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El jefe de la Misión de Verificación de la ONU y Representante Especial del Secretario General de la ONU, Carlos Ruiz Massieu, habló el lunes sobre el proceso de paz con el ELN, que está suspendido desde hace dos semanas.
De acuerdo con Ruiz, se han presentado más hechos de violencia durante estas semanas de dificultades en esa negociación, que en el año que duró el cese al fuego con esa guerrilla. “Desafortunadamente, hemos visto que en las últimas dos semanas ha habido muertes que no debieron haber sucedido, de parte de la fuerza pública y de parte del ELN, muchas más en dos semanas que las que se tuvieron en un año durante el cese al fuego“, afirmó Ruiz Massieu a periodistas durante el lanzamiento de la muestra fotográfica de firmantes de paz en el Centro Cultural Delia Zapata.
En sus declaraciones, el representantes también pidió a las partes que se vuelvan a sentar a la mesa. “El llamado es para que piensen en la sociedad colombiana, piensen en las comunidades (...) Confiamos en que las dos partes hagan lo que tengan que hacer para volverse a sentar a la mesa y tomar decisiones importantes para seguir avanzando en el proceso”, señaló Ruiz Massieu.”, agregó.
La Misión de Verificación es acompañante de este proceso de paz, pero además era parte del Mecanismo de Verificación del cese al fuego.
Además: Paz con ELN: cuatro claves para entender la crisis que llevó a suspender el proceso
El proceso de paz con el ELN
El Gobierno Nacional suspendió el proceso de diálogos con este grupo armado. La decisión, anunciada este 18 de septiembre por la delegación de paz del Ejecutivo, se tomó como respuesta al atentado terrorista contra la base militar de Puerto Jordán, Arauca, que dejó tres uniformados muertos y más de 25 heridos.
Aunque no se trata de una ruptura definitiva ―como reiteraron el presidente Gustavo Petro y el senador Iván Cepeda, negociador en este proceso―, la decisión del Gobierno sí marca un precedente en su postura tras casi dos años en los que se le ha criticado por no trazar suficientes líneas rojas y ceder más de la cuenta a las pretensiones del ELN, la guerrilla más vieja del continente.
La suspensión es, de lejos, el mayor golpe de autoridad del Ejecutivo al que hasta hace unos meses era el “proceso estrella” de las nueve negociaciones de la paz total del Gobierno Petro. De retomarse las conversaciones, en la práctica hay varios desafíos para que puedan avanzar y dar resultados concretos. Vale recordar que desde hace siete meses la mesa de diálogos con el ELN estaba congelada, y varios expertos advertían que el proceso no llegaría a buen puerto en el tiempo que le resta a Petro en el poder.
El pasado 26 de septiembre, la delegación del Gobierno Nacional en el proceso de diálogos con el ELN respondió a la Conferencia Episcopal de Colombia y afirmó que está dispuesta a volverse a sentar a la mesa.
“Somos conscientes del valor de este proceso, por sus avances y porque la paz es una necesidad para los territorios y un clamor de las comunidades. También nosotros seguimos comprometidos y esperanzados en este camino, dispuestos a volvernos a sentar en la mesa, a resolver las dificultades mediante el diálogo, recuperar el cese al fuego y la participación de la sociedad en la paz”, se lee en la carta.
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