla y con el tiempo hizo parte de la Comisión Internacional con Raúl Reyes. Ahora, quiere ejercer su profesión como socióloga a través de ejercicios de memoria histórica como este y terminar su maestría en Estudios Políticos.
La idea de realizar un documental nació hace un año cuando algunas mujeres excombatientes que viven en Bogotá y el ETCR Antonio Nariño se enteraron que el Grupo de Apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) apoyaba iniciativas de memoria. Junto con el gobierno de Canadá y el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), les dieron acompañamiento técnico y financiero para el desarrollo de este proceso.
Sin embargo, fueron las mujeres excombatientes quienes realizaron en su totalidad el documental. Las fotógrafas que conforman NC Noticias, el medio de comunicación de las Farc que nació fruto del proceso de paz, apoyaron la realización y edición del proyecto. Liliany, junto con otras compañeras, idearon el guion.
El documental se divide en varias temáticas a lo largo de sus casi 30 minutos de duración. Su llegada a las Farc, el día a día de la insurgencia, cómo convivieron con sus compañeros (así llamaban a sus parejas en la guerrilla), el tener que abandonar a sus hijos y el reencontrarse con ellos, el proceso de paz, su reincorporación y su nueva etapa como madres son algunos de los puntos que tocan estas seis mujeres.
Lo presentaron ante ciudadanos interesados en conocer, tal vez, una parte de la historia de las Farc, ante los exguerrilleros que llegaron al Congreso como Sandra Ramírez, Victoria Sandino, Rodrigo Granda y Sergio Marín, y también frente a un grupo de cerca de 39 mujeres excombatientes, acompañadas con sus niños -casi todos entre los 6 meses y los 2 años- que viajaron desde Icononzo para conocer la versión final de una iniciativa que compartieron.
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Algunas de ellas nos compartieron un poco de sus historias, en medio del afán de que comenzara la función a tiempo y el estar pendientes de sus bebés. Sofia Nariño, por ejemplo, perteneció al Bloque Oriental de las Farc por 20 años. Ahora está esperando que el Gobierno y los estudiantes lleguen a un acuerdo para que finalice el paro estudiantel y ella pueda continuar con su Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Pedagógica.
Diana Carolina Estrada fue una de las tantas mujeres que llegó con su bebé en brazos al Museo Nacional para ver el documental. Duró 17 años en la guerrilla, ingresó cuando tenía 15. Ella perteneció al Frente 25 de las Farc. Ahora, en el Espacio de Reincorporación de Icononzo, además de dedicarse a la maternidad, trabaja con sus demás compañeros en las cooperativas de turismo, modistería y ganadería que sostienen los casi 180 excombatientes que viven en este lugar.
“Hemos tenido dificultades en todo el proceso de reincorporación, pero si esperamos que el Gobierno nos cumpla nos quedaremos plantados. Estamos varados porque no tenemos el dinero para sacar los proyectos, pero con el trabajo de nosotros mismos, unidos, estamos sobreviviendo”, asegura.
A su lado estaba María Yolanda Preciado. Perteneció al Frente 53 del Bloque Oriental y fue prisionera política hasta hace un año, cuando le dieron la libertad por el acuerdo de paz. Estuvo en las cárceles de Ibagué, Jamundí y Chiquinquirá. Cuenta que ingresó a la guerrilla sencillamente porque le gustaba, porque los guerrilleros llegaban a su casa en Dolores (Tolima) a comer y un día decidió irse con ellos. Tenía 14 años cuando, según ella, tomó esa decisión. Ahora tiene 35 y tiene dos hijos. Al menor, Alan David, lo tuvo hace seis meses.
“Es algo inexplicable llegar a la etapa de ser madres porque uno en la organización no podía tener hijos, aunque yo ya era madre desde antes de tener a Alan. Tuve una niña que ahora tiene 11 años mientras estaba en la guerrilla. Cuando yo tenía ocho meses de embarazo me dieron la licencia de maternidad y me fui a tener la niña, pero cuando ella cumplío sus ocho meses me capturaron y se quedó con la familia”, cuenta María.
Para Liliany, el documental también es un mensaje para el país de que le están apostando a la construcción de paz. Con él, también quieren enviarles un mensaje a las víctimas de reconciliación y que les sirva a la Comisión de la Verdad para que, según ella, “recojan esas otras voces que no están en los relatos históricos: las de las mujeres excombatientes”.
Acá puede ver el tráiler de este documental:
Mujeres que empuñaron las armas, que no le tuvieron miedo a disparar, a recorrer durante días y horas las montañas de Colombia. Mujeres que decidieron ingresar a las filas de las Farc, por gusto, porque sí, porque no vieron otra salida ante la violencia que vivieron en sus pueblos.
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Mujeres que desde hace dos años decidieron decirle sí a la paz y dejaron sus fusiles para tomar un camino en el que no quieren dar reversa. Que ahora le tienen miedo al futuro, a ser madres, a entrar a una sociedad que lleva los dolores y rencores de la guerra.
Ellas son Marina, Patricia, Esther, Yorli y Nancy, excombatientes de las Farc que ahora habitan el Espacio de Reincorporación (ETCR) Antonio Nariño en Icononzo, Tolima. A sus voces también se les suma la de María Alejandra, hija de dos exguerrilleros que, gracias al acuerdo de paz, pudo reunirse de nuevo con sus padres. Sus memorias y experiencias las narran en el documental “Nunca invisibles: mujeres farianas, adiós a la guerra”, presentado este 26 de noviembre en el Museo Nacional en Bogotá.
En esta pieza audiovisual, el primer ejercicio de memoria histórica de la extinta guerrilla, narran el por qué y el cómo fue estar en sus filas. Por primera vez cuentan la cotidianidad de las Farc en la guerra desde su condición de mujeres. Hablan de sus miedos en la reincorporación, pero también de sus nuevos sueños al ser madres o al poder estudiar de nuevo tras el acuerdo de paz.
“Lo que tratamos de hacer es resignificar lo que fue nuestra vida desde la niñez hasta el paso por la guerrilla y la dejación de las armas. Quisimos desestigmatizar todo lo que se ha dicho alrededor de las mujeres de las Farc desde afuera, por eso quisimos contar la memoria desde nuestras propias voces”, relata Liliany Obando, líder de esta iniciativa.
Liliany también hizo parte de las Farc como militante. Hace 30 años comenzó a apoyar el ejercicio político de la guerrilla y con el tiempo hizo parte de la Comisión Internacional con Raúl Reyes. Ahora, quiere ejercer su profesión como socióloga a través de ejercicios de memoria histórica como este y terminar su maestría en Estudios Políticos.
La idea de realizar un documental nació hace un año cuando algunas mujeres excombatientes que viven en Bogotá y el ETCR Antonio Nariño se enteraron que el Grupo de Apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) apoyaba iniciativas de memoria. Junto con el gobierno de Canadá y el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), les dieron acompañamiento técnico y financiero para el desarrollo de este proceso.
Sin embargo, fueron las mujeres excombatientes quienes realizaron en su totalidad el documental. Las fotógrafas que conforman NC Noticias, el medio de comunicación de las Farc que nació fruto del proceso de paz, apoyaron la realización y edición del proyecto. Liliany, junto con otras compañeras, idearon el guion.
El documental se divide en varias temáticas a lo largo de sus casi 30 minutos de duración. Su llegada a las Farc, el día a día de la insurgencia, cómo convivieron con sus compañeros (así llamaban a sus parejas en la guerrilla), el tener que abandonar a sus hijos y el reencontrarse con ellos, el proceso de paz, su reincorporación y su nueva etapa como madres son algunos de los puntos que tocan estas seis mujeres.
Lo presentaron ante ciudadanos interesados en conocer, tal vez, una parte de la historia de las Farc, ante los exguerrilleros que llegaron al Congreso como Sandra Ramírez, Victoria Sandino, Rodrigo Granda y Sergio Marín, y también frente a un grupo de cerca de 39 mujeres excombatientes, acompañadas con sus niños -casi todos entre los 6 meses y los 2 años- que viajaron desde Icononzo para conocer la versión final de una iniciativa que compartieron.
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Algunas de ellas nos compartieron un poco de sus historias, en medio del afán de que comenzara la función a tiempo y el estar pendientes de sus bebés. Sofia Nariño, por ejemplo, perteneció al Bloque Oriental de las Farc por 20 años. Ahora está esperando que el Gobierno y los estudiantes lleguen a un acuerdo para que finalice el paro estudiantel y ella pueda continuar con su Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Pedagógica.
Diana Carolina Estrada fue una de las tantas mujeres que llegó con su bebé en brazos al Museo Nacional para ver el documental. Duró 17 años en la guerrilla, ingresó cuando tenía 15. Ella perteneció al Frente 25 de las Farc. Ahora, en el Espacio de Reincorporación de Icononzo, además de dedicarse a la maternidad, trabaja con sus demás compañeros en las cooperativas de turismo, modistería y ganadería que sostienen los casi 180 excombatientes que viven en este lugar.
“Hemos tenido dificultades en todo el proceso de reincorporación, pero si esperamos que el Gobierno nos cumpla nos quedaremos plantados. Estamos varados porque no tenemos el dinero para sacar los proyectos, pero con el trabajo de nosotros mismos, unidos, estamos sobreviviendo”, asegura.
A su lado estaba María Yolanda Preciado. Perteneció al Frente 53 del Bloque Oriental y fue prisionera política hasta hace un año, cuando le dieron la libertad por el acuerdo de paz. Estuvo en las cárceles de Ibagué, Jamundí y Chiquinquirá. Cuenta que ingresó a la guerrilla sencillamente porque le gustaba, porque los guerrilleros llegaban a su casa en Dolores (Tolima) a comer y un día decidió irse con ellos. Tenía 14 años cuando, según ella, tomó esa decisión. Ahora tiene 35 y tiene dos hijos. Al menor, Alan David, lo tuvo hace seis meses.
“Es algo inexplicable llegar a la etapa de ser madres porque uno en la organización no podía tener hijos, aunque yo ya era madre desde antes de tener a Alan. Tuve una niña que ahora tiene 11 años mientras estaba en la guerrilla. Cuando yo tenía ocho meses de embarazo me dieron la licencia de maternidad y me fui a tener la niña, pero cuando ella cumplío sus ocho meses me capturaron y se quedó con la familia”, cuenta María.
Para Liliany, el documental también es un mensaje para el país de que le están apostando a la construcción de paz. Con él, también quieren enviarles un mensaje a las víctimas de reconciliación y que les sirva a la Comisión de la Verdad para que, según ella, “recojan esas otras voces que no están en los relatos históricos: las de las mujeres excombatientes”.
Acá puede ver el tráiler de este documental: